Caliente en primavera me saqué mi semen con Martina

 
La primavera no sólo trae ganas de salir, buenhumor, pajaritos, todo. Trae pajaritos abajo del pantalón, chicas. Más si soyyo el que los siente. Y alguna dama la que me siente. Una de ellas es mivecinita de Carapachay Martina, que luego de darme su campera de cuero, contarmesus intimidades y permitirme un pico y garchada posterior, volvió a lasandadas.
 
Caliente como horno de pizza, con la primaveraresolví llamarla de nuevo tras esa cogida a verla en su casa. Martu aceptó divina,recordemos madura pero fuertona, y una nochecita me invitó a su casa. Como decostumbre le llevé fiambre y comimos sandwichitos, que yo pedí con huevo ymayonesa para estar bien potente por si surgía algo. Le tenía ganas ya desde millamada, así que me fui de camisa, pantalón, zapatos y perfume hasta en elpene. Ella, rubia, fina, calentadora, estaba linda, blusita, pollera,maquillada, perfume, cremita para las manos. Cenamos, miramos tele, cafecito,charla, le pedí otro piquito y ella no quiso en principio, recuerdo que estácasada pero su marido labura de noche con remise.
 
Me dio un poco de pena no poder volver a sentir esaboca roja en mi boca, así que le pregunté de última por su ropa interior."Sí, el otro día me compré un par de bombachas y corpiños y un camisoncitopara el verano", me contó como siempre gaucha. Le repregunté detalles delas prendas y me contó todo. Y como a falta de pan buenas tortas, le pedíexcitado que me las mostrara. Ella aceptó, eso sí, me tomó del brazo re dulce yme llevó a su placard, abrió el cajón y me mostró un par de finas bombachas,dos lindos corpiños con detalles y el camisón. Yo con unas ganas de hacérseloprobar que no podía más, pero traté de contenerme, no quiero perder unaamistad.
 
Pero el fiambre, el postre, Martina, su perfume, mepudo. Encima adentro de su pieza, y encima con el cajón de sus bombachasdelante de mi pene. Sin juego ni nada, sin pedirle pico, resolví perder laamistad con tal de perder mi semen. La agarré, la acaricié, ella también peromedia que no quería, pero en un momento se desconcentró y aflojó. Y se dejómanosear bien por mí, que de mimito normal le pasé las manos por sus bretelesde corpiño que le salían de la blusita, y luego sin pudor le metí una mano por ahíy le toqué bien una teta. Martu se rió, me cargó ("ay, Diegui, sosterrible") y le dije haciéndome el boludo de seguir el jueguito. Y cariciapor acá, mimo por allá, Martina rompió su pudor y nomás nos dimos un buen pico.Eso trajo varios más, cortitos, largos, esa boca roja semigordita me para lapija de una.
 
Y se me paró nomás, Le agarré la mano, se la pasépor mi pene saliente, ella lo apretó suave y enloqueció. "!Aaahh, qué peneamorcito, dámelo ya!", exclamó agitada. Menos mal que mucho no quería. Ysí, cuando una mujer se calienta se calienta. Nomás Martina me sujetó, ella amí, me sacó todo, me acarició de arriba abajo, se me superparó fuerte, me lochupó y apretó de nuevo, le exigí en bolas, Martina se quitó muy despacito,zorra,  su ropa y me pidió que la ayudara.Por respuesta, no sólo le saqué la ropa sino su corpiño, amasijé sus tetas fuertey ella se quitó la bombacha, la revoleó y se acostó en su cama boca arribaabriendo las piernas de par en par.
 
Exploté y explotamos. Me subí a la cama, la sujeté,la volví a manosear diciéndole cosas puercas, hasta que quería ser su marido, yluego de darme vuelta y subirme encima suyo, le metí mi salchichón con unafuria y agitación de locos. Martina pegó flor de gemidos, yo loco por superfume, cremita y su piel fina por más madura, mandé para adelante y atráschocho  de tenerla para mí otra vez, ynomás estallé de monstruoso semen en su vagina, mientras ella largó buen flujoy gritó loca. Y como no se conforma, y gusta de mi rendimiento, mi vecinitafuertona quiso cola, me animé, se la puse por su perfecta y limpia cola y trasfrotar volví a eyacularle semen a lo loco. Los latidos de mi pene al acabar la hicieronvolar de gemidos y locura, y pidió en la boca, se la saqué y se la di ahí ylamió y tragó con gusto mi pene chorreante. Pero no conforme, menos mal quemucho no quería, quiso otra por concha y yo loco con ella, su gauchada y sufacilidad, se la puse fuerte, brutamente, hasta dejarla echa mierda dándoleduro para adelante y para atrás hasta volver a llenarla en su vagina de buensemen.
 
Luego sí nos besamos de nuevo, nos lavamos yvestimos y quedamos en que la próxima era en un telo y ella, como prometió, decuero. Me fui a casa y al llegar la llamé para que supiera, y me dijo que diezminutos después de nuestra noche, había llegado su marido. Tuve un culo deaquéllos, no sólo el sexual. Y, todo el que quiere ser campeón tiene culo. ComoMartina, que de nuevo me dio su cama para hacer realidad mi calentura de primavera.

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