Terapia profunda - Relato

Protagonistas


Ella. 50 años, con ganas de recuperar el tiempo perdido.


Su psicóloga, con ganas de experimentar nuevas técnicas


El profesor de tai chi


La esposa del profesor de tal chi


El pintor de mujeres desnudas - Oscar-










Sería muy largo de explicar cómo se llegó a esta situación, a esta hora, y en esta ciudad. Pero todos los integrantes de aquél círculo sabían, en algún rincón del pensamiento, que todo terminara de este modo, mucho antes de emprender el viaje.


Habían pasado varias semanas desde que lo planearon, varias horas desde que salieron, la ciudad había quedado a muchos kilómetros, y la cena y el vino habían causado el efecto buscado.


Y ya el consagrado pintor se había instalado en su atril, con sus carbonillas, y había logrado que ella, el centro del grupo, la que había logrado movilizar a todos, con su objetivo terapéutico, estuviera desnuda, solo cubierta por una sábana blanca, posando para Oscar, que miraba ávido, y dibujaba frenético. 


Ella sentía la mirada del artista. Pero también la de las dos mujeres que reían nerviosas, una al lado de la otra, y todos eran observados por Carlos, el profesor, el bisnieto del ex presidente de la República, el que aún conservaba la mirada de prócer.


El tai chi es una actividad deportiva muy popular en china, una práctica espiritual y física que busca mejorar la vida en todos sus aspectos. Carlos conocía la técnica y disfrutaba de difundir su práctica, lejos ya de su origen marcial, su prédica se orientaba hacia la liberación interior, el manejo de energías, la meditación profunda.


Y ella es lo que exactamente estaba buscando. Después de haber transcurrido toda su vida haciendo lo que era correcto, cumpliendo mandatos, obteniendo títulos universitarios, criando familia, ahora quería vivir, sentir, explotar, liberarse. 


Carlos decidió que todo su grupo íntimo se abocaría a ello, un fin de semana entero, lejos de la familia y del ruido de la ciudad, y así fue que, al llegar al lugar, la música íntima, la cena liviana y el vino dulce, fueron el prólogo inevitable de acceder a modelar para Oscar, que estaba penetrándola con la mirada, o por lo menos, eso sentía ella.


Todos estaban imbuidos en el objetivo, pero Luciana -la esposa de Carlos- se dejó llevar cuando sintió la mano de la sicóloga en su muslo. Sólo cerró los ojos y dejó escapar un gemido, que fue como una orden para Sandra, para dejar resbalar su mano mucho más allá de los muslos, y aprisionar la entrepierna con todos sus dedos.


Fue como si todos estuvieran esperando esa señal, para hacer lo que había que hacer. El profe arrebató de un tirón la sábana blanca que cubría a la modelo. Provocó con ese movimiento brusco, un gemido de susto y placer. Estaba mojada, como hacía mucho tiempo no lo estaba. Estaba excitada por saberse mirada, deseada, y por ver a las dos mujeres, acariciarse tan obscenamente. Tenías los pezones duros, tan duros, que necesitaba tocárselos.


Y pudo hacerlo apenas por unos segundos, porque los hombres la tomaron de los brazos, y las mujeres acercaron una mesa hasta el lugar y la cubrieron con las sábanas que conservaban el calor de su cuerpo.


Mientras la psicóloga y la esposa del profe de Tai Chi le ataban amorosamente cada extremidad a una pata de la mesa, con suaves pañuelos de seda, los hombres dejaban caer sus pantalones, sin quitarse las camisas.


Ella deseaba con todo su ser tocarse los pechos. Sentía que desde su centro brotaban jugos, como lava caliente. Necesitaba una caricia, una boca, un dedo, una pija. Se retorcía a cada golpe de electricidad que le recorría el cuerpo. 


El pintor estaba frenético, delineando bocetos, como poseído con su carbonilla en la mano, mientras la esposa del profesor se arrodillaba frente a él, y con las manos en sus nalgas, se devoraba las gotas de miel que brotaban del miembro que apuntaba al cielo, de solo ver a su modelo.


La sicóloga, por su parte, murmuraba en el oído de la protagonista, palabras tranquilizadoras, sobre el placer, el centro, la lujuria, y otras frases inconexas, porque las palabras estaban acompañadas de suaves roces de la punta de los dedos sobre el vientre de la buena señora, y porque el profesor ya estaba tomándola por detrás, y penetrándola como un animal.


El ambiente se cargó de gemidos y temblores… los dos varones del curioso equipo estaban por llegar al climax, y como si todo estuviera guionado, y perfectamente sincronizado, se acercaron al cuerpo de la mujer que estaba empotrada en la mesa, y tocándose, se derramaron sobre ella.


Fue allí cuando las otras dos mujeres la desataron, y mientras una le besaba la boca profundamente, sosteniéndole un pecho tocándola en el lugar que solo las mujeres saben donde desata la energía, la psicóloga le hundía su lengua entre las piernas, y los hombres, con el aliento recuperado… le acariciaban el cuello y la espalda.


Un mareo se apoderó de la señora. Si no perdió el conocimiento fue porque se resistió aferrándose al calor de un brazo, pero a punto estuvo de desmayarse. Nunca supo cuantos dedos la penetraron. Tampoco supo si los dedos le entraron por aquí o por allá. Pero el torbellino de sensaciones que la invadieron por tantos dedos en su boca, en su cola, en su concha, y las manos que le acariciaban las nalgas, la espalda, los brazos… convulsionaba de placer, gemía, gritaba, una lágrima, la boca abierta, un vacío enorme, y un grito de placer único 




-aaaaaaggggghhhhhhhhhhhh-, casi hasta el infinito y luego el silencio.


Un enorme y devastador orgasmo le había atravesado el cuerpo, desde su cuello hasta su vientre. Una enorme energía se había estacionado y enrollado allí, y una caricia -que nunca sabrá cuál de todas fue- lo desenrolló, desencadenando una enorme serie de espasmos, cosquillas, y pequeñas muertes, en cada rincón de su cuerpo.


La sonrisa se instaló en su cara. Y en la de los demás participantes de la terapia, que parecía, sería exitosa. 


Todavía quedaban dos días de placeres.

7 comentarios - Terapia profunda - Relato

SweetDragonfly_ +1
Desde la presentación de los excéntricos personajes hasta el punto final.. estuve atrapada leyéndote con una sonrisa ansiosa por saber qué venia. Fuiste a parar a favoritos mucho antes de terminar de leer.

Otra genialidad a la colección 👏
VoyeaurXVII +1
jajajajajaja! qué linda que sos!
Pervberto +1
Refinada partuza. Genial situación y descripción.
VoyeaurXVII +1
pero partuza al fin!
Pervberto
Y de las buenas.
mdqpablo +1
woww queremos ir a terapia . .esa esta buenisima . gran pluma
VoyeaurXVII +1
las fiestas pueden ser despelotadas, organizadas o sofisticadas...
todo es cuestión de organizarse (usted lo ha dicho)
putita_linda +1
Sublime, cuasi perfecto
Me mojé desde la primera letra hasta el punto final de los finales...
VoyeaurXVII
le pido mil disculpas, señorita... no fue mi intención que se moje con mis palabras...
¿cómo puedo compensarla?
putita_linda +1
Deberías hacerte cargo de mis jugos y mis espasmos...
Lady_GodivaII +1
muy bueno.......quiero saber acerca de los dos días restantes!!!!!!!
pattwow +1
Wow... Una fascinánte historia me cautiváste VoyeaurXVII...
VoyeaurXVII
me alegra tanto haberte cautivado!
no sabes como te cautivaria personalmente!