#6 Limpieza seminal entre amigas (oral)

Finales de exámenes y Eli se encontraba en la secundaria. Alejandra la había citado a la entrada del gimnasio, pero no habia nadie allí. Faltaba 15 minutos para la salida y ella se había escapado de clases, total ni clases ya daban. 
Apunto de abandonar la idea de pasar un tiempo junto a la hermosa y popular Alejandra, quién tenía desde belleza, pechos hasta el último Smartphone del mercado, ella la sorprendió desde atrás. 
Los labios de Alejandra recorrieron el cuelo de Eli, que olvidando la tardanza se derritió. <Es tan hermosa, no puedo creer que también sea como yo. No puedo creer todo esto, ni tampoco puedo dejar que se me escape> Eli daría todo por un beso, lo intento en ese momento pero Alejandra la detuvo y sujetándola por la mano la llevo por un pasillo.
Se detuvieron cuando iban por la mitad del camino frente a la puerta del conserje, donde el señor guardaba sus utensilios. Alejandra sin mediar con palabras abrió la puerta y entró, sin antes mirar a los costados para verificar que nadie estaba rondando por allí, Eli no tuvo elección y la siguió, aunque tampoco había escogido otra opción.
La fiesta duró poco, no hablaron, se abrazaron, se besaron, estuvieron mimandose con pasión hasta que Alejandra la detuvo nuevamente.
-Eli necesito tu ayuda, se lo que sientes por mí y pretendo corresponderte, pero primero necesito que me ayudes.
Eli miraba esos hermosos ojos verdes, el rostro fino y blanco, su pelo rubio. Se habían desprendido las camisas y los enormes pechos de Alejandra estaban apretados en un negro sostén. Los Eli no eran tan pequeños, pero no había comparación.
-Te amo Ale, claro que cuentas conmigo, ¿Que es lo que..- se detuvo súbitamente, en las sombras de la habitación vió una sombra. Habían entrado tan rápido que no se dieron cuenta que no estaban solas dentro, junto con todas las escobas y baldes había otra persona.
O al menos eso pensaba Eli, las siguientes palabras la quitaron de dudas.
-Vamos a hacer un blowjob a Esteban.
Esteban. El nombre flotó, hasta que apareció su imagen en su mente y frente a ella. El conserje respondía a su llamado. Tenía bajo la cremallera de su enterizo gris de trabajo. Una fea polla se asomaba entre una mata de pelo negro que poblaba la ingle, bajo una incipiente barriga también velluda.
-Pero que significa esto- logró articular, de la sorpresa no había gritado, comprendía vagamente lo que Alejandra le proponía, pero no entendía porque. <Ella quiere que le hagamos juntas a ese viejo una mamada> No pudo decir nada más. Alejandra aprovechó su indecisión. La atrajo hacia el conserje, la arrodilló y ella se a arrodilló a su lado, manteniendo el abrazo. Se apartó un lazo de pello dorado de los ojos y con la misma mano agarró el pene del viejo. El prepucio cubría la cabeza, el miembro estaba erecto, pero aún así el glande no se asomaba, es más, el agujero que mostraba el prepucio parecía más pequeño que la cabeza que cubría. Alejandra abrió la boca y se lo metió dentro comenzando la faena.
<Fimosis> pensó, había visto la condición en biología, aparte del espectáculo deprimente de su barriga con pelos, la polla del conserje era indeseable. Curvaba en forma de C, venosa, con 3 manchas de edad y con el glande grueso cubierto de prepucio. <No lo descubre> el pensamiento quedó en su mente mientras Alejandra chupaba la polla afortunada. 
La metía y sacaba como una profesional <no es la primera vez que no hace, al menos no a él> aunque Eli ya dudaba de todo <claro, por eso tenía tanto dinero> miro los bolsillos del enterizo y vió el fajo de billetes <ahí está, el pago, el viejo se gasta su sueldo en jovencitas> Eli no lo podía culpar, Alejandra era hermosa, si tuviera pene ella también le habría pagado por eso. <Profesores o el director, ella siempre saca buenas notas aunque no se la nota muy inteligente>. De pronto comprendió todo, el rumor de la puteria de Alejandra debió llegar hasta el conserje, quién quizás ahorró y la compró. <Es una puta, una puta hermosa>
Alejandra paró su constante cabeceo, acercó a Eli la polla y ajustó el abrazo en su espalda.
