Provocando e Iniciando a mi Hijo en el Sexo Parte 1

Mi hijo Marcos había empezado sus estudios universitarios ese año. Yo lo echaba mucho de menos. Amaba a mi hijo y hasta que se tuvo que ir a estudiar fuera pasábamos gran parte del día juntos. Íbamos de compras juntos, cocinábamos, veíamos películas, me pintaba las uñas, nos dábamos masajes, siempre hemos estado muy unidos.
Mi marido siempre me ha reprochado esto. Con su rancia educación, no soportaba haber tenido un hijo gay y me culpaba a mi por ello. Nuestro hijo nunca nos había hablado sobre su condición sexual. pero para nosotros era evidente. Finalmente, obligué a mi marido a dejar tranquilo a Marcos, pues ya empezaba a hablar sobre gilipolles de practicar boxeo con él, llevárselo de caza e incluso insinuó en que , si hacía falta, estaba dispuesto a pagarle una prostituta. Después de la tremenda pelea que tuvimos, accedió a dejarlo en paz, pero si ya de por sí, nunca fue un padre muy atento a partir de entonces háblaba con él lo mismo que con un vecino que se encontrara.
Yo hablaba casi a diario con mi hijo mientras estaba fuera, me contaba lo contento que estaba en la carrera, que estaba haciendo muchas amigas y que iba aprobando todo y empecé a preparar un viaje para la familia a Tenerife como recompensa para mi hijo. Aquello desembocó en otra pelea con mi marido, "no pienso pasar mis dos semanas de vacaciones viendo mariposear a mi hijo", le dije que era un puto retrógrado, que porqué le importaba tanto que nuestro hijo fuera gay y mil cosas más. Al final, le dije que me iba sola con mi hijo, que hiciera lo que le diera la puta gana y me fui a una agencia a preparar el viaje.
Cuando mi hijo volvió a casa la escena no podía ser más ridícula, después de casi un año sin ver a su hijo, vi como mi marido extendía la mano para estrechársela a Marcos cuando éste se disponía a abrazarlo. Se me llenaron los ojos de lágrimas, Marcos era un chico tierno y sensible, una bella persona, y mi marido empezaba a darle a entender que le repugnaba. Cogí a mi hijo y nos fuimos a pasar el día juntos, de hecho, sólo pisábamos la casa para dormir hasta que nos fuimos de viaje.
Por fin llegamos a Tenerife. Había pensado mucho aquellos días sobre el viaje y esperaba que mi hijo me dijera por fin que era gay. Me dolía un poco aquella falta de confianza en mi, aunque pensaba que se debía al imbécil de su padre, por eso pensé que al encontrarnos los dos solos por fin podría abrirse.
Cuando entramos en la habitación, vi la cama de matrimonio. Joder, estaba tan cabreada cuando reservé el viaje que no especifiqué aquel detalle, y aquella niñata de la agencia era un poco cretina y no ayudaba demasiado. Pensé en bajar a recepción a ver si se podía solucionar y pasarnos a una habitación con dos camas, pero me imaginé en aquella cama con mi hijo compartiendo intimidades y tal vez aquella cercanía le hiciera confiar más en mi.
- Vaya Marcos, la cagué reservando la habitación. ¿Te importará compartir cama con tu vieja madre?.
- Claro que no mamá.- Me dijo besándome en la mejilla.- ¿Quieres que nos cambiemos y bajemos a la playa? Ya habrá tiempo de deshacer las maletas.
- Claro hijo, como quieras.
Empezó a desnudarse delante de mi. Observé su cuerpo de 18 años, era un chico muy guapo, delgadito pero con unos abdominales bien definidos. De pronto, bajó sus pantalones y su polla salió a relucir, joder menuda polla gastaba mi hijo, hacía mucho que dejamos de bañarnos juntos porque no lo veía apropiado y me llevé una buena sorpresa. Yo cogí mi bikini y me fui al baño de la habitación, no quería que Marcos me viera con los pezones duros por la excitación. Intenté tranquilizarme, pensando en lo inapropiado que había sido aquello pero no podía apartar la imagen del escultural cuerpo de mi hijo y de su maravillosa polla. Me fui desnudando mientras me observaba en el espejo. De pelo moreno y ojos marrones, mi cara no llamaba excesivamente la atención por no tener rasgos menos comunes, pero aquello se solventaba con mi cuerpo. Tengo 36 años, siempre me han gustado mis tetas, unas tetas gorditas, suaves y bien puestas aún a pesar de ser madre. Me giré para observar mi trasero, redondito y algo blandito para mi gusto pero muy resultón. Satisfecha me puse mi bikini azul y nos fuimos a la playa.
Hacia un día genial, con un sol radiante, anduvimos por la playa mientras buscábamos un sitio que no estuviera tan masificado. Finalmente colocamos nuestras cosas y nos preparamos para tomar el sol. Mientras aplicaba a mi hijo crema protectora no pude reprimir morder mi labio al notar los músculos de mi hijo mientras acariciaba su espalda.
- Marcos, ¿has estado yendo al gimnasio?
- ¿Qué? Ah, si, ¿no te lo comenté? Hay un gimnasio en el campus y a los matriculados nos sale muy barato.
- Pues te ha sentado muy bien. Tienes un cuerpazo.- Le comenté sin poder contenerme.
