Camila, parte 4

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Hacia varias semanas del último encuentro con Camila, poralguna razón o por otra no nos podíamos ver. Como era mi única amante en elmomento, también ese tiempo era el que estaba en abstinencia, así que estabacaliente, para decirlo claramente. A pesar de vernos todos los días,manteníamos la profesionalidad a rajatabla. Pero una mañana, entre elaburrimiento y los pensamientos morbosos, se me ocurrió romper ese acuerdotácito que teníamos de no hablar de esos temas mientras trabajábamos.
-         Hace rato que no nos vemos, no sabes como estoy– le escribí por el chat interno
Tardó un buen rato en contestar, ella estaba más ocupada queyo. Me empecé a poner nervioso, y como buen ansioso y perseguido temía que sehubiera ofendido.
-         Sebaaaa estamos en el trabajo – me respondió porwhatsapp
-         Si pero estoy aburrido y caliente
-         Jaaa y que querés que haga?
-         Vamos a las escaleras
Me inundó un calor por todo el cuerpo, estaba muy caliente conla idea, aunque pensé que no iba a aceptar
-         Estas loco?
-         Vamos a las de arriba que no pasa nadie, nostocamos un poquito
-         Naaaa no da
Llegó trabajo, medio que se me pasó un poco el momento, yademás no me gusta insistir demasiado si me dicen que no.
Una hora después, como a las 11 de la mañana, volví a estarsin tareas para hacer y agarré el teléfono. Me llegó un mensaje de Camila
-         Vamos cinco minutos, ni un segundo más ok?
Volvi a sentir esa sensación de excitación extrema, automáticamente la pija se me pusogomosa. Salté de mi silla, y me fui al ascensor mientras le contestaba.
-         Te espero en la escalera de la izquierda piso 12
Me apoyé en la baranda, un minuto después  escuché la puerta abrirse. Era Camila
-         No puedo creer que hagamos esto, pero no teacostumbres eh
Sin decir más nada, se arrodilló, me desabrochó el jean,corrió el bóxer y sacó mi pija. Se la metió en la boca, y pasándole la lenguasuavemente la puso del todo dura. Metía lo que podía de mi verga, casi hastaahogarse, y la sacaba entera, masturbándome con los labios, cuidadosa de no rasparme con los dientes. Pasabanlas lamidas, las metidas y sacadas de pija de su boca, pero no queria irme sinacabar; entonces tomando la iniciativa, le indiqué que se levantara. La apoyécontra la baranda, de espaldas. Cami tenía una pollera larga, se la subí, corríla tanga y le clave mi verga hasta el fondo en su concha. Ella ahogó el grito,se agarró fuerte con una mano de la baranda y con la otra me apretaba el brazo.Así bombee por unos minutos hasta lograr mi objetivo, llenarla de leche. Dejemi miembro bien adentro hasta que terminó de salir la leche, la saqué y me acomodé la ropa.
-         Fue loco pero estuvo bueno – me dijo Camilasubiéndose la bombacha, y dándome un pico
-         Igual sigo caliente, esto fue un bocadito nadamás
 
Volvimos al trabajo, como pudimos. No pasó ni una hora queme llegó otro mensaje al teléfono
-         Estoy re hotttt – me escribió
-         Hoy venis a casa. No te estoy preguntando, esuna orden
-         Mmmm bueno, dejame arreglar unas cosas
 
