Era otoño en Buenos Aires, un otoño atípico a los demás. Todos los fines de semana tocaban soleados, con temperaturas de primavera, pero tenían la particularidad de que no se podía salir a la calle. Un virus, sería el responsable del encierro de todo el país en sus casas y unos años después ,seguramente, pasaría a los libros de historia.
Ahí estaba yo, en un monoambiente en Capital Federal, con altibajos; un día alegre, un día feliz, un día excitada...
Debido a las reuniones online de trabajo, tuvimos que planear con mí pareja la instalación de un internet propio, ya que antes lo compartíamos con los vecinos, pero debido al gran uso todo nos iba lento y el día a día nos fue poniendo fastidiosos.
Así fue que llamamos a una empresa de telefonía y luego nos mandaron un email para concretar una cita en la que el instalador viniera a proveernos el servicio; Sería un lunes a las 10am.
El sábado previo a la instalación, mientras teníamos sexo(monótono) con mí novio, se me ocurrió una idea que no podía dejar pasar. Le pregunté a mí novio, Martín, si le molestaría que cuando llegue el instalador del servicio, yo me dejara llevar por mí instinto, decidiendo en ese mismo momento como avanzaría todo luego. Martin me dio la aprobación, y ahí continuamos cogiendo, pero con más ganas que antes, imaginando lo que podría llegar a pasar el lunes.
El domingo me costó dormir, elegí un short blanco, que me cubría la mitad de la cola y abajo del short, una tanga negra de encaje que me hacía resaltar mis dos nalgas y obviamente se transparentaba. Era un short que solo usaba en mí casa y Martín cada vez que me lo veía puesto quería cogerme contra cualquier lado.
Antes de continuar, quiero aclarar, soy de contextura mediana, con unos pechos medianos y con una cola redonda y bastante voluptuosa y mí estado físico es bueno. Me encanta el sexo en todas sus formas... Y ahora si, sigo contando:
Al otro día, me levanté temprano para prepararme para mí visita de cuarentena. Me puse una camiseta apretada, me pinte un poco los labios , me puse la tanguita y arriba el short. Cuando tocaron el timbre, bajé rápido las escaleras, deseando que la persona que estuviera del otro lado de la puerta fuera un macho que esté bueno.
Cuando abrí, no me decepcioné en lo más mínimo , un morocho de unos 25 años aproximadamente y con un buen estado fisico, me dijo: vine a instalar internet. Lo hice pasar y subí las escaleras primera, contoneandome con mí mejor movimiento de zorra. Apenas subimos, mire disimuladamente el bulto de mí acompañante, y como imaginaba, estaba sobresaliendo en el pantalón.
Cuando entré, le guiñe el ojo a Martín, y me mordí el labio. Haciendole desearme. El instalador seguía atrás mío(imagino yo que mirándome la cola) y en ese momento decidí pasar a la acción: muy suavemente, me bajé el short, mientras que me agachaba para ponerme en cuatro. De atrás, sentí como las manos de mí instalador , empezaban a recorrer con firmeza mis nalgas. Apretandolas como si le pertenecieran desde siempre. Su pene erecto, se deslizó entre mis nalgas haciéndome desearlo. Mí pareja, que estaba en la cama acostado(recordemos que vivo en un monoambiente) sacó su miembro erecto del pantalón y empezó a masturbarse poco a poco. Mientras, el instalador ya había sacado la tanga y me comía el ano penetrandome con la lengua . Me di la vuelta, lo agarre fuerte de la cabeza y lo apreté contra mí clítoris y guié sus manos para que me agarraran del trasero. El instalador sabía lo que hacía, y poco a poco con su lengua me fue acercando a mí primer orgasmo. Yo lo ayudaba, haciendo presión con mí clítoris sobre su lengua. Martin enfrente, se masturbaba con mucha velocidad y yo, gemía muy fuerte. Me excitaba que me vea con otro hombre. El instalador sacó una de sus manos de mí cola, y empezó a jugar con su dedo en mí vagina, mí primer orgasmo llegó con fuerza y lo apreté fuerte de los pelos, casi con rabia. En ese instante, mí vagina estaba empapada y mis ganas de pija eran incontenibles. Me fui hacia la cama, llevando de la mano a mí instalador.... continuará.
