Muy puta.....

Una noche mi esposo Juanchi bajó unos videos porno de Internet, los descargó de unas páginas llamadas Screw my Wife y bang my wife (algo así como coge a mi esposa), esa misma noche nos pusimos a verlos en el DVD del comedor de nuestra casa, en los videos se veía a parejitas de casados que iban a una casa en algún lugar del planeta, para que dos a más tipos se la cojan a la esposa mientras el marido miraba y disfrutaba de la situación. Nosotros ya habíamos hecho algo parecido en una oportunidad con unos strippers que Juanchi contrató para hacerme una fiestita de cumpleaños, pero la situación me gustó tanto que no veía la hora de que mi marido me propusiera algo similar, siempre me dio mucho morbo la situación de ser sometida por extraños mientras soy observada por mi marido. Mientras estábamos viendo los videos Juanchi apoyó su mano en mi clitoris y comenzó a masturbarme, luego metiós sus deditos en mi conchita y cuando estaba a punto de acabar me preguntó: -¿te gustaría ser mi puta esta noche y que te cojan como en los videos?- al escuchar su pregunta el corazón se me paralizó de alegría pensando que se me iba a dar otra vez una situación tan morbosa de ser cogida por extraños mientras mi marido me estaba observando, y en el medio de mi orgasmo, le respondí gritando: -si mi amor me encantaría ser una puta esta noche y hacer lo que vos me pidas- Sin pensarlo dos veces y después de reponerme de mi orgasmo, nos levantamos, nos cambiamos y nos fuimos a un boliche swinger que conocíamos, dispuestos a buscar compañía para pasar un momento de placer. 

Cuando llegamos nos fuimos a una de las barras que hay en el boliche y nos pedimos unos tragos, después de un rato de buscar a alguien no habíamos tenido mucha suerte, hasta que vimos a Mike un chico con el cual ya habíamos hecho aquel trío en el cine y en el hotel hace algún tiempo, y que habíamos conocido gracias a la web swinger del boliche en donde estábamos, los dos pensamos que era una buena oportunidad para cumplir nuestro objetivo de esa noche: convertirme en la puta de mi marido, y de paso nos evitábamos el hecho de tener que entablar una relación con algún desconocido y de esa manera evitar los riesgos que eso conlleva. 

Nos acercamos a Mike que estaba en la barra, lo saludamos y le preguntamos si estaba sólo, el nos respondió que estaba con un par de amigos que andaban por ahí en busca de acción, hablamos de temas superficiales un rato hasta que Juanchi se animó y rompió el hielo comentándole que nosotros también estábamos buscando algo de acción, Mike enseguida se ofreció a acompañarnos y Juanchi pensando en nuestra fantasía, le dijo mitad en broma, mitad en serio que era de mala educación dejar solos a sus amigos, pero que no había problema si también querían acompañarnos, siempre y cuando fueran chicos tranquilos a los que no les gusten los bardos y los problemas. Mike nos dijo que nos quedáramos tranquilos, que eran chicos muy tranquilos y que no iba a haber ningún tipo de problema, sin pensarlo dos veces fue a buscarlos, después de unos minutos volvió y nos dijo que sus amigos no tenían problemas en acompañarnos, sus nombres eran Alex y Joaquín, no eran hermosos pero eran bastante bien parecidos. Igual de solo acordarme de la herramienta gigante de Mike se me hacía agua la boca y sólo pensaba en ser poseída mientras Juanchi me observaba. Juan me agarró de la mano y me llevó a uno de los sectores del boliche donde se realizaban Gang-Bangs y Grupales, entré con mi marido y detrás nuestro entraron Mike y sus dos amigos, en el lugar ya había una chica supuestamente con su marido y varios chicos que se la estaban cogiendo por todos lados, al ver lo que estaba sucediendo me super calenté mas de lo que estaba, era como estar viendo una pelicula porno en vivo y en directo, Juanchi sin perder tiempo me llevó bastante cerca de donde se desarrollaba la acción, me agarró de la cintura y me arrastró a bailar al son de una música lenta ochentosa que estaba sonando en el lugar, mientras bailábamos miraba disimuladamente la orgía que se estaba desarrollando muy cerca nuestro, la chica disfrutaba como loca devorándose tantas vergas y la verdad es que comencé a calentarme, metí una de mis manos dentro de mi tanguita y comencé a masturbarme. 