- Vaya, pues ya somos dos. No paro de ver como los tíos se giran para observarte mamá.
"Si hijo, pero no tú". Pensé entristecida por no recibir aquellas miradas de mi propio hijo.
Seguí acariciendo su cuerpo, mientras la excitación crecía en mi. Imaginaba escenas en mi mente donde mi hijo se volvía y yo comenzaba a acariciarle el paquete para después... ¡pero aquello no podía ser! Amaba tanto a mi hijo, que mi mente no paraba de pensar en que aquello era natural, pero no podía ser.
Después lo observé mientras se aplicaba crema por aquellos duros pectorales y, sobre todo, los abdominales. Después me tocó el turno a mi, me tumbé de espaldas y disfruté de las fuertes manos de mi hijo masajeando mi espalda mientras me aplicaba la crema. Empecé a fantasear sobre que pasaría si me daba la vuelta, desabrochaba mi bikini y le decía a mi hijo si podía aplicarme crema en las tetas mientras disfrutaba del contacto de ellas en mis pezones. "Joder, Elena, contrólate. Esto está mal a todos niveles de la inmoralidad". Puta vocecilla.
Pasamos la tarde hablando de nuestras cosas. Desde luego mi hijo debía de ser gay, me fijé en sus formas amaneradas de expresarse y gesticular, y por allí no paraban de pasar unas jóvenes con unos cuerpazos a las que él no hacía el mejor paso. Me hablaba de sus amigas de la facultad, pero eran sólo eso, amigas. Yo quería que me hablara de su homosexualidad, no creía que fuera bueno que reprimiera ese tipo de cosas delante de sus padres y odié a mi marido por aquello. Mientras hablábamos yo no paraba de tocar los brazos de mi hijo, o su pecho mientras reía exageradamente con sus bromas. Me era imposible no coquetear con él, había despertado algo en mí. Mientras comíamos en el chiringuito, apoyaba mis tetas descaradamente en la mesa o las juntaba con mis brazos. Más de una vez me pareció ver que Marcos se quedaba mirándomelas para luego apartar la vista. Yo ya no sabía si era mi perturbada imaginación o si realmente se fijaba en mi, y dejé de coquetar con él.
Sobre las siete de la tarde estábamos exhaustos. Nos habíamos levantado temprano para el vuelo y tantas horas al sol me tenían muy cansada. Volvimos al hotel, cenamos y nos fuimos a la habitación. Nos duchamos por turnos y nos metimos en la cama. Yo me acosté con una camiseta blanca de tirantes y unas braguitas también blancas y mi hijo sólo con unos boxers. Abrí la ventana antes de meterme en la cama, y el frio aire de la costa rozó mi cuerpo proporcionándome una sensación muy agradable. Me acosté junto a mi hijo y estuvimos charlando un poco más, yo tenía la piel de galina de notar ese cuerpo tan cerca de mi y me estremecí cuando se apoyó ligermante en mi para darme un beso de buenas noches.No recuerdo cuando me quedé dormida pero siempre recordaré cuando me desperté.
Abrí poco a poco los ojos mientras notaba aquella mano acariciando mi culo, yo estbaa durmiendo de espaldas a mi hijo y me quedé mirando por la ventana las maravillosas vistas que daban al mar en plena noche mientras sentía la mano de mi hijo recorriendo mis nalgas. No entendía que pasaba, pero le dejé hacer para ver que quería. Mientras acariciaba mi culo, podía escuchar la fricción de la sábana, signo inequívoco de que se estaba masturbando.
"Dios mio, esto culpa tuya Elena, eso te pasa por comportarte como una puta con tu hijo.- Pensaba mientras notaba sus caricias.-Ahora no te queda más remedio que callarte y dejarle hacer para que se alivie el calentón"
" Menuda excusa, guarra -me dije a mi misma- quieres ver hasta donde desea tu cuerpo y lo sabes"
Pronto, las manos de mi hijo abandonaron mi culo y empecé a notar como retiraba un tirante de mi hombro para empezar a deslizar su mano dentro de mi camiseta acariciendo lentamente mi pecho.
" Vaya cariño, parece que nuestro hijo no es gay, va a pajearse tocando a tu mujer"- Pensé mientras sonreía para mi, pensando en el idiota de mi marido y dejándome hacer como una especie de venganza hacia él.
Pensaba que mi hijo sólo iba  acariciar mi culo como estímulo para su paja y no sabía si debía dejarlo seguir con sus tocamientos sobre mi, pero era placentero saber que mi hijo deseaba mi cuerpo. Sin duda la excitación le llevaba a ser más atrevido. Si sólo tocaba mi culo, podría achacarlo a algún movimiento involuntario mientras dormía pero si yo me "despertaba" aquello sería difícil disimular asi que seguí fingiendo un sueño profundo y me dejé llevar. Cuando su mano empezó a abarcar mi teta y sus dedos rozaban mis pezones, yo también empecé a excitarme. Noté como mis pezones se endurecían y mi hijo al notarlo comenzó a prestarles más atención mientras el ruido de su paja se hacía más evidente al ir aumentando él el ritmo de su masturbación.
