Sushi

-Venite a casa, que tengo ganas de morfarte

-A las nueve estoy ahí

Empecé a preparar la escena para un nuevo encuentro con ella, y es justo reconocerlo: soy un tipo grande, pero esta pendeja me enloquece. Le digo cualquier cosa, y siempre responde con la palabra justa.

Y no tiene nada que ver la diferencia de edad, ni la enorme diferencia de belleza. Digamosló de una vez: yo soy un tipo normal, tirando a fulero, y ella es una preciosura, con rasgos hermosos y curvas embriagadoras.

La pendeja me tiene loco, porque cada vez que pudimos coincidir en tiempo y espacio, me había sentido abrumado por sus pechos generosos, sus labios carnosos, y su culo redondo y receptivo.

Pero además, porque me cuesta reconocerlo… no le encuentro el límite. Cada vez que le propuse “hacer algo”, ella lo aceptó, y lo asimiló, y yo soy de esos tipos que dicen no tener límites, pero bueno, hasta ahora no se los he encontrado.

Y cuando me muevo sobre ella, o ella sobre mí, empieza mi arrebato.

Nada, que me vuelve loco, y es justo reconocerlo.

Pero esta vez lo estaba diseñando mejor, no sólo porque ya no había novedad, y sabía que nos gustábamos y deseábamos mutuamente, sino porque además, había preparado una trampa para hacerla desear, para atrasar el placer hasta el límite de lo intolerable.

Para ser mujer, fue bastante puntual. Ya sé que es un comentario machista, pero me suele pasar que el horario de encuentro resulta ser una mera señal que significa algo así que ella llegará al lugar, un tipo indeterminado muy después de transcurrida la hora indicada.

Anoche no tuve de qué quejarme. Quedamos a las nueve, y nueve y cinco ya estaban tocando mi portero eléctrico. De más está decir que nueve y diez ya estaba apretándola contra la pared, con mi lengua hundida en su boca, y mis dedos dentro de su pantalón, rozándole el culo.

Sosteniendo la intensidad del primer momento, todo lucía de maravillas: un blues viejo sonando de fondo, la luz prendida pero tenue, y la ropa de ella en su lugar, es decir, en el suelo, desabotonándolo todo, desprendiéndolo todo, dejándolo caer en el piso.

Sus ojos celestes clavados en mí, preguntándome con qué la iba a sorprender hoy, gimiendo por los dos dedos que ya había clavado dentro suyo, y dejándose llevar a la mesa, donde había puesto un suave acolchado por mantel.

La recosté en la mesa, y le susurré al oído cuál era el plan

-vos te quedas quieta, tenés prohibido moverte.

Ella asintió con la mirada. Pero hizo un mohín de queja, cuando dejé de acariciarla.

Pero debía ocuparme de preparar la cena, y su cara cambió por instantes. Primero sorpresa, y seguidamente, una sonrisa maléfica, cuando empecé a colocar sobre su cuerpo, en fila y primorosamente, cada una de las piezas de sushi que había comprado.

Sin emitir sonido alguno apoye entre sus pechos un tazón con salsa de soja, y un poco sin querer, y un poco a propósito, mojé una pieza y dejé caer una gota pesada del líquido espeso, sobre el cuello de la mesa viviente.

Me tomé mi tiempo, para morder el nigiri, masticarlo lentamente, mirándola a los ojos, amenazantes, y luego sí, le pasé con mucha lascivia mi lengua por el cuello, siguiendo el recorrido de la gota que estaba recorriéndola.

Vi que mi plan estaba yendo a la perfección, por dos detalles: la piel erizada al roce de mi lengua, y los pezones duros.

Le llegó el turno a un uramaki y lo empapé de salsa de soja. Haciéndome el distraído, dejé que caiga otra gota, ahora en el vientre, debajo del ombligo, pero arriba de la pelvis.

Yo sabía cuál iba a hacer el recorrido de la gota negra… seguiría el rumbo para el costado, quizás descendería un poco, pero fue precioso ver cómo cada milímetro que recorría estremecía todo el cuerpo de la mujer, y los esfuerzos que ella hacía por quedarse quieta.

Más se esforzaba por quedarse inmóvil, más movimientos convulsos brotaban de su cuerpo. Hasta que no pudo resistir moverse cuando mi lengua limpió la gota de salsa de soja que recorría su vientre, y aproveché para pasarle un buen lengüetazo a su clítoris, que ya estaba rezumando jugos lúbricos e esos, que tanto me gusta sentir en la boca

Gimió, pero también hizo su máximo esfuerzo para que no se caigan el resto de las piezas que quedaban en su cuerpo. Se dejó atravesar por la electricidad del beso, y murmuró con mucho enojo

-hijo de puta

Besé su boca. En realidad, se la cogí, porque eso no fue un beso. Le clavé mi lengua dentro de su boca, mientras agarraba una nueva pieza, la embebía en salsas y se la ofrecí en la boca. Limpié su comisura con mi boca, y mientras masticaba, le clavé dos dedos dentro de su concha.

Allí se acabó la cena.

Los restos de comida cayeron al suelo, pero nada nos importaba entonces. Se prendió de mi cuello y se lanzó arriba mío, ensartándose mi pija en su centro. No hace falta explicar la excitación y las ganas de dar en el centro de mi miembro, que sin haber recibido ninguna caricia, roce o beso, estaba espléndida, dura, roja, con una gotita de miel desbordando desde su cúspide, lista para penetrar, para sentir el calor del cuerpo que invadiría.

Sentí como ella misma se fue dejando penetrar, resbalando en mi palo, y tomándome del cuello, empezó a columpiarse sobre mi badajo, intensamente. Tan intensamente, que me dejó su primer orgasmo en apenas unos pocos segundos.

Entonces, la tomé de la cintura y la devolví en la mesa. Me senté frente a ella, con las piernas abiertas, y empecé a lamerla. Muy lentamente, muy delicadamente. Quería que sintiera mi aliento, pero también mis labios. Quería que sintiera mi profundidad y mis dedos.

Cada roce, cada caricia, cada beso, cada recorrido de mi lengua, era un nuevo gemido, cada vez más fuerte, cada vez más intenso, cada vez más profundo.

Hasta que me dejó su orgasmo mojado, lúbrico, vibrante, todo en mi boca.

Toda su descarga en mi cara, que estaba aprisionada por sus dos piernas, que se aferraban a mi cuello.

Y todavía faltaba el postre.

8 comentarios - Sushi

Bunnyofdaddy3 +1
Nada mal solo cambia la letra que es muy grande para mi gusto! te doy 10
VoyeaurXVII +1
gracias por los puntos (ahí lo edité, espero sea de su agrado)
SweetDragonfly_ +1
No puedo esperar saber del postre 😏
Ya extrañaba leerte, genial como siempre 👏
VoyeaurXVII +1
se le agradece...
Pervberto +1
Con sabiduría oriental y pasión latina.
VoyeaurXVII +1
goloso siempre!
la próxima dulce de leche!
fito555 +1
recalinte.!!
de imaginarla nomás a la pendeja, me puse al palo.
+10. segui que te leo...
VoyeaurXVII
uy.. .no quiero entusiasmarlo, pero anda por ahí
horrotika +1
un relato nutritivo en todos los sentidos, jajaja, muy bueno!!!
VoyeaurXVII +1
jajaja!
y la murra posterior, para quemar calorías!
putita_linda +1
De repente me dieron ganas de comer...
Que lindo despertarse leyéndolo...
🔥🔥🔥
VoyeaurXVII +1
muy comestible
BirreinadelSur
No me gusta el sushi, soy más del choripan jajaja