Juan dándose cuenta de mi excitación comenzó a sacarme la remerita y el corpiño dejándome sin nada en la parte de arriba, me acariciaba muy suavemente la cola levantándome la pollerita y dejando al descubierto una tanguita diminuta bien metida adentro de mis nalgas y mis labios vaginales, lo que provocaba que Mike y sus amigos no me quitaran los ojos de encima mientras se desabrochaban y bajaban los pantalones como desesperados. Cuando quedaron con sus vergas al aire, comenzaron a acariciárselas hasta dejarlas bien empalmadas, la verga de Mike lucía tan impresionante como siempre, mientras los otros dos chicos no alcanzaban el tamaño de él, pero igual tenían unos instrumentos bastante importantes. Después de unos minutos de bailar conmigo y acariciar todos los lugares de mi cuerpo mientras veíamos como la llenaban de leche a la chica de la orgía junto a nosotros (creo que se había devorado ella solita como cinco vergas), Juanchi me dijo ?Ahora te toca a vos mi amor, quiero ver como te llenan de lechita-, y sin darme tiempo a nada, se sentó en un de los sillones del lugar y comenzó a observar como los chicos se acercaron poco a poco y me apretaron con sus cuerpos, comenzaron a apoyarme sus erectos miembros y a acariciarme por todos lados con sus manos, mientras me besaban en mis labios, mi cuello y me lamían los pezones. Era terriblemente excitante sentir tres machos frotando sus cuerpos contra el mío, la pasión del juego previo a las mujeres nos hace calentar mucho más que la penetración en sí, y en estos momentos yo no estaba caliente, sino que estaba delirando de placer. La situación de estar franeleando con tres chicos mientras Juanchi me observaba era increíble, nunca pensé que me calentaría tanto, mi conchita empezó a chorrear de excitación de solo sentir los besos, las caricias y las vergas de los chicos por todo mi cuerpo. 

Joaquín me chupaba las tetas, Alex se arrodilló delante de mí, me corrió la tanguita hacia un costado y comenzó a lamerme el clítoris, para ayudarlo yo levanté una de mis piernas y la apoyé en uno de los asientos del lugar, de esa manera quedaba bien abierta mi conchita para que me la lamiera por todos lados, mientras Mike besaba mi cuello (creo que se acordaba que eso me volvía loca) mientras me apoyaba la verga entre los cachetes de mi cola, gracias a eso recordé lo que se sentía tener incrustada semejante verga en mi colita. Luego fueron intercambiando posiciones entre ellos, hasta que me tocó el turno de arrodillarme a mi, lo que hice como buena puta. Alex y Joaquín se pusieron delante de mí y acercaron sus pijas bien paradas a mi boca, así que las agarré y comencé a chupárselas. Mientras saboreaba una, masturbaba la otra, intercambiando un ratito cada una, luego les lamí los testículos, hasta hacerlos suspirar de placer. Mike que estaba mirando masturbándose, se arrodilló detrás de mi, me bajó la tanguita hasta la mitad de mis muslos y jugó con su pene en mi cola y en la entrada de mi vagina, el desgraciado la tiene tan grande que por momentos veía como asomaba la cabeza de su verga por entre mis piernas, mientras el jugaba con su palo por mis agujeritos, seguía acariciándome el clítoris y las tetas con sus manos, hasta que no aguantó más y se recostó en el piso boca arriba, poniéndose debajo mío, y haciendo que me montara sobre el, se puso un preservativo, acomodó bien la verga en la entrada de mi concha y jugó por unos minutos dándome golpecitos con su pija en mi clítoris, hasta que no aguanté más, se la agarré y me la incrusté centímetro a centímetro, muy lentamente dentro de mi cuevita. 

Mientras me iba metiendo esa verga tan gruesa dentro mío, sentía que mi concha me explotaba de placer, estaba gozando tanto que comencé a cabalgarla con mucha fuerza, y por momentos me olvidaba de las vergas de sus amigos. Subía y bajaba mi cola ensartándome la verga lo más que podía pero Mike la tenía tan larga que apoyada sobre mis pies, en cuclillas sobre el piso como estaba, se me acalambraban las piernas al realizar el movimiento de sube y baja de mi cola, para que su verga entrara y saliera en toda su extensión de mi concha, asi que no tuve más remedio que acomodarme mejor, apoyar mis rodillas sobre el suelo, y dejar que el hiciera los movimientos de bombeo, a pesar de que me encantaba tener el control de la cogida a mi, lo hice muy suavemente procurando que su verga no se saliera de mi interior, de esta manera no solo descansé mis muslos y pantorrilas, sino que pude sentir como el animal me penetraba más rápido y mucho más profundo. Gracias a esto acabé varias veces y sentía como mi concha mojaba el pene de Mike con un líquido espeso y blanco que salía de mi interior. 

Mientras sentía como me taladraban, les seguía chupando las vergas a los otros chicos, en un momento Joaquín se sentó en una especie de banco de madera recubierto de pana, por lo que yo para seguir chupándosela, me tuve que reclinar lo más que pude hacia adelante, quedando en cuatro patas como una perrita, alzando y abriendo mi colita, cosa que fue aprovechada por Alex que tenía una verga larga pero no tan gruesa como la de Mike, el se arrodilló detrás de mí, y por supuesto también poniendose un preservativo, apoyó la cabeza de su verga en mi culito y me la incrustó haciendo bastante fuerza para que mi ano cediera y se expandiera, por suerte lo tenía súper dilatado debido a la excitación de sentir las caricias de Mike en mi culito antes de acostarse para penetrarme, gracias a eso no tuve que soportar tanto dolor, sino todo lo contrario, me encantó sentir como ese palo me rompía mi colita, al estar Joaquín con su verga en mi boca, estaba soportando una triple penetración y la verdad es que lo estaba disfrutando como loca. Jamás me hubiera imaginado una cosa así, ni en mis mejores sueños eróticos, estar con tres vergas al mismo tiempo mientras mi marido me observaba e intentaba sacar fotos y filmar con nuestro celular a pesar de la poca luz de lugar. Después de acabar tantas veces que perdí la cuenta, Alex sacó la verga de mi culo y se corrió hacia un lado, Mike me levantó sin sacarme la verga de la concha y me llevó ensartada hasta el sofá donde estaba sentado Juanchi, aprovechando esto me acomodé apoyando mi cabeza en el regazo de mi marido, y el me agarró muy fuerte una de mis manos y con la otra me acariciaba las tetas, pellizcándome los pezones, Mike que seguía con la verga en el interior de mi conchita, me lavantó las piernas, las puso sobre sus hombros y comenzó a bombearme con mucha fuerza, metiendo su mástil hasta el fondo de mi ser, por momentos sentía que me destrozaba la concha, serruchándome de manera salvaje y sumado a las caricias de mi marido acabé nuevamente en un orgasmo terrible. 