Pasamos la tarde normal, llegó la hora de irnos. Le dije deencontrarnos a unas cuadras, aceptó.
Salí del edificio, caminé impaciente adonde nos íbamos aver. Camila había salido unos minutos antes y ya me estaba esperando. La agarréde la cintura y pare un taxi.
-         Ufff como estás Seba
Subimos al taxi, puse una mano en su pierna, y fuimoshablando todo el viaje, que no fue tan largo porque no era hora pico aún.Llegamos, pague y entramos a mi edificio. En el ascensor le levanté la polleray le manosee la cola.
-         Hoy te la voy a hacer toda – le dije
-         Mmmmm me gusta eso – contestó Cami y memasajeaba el bulto
Abrí la puerta del departamento, entramos y la cerré lo másrápido que pude, tiré las llaves y casi que empujé a Camila al sofá, para quequede sentada. Me paré adelante y saqué mi pija, que quedó a la altura de suboca. Entendió la indirecta/directa y la empezó a chupar, poniendo sus manos enmi pecho, bajándolas despacio hasta mis nalgas. La dejé petearme unos segundos,después le tomé la cabeza y comencé a moverme yo. Ella se relajó y me dejócojerle la boca. Se la metía hasta el fondo, cuando se empezaba a ahogar lasacaba y me divertía y calentaba viendo chorrear saliva.
-         Te quiero cojer – le dije
-         Me calentó mucho hacerlo en la escalera – medijo Camila, mientras recobraba el aliento por ahogarse con mi verga
-         Que putita sos, querés que te coja en laescalera del edificio no?
-         Chiiii – me dijo y me besó la pija varias vecesseguidas, y después lamió los hilos de saliva que se habían formado
Nos levantamos, abrimos la puerta y nos dirigimos a laescalera. Hice que bajemos dos pisos, para que si nos descubrían no sea unvecino cercano. La escalera es en u, pero los bordes son pared, entoncesponiéndose en el medio no se ven los pasillos, y nadie te puede encontrarexcepto que pase por ahí. En ese sector la puse contra la pared y le hice sacarcola. Le subi la pollera una vez más y le corri la tanga para clavarle la pijaen la concha bien fuerte. Me agarré de sus hombros y la cojia con fuerza. Tancompenetrados estábamos en la cojida que no nos dimos cuenta que venía alguienhasta que ya estaba mirándonos. Era un hombre de 50 y pico de años, nunca lohabía cruzado.
-         Que hacen che? Es un espacio público esto
-         Es verdad, no hay excusa – dije acomodándome laropa, lleno de vergüenza
-         De que departamento son? Le voy a tener queinformar a alguien esto, es muy grave
-         No hace falta, no va a volver a pasar – le decíayo, nervioso
-         Con que pase una vez alcanza, pueden pasarchicos por acá
-         Pero no pasaron, y no lo van a ver nunca – dije
-         Igual, diganme de que unidad son
-         Por qué no vamos al departamento y lo hablamosmás tranquilos? – dijo Camila
El hombre se calmó un poco
-         Está bien, vamos – dijo y subimos a mi casa
Entramos, le dije que se siente en el sofá. Le ofrecí algode tomar, no aceptó.
-         Vamos a hacer una cosa, para que se olvide loque pasó – dijo Cami
Se sentó al lado del tipo, y empezó a acariciarle la pierna,tenía puesto un jean. Subía y bajaba la mano acercándose al bulto.
-         Cómo te llamas? – preguntó ella
-         Eduardo
-         Bueno Eduardo, vamos a ver que podemos hacer
Ya le estaba desabrochando el jean, y le sacó la pija. Yo alprincipio me sorprendí, pero después recordé las cosas que hicimos y se me pasóel asombro. Camila pajeaba a Eduardo mirándolo a los ojos, y enseguida seinclinó y se la empezó a mamar. El tipo puso el brazo en el respaldo del sillóny se dejó petear, gimiendo suave. Ella le pasaba la lengua, se metía el glandeen la boca y lo pajeaba a la vez, como para hacerlo acabar rápido. Los dejesolos unos minutos, sólo miraba, hasta que llegó mi momento de  unirme. Me saqué la ropa, agarré a Camila dela cintura como para que se baje del sillón y se arrodille en el piso. Asíhizo, y yo me senté en su lugar, al lado de mi vecino. Cami empezó a alternarseen la chupada, primero una pija y después la otra, y pajeaba a la que no estabaen su boca.
-         Sacame la leche putita que tengo 15 minutos nadamás – dijo Eduardo
-         Mmmm entonces cojanme los dos juntos – contestóCamila
Se paró, se sacó toda la ropa. El vecino se adelantó achuparle las tetas. Les dije de ir al cuarto para estar más cómodos en la cama,y fuimos.
-         Chupamela un poco más – dijo Eduardo tirándoseboca arriba en mi cama
Camila se puso en cuatro patas, y volvió a chuparle la vergaal tipo. Yo no perdí tiempo y se la clavé en la conchita de nuevo, y arranqué acojerla.
-         Chupame el culo putita – dijo Eduardo y se abrióde piernas
Ella le hizo caso, pasaba la lengua desde la cabeza de lapija hasta el ano, parando para lamerle bien las bolas, mientras yo seguía garchandomela
Después de unos minutos, Cami se levantó y ella sola semetió la verga de Eduardo en la concha, cabalgándolo. Después de aclimatarse aesa pija, se inclinó para quedar pegada a mi vecino, con el fin de que me quedesu colita disponible para penetrar
-         Haceme la cola Seba
No me hice rogar, escupí su agujero y metí un dedo
-         No, de una la pija, rompeme toda
Me hizo hervir su comentario; apoye y empecé a empujar paraque entrara. Costó pero la fui metiendo, mientras Eduardo le cojia la concha.Como pude arranque el movimiento para hacerle la cola. Así estuvimos variosminutos, el vecino le podía chupar las tetas y lo hacía. Yo me agarraba de susnalgas, las abría bien para ver cómo le enentraban. A veces nuestras pijas serozaban, pero en la calentura no me importaba
-         Mmmm me encanta, estoy llena de pija – decíaCamila – llenenme la cara de leche
Páramos de cojerla, nos bajamos de la cama. Cami searrodilló.
-         Denmela toda en la cara
-         Si putita, toma – dijo Eduardo, y le dio laleche antes que yo – ahí la querías?
-         Mmmm si – dijo ella con la cara llena de semen.
Terminó de descargar, agarró su ropa y se fue rápido
-         Gracias por el polvo – dijo y se fue
Yo no había acabado todavia, seguía al palo. Ella se fue alimpiar la leche de la cara y volvió.
-         Donde me la querés dar vos? – dijo tirándose enla cama y poniendo voz de gata
-         Mmmm estoy indeciso
Me subí con ella. Le puse la pija en la cara, la chupó un poco.La saque y la pasé por los pezones, despacio. Bajé, le abrí las piernas y se lametí en la concha, una sola metida y la saqué. Volvi a la cola, y la empece acoger de nuevo, sosteniéndole las piernas. Hasta que acabé adentro. Le di lapija para que la limpie. Ella se metió dos dedos en el culo, juntó un poco demi leche y la tomó. Así hizo varias veces.
-         Mmmm que rica es
Nos vestimos, tomamos algo, pero ella se tenía que ir. Bajéa abrirle.
-         Ya se lo que me gustaría hacer, pero es sorpresa– me dijo, me dio un beso de lengua y se fue

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