#29 A Eli le gusta que la miren (primera parte)

Eran las vacaciones más aburridas para Eli. El viaje hacia el sur había sido largo y la casa de playa del tío Jorge, aunque con una vista del paisaje increíble, estaba demasiado lejos de cualquier parte. Pensar que tendría que estar allí durante tres semanas era algo que a Elizabeth irritaba bastante.
Ella era más bien introvertida, de las que prefería estar a solas en su habitación viendo su serie preferida, o leer un libro en completa tranquilidad, a estar tostándose al sol en la playa. Adoraba su blanca piel y se acomplejaba un poco de su cuerpo chubby, de modo que los bikinis siempre le quedaban pequeños y le resultaban molestos. Aceptó ir por su madre, sus dos hermanos no lo hicieron y ella había deseado ir con al menos uno de sus hijos.
La triste historia de Elizabeth iba a ser más aceptable si su primo Javi no estuviera con ellos. Su tío les prestó la casa, pero insistió en que su hijo Javier se quedase con Eli y su madre.
- Oye Eli. ¿Qué te paso? Ahora eres una vaca - lo solía importunar la mayor parte del tiempo.
- Y a ti que te importa.
- Me importa porque tengo que ver tu enorme trasero en la playa.
- Pues no lo mires, animal.
- El animal pareces tú ahí acostada.
- Estúpido.
Hacía años que no lo veía, era cinco años menor así que Eli siempre lo vió como un chiquillo por más que ahora él tuviera dieciocho. El chiquillo ahora se había convertido en un joven fuerte, aunque la adolescencia no había sido amable con su rostro. Y para colmo, lo pesado e insoportable se había incrementado.
- Oye, vaca. Cuidado cuando subas por las escaleras, las vas a romper.
- Te dije que no me llamaras así. Idiota.
- Pero eso eres, una vaca.
- Y tu eres un burro, tonto.
Elizabeth se sentía sola, sus días eran caminar por la playa cuando no había tanto sol, revisar sus redes sociales con la poca señal que tenía allí, hablar con su madre de pequeñeces y evitar las bromas de su primo.
Dos semanas pasaron lentamente y el lunes, como el lunes anterior, su madre fue al pueblo para comprar víveres. Elizabeth quería ir con ella pero su primo los lunes iba a jugar volley de playa y alguien se tenía que quedar con él. 
Elizabeth aprovecho la mañana para caminar por la playa, el short que llevaba era bastante grande, se sentía cómoda con él. También era grande la remera blanca de algodón que llevaba puesto, abajo no tenía nada.
<Libertad total. De todas formas aquí no hay nadie que me mire>
Se acostó en la arena por un tiempo, sus pechos eran grandes y su blanca piel brillaba, su pelirrojo cabello conpletaban el espectáculo. cambió de posición, acostadose boca abajo y al rato sintió que alguien la observaba pero cuando se incorporaba solo veía arena y mar. No tardó mucho para que el sol empezara a quemar, así que Eli regresó a la casa.
Preparó el almuerzo para ella y para Javi. Ella tenía el cuerpo mojado de sudor y lleno de arena <Pero no pienso bañarme aún, lo haré después de comer. No me importa la maldita arena en el culo>.
Cuando su primo llegó ya estaba el almuerzo, de modo que almorzaron juntos.
Elizabeth notó que su primo también estaba bastante sucio. El lo pasaba en altura, aunque con su metro sesenta muchos superaban a Eli. También notó que su cuerpo no estaba tan mal, si le tapaban la cara, y la boca <es un idiota, si fuera un poco más inteligente lo dejaría más atractivo> de pronto se detuvo a pensarlo mejor <Por Dios Eli, ¿Qué piensas? Estas loca, dos semanas aquí más el mes que llevas de abstinencia te están afectando el cerebro>.
Lo cierto era que Eli se sentía, desde hace unos días, algo más dispuesta a pensar en sexo. Se solía masturbar pero por alguna razón no lo había echo desde que llegaron. Había pensado en sexo en su soledad y ya no sabía si el calor que sentía era por ambiente, o por sí misma.
- ¿Qué miras con tus ojos de vaca? - le espetó su primo, porque mientras pensaba todo ésto se quedo mirándolo absorta en sus pensamientos.
Eli se sobresaltó, pero al instante se recuperó, le preguntó algo que lo quitó de lugar:
- Javi, burrito, ¿Tienes novia?.
- ¿Acaso éstas interesada?
<El idiota se ruborizó, seguro que aún en virgen con esa actitud, igual es terco y se defiende>
- Por favor, ¿En un burro como vos? Dudo que alguien lo piense. Apuesto que eres virgen.
- Tú que sabes, la virgen aquí eres tú, vaca obesa.
- Esta gordita ha follado más veces que tú, ¿Eres virgen, chaval? Tu almohada no cuenta.