-Soy tuya si haces esto, ya estás aquí, no te retires, por favor- la cara que puso era de suplica. Eli no podía decirle que no y no lo hizo. Agarró la monstruosa verga y al abrir la boca le llegó el hedor. Olía a productos de lavar, a sudor, a ropa empapada de trabajo, olía a cuerpo guardado, a saliva y a hombre. Todo junto.
Cerró los ojos y metió la polla dentro, su lengua lo recorrió. Tenia problemas en mantener la cabeza en su boca, era gruesa en comparación al tronco. La piel se mostraba suave a tramos, con arrugas y protuberancias allí donde sobresalía un lunar o una vena. En cambio en la cabeza era toda lisa, el prepucio estaba estirado y parecía que iba a estallar. El miembro chocaba en el interior de su mejilla y la deformaba, retomaba el curso y llegaba hasta el final de boca, aveces chocaba con la pared y la campanilla y le daba arcadas, aveces bajaba un poco más por la garganta.
Las dos comenzaron a intercalar, una chupaba con ánimo y la otra la seguía. Eli se dejó llevar a ratos, metiendo todo lo que podía, Alejandra en cambio lo metía hasta la garganta. La cosa comenzó a calentarse y el viejo ya tenía una mano en cada cabeza de las dos. Mientras una chupaba la otra lamía todo lo que podía. Cerca de los pelos olía mucho peor y Eli trataba de evitarlo, Alejandra no parecía importarle, incluso, cuando Eli tenia la polla en su boca, bajaba hasta las bolas para salir con uno o dos pelos en la cara. También los pelos llegaban a Eli quién se detenía a menudo para aguantar una arcada y quitarse el pelo de la boca.
Luego se puso peor.
El conserje comenzaba a moverse, follando a las dos por la boca. Hasta que agarró a Eli y a cogidas la llevó hasta que su espalda tocó la pared. Metía y sacaba su verga de la boca de Eli, lo metía hasta su garganta y ella tenía que aguantarse, el viejo la tenía sujeta de los pelos y Alejandra se sumó a inmovilizarla.
En un momento a otro el conserje la sujetó por los cachetes y los apretó cada vez que la cabeza pasaba por ahí para adentrarse en su boca.
Eli tardó solo un segundo en comprender <oh no, trata de pelar su pene, que asco, debe de pasar días sin que lo lavara ahí dentro> se imaginó al viejo al masturbarse y a su semen secándose dentro de ese prepucio sin retirar.
Se movió un poco pero su escape se frustró apenas empezar; Alejandra la tomó por el cuello y con una mano sujetó la verga del conserje. <Claro, quiere que yo lo pruebe y lo limpie, no quiere que ésto le toque a ella, para ésto me necesita>.
Los movimientos se volvieron más bruscos y Eli se resistió, incluso gimoteó cuando la verga lograba salir de su boca. Un rastro de saliva ya formaba un charquito en el suelo bajo ella.
El momento llegó finalmente.
Cuando el viejo metía la verga en su boca, los dedos apretaron sus labios y le obligó a pelarlo con la boca. Alejandra ayudó retirando el prepucio desde el tronco sujetándolo con una mano. El glande desnudo ingresó en su boca, Eli lo empujó con la lengua pero lo sintió aceitoso y no insistió. La polla entró hasta la garganta.
El sabor la invadió, entró el hedor por su garganta, subió por la nariz y entró en su cabeza. Un sabor entre queso pasado, semen y carne cruda a punto de pudrir. Todo mezclado con sudor y el perfume que la mano se Alejandra despedía.
Le produjo arcadas y náuseas, pero eso no importó. El conserje emitió un grito y comenzó a follarla más salvaje que antes. El olor la mareó, resistió las embestidas y cada vez que entraba la polla su cabeza chocaba contra la pared. 
Cuando quitó la verga la vió claramente, el prepucio apretaba justo donde comenzaba el glande, formando un anillo algo inflamado, la cabeza, más morada que roja, parecía a punto de estallar, mostraba pequeños restos de una sustancia espesa y blanca.
<Cuánto de esa mierda tragué? Que asco> al pensar y sentir el sabor aún en su boca le sobrevino una arcada sonora. <Aún hay, y ésta perra lo probará>. Invadida de rabia y venganza sonrió, miró a Alejandra a los ojos, quién pareció comprender sus planes e intentó alejarse.