Luego hizo algo inesperado,se pegó a mi espalda y acomodó su polla contra mi culo, presionando entre mis nalgas como si me follara. Joder, si no tuviera mi tanga notaría aquella polla rozando mi ya húmedo coño. Mientras sobaba mi teta, movía sus caderas rozándome con su polla y empezó a emitir gemidos ahogados. Yo aguantaba como podía, deseando que mi hijo perdiera del todo la cabeza y apartara mi tanga para rozar su polla directamente contra mi coño o que me penetrara. De repente, se levantó de la cama y se fue al baño. Mi hijo, el "gay" se estaba masturbando en el baño para descargar después de haber explorado un poco el cuerpo de su madre. Pasé la mano por mi culo, toqué una zona húmeda de su líquido preseminal y lamí mis dedos mientras acariciaba mi coño. Así seguí hasta que escuché la cisterna eliminando las pruebas de la corrida de mi hijo, recobré la compostura y volví a hacerme la dormida mientras Marcos se echaba en la cama para dormir con su querida madre.
Sonreí a la noche tinerfeña mientras pensaba que aquellas dos semanas iban a ser muy interesantes...


A la mañana siguiente, mi hijo actuaba con total normalidad hacia mi. Estaba un poco cansada al no haber dormido mucho. Aunque mi hijo, después de desfogarse, se había dormido inmediatamente, su querida mamá se había estado debatiendo durante lo que le parecieron horas entre lo que su cuerpo había sentido y lo que su mente le dictaba. Antes de volverme a dormir, la mente había ganado, pero mientras permanecía en la cama despertándome, Marcos se levantó para vestirse y bajar a desayunar y me quedé observando aquel torso juvenil y mi cuerpo volvió a tomar la delantera. Tomé la decisión de que aquella escena nocturna volviera a reptirse.
Me levanté de la cama y agarré del armario mi vestido verde, un vestido precioso con la parte de arriba con tirantes y un sugerente escote y en la parte de abajo, la falda terminaba con un bonito vuelo. Dejé el vestido sobre la cama y me quité la camiseta con la que había dormido dejando mis tetas a la vista. Miré disimuladamente para fijarme en mi hijo y vi como me miraba de reojo las tetas intentando disimular. Me coloqué el vestido sin sujetador y le dije a Marcos que ya estaba lista.
Cuando terminamos de desayunar, salimos a dedicar el día a hacer turismo. Yo caminaba cogida al brazo de Marcos y me iba pegando exageradamente a él para señalarle cualquier cosa que veía para aprovechar y pegar mis tetas contra su brazo. Cuando veía algo que me gustaba le decía que me echara una foto y mientras me alejaba para colocarme donde quería salir, iba contoneando mis caderas mientras imaginaba a mi hijo observando mi culo. 
Pronto mi hijo fue cogiendo confianza ante mi naturalidad para con él, y de vez en cuando me pasaba la mano por la cintura mientras observábamos algún escaparate o algún punto curioso de la ciudad. Se me ponía la carne de gallina cuando lo hacía y me entraban unas ganas locas de besarle pero debía ser prudente, mi hijo pensaba que yo no me había dado cuenta de lo sucedido la noche anterior y yo le repetía de vez en cuando, lo mucho que me alegraba de que pasáramos juntos aquellas vacaciones después de tanto tiempo separados, para que pensara que mis acercamientos se debían a mi amor de madre por él y no intentos por ponerlo cachondo y que volviera a envalentonarse a meterme mano de nuevo aquella noche.
Ya por la tarde, entramos en un sitio de copas donde me sorprendí de que mi hijo hubiera empezado a beber cerveza. Volví a adoptar mi papel del chiringuito el día anterior, me reía exageradamente con sus anécdotas meciéndome hacia adelante y atrás para provocar el movimiento de mis tetas, o miraba a mi alrededor sin prestarle atención a él mientras abrazaba mi cuerpo para que mis pechos se exhibieran delante suya.
Cuando volvimos a la habitación ya era bastante tarde. Le dije a mi hijo que iba a ducharme y a meterme en la cama pronto ya que estaba muy cansada. Tuve que usar todo mi autocontrol para no masturbarme en la ducha mientras el agua caliente caía por mi cuerpo y los pezones se me endurecían, mientras imaginaba las fuertes manos de mi hijo acariciándome mientras escuchaba el sonido de su masturbación. Finalmente salí de la ducha, me coloqué un tanga mientras me recreaba acariciando mis piernas y, pasando de sujetadores, me puse una camiseta también blanca mientras comprobaba con placer que mis duros pezones se marcaban en la tela.
Cuando salí, mi hijo ya estaba tumbado en la cama con su boxer puesto, admiré su cuerpo mientras vanzaba y pasé mi cuerpo por encima suya para pasar a mi lado de la cama en lugar de rodearla, procurando que mis tetas rozaran su cara. Le dí un beso de buenas noches bastante cerca de sus labios, me giré dándole la espalda y me dormí, esta vez encima de las sábanas.
