Pagando la apuesta

Dentro de el grupo de amigos, hay cinco que eran los "futboleros", y siempre se juntaban a jugar a la pelota. Los demás del grupo muy cada tanto íbamos a verlos, porque a ellos les gustaba. Yo de fútbol mucho no entiendo, pero se que no eran muy buenos porque no eran de ganar mucho. 
En una época insistían en que vayamos a verlos a un torneo que jugaban varios partidos en un día, pero con las chicas les decíamos que no, porque tanto no nos emtreteniamos. Un sábado, mientras estábamos todos en una casa tomando, se me acercan los chicos y me dicen si quería ir al otro día. Me prometieron que si iba no me iban a pedir por un tiempo. Yo les dije que si iba a verlos, que ganen, porque siempre perdían. Ellos insistieron en que esta vez iban a llegar lejos y yo les dije : "si ganan, me ducho con ustedes después del campeonato", para ponerle un poco de picante a la charla y sabiendo que no iba a pasar.

Al otro día, después del almuerzo fui a ver a los chicos y contra todo lo que creía, les estaba yendo bien. No entendía mucho pero sabía que habían ganado los partidos y que estaban en la final. En ese momento no podía evitar pensar en lo que les había dicho la noche anterior y si se lo habían tomado en serio. Antes de jugar el último partido se acercó uno de los chicos y me dijo, mirá que si ganamos te metes en la ducha y dos de los otros que estaban cerca asistieron y me aseguraron que iban a ganar. Bueno, increíblemente los chicos ganaron y ya sabia la que se me venía.
Después de algunos festejos y saludar a la gente que estaba ahí, se acercaron los cinco y obviamente me pidieron cumplir con la apuesta. Yo les dije que no lo había dicho en serio, pero claramente la idea la tenían fija y no forma de cambiar las cosas. Les dije que había gente y que no íbamos a poder, pero uno de los chicos me dijo que en la parte de atrás había unas duchas a las que no iba nadie porque estaban lejos y que íbamos a poder meternos.
Después de un par de idas y vueltas estábamos en las dichas, que efectivamente estaban en una parte por la que no pasaba nadie. Apenas llegamos, los chicos no dudaron y se desnudaron y metieron en la ducha. A dos de ellos ya los conocía desnudos, pero a los otros tres no. Ninguno estaba mal, pero uno me llamó la atención, ya que estaba muy bien dotado. Luego de varios amagues, sabía que si no entraba a la ducha, me iban a terminar metiendo con ropa y todo, así que me saque toda la ropa y entré.
Les aclaré que no íbamos a coger, porque ellos eran cinco y estábamos en un lugar poco cómodo. Los chicos estaban muy exaltados, sobre todo cuando llegó la parte de enjabonarse. Yo no llegué a hacer nada, porque ellos fueron los que me enjabonaron, pasándome las manos por todo el cuerpo y haciéndolo varias veces. Además de las manos que iban y venían, me apoyaban las pijas duras e intentaban ponerme contra alguna pared. Eso no dejé que lo hicieran, pero si los dejé besarme en el cuello, la boca y las tetas y no dejaban pasar oportunidad para agarrarme las manos y llevarlas a sus pijas, además de intentar que se las chupe.
Les dije que si pasaban de a uno, les daba unos besos y así fueron acomodandose para que se las chupe. Uno a uno fui metiéndome sus porongas en la boca arrodillada en la ducha, pero los chicos querían más y después de un rato terminé rodiada con los cinco en ronda y sus pijas encima mio. Se más fui chupando y los fui pajeando, pasando de poronga en poronga hasta que uno a uno fueron acabando encima mío. Como el agua seguía corriendo me iba lavando al toque, pero sentí cada acabada sobre mi cara y mi cuerpo.

Para cuando terminé, el primero que había acabado (o el segundo, no estoy segura) estaba de vuelta en la ducha y bastante exitado nuevamente. Los otros habían salido y el se ofreció a terminar de limpiarme. Me paso las manos por las tetas con un poco de jabón, se puso detrás mío y me apoyó con la pija dura. Yo me incliné un poco y apoyé las manos contra la pared para invitarlo a que me coja y el me puso la pija en el otro y me ganchó como loco hasta acabar.
Mas allá de lo mucho que me encantó, me quedé con ganas de que me la pongan por la concha, así que me acerqué a uno de los chicos que se estaba sacando sentado y le pasé la mano por abajo de la toalla, hasta que se le puso dura. Ahí me subí arriba de él y me lo cojí hasta que quedé satisfecha.
Los otros tres chicos estaban casi listos, pero cuando vieron la escena, se emocionaron y vi que estaban esperando para estar con migo también. Uno de los chicos se acercó y me besó el cuello y las tetas, mientras que otro se sentó en el asiento y empezó a tocarme la cola. Yo terminé en cuatro sobre el asiento, con uno de los chicos cogiendome, y en otro sentado mientras le chupaba la pija. El tercer chico no se sumó y se limitó a masturbarse mientras nos miraba. Una vez que los tres terminamos de tener sexo, nos vestimos y nos fuimos.

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