- jaja, pero que vaquita más graciosa - los ojos de su primo denotan su nerviosismo, le falló la voz al volver a hablar - Pa...para que lo sepas, soy un hombre. Claro que no soy virgen, me cogí a una mujer la semana pasada en plena playa...
- ¿Así? Pues cuéntame como fue - Eli se apoyó sobre la mesa con sus codos, sujetando la barbilla con sus puños, en una pose de curiosidad exagerada. Por unos instantes notó como su primo bajaba la mirada hacia sus senos, la remera era algo traslúcida y en esa posición se dejaban notar parte de sus senos. Lo ignoró.
- Pues, mirá, sucedió que... - Javi comenzó a contar su historia. Elizabeth lo escuchaba entretenida. De alguna forma los detalles le produjeron cierta excitación. Cuando ya iba al final del relato ella estaba excitada, para su sorpresa.
- ...y así, ¡Bum! Acabé en sus pechos.
- Bueno, parece que dices la verdad Javi, tendré que creerte - Eli se levantó y se estiró la espalda adolorida, sus abundantes pechos se pegaron a la remera y los pezones erectos se hicieron notar, ella estaba segura que su primo no se perdía detalle, pero simuló un bostezo y cerró los ojos - muy bien. Falta dos horas para que llegué mi mamá, iré a bañarme mientras tu lavas los platos.
Cuando se dirigía hacia las escaleras se detuvo antes de subir y miró sobre su hombro, su primo seguía sentado y la miraba también, con la boca abierta. Él apartó la mirada rápidamente. <Aparte de idiota resultó ser un calentón ¿Me estaba mirando el culo?> Elizabeth subió a su cuarto, preparó sus cosas para la ducha, salió y cuando llegó al baño se encontró con que la puerta estaba cerrada 
- ¡Hijo de puta! Sal de ahí, te dije que yo me bañaría.
- ¡Tardaste demasiado vaca lenta! - gritó su primo del otro lado - yo me baño primero así que aguantate.
Elizabeth siguió insultando a su primo por un rato más, se dió por vencida y regresó a su cuarto. Paso varios minutos antes de escuchar la puerta del baño abrirse, salió a toda velocidad, descalza y con las zapatillas en la mano. Su primo la vió y comenzó a correr hacia su propio cuarto. Entró justo cuando Eli le lanzaba las zapatillas y se estrellaron en la puerta.
- ¡Idiota!
- ¡Vaca obesa!
Cuando por fin entró al baño se dió cuenta que olvidó su ropa en el afán de golpear a su primo. En el baño había toallas, así que Eli mandó todo al demonio y se enfocó en sacarse toda la arena y el sudor.
Se quitó la ropa y abrió la regadera para meterse dentro del frío torrente de agua. Empezó a enjaborse y de repente escuchó el sonido de la puerta al abrirse. Debía ser su primo quién salía de su habitación.
- ¡Lava los platos! - le gritó, pero no hubo respuesta. <¿Habré escuchado mal o el imbécil me está ignorando?>.
Siguió bañándose, la arena se le pegaba a la piel con insistencia, tenía arena en el pelo así también tuvo que lavárselo. Cuando terminó se dió cuenta que aún tenía arena entre las piernas <maldita playa de mierda, esta puta arena se me mete hasta por el orto>. Efectivamente, tenía arena entre las nalgas así que tuvo que pasarse las manos entre ellas, con abundante agua. Cuando llegó el momento de limpiarse la vulva sintió un líquido espeso, resultado de la charla con su primo. <Eli, necesitas sexo, urgente> meditó la idea de masturbarse allí mismo, aunque mientras lo pensaba se iba acariciando el clítoris con los dedos, lentamente, resbalando entre sus labios. De improvisto sintió una sensación familiar. ¿Qué era esa sensación?
<Es, algo que sentí, antes, ¿Pero que es?> De repente le llegó la respuesta. También se había sentido así antes de subir a las escaleras hace instantes, por eso giró la cabeza y ahí estaba lo que buscaba, ahora lo comprendió, después de hablar en la mesa su primo la había mirado, no a ella, sino a sus pechos, luego, cuando se levantó le miraba el culo, estaba segura de eso <Tonto, me llama gorda para molestarme, no estoy gorda, algo cubby... eso no importa, lo que en realidad importa es que le gusta mi cuerpo. Entonces, ¿A la mañana en la playa, también me estaba viendo?>.
En ese momento estaba sintiendo lo mismo, Eli se dejó de tocar y miró hacia la puerta cerrada, detenidamente. Le pareció oír pasos, pero con el ruido del agua no estaba segura. <¿Acaso Javi me está espiando?> La sola idea hizo que sintiera un escalofrío, pero, extrañamente no la molestó. Se sentía bien, que alguien que se pasara el día llamándole gorda estuviera, en secreto, interesado por ella.
No pudo resistir otro instante más, cerró la ducha, se envolvió con la toalla y salió corriendo. 
Nadie estaba afuera.