No supe si pasó mucho o poco tiempo, pero empecé a notar de nuevo la mano de mi hijo acariciando mi culo. Sonreí a la noche mientras notaba la mano de mi hijo pasando su mano por toda mi nalga expuesta. Noté como mi coñito empezaba a humedecerse esperando que mi hijo siguiera su exploración sobre mi.  Sentí como se movía en la cama para ponerse de lado y aquella mano empezó a subir por mi cadera, hasta llegar a mi pecho. Esta vez no me había puesto tirantes, quería que sufriera un poco más la vergüenza de ser descubierto para alcanzar mi teta desnuda. Mi hijo me amasaba mi pecho y empecé a notar como se arrimaba para rozar su fabulosa polla contra mi tanga. Yo me mordía el labio para no gemir, mientras notaba como presionaba mi entrada como intentando penetrarme y su mano intentaba torpemente pasar por debajo de la camiseta. Finalmente lo consiguió y agarró mi teta con la mano desnuda. Pasaba sus dedos por mis pezones mientras con la otra mano pasaba su polla por todo mi tanga.
"Este es el momento, zorra. Esta noche nos toca corrernos a los dos" me susurró aquella vocecilla inmoral.
Lentamente empecé a girarme. Mi hijo apartó su mano de mi teta y empezó a girarse disimuladamente hacia el otro lado. Puse mi mano en su pecho y le hice tumbarse boca arriba para después ir bajando mi mano por su cuerpo hasta agarrar su polla.
-¿Mamá?- me dijo con voz ronca.
- Tsss, no hables cielo. Relájate. Voy a darte lo que has venido a buscar.
Empecé a pajearlo, tumbada de lado hacia él mientras observaba mi mano subiendo y bajando por su polla a la luz de la luna. Mi hijo alternaba su mirada entre lo que su madre le estaba haciendo y hacia mi. Poco después, me quité mi camiseta liberando mis pechos y volví a pajear a mi hijo.
- Cariño, toca las tetas de mamá como antes.
Pronto su mano empezó a sobar mi teta con su mano. Intentaba abarcarla entera mientras yo sonreía mirando sus ojos fijos en mi pecho.
- Pellizca mi pezón.
Me estremecí y solté un ligero gemido cuando los dedos de mi hijo se cerraron en mi pezón.Poco después. aparté su mano delicadamente y me incliné hacia él, ofreciendo mi teta a su boca. Mi hiijo empezó a mamar de mi después de tantos años mientras yo seguía trabajando su polla. Acaricié con mi dedo la punta de su cipote, cogiendo un poco de su líquido preseminal y lo llevé a mi boca mientras me retiraba para quitar mi tanga. Mi hijo me observaba y se quitó su boxer del todo esperando lo que su madre quería hacer a continuación. La idea de cabalgar aquella polla acudió a mi mente.
"Tranquilizate, sigue con el plan. Mejor esperar a mañana, mejor saber como le habrá afectado esto cuando haya tenido tiempo de procesarlo. Una paja es más inocente y menos traumático que haberse follado a su madre" Jodida vocecilla moralista.
Me tumbé abriéndome, pasando una de mis piernas por encima de la suya, agarré su mano y chupé sus dedos para deslizarlos por mi cuerpo hasta llegar a mi húmedo coño. Solté su mano, disfrutando de los movimientos inexpertos de mi hijo y volví a agarrar su polla para seguir meneándosela.
- Cariño, mete dos dedos dentro de mami.
Gemí cuando noté los dedos de mi hijo entrando dentro de mí, comencé a mover mis caderas para que aquellos dedos inexpertos tocaran las zonas que más placer me daban mientras aceleraba el movimiento de mi mano sobre su polla. Con mi otra mano pellizcaba mis pezones mientras escuchaba los jadeos de mi hijo. Cerré los ojos, bajando un poco el ritmo de mi mano, buscando correrme antes que él. Bajé la mano de mis tetas, poniéndola encima de la suya para guiar sus movimientos hasta que empecé a gemir y a correrme con los dedos de mi hijo dentro de mi coñito. Saqué su mano y volví a ponerme de lado mirando hacia él y aceleré el ritmo de la paja. Mi hijo jadeaba mientras sobaba mi teta. Empezó a mirar su polla esperando su corrida y lo imité para no perdermelo. Pronto, chorros de semen comenzaron a salir de aquella polla fantástica, miraba como caía aquella leche caliente sobre mi mano mientras seguía pajeándole admirando la cantida de esperma que mi hijo lanzaba. Cuando paré, retiré mi mano y me tumbé mientras mi hijo, sin decir palabra, iba hacia el baño para limpiar su entrepierna y su abdomen. Allí a solas, comencé a lamer el semen de mi mano, disfrutando el sabor de mi hijo. Antes de que saliera volví a adoptar mi postura del principio de la noche y ,con una inmensa felicidad, noté como mi hijo pasaba su brazo sobre mi para abrazarse y quedarse dormido con su cuerpo desnudo pegado al mío.
Cuando desperté a la mañana siguiente, mi hijo estaba durmiendo boca arriba. Me di la vuelta despacio y empecé a acariciar su pecho y a besar su rostro. Pronto despertó.
- ¿Disfrutaste anoche, cariño?
- Mucho mamá, ¿y tú?
"buena señal, habla conmigo con normalidad"
- Yo también disfruté, cielo. Y dime, ¿alguna vez habías hecho algo así antes con alguna chica?
Mi hijo empezó a ruborizarse.
- Mamá, yo...yo ni siquiera...
- Tranquilo, amor. Habla conmigo.
- Yo ni siquiera he besado a una chica.- Me confesó colorado de la vergüenza.
