Mi vida en Europa: experiencias fallidas 2

Continuando con esta serie, les traigo la historia de Renate, la entrenadora.

Aquí en Austria, y creo que en Alemania también, cuando una empresa sobrepasa un número de empleados, el gobierno las obliga a que los trabajadores reciban ayudas extra... una de estas ayudas son planes vacacionales, recreación para los hijos, planes alimenticios, médicos privados... recreaciones deportivas, entre otras.

Yo comencé a asistir a uno de estos planes deportivos hace 2 años. Así fue como conocí a Renate, la entrenadora... una mujer a la cual no le puedo identificar la edad, bien podría tener 38 como 50 años. Blanca de pelo negro y liso, y ojos azules. Físicamente se nota que hace ejercicio, pero no es una mujer fitness; las piernas y el culo los tiene bien puestos, pero no son voluminosos. Los senos normales. La cintura... muy recta, nada de curvas, y de complexión ancha, se ve algo fortachona en los brazos. De cara es normal hasta que se ríe o muestra los dientes, porque se parece a Milena la de mortal kombat. En realidad es feíta, pero de la cintura para abajo y con las tetas, está bien... además es muy chévere y agradable.

Cuando comencé el curso, había mucha gente, pero todos unos muertos, oficinistas, gente que jamás en su vida había hecho ejercicio... y yo aunque ahora soy sedentario, fui muy deportivo hasta mis 30, así que estoy acostumbrado al ejercicio y al esfuerzo. En esa primera clase me di cuenta que ese no era el curso para mí, era una mezcla de yoga, y como ejercicios para una persona que acababa de estar toda su vida en una cama, o sea nada de ejercicios, eran puros movimientos para abuelos... así que al final de la clase me acerqué a ella y le dije que dejaría de asisitir y le conté por qué... ella me dijo que noooooo!! que todo ejercicio era bueno, que ella nunca había tratado con un latino, y que podíamos intercambiar conocimiento cultural, que sería una pasada... y bueeeeeeno, por no ser descortés, continué en el curso.

Ella tuvo razón... un par de semanas más tarde ya quedaba sólo gente motivada que aguantaba mejor el entrenamiento e intensificó los ejercicios. Ahora sí era un entrenamiento.

Las semanas pasaban, echábamos broma, hablábamos... yo compartía mis conocimientos de artes marciales, equilibrio, coordinación... todo iba muy bien, pero yo no la miraba con ojos de deseo... era todo normal y profesional.

Muchos de estos entrenamientos había que hacerlos en pareja, yo siempre trabajaba con ella, todo normal...

Pero un día, en algún punto de primavera de 2018, hicimos algo diferente.. ese día sólo fuimos al curso 3 personas, así que formamos 2 parejas, y yo estaba obviamente con ella. Uno de los ejercicios era cerrar los ojos, y la otra persona tocaba un dedo, y había que mover el mismo dedo pero de la otra mano... y luego junto con el pulgar... y así... intercambiábamos... interesante la cosa.

Luego yo estaba de espaldas, ella tocaba un hombro, y tenía que mover el brazo hacia arriba, si lo tocaba de otra forma, había que mover el brazo hacía afuera... pónganle imaginación, así estuvimos largos minutos.

Luego llegamos a las piernas: ella dijo que había que tocar la parte externa de la cadera, ese era el comando para mover la pierna. Mi sorpresa fue que sentí un apretón de nalga en vez de un golpecito como antes; me volteé de inmediato con asombro y ella estaba roja aguantándose la risa, como una niña que hace una travesura, me empecé a reír también, y ella con la señal de costumbre, me indicó con el dedo índice que hiciera silencio. Los otros dos no se dieron cuenta. Me volteé nuevamente y ella siguió con el manoseo.

Tuvimos que intercambiar posiciones y era mi turno. No dudé y le apreté las nalgas. Ella estaba muerta de la risa, pero se estaba aguantando... Los otros ya comenzaban a preguntarse por qué quería reírse. Seguí con la manoseadera, y luego volvimos a los hombros, pero esta vez le agarré fue una teta, la cual encontré bien durita y rellenita. Ella no aguantó, soltó la carcajada y se fue corriendo al baño; yo tenía la poronga a mil, así que para disimularla me incliné sobre mis rodillas y le dije a los demás que no tenía ni idea de lo que le pasaba a Renate... ellos comenzaron a reír y siguieron en su mundo...

En casi un minuto ella regresó con los ojos aguados y roja de la risa pidiendo disculpas, que se había acordado de un chiste muy bueno y que parecía una estúpida riéndose sola... contó un chiste y los demás se cagaron de la risa... yo no lo entendí y ni me preocupé por preguntar... yo estaba destinando mis poderes mentales para dominar a la bestia.

Seguimos con los ejercicios pero ya serios... la clase terminó y los otros dos en cuestión de segundos se esfumaron de la escena, como siempre, aquí nadie pierde el tiempo y todo es como una carrera... Sin embargo Renate estaba aún en el escritorio llenando la planilla del entrenamiento, quiénes fueron, qué hicimos blablablabl.

Ella estaba de pie, con los codos sobre el escritorio, las piernas un poco abiertas y concentrada en su trabajo, una vista fenomenal. Llegué de manera sigilosa detrás de ella y le di un buen apretón de nalga; ella brinco del susto e instintivamente golpeó mi mano para quitársela de encima; casi le da un infarto.

