Mi novia me salió medio...puta.

A diferencia de relatos anteriores, no voy a ser descriptivo con el tema de mi novia. Por alguna razón, siempre fui respetuoso con las mujeres que me atraían, lo que provocaba que no pudiera masturbarme pensando en ellas. Talvez es una forma de diferenciarlas del resto de putas. Mi novia no es la excepción.
Una vez más me volví a mudar de casa durante la universidad. Así la conocí. Viví con ella bajo el mismo techo. La verdad es que me gustó desde el principio, por lo que comencé a pretenderla sin intenciones sexuales. Tampoco pude meterme a su cuarto a husmear en su ropa, como hice con las otras putas, aunque tuve millones de oportunidades.
Les cuento esto porque mi relación con ella empezó, por una cogida. Si. Mis más mínimas intenciones sexuales terminaron en sexo con ella antes de volverla mi novia.
Un lunes, jugando con todos los roomies a verdad o reto en el celular, de esas apps que si eliges reto te dan actividades hots. Empezó con ella teniendo que bajar UN, si, UN, sin especificar cual, un cierre de la persona a su derecha. O sea, yo. Y si, el único cierre que llevaba era el de mi pantalón. Y lo hizo. Pasó. Volvió a perder. La hice perrear el trasero frente a todos (algo que fue estúpido porque logre que los demás hombres vieran el trasero que me quería comer). Volvió a perder, y el que llevara más dinero en su cartera obtendría de ella lo que quisiera. Gane. Fuimos a su cuarto y entre bochornos y pedirle cosas que no podía hacer, terminé pidiéndole tocar sus senos. Ella cumplió. Y ahí fue donde empezó todo.
Como les dije, tenía esa especie de respeto hacia ella, lo que me provocaba no pensar en ella como una mujer deseosa de sexo. Pero eso es lo que ella quería. No quiero hacérselas larga, pero no accedí a cogérmela, cual niño virgen; ella me rogaba, aunque no lo crean, que quería que me la cogiera. Eso me daba miedo al pensar que mi mujer soñada solo pensaba en sexo. Fue sino hasta que le propuse ser mi novia, con ella encima de mí, sobando mi verga por encima del pantalón. Ella acepto, y entonces todo abochornado y temeroso, la penetre. Estuvimos así toda la noche, pero era tanta mi…no sé cómo expresarlo…culpa, respeto, pena, no se…que no terminé esa noche. Ni lo hice hasta los dos días después en un oral donde se comió toda mi leche. Ni siquiera nos dimos el primer beso hasta el primer día de novios.
Está claro que no soy un santo, soy un pervertido que olía calzones y se masturbaba pensando en mujeres conocidas, pero me dada cierto no sé qué el pensar que la que fuera mi novia fuera igual de puta. El chiste es que con ella he hecho de todo, la mayoría porque ella lo permite sin pedirlo ella o yo: oral con eyaculación en su boca, en su cara, en sus tetas, Deep throath; misionero, perrito, vaquera, sumisa, 69; oral de los dos, vaginal, anal y manos; en la cocina, en el baño, sala común (cogimos en el sillón donde todos se sentaban); lento, duro, rápido, con mordidas, nalgadas, mi mano en su cuello; diciendo cochinadas y otras no; vamos…que empezó a tomarse las pastillas anticonceptivas porque le gusta sentir mi verga sin condón y como eyaculo dentro de ella; hemos comprado conjuntos para que ella se ponga entre conejita, tangas y brasieres pequeños; además…hemos cogido en sus “días”.
La verdad disfruto mucho con ella, al grado que ya le perdí ese no sé qué respeto y nos aceptamos como los cochinos que somos. Bueno a cierto grado, aún uso la palabra con P o con Z con ella, y por ese mismo respeto, no les cuento con detalle lo que hemos hecho. De esto, hace ya dos años. Desde entonces, vivo con ella. Nos mudamos juntos, los dos solos, sin más romíes. Por lo que cogemos cada que a uno le da ganas. Y eso es todo…por ahora.

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