Algo decepcionada volvió a entrar al baño, pero al tocar la puerta vió que había manchas en ella, mirando mejor, también había manchas en el suelo. Eran pequeñas y los de puerta parecían que estuvieran a medio limpiar, como si alguien hubiera pasado algo para tratar de quitarlo apresuradamente. Elizabeth se agachó y tocó las manchas con un dedo; estaban húmedas y las del suelo eran algo viscosas. No parecían tener color, aunque eran demasiado pequeñas para afirmarlo.
Se llevó el dedo a la nariz y aspiró. El olor le era lejanamente familiar, ya lo había olido antes pero no estaba muy segura. Tuvo la necesidad de probarlo pero dudó en hacerlo. <No, no puede ser que sea...> Volvió a tocar las manchas y está vez, sacó la lengua y pasó el dedo por ella. Sintió un leve sabor salado y al instante escupió un par de veces, entró rápidamente al baño y cerró la puerta.
<Es semen>
Dejó que caiga la toalla al piso y Elizabeth se quedó desnuda, mirándose al espejo. La vulva le latía, nunca se había sentido así.
<Javi se estuvo masturbando... Mientras me espiaba>
Elizabeth sonrió. No sabía muy bien que pensar, lo único que podía hacer era sentir y en ese momento sentía muchas cosas: felicidad porque el tonto de su primo se pajeaba por ella, era como sí ella hubiera ganado la guerra, sentía rabia porque la estaba espiando y también sentía mucho, pero mucho placer. Elizabeth se dejó llevar.
Cerró los ojos se llevó la mano a la conchita y allí, parada y con los ojos cerrados empezó a tocarse sin pensar en nada más, concentrada solo en sus sensaciones. No se atrevía a pensar en su primo, aceptar que la calentaba era como rendirse después de ganar, así que solo se dedicó a tocar sus labios, acariciarlos y rozar levemente su clítoris, aumentando paulatinamente. No debió esforzarse más, el orgasmo le llegó más rápido que todas las veces que se había tocado. 
Quedó temblando un rato, hasta que por fin se dispuso a salir. Llegó a su cuarto y empezó a vestirse. 
<Javi, eres un burro, tonto de mierda>
Se colocó las bragas, pero se detuvo, lo pensó una vez más y se las quitó. Se colocó un short holgado y otra remera de algodón, si nada debajo de nuevo. <Si tanto quiere mirar, le daré algo que pueda mirar>
Bajó a la cocina y encontró a su primo, estaba lavando los platos.
- Muy bien sirviente - le dijo. Javi dió un salto del susto, se notaba que estaba un poco alterado <piensa que lo sé, pues sí idiota, se que espías a tu prima>
- Cállate vaquita. Mi tía llegará enseguida, solo lo hago por ella, no por ti. - por fin respondió su primo.
Elizabeth sonreía. No estaba segura de que hacer con respecto a lo sucedido, pero le divertía toda la situación. Decidió que era mejor asegurarse. Se sentó en la mesa y cruzó la piernas. Su primo se las miró por un momento mientras ella disimulaba ver su teléfono. Levantó la vista y el hizo lo mismo, se miraron a los ojos.
<Si, de verdad me mira, pero no, no es el momento, no ahora Eli. Lo tienes en tus manos, yo lo sé y él duda si lo sé o no. Tendré que pensarlo mejor>.
- ¿Qué miras? tonto.
- La cara de gorda que traes.
- Eres un idiota. 
Elizabeth se levantó y fue hacia la puerta. Podía ver el océano y el sonido de las olas y las gaviotas llegaban hasta allí. Sentía el viento en el rostro y el olor a sal en aire, el sol le daba de frente. Pero también sentía lo que ya sabía que era. La fija mirada de su primo, estaba segura que la miraba con sus ojos clavados en su culo.
<¿Te gusta lo que ves primo?>
Como respondiendo, su primo le gritó desde atrás:
- Oye vaca, sal de ahí, que haces un eclipse solar.
Elizabeth lo ignoró y se agachó, hizo como si se limpiará los dedos de los pies. Su short era holgado y sabía muy bien que la parte inferior de sus nalgas seguramente estaban al aire.
<Pues disfruta mientras puedas, porque se lo contaré a mi tío y estarás en problemas, te lo ganas por ser un imbécil>


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Ya está la segunda parte! Léelo aquí:
https://m.poringa.net/posts/relatos/3505492/vaquita.html
#29 A Eli le gusta que la miren (primera parte)
culona

6 comentarios - #29 A Eli le gusta que la miren (primera parte)

mrmkultra
Que increible post, y las fotos un excelente complemento!!!

EXITO DE TRABAJO

Saludos!!
eli_zorch
Gracias, siempre quiero dar contexto jeje
may6369
Bien, muy buen relato vas bien Ely, saludos hermosa
eli_zorch +1
Gracias por el apoyo de siempre. Te adoro
Ryan18o471
Follando mis agujeros en la cámara ahora mismo - http://poringa.club 💖💖💖
barnum77
Como me gustaría espiarte desde la puerta de baño!!!