- AAAHHH!!! puhh... eres tú!! por favor no vuelvas a hacer eso nunca, nunca más!!
- oohh! lo siento, tengo pisadas ligeras como de felino
- por favor avisa, casi me matas del susto!
- ok lo siento

Pasó el susto, y empecé a echarle broma, que había brincado como un gato y reímos un rato. En cuanto se calmó, la agarré de las caderas y mis manos se iban ligeramente hacia su culo

- qué haces? (con cara inocente, nerviosa, sonriente... a la expectativa)
- nada, solo continuando lo que empezaste (mientras la agarraba de las nalgas para atraerla hacia mí)
- noooo (en voz baja y nerviosa, pero aún sonriendo)... yo soy casada, no puedo
- yo también, es solo para pasarla bien
- nooo... de verdad no puedo (sin perder la sonrisa), no debo
- vamos, entonces para qué me provocas? (hablándole en el mismo tono juguetón)
- era sólo un juego... así es más emocionante...
- pero juguemos a los niños grandes, así es mejor

mientras hablábamos así, le amasajaba las nalgas y piernas, suave y lentamente... vi su pecho ruborizado, era buena señal. Ella tenía mis manos sobre mis hombros y literalmente no hacía nada, ni se entregaba, ni se resistía, sólo hablaba en este tono nervioso y cómplice.. me dije que podía alargar la conversación hasta que se excitara más y lo demás era inevitable.

Empecé a acariciar la parte frontal de sus muslos y su voz se empezó a entrecortar y repetía una y otra vez las mismas palabras "no puedo.. soy casada", pero no se resistía, yo lo que escuchaba era "no me cógeme!!"

Empecé a respirarle en el cuello, detrás de la oreja y sentí como se le desvanecía el cuerpo y su lucha estaba pronto por acabar... repetía las mismas palabras, pero ahora con los ojos cerrados y la respiración agitada

- es sólo un juego... (le susurré en el oído) tranquila, no vamos a llegar lejos
- en serio????? lo prometes????
- síiiii, no te preocupes (en tono pacificador y relajado... o más bien diabólico?) es para pasarla bien, así no más

Esa mujer estaba conteniendo una tonelada de excitación... no hacía nada, no se movía... sólo humedecía sus labios y respiraba agitada. Yo pasaba de un lado de su cuello al otro mientras clavaba mis dedos en su cuero cabelludo, ella arqueba la cabeza hacia atrás con la boca abierta, pero se controlaba. Apreté su cuerpo contra el mío, una mano atravezando su espalda hasta su hombro, y la otra por la cintura y empecé a restregarle la poronga, ella gimió:

- bitte nicht so!! (por favor así no!!)
- es sólo un juego... recuerda
- pero yo no puedo, estoy casada... así no voy a aguantar

Dejé de moverme y seguí con caricias más suaves en la espalda y nalgas. Después de un rato la arrecosté contra el escritorio, ella puso las manos en el borde y no se dejó acostar, le abrí un poco las piernas, y eso sí aceptó. Le acariciaba los brazos y cuello, se veía que estaba a mil pero no lograba romper esa barrera moral que aún le quedaba. La seguí manoseando y le susurré al oído

- Renate, me gustaría cogerte...
- no no no no no, yo no puedo!
- aunque sea imagínatelo

Asintió con la cebeza y se apretó los labios. Me paré a su lado y empecé a bajar mi mano desde sus senos hasta su panocha, la tocaba ligeramente como para que sintiera dónde iban mis dedos... acaricié con fuerza su vientre y bajé nuevamente y llevé mi mano casi hasta su culo y le hice presión hacia arriba, ella se estremeció y soltó un gemido. Lo siguiente fue frotarle la panocha con fuerza y ella comenzó a mover las caderas en dirección a mi mano... me adelanté a los hechos y le desabroché el pantalón.

- no!!! suficiente!!!!

y se fue corriendo... yo no la pude seguir porque tenía la verga a mil... y en vista de que se había ido, me clavé una paja en los baños, no duré ni un minuto.

A la semana siguiente llegué más temprano de lo normal para hablar con ella. Se veía muy amable como siempre, le pedí disculpas y dijo que ella había provocado todo, que no fue culpa mía, pero que muchas gracias por no obligarla y que de todas formas la había pasado muy bien y me picó el ojo con una sonrisita... WTF???? definitivamente quiere bija, pero todavía no... ya la tengo en remojo, tarde o temprano afloja la fruta.

Desde entonces la llamo la microhondas: calienta pero no cocina

4 comentarios - Mi vida en Europa: experiencias fallidas 2

davidt944 +2
Ese microondas no hace el trabajo completo! Van 10
gust7387 +2
Muy bueno el apodo que le pusiste asi no se puede dejar y luego no animarse
luismiguelito78 +1
De mas está decir que si logras concretar queremos todos los detalles!!! Al post solo faltó la fotito de la profe para nosotrosMi vida en Europa: experiencias fallidas 2
jorvac164 +2
Segunda parte.Urgente!!!!Gracias por compartir tus vivencias.Van 10 !!!!!!!!!