Capítulo 2; la polla que se folló mi novia

Tras terminar el sexo con Yami, decidimos que volveríamos a quedar en algún momento, para ayudarla a follarse a Clara obviamente y quizás casualmente para volver a follar, sus caderas eran divinas y se movía como una diosa. Tras ello se hacía de noche, y mi mejor amigo Markus me llamó a que nos juntáramos en un bar. Acepté, no me venía mal conversar un rato. 


Pasada la hora llegué a nuestro punto de encuentro, nos tomamos unas cervezas mientras conversábamos. Él era un hombre de piel tostada, ojos de color gris y cabello levemente ondulado, castaño oscuro. Tras unas dos horas conversando le comenté que ya me iba, no conversamos mucho de interés, él se mostraba interesado en conversar más aún y terminé invitándolo a mi casa aquel día. Rápidamente aceptó y me comentó que compraría más cerveza para tomar allí. Tras comprar más terminamos largándonos a mi casa, en la cual estaríamos solo, pretendía escuchar un poco de música y quizás estar una hora más, solamente eso debido a que me había bajado el sueño y no quería quedarme demasiado para descansar. 


Al llegar a casa, nos sentamos en el living, tenía un equipo de música solamente. En la mesa pusimos las cervezas y siendo mi hogar un lugar rústico nos sentamos en dos de las cuatro sillas que había. La conversación avanzó y recordé que Clara me ponía los cuernos con él, me excité de solo pensarlo y ya pasado bastante por las copas le pregunté sobre ello. -Dime Markus ¿Te has acostado con Clara últimamente? He notado que cuando me cabalga sus caderas se mueven mejor, parece que estuvo practicando contigo. Él me miró y sonrió. -Sí, me la he estado follando un par de veces, como gime esa mujer. Su zorra es de toda una diosa. Le comenté curioso. -Entonces le das bien y una buena verga supongo. Él me respondió. -Si quieres te la muestro, para que veas lo que se come tu mujer. -Bien, muéstramela. Le dije sin pensarlo demás. Se bajó los pantalones y vi su pene, firme y orgulloso, duro por la excitación de estar mostrándomelo. 


Curosié con la mirada, observando cada centímetro y pensando en cómo Clara saltaba sobre esa cosa. -Tócalo si quieres. Me comentó Markus, y sin dudarlo lo agarré entre mis dedos, pensando en como la concha de Clara se tragaba eso constantemente, eso solo endurecía mi polla más, y se veía a través del pantalón. -Déjame ver la tuya, quiero ver que se traga Clara cuando no está conmigo. La saqué sin pensar más y Markus la miró extasiado. -Cuando tenga novia, estaré orgulloso de que esa verga tan sabrosa que tienes se la trague. Me respondió toqueteándomela, yo solo me dejé llevar por sus manos tan dulces, que posiblemente así agarraban las tetas de Clara mientras saltaban. 


Sin poder contenerme me acerqué y la miré de cerca. -Chúpala si quieres. Me comentó Markus, y pasé la lengua por el glande suavemente. Sí, ese glande era el que pasaba constantemente por la concha de Clara, era la primera vez que me lo devoraba poco a poco, pero indirectamente me lo había comido un montón de veces. Que verga más tentadora, me la metí de lleno a la boca comenzando a chupar de a poco, tuve cuidado con que mis dientes no la rozaran demasiado. 


Tras un par de minutos chupándosela, escarbando cada centímetro de su verga con mi lengua Markus se alzó en voz. -Hagámoslo. Me puse ansioso, nunca había tenido sexo con un hombre pero mi polla estaba durísima. -Bien. Le contesté, y me bajé los pantalones, el me abrazó por detrás y me comenzó a besar el cuello ¿Así se siente Clara? Es erótico, me cuestioné y reafirmé. Se puso un condón y me empezó a penetrar poco a poco, sentí su verga entrar en mi ano. La misma sobre la que saltaba Clara, la misma que chupaba Clara, sí, las imágenes se venían a mi mente de ella balancéandose y gimiendo mientras la penetraba Markus, era delicioso. -Háblame como te follas a Clara. Le dije, con voz firme. 


Él entonces comenzó a contarme cosas mientras su polla se adentraba por mi ano. -Así de lento se la metí la primera vez por el ano a Clara, ella gemía dulcemente, al principio era toda una princesa pero con el tiempo comenzó a volverse una perra loca por mi polla sin control. Sentí lo profundo que llegó la verga de Markus mientras me lo comentaba, gemí inevitablemente y sus manos se pusieron en mi cintura. -Cuéntame más. Le dije. -Hay veces que corre a bajarme los pantalones, una vez follamos aquí mientras estabas en el baño. Hubo otra ocasión que estuvimos los tres aquí, y mientras tú fuiste a comprar ella me pajeó haciéndome eyacular. Eyaculé en tu cerveza, y ambos la vimos mientras te la bebías sin decírtelo. Esa noche Clara gritó entre gemidos con esa imagen en la mente. -Sí, me acuerdo que escuché como ambos follaban en la habitación de al lado, me masturbé toda la noche con eso, y cuando Clara volvió sentí su zorra usada por ti. Mi calentura fue tal que el semen se salió, manchando el piso. Sentí también su polla palpitante en mi interior que tras unos movimientos sacó. Imaginé que esos movimientos fueron su orgasmo, vi el condón lleno de su espeso semen. Después de eso limpiamos y él se fue, se nos había hecho tarde. Supe entonces que mañana iba a ser más divertida que nunca la concha de Clara.

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