Pero el turno de Eli había llegado. La tomó de la nuca, y le dobló un brazo a la espalda. Se ubicó detrás de ella en un segundo y la puso frente a la polla del viejo, que ahora parecía más morado que antes.
Sin contemplación hizo que la tragara. Con las dos manos estirando del pelo hermoso y dorado sujetó la cabeza de Alejandra. El conserje no lo desaprovechó, la folló igualmente, metía su polla olorosa y disfrutaba del espectáculo.
Eli empujaba cada vez que el viejo entraba. Empujaba con fuerza, rápido, en compás a sus embestidas. Empujaba tan fuerte que sentía como el rostro de Alejandra golpeaba la pelvis del conserje, la barriga le tapada la frente y los ojos, y las bolas chocaban con su barbilla. Todo desaparecía entre la mata de pelo negro y sudada.
Continúo por mucho tiempo, obligaba a meterlo todo, lo sacaba rápido e igual de rápido volvía a meterlo en la boquita de Alejandra. Se decepcionó un poco, su venganza no era total, Alejandra no se quejó, ni siquiera una arcada. <5 minutos seguidos de garganta profunda y penetración oral y la muy puta no se inmuta>.
Cuando la miró pensó un poco diferente. Su blanco rostro estaba rojo y lágrimas caían por sus mejillas <se aguanta las arcadas, así que también está en su límite, está bien, acabemos con ésto>. Eli continúo sujetándola y al viejo parecía darle un ataque de placer, el final estaba cerca.
Con cuidado Eli sujetó la polla con una mano, y con otra masajeó los huevos sudorosos entre sus pelos. Continuaba la mamada aunque ya no tan profunda, con lo que Alejandra pudo recuperarse, comenzó a mover la cabeza y se notaba como hacía bailar la lengua alrededor de la cabeza del pene.
Entre las dos hicieron acabar entre gemidos al conserje.
Cuando eyaculó, Alejandra retiró de su boca el pene, el primer tiro fue directo a sus pechos. Eli no la dejó continuar. Con una sonrisa la agarró del pelo y metió la verga en su boca, que continúo eyaculando, sentía los espasmos entre sus dedos, dos, tres, cuatro, hasta cinco. Todas dentro de la boca de Alejandra, que solo pudo arrugar el rostro.
-Tragatelo, o cuento todo ésto a todos, Alejandra.
Ella la miró, con la verga aún en su boca, con el semen formando un bultito en sus mejillas, vió en los ojos de Eli la verdad de sus palabras. Cerró los ojos, hizo una mueca y tragó. Aún con la verga dentro.
-Todo, limpialo todo- Eli no iba a dejar que se escape su oportunidad.
Alejandra no tuvo de otra, movió su cabeza afirmando y su lengua se deslizó alrededor del pene, limpió todo lo que quedaba. Quitó por fin de su boca el feo pene, ya flácido, y tragó una vez más para a continuación abrir la boca, sacar la lengua y mostrarlo vacío.
El viejo tiró el dinero al suelo, se arregló, agarró unas escobas y salió, apremiándolas por el horario, enseguida sonaría la campana.
Las dos se quedaron ahí. 
-Me corresponde la mitad, supongo que el viejo quería un oral a dos lenguas, no? Y yo estaba disponible. Tenías que limpiar esa mierda.
-Asi es, no contaba con nadie más.
-Muy bien- Eli se abotono la camisa, recogió el dinero y guardó su parte. -Esto es tuyo- dijo tirando el dinero a Alejandra, quien se levantaba en ese momento.
-Eres más traviesa de lo que creí.
Eli la vió de nuevo, hermosa, aunque despeinada y con lágrimas secas en las mejillas, con la camisa desprendida, los senos enormes y con un gran rastro de semen que caída entre ellos. 
Alejandra notó su miraba y se miró los pechos y el semen.
-¿Quieres ayudarme?
Eli no dijo nada, se acercó. ¿Por qué no lo haría? Alejandra era hermosa y ahora era suya, estaba allí, semidesnuda, olía a puta y a semen embriagado todo con su exquisito perfume. 
Eli enterró su cabeza entre los pechos de Alejandra y con la lengua limpio el semen.
-Eres mía.
-Lo soy.

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