-¿No?- Le pregunté besando su carita.- ¿A ninguna de las chicas de las que me has hablado?
- No, tengo muchas amigas, pero ellas siempre me tratan como a un amigo y no se interesan por mi en ese sentido.
- Bueno, tranquilo, ya hablaremos de ese tema. Ahora voy a enseñarte a besar.
-¿Tú?
- Si tu quieres, claro. Si tú quieres, puedo enseñarte mucho estas vacaciones sobre como tratar con las chicas, románticamente y sexualmente.
Mi hijo se me quedó mirando muy serio.
- Mamá, yo no sé, lo de ayer me gustó muchísimo, pero eres mi madre. Me encanta tu cuerpo, pero estaría mal.
- A mi también me gusta tu cuerpo, Marcos. Y este podría ser nuestro secreto, siempre hemos estado muy unidos y me encantaría ser yo quien te enseñara todo lo que sé. Ya eres adulto y sé que el incesto está mal visto, pero me parecería genial ser yo quien te descubriera los placeres del sexo.
Y acerqué mi cara y empecé a besar sus labios. Besaba aquellos dulces labios con amor y con mi mano fui buscando su polla. Cuando la agarré, empecé a masajeársela y la boca de mi hijo se abrió, dejándome introducir mi lengua para buscar la suya. Nuestras lenguas empezaron a danzar, dándole a mi hijo una lección magistral de cómo tratar a una mujer. Al cabo de unos minutos nos separamos.
- ¿Que tal?
- Eso ha sido maravilloso, mamá.
- Cielo, ¿que te parece si durante las vacaciones me llamas Elena para que esto no se te haga tan violento? Quiero que pienses en mi durante este tiempo como una mujer, como una novia, no como una madre.
- Está bien ma... Elena.
- Buen chico. Ahora relájate. Deja a tu amor hacer y disfruta.
Me deslicé por la cama hasta que mi cara estuvo frente a su polla. Seguí masturbándolo mientras le miraba y empecé a darle besos y lametazos en su tronco. Cuando vi que todo iba bien, abrí mis labios y empecé a introducirme aquel trozo de carne en la boca. La metía y sacaba mientras movía mi lengua acariciándola. Miré a mi hijo, que me devolvía la mirada completamente extasiado. Le sonreí con su polla dentro de mi boca y empecé a hacerle una buena mamada. Mi cabeza subía y bajaba degustando su polla mientras con mi mano acariciaba sus huevos.
- Oh, Elena. Voy a correrme. Sigue así.
Pobrecito,habría que corregir lo poco que aguantaba, aunque era normal siendo su primera mamada con el añadido del morbo del incesto. Seguí mamando su polla hasta que noté el semen caliente de mi hijo inundando mi boca. Empecé a tragarlo mientras seguía chupándole suavemente, notando como un poco de su semen escapaba por la comisura de sus labios.
"Joder, vaya cantidad de esperma suelta este chico en cada corrida"
Saqué su polla de mi boca, mientras la lamía para limpiarsela, disfrutando de la cara de mi hijo mientras lo hacía. Cuando terminé dejó caer su cabeza en la almohada.
- Eso ha sido una pasada mamá... Elena.
- ¿Sabes qué, amor?.- Le dije besando su pecho.- Prefiero que me llames, mamá.
Y volví a besarle, feliz por enseñar a mi hijo los placeres del sexo y pensando en lo poco que tardaría aquella polla en estar dentro de mi.


Dejé a mi hijo tumbado en la cama mientras disfrutaba relajado de los momentos después de la mamada. Paseaba desnuda por la habitación mientras preparaba las cosas para irnos a la playa. Sobaba mis tetas ante su mirada y me agachaba siempre que tenía que recoger algo de manera que Marcos tuviera una buena imagen de mi coño.  Cuando terminé de prepararme ya lo tenía de nuevo con la polla como una roca.
- Vamos, ponte el bañador y vamos a la playa. 
"Vamos, levántate, desnúdame y fóllame" Dijo mi voz de puta en mi cabeza.
Un poco decepcionada, me quedé mirando a mi hijo mientras se vestía. Aún era pronto para que empezara a tomar la iniciativa, pero ya le enseñaría a tratar a una mujer.
Cuando llegamos a la playa aún era bastante temprano. Fuimos andando por la orilla para alejarnos de donde la gente suele ponerse para buscar algún sitio algo más íntimo. Cuando nos alejamos bastante de la zona habitual, colocamos nuestras cosas y saqué la crema protectora y me tumbé boca abajo pidiéndole a Marcos que me le echara por la espalda.
- Cariño, cuando he visto tu polla de nuevo dura pensaba que querrías quedarte un rato más en la habitación.- Le dije mientras notaba sus manos masajeando mi espalda.
- Jo, claro que quería, pero como has dicho que bajaramos...
- Te dije que durante las vacaciones tu y yo somos pareja así que toma nota, cielo. A las mujeres nos gusta que sus hombres tomen la iniciativa, a mi me encanta sentir que mi hombre está excitado con mi cuerpo y me gusta que me demuestre lo cachondo que está por mi lanzándose a mi cuerpo y follándome sin yo pedirlo.
- Vale mamá, lo tendré en cuenta.
