Sandrita violó la cuarentena y me la bajé duro

Es público y notorio que se ha dictado la cuarentena por coronavirus en la Argentina. El o la que la viola puede ir preso. Pero a mi potra, yegua de dos patas de Sandrita ni le importa. Salió igual, violó igual y recibió su duro y largo merecido. Pero ojo, no por la Policía.

Estaba yo el martes tipo seis de la tarde de lo más tranqui en mi departamento de Carapachay, disfrutando a pleno la cuare, posta, boludeando con música y demás. De pronto escucho el portero y pensé "uh, a ver si son estos que se hacen pasar por médicos". Pero cuando pregunté y me respondió "amooor" con esa vocecita, ni lo dudé y le abrí nomás. Y cuando le abrí mi puerta y la vi, casi me la cojo de una. Sandrita de vestido fino, tacos altos, maquillada y perfume fuerte, carterón de cuero. Y con una docenita de sandwichitos de miga. Obbvio ni la toqué para prevenir contagio, pero la saludé tirándole un beso y ella me lo devolvió. "¿Qué hacés acá negrita? Tenés que estar en tu casa, a ver si te agarra la cana", le dije tranquilo pero con firmeza. Y ella no se quedó: "Qué pasa Diegui, ¿no querés un poco de tu amiguita…??" con esa ironía que me calienta. Le dije que sí pero en otro momento, que nos podíamos joder o nos podían denunciar. La ahora pelirroja, moviendo su cuerpo perfecto, ni se inmutó y tras dejar los de miga en la mesa, abrió su carterón, se pasó alcohol en gel en las manos, me preparó la merienda y comimos separados pero muy metiditos.

Me moría por meterle un pico, pero no quería tocarla por las dudas. Pero Sandrita, mientras ccomía un sandwich de jamón crudo y queso, me toqueteaba la mano. "Amor, toccame sin miedo que estoy limpita para vos", decía regalada. Y bueno, prefería tener coronavirus y no los huevos doloridos de no coger, así que la acaricié en sus manos mientras ella me daba un sandwich en la boca. Tomamos el tecito con miel, comimos y luego ella me hizo besarla. "Sin miedo, sin miedo Die, después cualquier cosa yo te cuido amor", repetía caliente como horno de pizza.

Y esa dulzura, esa gauchada, esa voz, ese perfume, ese aroma a pintura de labios, ese carterón me pudo mal. La abracé, acaricié y le di un beso en la cara, ella me metió loquita un pico sin avisar y yo se lo devolví. Y sin querer queriendo le pasé las manos entre sus piernas, caliente con si tenía bombacha abajo del vestido. Sandrita gustó y le pregunté desatadísimo qué tenía abajo. "¿Querés saber que tengo abajo? Fijate", dijo por toda respuesta.

Enfurecí, volé y exploté. La agarré de un brazo, la tironeé para levantarla de la silla, la llevé a empujones hasta la puerta de la heladera mientras la manoseaba toda y Sandri se dejaba como la mejor. Y cuando la tuve, la aplasté contra la heladera, se me paró el pene bien, ella sintió mi pene rozar su cola y dijo agitada "dale Diegui, ponémela bien puesta sin vaselina". Lo que hice: le levanté el vestido y para mi sorpresón no le encontré más que un hilito dental. Con eso y todo la penetré con gruesa y larga verga por su cola limpita y le froté hasta eyacular semen a torrentes. Sandri gimió y gritó loca de placer mientras se mojaba el vestido de su orgasmo.

Pero yo la quería en pelotas. Porque si vamos a violar la cuarentena, vamos a violar la cuarentena. Violé la cuarentena y a Sandrita. La arrastré a mi pieza, la hice sacarse el vestido, Sandrita se quitó el hilito y tras acostarse se abrió espectacular de piernas. Me le zambullí y tras ponérsela duro de una, le di con furia y en diez acabé semen a borbotones que inundó su vagina, mientras ella acababa lo suyo agitada y a puro gemido. Y como no pude conmigo, a los 20 minutos quise otra, Sandrita genia me dio, se puso en cuatro y se la volví a enchufonear por su concha hasta embadurnarla de mi espeso semen. Después sí nos besamos y mimamos y ella me pidió que me cuidara, yo le dije lo mismo y se fue rápido antes de la ccana. Si ven a una pelirroja delgadita hermosa y fuerte, carterón de cuero, tetas y culo de aquéllos, por favor no la detengan, háganle una excepción. Porque sí, hay que quedarse en casa, pero cogiendo.

1 comentario - Sandrita violó la cuarentena y me la bajé duro

prgsx
Que lindo es acabar adentro de las pendejas... pero si llegas dejarla preñadadita? De ultima mandala que yo me hago cargo jajja

Muy lindo relato