Ahí estaba yo, en un monoambiente en Capital Federal, con altibajos; un día alegre, un día feliz, un día excitada...
Debido a las reuniones online de trabajo, tuvimos que planear con mí pareja la instalación de un internet propio, ya que antes lo compartíamos con los vecinos, pero debido al gran uso todo nos iba lento y el día a día nos fue poniendo fastidiosos.
Así fue que llamamos a una empresa de telefonía y luego nos mandaron un email para concretar una cita en la que el instalador viniera a proveernos el servicio; Sería un lunes a las 10am.
El sábado previo a la instalación, mientras teníamos sexo(monótono) con mí novio, se me ocurrió una idea que no podía dejar pasar. Le pregunté a mí novio, Martín, si le molestaría que cuando llegue el instalador del servicio, yo me dejara llevar por mí instinto, decidiendo en ese mismo momento como avanzaría todo luego. Martin me dio la aprobación, y ahí continuamos cogiendo, pero con más ganas que antes, imaginando lo que podría llegar a pasar el lunes.
El domingo me costó dormir, elegí un short blanco, que me cubría la mitad de la cola y abajo del short, una tanga negra de encaje que me hacía resaltar mis dos nalgas y obviamente se transparentaba. Era un short que solo usaba en mí casa y Martín cada vez que me lo veía puesto quería cogerme contra cualquier lado.
Antes de continuar, quiero aclarar, soy de contextura mediana, con unos pechos medianos y con una cola redonda y bastante voluptuosa y mí estado físico es bueno. Me encanta el sexo en todas sus formas... Y ahora si, sigo contando:
Al otro día, me levanté temprano para prepararme para mí visita de cuarentena. Me puse una camiseta apretada, me pinte un poco los labios , me puse la tanguita y arriba el short. Cuando tocaron el timbre, bajé rápido las escaleras, deseando que la persona que estuviera del otro lado de la puerta fuera un macho que esté bueno.
Cuando abrí, no me decepcioné en lo más mínimo , un morocho de unos 25 años aproximadamente y con un buen estado fisico, me dijo: vine a instalar internet. Lo hice pasar y subí las escaleras primera, contoneandome con mí mejor movimiento de zorra. Apenas subimos, mire disimuladamente el bulto de mí acompañante, y como imaginaba, estaba sobresaliendo en el pantalón.
Cuando entré, le guiñe el ojo a Martín, y me mordí el labio. Haciendole desearme. El instalador seguía atrás mío(imagino yo que mirándome la cola) y en ese momento decidí pasar a la acción: muy suavemente, me bajé el short, mientras que me agachaba para ponerme en cuatro. De atrás, sentí como las manos de mí instalador , empezaban a recorrer con firmeza mis nalgas. Apretandolas como si le pertenecieran desde siempre. Su pene erecto, se deslizó entre mis nalgas haciéndome desearlo. Mí pareja, que estaba en la cama acostado(recordemos que vivo en un monoambiente) sacó su miembro erecto del pantalón y empezó a masturbarse poco a poco. Mientras, el instalador ya había sacado la tanga y me comía el ano penetrandome con la lengua . Me di la vuelta, lo agarre fuerte de la cabeza y lo apreté contra mí clítoris y guié sus manos para que me agarraran del trasero. El instalador sabía lo que hacía, y poco a poco con su lengua me fue acercando a mí primer orgasmo. Yo lo ayudaba, haciendo presión con mí clítoris sobre su lengua. Martin enfrente, se masturbaba con mucha velocidad y yo, gemía muy fuerte. Me excitaba que me vea con otro hombre. El instalador sacó una de sus manos de mí cola, y empezó a jugar con su dedo en mí vagina, mí primer orgasmo llegó con fuerza y lo apreté fuerte de los pelos, casi con rabia. En ese instante, mí vagina estaba empapada y mis ganas de pija eran incontenibles. Me fui hacia la cama, llevando de la mano a mí instalador.... continuará.
5 comentarios - El instalador(verídico)
🙉🙊🤗