- Y para entrarle a una chica vale lo mismo. Que la chica que te guste vea que eres un hombre que va a saber lo que hacer con ella. Cariño, a las mujeres nos gusta que se nos trate con cariño en el día a día y que nuestro hombre tenga su punto dominante en la cama.
"Venga, joder, empieza a meterme mano, más claro no te lo puedo decir"
- Muy bien mamá, gracias por los consejos. Así que a mi mujer le gusta que su hombre domine la situación ¿no?- Respondió mientras desabrochaba la parte de arriba de mi bikini.
- Mmmm, lo has entendido bien.
Siguió extendiendo crema por mi espalda a la vez que iba acariciando las partes de mis tetas accesibles en aquella posición. Después bajó sus manos acariciando mi espalda hasta llegar a mi culo y se deleitó sobándomelo todo lo que quiso.
- Esto ya está mamá, date la vuelta.
Miré hacia los lados para comprobar que no hubiera nadie cerca. Ya se veían algunas personas pero estaban bastante alejadas de nosotros. Me dí la vuelta y me tumbé, mostrándole a mi hijo mis tetas mientras le sonreía. Enseguida echó sobre mi pecho un chorro de crema solar y empezó a sobar mis tetas mientras lo esparcía por mi cuerpo. Yo soltaba pequeños gemidos cada vez que pellizcaba mis pezones. Poco después me dijo que ya estaba y se tumbó en su toalla.
"Este chico es tonto"
Alargué la mano y le agarré la polla por encima del bañador. Mi hijo abrió los ojos y se quedó mirando mi mano, seguramente esperando que le pajeara.
- ¿Te gusta cuando mamá te pajea, Marcos?.- Movió su cabeza indicando que si.- ¿ Y te gusta que mamá te chupe la polla?.- Misma respuesta.- Pues mamá va dejar de hacerte todo eso si no empiezas a escuchar lo que mamá te dice.- Y solté su polla, me puse las gafas de sol y me quedé tumbada.
Por el rabillo del ojo, observé como Marcos se mordía el labio como pensando que era lo que tenía que hacer. Finalmente se recostó a mi lado y empezó a tocar mis tetas y a pellizcarme los pezones. Yo seguía sin decir nada, sólo volvía a gemir mientras lo hacía y pronto su boca se acercó a mi teta y empezó a mamar de ella. Acaricié su cabeza para indicarle que me gustaba lo que hacía y disimuladamente comencé a abrir mis piernas.
- Amor, mete los dedos en el coñito de mamá.- susurré en su oido.
Marcos apartó el tanga de mi bikini y empezó a meter sus dedos en mi ya mojada raja, mientras su boca soltaba mi pezón y metía su lengua en mi boca.
" Vaya, al fin está despertando el macho que hay en mi hijo"
Su mano aceleraba el ritmo, pero eran movimientos torpes como los de la noche anterior. Dejé de besarle para mirarle a los ojos mientras cogía su mano y la sacaba de mi interior
- Mira el coño de mamá, cielo. Te voy a enseñar a masturbar a una mujer.
Me quité el tanga, quedándome desnuda en aquella playa. Tendría que darme prisa, ya había gente algo más cerca que la última vez que miré y una cosa era enseñar las tetas y otra tener el coño al aire. Me abrí de piernas y mi hijo se puso delante mía. Empecé a abrir mi coño mientras Marcos no perdía detalle y lo iba tocando todo mientras le explicaba. Frotaba mi clítoris y luego le decía a él que me lo hiciera y le enseñé que, aparte de meter los dedos, debía rozar con las paredes para dar más placer. Cuando lo dejé hacer yo ya estaba cachonda perdida y él había tomado buena nota, porque pronto tuve que poner mi mano sobre mi boca para tapar un grito mientras me corría. Me quedé tumbada en la toalla con las piernas temblando y acariciando mis tetas.
- Joder, Marcos, que rápido aprendes.
- Tengo una buena maestra. Tómate unos minutos para recuperarte que ahora me toca a mi.
Lo miré sonriéndole. Por fin iba aprendiendo a tomar lo que es suyo en vez de esperar a recibirlo. Volví a ponerme el tanga y me recosté a su lado mientras le comía la boca. Había descubierto que practicar sexo con mi hijo me resultaba más natural de lo que creía. Era muy excitante, pero lo que más cachonda me ponía era comerle la boca, parecía que aquello fuera más prohibido que hacerle una paja o mamarle la polla y me ponía a mil notar nuestras lenguas fundiéndose. Bajé un poco su bañador para liberar aquella preciosa polla y empecé a subir y bajar mi mano mientras miraba su brillante capullo. Mi hijo miraba la mano de su madre pajeándole y empezó a gemir mientras tocaba mis tetas. Estaba deseando chupar aquella polla pero eso llegaría después. Poco después observé los abdominales de mi hijo tensarse y me quedé mirando como los chorros de leche caliente salían de su glande y caían sobre su abdomen y mi mano. Seguí masajeándole lentamente para sacar todo su semen y me lamí la mano saboreando la corrida de mi hijo. Saqué una toallita de mi neceser y le limpié amorosamente el destrozo, para tumbarnos uno al lado del otro disfrutando de las vacaciones.