Luego sin dejarme descansar ni un minuto, Mike me agarró de la mano y me llevó hasta uno de los sillones donde estaba sentado Alex, me hizo girar y apoyarme sobre su verga dándole la espalda, entonces me senté y recosté todo mi cuerpo sobre el de Alex, el comenzó a acariciarme las tetas y la conchita, giré la cabeza lo más que pude y lo besé de una manera muy sensual sintiendo el roce de nuestras lenguas, sin que el dejara de acariciarme en ningún momento, al sentir su pija caliente creciendo en la raja de mi colita, comencé a realizar movimientos muy sexys con mi cadera, y a refregarle de una manera frenética mi cola por su pija, mientras los otros se pajeaban delante de mi cara, agarré con una de mis manos su verga y la apoyé en la entrada de mi culito, muy suavemente la metí dentro mío quedándome ensartada hasta los huevos, me quedé un ratito sentada en esa posición, con la verga adentro, y realizando movimientos muy suaves, hasta que Alex empujó mi cuerpo e hizo que los dos juntos nos recostemos de costado en el sofá, me levantó la pierna, la sostuvo con una de sus manos y siguió haciéndome la colita por unos minutos, cada vez embistiendo con mayor intensidad, luego Mike entró nuevamente en acción y ayudando a Alex a sostenerme la pierna que tenía levantada, acercó su verga a la entrada de mi vaginita y me la incrustó todo lo que pudo, a pesar de ser una posición difícil e incómoda, Mike la tiene tan grande que lograba metérmela hasta la mitad de su tronco, era increíble sentir como las dos vergas se chocaban dentro mío, salían y entraban de mis orificios genitales sin cesar. 

Joaquín que estaba a un costado, acercó su entrepierna a mi cara y apoyó el tronco de su verga sobre mis labios, en ese momento comencé a besársela y a lamérsela en toda su extensión al igual que sus testículos, luego me la metí en la boca lo más que pude, la succioné y pasé mi lengua infinidad de veces por la zona del frenillo de su glande, hasta que sentí como eyaculó unos chorros espesos de semen que cayeron en mis labios, mi cara y mi pelo, al sentir como su líquido pasaba por el tronco de su verga y salía a borbotones me sorprendí un poco, pero no dejé de chupársela y limpiársela hasta que terminó totalmente su orgasmo. 

Luego de unos minutos Mike sacó la verga de mi concha, y se acercó hacia mí para que pudiera agarrársela y masturbarlo, cosa que hice hasta que acabó llenándome las tetas de leche calentita, los chorros de semen salieron tan fuertes que llegaron hasta mi cara, me refregué la verga por los pezones y se la chupé hasta dejársela totalmente limpia, sin una gotita de su elixir. Al ver esto, Alex no aguantó más, sacó su verga de mi culito y en la misma posición en la que estaba (recostado de lado, atrás mío) la apoyó en mi conchita, la apretó y la refregó masturbándose con mi clítoris, hasta lanzar su semen en mi conchita, salpicando mis piernas y mi abdomen. Fue realmente increíble sentir como tres machos me cogían por todos lados y me llenaban de leche calentita, mientras mi marido no se perdía detalle del espectáculo. Para agradecerle a mi marido y retribuirle algo de lo que me había brindado, me levanté, lo abracé bien fuerte y lo besé por todo lo que había pasado esa noche. Hasta que reaccioné y me di cuenta que ahora llegaba la peor parte, esos cinco minutitos de culpa y vergüenza, cuando despertas del sueño y recordás lo que hiciste debido a la calentura del momento delante de tu marido, por más que haya sido con su consentimiento, sentís como un remordimiento, las mujeres que han probado hacer algún trío o alguna orgía incluyendo a su esposo seguramente saben a que me refiero, pero por suerte ver la calidez de mi marido, que me ayudó a cambiarme y a limpiarme, me tranquilizó. Luego nos despedimos muy amablemente de los chicos y nos fuimos a nuestra casa. 
Al llegar a nuestro hogar, y después de ver en la compu lo que había podido filmar Juanchi en la oscuridad del lugar, le brindé en agradecimiento una de las mejores cogidas de nuestras vidas.

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