Desde aquel momento ya todo cambió. Mi hijo me comía la boca en el momento más inesperado o acariciaba mi entrepierna. Me dijo que me quedara en topless y le obedecí encantada asi que de vez cuando notaba su boca en una de mis tetas. 
"Has despertado al macho, puta. Sigue calentándolo y métele una buena follada cuando volváis"
Pronto la gente que bajaba a la playa llegó demasiado cerca de nosotros y mi hijo tuvo que empezar a controlarse. Sacamos algo para comer y seguimos tumbados mientras notaba las caricias furtivas de Marcos sobre mi cuerpo. Al cabo de un rato aquellas caricias me supieron a poco, necesitaba notar las manos de mi hijo abusando de mi cuerpo y le dije que nos fueramos al agua.
Nos alejamos de la orilla hasta que casi no hacíamos pie y mi hijo me agarró mis tetas por detrás mientras mordía mi cuello. Joder, cómo había aprendido mi hijo a excitar a su hembra. Tanteé por su bañador y agarré su polla mientras notaba sus dedos pellizcando mis pezones y mi coño iba humedeciéndose. Saqué su polla del bañador y la restregaba contra mi culo mientras que él metía una mano por mi tanga y acariciaba mi coñito.
- Mamá, vamonos ya a la habitación. Quiero follarte.
Me giré para quedar frente a él y empecé a comerle la boca mientras le pajeaba.
- Vaya, ¿ya no te vale con la mano y la boca de mamá?.- Le dije pícaramente para provocarle a que me dijera obscenidades.
- Tu mano y tu boca son geniales, mamá. Pero quiero meter mi polla en tu coñito.- Me dijo mientras volvía a meter sus dedos dentro de mi.
- ¿Ah si? ¿Quieres el coñito de mamá?¿ Y qué pasa con mi culo?
Mi hijo se quedó mirándome un poco bloqueado.
"Te estás pasando puta. Demasiado rápido"
- Joder, mamá. Claro que quiero follar tu culo.
Le volví a besar, le cogí la mano y volvimos a la orilla para recoger nuestras cosas.
Cuando llegamos a la habitación, mi hijo no podía apartar sus manos de mi. Me quitó la ropa con ansia y empezó a chupar msi tetas frenéticamente cuando me tuvo completamente desnuda.
"En este estado se va a correr nada más metertela. Vas a tener que relajarlo antes de empezar"
Lo tumbé en la cama y me lancé directamente a por su polla. La envolví con mis labios y empecé a mamársela mientras soltaba pequeños gemidos para excitarlo al máximo. Mi hijo me agarraba la cabeza sin parar de resoplar mientras sus huevos se iban llenando con la saliva que escapaba de mi boca.
- Joder, mamá, para o voy a correrme.
Al escucharlo empecé a acelerar el ritmo de la mamada, clavándome su polla en la garganta hasta que oí su grito y noté los chorros de semen derramarse por mi boca. Lo tragué todo y lamí bien su polla para no dejarme ni una gota.
- Ahora estarás más preparado para lo que viene a continuación.- Le dije sin dejar de masajear su polla.
Subí por su cuerpo dejando mi coño a la altura de su polla flácida y empecé a comerle la boca y a darle de mamar mis tetas.
- Eso es amor, chupa las tetas de mamá. Me vuelves loca cuando lo haces.
Pronto empecé a notar su polla presionar contra mi vagina y volví a bajar a pajearle mientras le chupaba sus huevos para devolverle a su polla todo su esplendor. Cuando la tuve de nuevo apunto volví a subir abriéndome de piernas y apuntando aquel precioso falo a la entrada de mi coñito.
- Prepárate amor. Te va a encantar. Agarra el culo de mamá.
Empecé a bajar poco a poco, metiéndome aquella polla maravillosa en mi interior mientras veía como mi hijo cerraba los ojos, dejándose llevar por el placer.
"Joder, por fin. Ya tengo la polla de mi hijo hurgando en mi interior"
Comencé una suave cabalgada mientras acariciaba los pectorales de Marcos y sentía todo el esplendor de su polla dentro de mi. Joder, menuda gozada estar desvirgando a mi hijo. Marcos, soltó mi culo para masajear mis tetas mientras miraba hacia abajo para ver como su polla entraba y salía de su madre.
-¿Te gusta lo que ves, cielo?
- Joder, mamá, esto es la ostia. Me encanta tenerla dentro.
Sonreí mientras aceleraba el ritmo de la cabalgada a la vez que ponía saliva en mi mano y empezaba a esparcirla por mi culo para empezar a dilatarlo. Marcos solotó un pequeño gruñido de protesta cuando saqué su polla de mi coño para luego contener la respiración mientras su miembro se abría paso por mis entrañas. Cuando tuve su polla completamente dentro de mi culo, me recliné hacia atrás colocando las manos en la cama, mientras subía y bajaba mis caderas para que mi hijo tuviera un plano perfecto de su polla sodomizando el culo de mamá.
-Ohhh joder mamá, si eso es, sigue.
- Ohh, joder Marcos, menuda polla tienes hijo. Acaricia mi coño, mete tus dedos mientras follas el culito de mamá.
Los dedos de mi hijo entraron en mi coño encharcado provocando unos gemidos escándalosos por mi parte. Empecé a acelerar la follada notando como la polla de mi hijo me reventaba el culo.
- Ohh, joder mi niño. Sigue, mamá esta a punto de correrse.
- Yo también me corro mamá, te voy a llenar el culo de leche.
Marcos empezó a resoplar y empecé a sentir como mi culo recibía los trallazos de semen de mi hijo mientras yo frotaba mi coño y me corría gritando como una loca. Cuando mi orgasmo se relajó, empecé a sacar su polla de mi culo y notaba como su leche caía sobre su abdomen y su miembro. Mi hijo se levantó para ir a limpiarse mientras yo me tumbaba en la cama y volvía a introducir mis dedos en mi coño.
"Ya tienes lo que querías puta. Se acabó la excusa de enseñar a tu hijo. Disfruta del recuerdo de estos días" Decía mi conciencia en mi cabeza.
" Y una mierda. Esa polla es mía y si él quiere, este mojado coño es todo suyo" Respondía la puta incestuosa que había despertado dentro de mi.
Abrí los ojos y vi a Marcos masajeando su polla mientras me observaba. Era increible que después de dos corridas en tan poco tiempo la polla de mi hijo estuviera otra vez casi lista para la tercera.
- Bueno, cariño. Ya sabes como tratar a una mujer y como follártela. Las clases de mamá han terminado.- Le dije mientras no paraba de masturbarme delante suya.
" Por favor, Marcos, sigue follándote a tu madre. Destroza a mamá durante todas las vacaciones. Necesito seguir disfrutando de tu polla"
- Ni hablar.- respondió mi hijo mientras me pellizacaba un pezón.- Las vacaciones no han terminado y debo seguir satisfaciendo a mi mujer.
Sonreí mientras mi hijo se subía encima de mi y me clavaba su enorme polla de un sólo golpe.
El resto de vacaciones fueron una sesión de sexo detrás de otra. Encontramos una pequeña cala donde pudimos follar al aire libre y bañarnos desnudos, el resto del tiempo lo pasábamos en la habitación aumentando la experiencia de mi hijo con las mujeres.
El último día, mientras estábamos recogiendo, mi hijo se acercó a mi y me besó.
- Mamá, dime que esto no se acabado.
- Pero Marcos, he disfrutado mucho de las vacaciones, ya lo sabes. Pero todo esto empezó para que te soltaras con las chicas y tuvieras una novia de tu edad. No puedes pasarte el resto de tu vida follando con tu madre.
- Vale. Pues no me pasaré el resto de mi vida follando "sólo" con mi madre.
Mi coño se humedeció prácticamente al instante al escuchar su réplica.
" Dile que no, puta. Que se busque una novia y que mantenga el recuerdo de estas semanas como tú deberías hacer"
- De acuerdo, hagamos un trato.- "Eres una puta"Búscate una novia este semestre y ya hablaremos cuando vuelvas a casa para las vacaciones de Navidad.
- Hecho.- Me contestó él volviendo a meter su lengua en mi boca.
Durante el semestre, Marcos y yo nos llamábamos casi a diario. Cuando su compañero de habitación no estaba, usábamos skype para masturbarnos uno delante del otro. Mi hijo seguía yendo al gimnasio y su cuerpo me volvía loca. Me encantaba ver su polla eyaculando en sus duros abdominales mientras yo alcanzaba el orgasmo. Cerca de un mes antes de las vacaciones me dijo que había conocido a una chica y habían empezado a salir juntos. 
- Se llama Laura. Es una chica preciosa y muy divertida. Es increible como han funcionado las vacaciones, mamá.
Yo no sabía si sería verdad o si mi hijo sólo quería follarme durante las navidades pero evidentemente me importaba una mierda. Al poco de separarnos, me di cuenta de que el sexo con mi marido, auqnue satisfactorio, no me complacía tanto como el morbo del incesto con mi hijo.
- Mira, te paso una foto.
Resulta que era verdad. Laura era una chica preciosa y en la foto salía besándose con Marcos.
- Es preciosa, cariño.- Le dije un poco triste. En el fondo sabía que si se enamoraba, no tendría sentido seguir con el trato.
- Pues ahora quiero recordarte nuestro acuerdo. Estoy deseando llegar a casa para follarte.- Me dijo mientras sacaba su polla y empezaba a masturbarse.
- Pensaba que si te echabas novia no ibas a seguir adelante con el pacto.- Le respondí mientras sacaba mis tetas.
- Me gusta mucho, pero ya te dije que no por eso iba a dejarte mamá. Te quiero mucho y me encanta follar contigo.
- A mi también hijo.- Le dije mientras acariciaba mi coñito.- Pero cuando vengas tu padre estará por aquí. 
- ¿Mi padre el que casi ni me mira porque piensa que su hijo es maricón? No le digas que tengo novia, que siga pensando que soy gay, mientras me follo a su mujer en su propia casa.
"Menudo macho has creado, puta. Ya te habla como si tu opinión no importara. Sabe que te tiene totalmente sometida"
- Joder, Marcos. Que bien te sentaron las vacaciones.- Le dije mientras escuchaba los chapoteos de mi coño.
- Ya lo verás cuando llegue, mamá.

4 comentarios - Provocando e Iniciando a mi Hijo en el Sexo Parte 1

jorvac164 +1
Que mamita puta resultó ser!!!!!Te dejo 10 y saludos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!