Qué Bien me Masturba mi Hermana Alba

Tras ponerme el chándal y las bambas, salgo de casa bien temprano para ir a hacer ejercicio. Lo había dejado apartado, pero ahora que vuelvo a tener tiempo no tengo excusa. Me voy por el bosque que hay cerca de mi casa y estoy una hora sin parar. Acabo sudando la gota gorda.
Al volver me encuentro a Alba en la bañera, que justo está empezando a llenarse.
-Buenos días, cariño -me saluda al verme entrar en el cuarto-. ¿Cómo te ha ido?
-Bien, pero estoy chorreando. ¿Me haces sitio?
-Eso ni se pregunta -me contesta con una dulce sonrisa.
Me estiro a su lado y nos besamos cariñosamente.
-Ooummm…
Me fijo en que tiene las mejillas rojas por el calor. La abrazo y se acurruca en mi pecho.
-¿Hace mucho que estás aquí?
-No, he entrado hace un momentito. Me he despertado por el frío y he dicho “Venga, así entro en calor.”
-Mira que tener frío en julio…
-Siempre he sido un poco rarita, ya lo sabes jiji: me gusta la pizza con piña, mojar pan en la sopa, mi hermano…
-Jajaja.
Volvemos a besarnos y mi hermana se me pone encima. Recorro su cuerpo con las manos y disfruto de lo fina que tiene la piel. La nuca, la espalda, el trasero, las piernas… La sobo bien sobada.
-Aaaahhh…
Por su parte, juguetea con mis labios y nuestras lenguas danzan juntas. Sus manos acarician mi pecho, mi vientre, mis brazos… Cómo se nota que le gusta mi cuerpo fibrado.
-Mmmmmm… Rubéeenn…
Se levanta un poco, sentándose en mis piernas, y me ofrece sus pechos, gustosa, mordiéndose el labio y mirándome con una expresión en sus ojos que solo puede significar “Cómeme.” Ayudándome con las manos, cojo sus tetas y los chupo, las magreo, las succiono… Mmm… Qué ricas están… Alba gime y respira de forma entrecortada ante mis tocamientos, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás.
-Aaaaaahhh…. Mmmmmm… Hhhmmmm…
Así estamos cuando abre los ojos y me recuerda:
-Oye, ¿no se te olvida algo, hermanito?
Extrañado, me cuesta unos segundos recordar a qué se refiere.
-Muy cierto. Oye, pero… ¿estás segura?
-¡Pero si te lo propuse yo!
-Lo sé, lo sé, pero aún así… Quiero decir… Eso es llevar nuestra relación a otro nivel, Alba.
-Ahora somos pareja, Rubén, ¿acaso lo has olvidado?
-¡Por supuesto que no! Es solo que q… -Me calla con un beso.
-¿Me dejarás masajearte un ratito el miembro y darte placer, amor mío? -me susurra al oído con una vocecita tan dulce que me pone los pelos de punta.
-Por supuesto.
-Muy bien jiji. Vamos a ello. -Me besa en los labios y vuelve a sentarse en mis piernas.
Mi pene está flácido por el cansancio que llevo encima, así que primero toca despertarlo. Siguiendo mis instrucciones, mi hermana me coge los testículos con una mano -depilados e hinchados después de días sin tocarme- y me los acaricia con la otra.
-Mmm… -suspiro de placer, cerrando los ojos y relajándome, con la certeza de que tengo mis partes a buen recaudo.
-¿Lo hago bien?
-Mmmmmm… Sí…
Continuando con mis indicaciones, me los va masajeando con suavidad, despacito para no hacerme daño, haciendo que se pongan aún más duros si caben y despertando a mi soldadito, que empieza a levantar cabeza.
-Buenos días, pequeñín jijiji -lo saluda, divertida.
Una vez que ya tengo los huevos a tono, pasa a agarrarme con cuidado el manubrio y a darle un masaje, subiendo y bajando su mano lentamente.
-Qué sensación más rara, está caliente y da saltitos jiji.
-Está contento de verte, guapa… Uuummm… Le he hablado bien de ti jeje.
-Ya veo, ya… Yo también tenías ganas de conocerlo.
Entre el tiempo que llevaba sin hacerme una paja y la finura de los dedos de mi querida hermanita, me estoy poniendo a tono enseguida. Vuelva a tumbarse a mi lado y nos vamos besando mientras me masturba… Hhhmmm… Es una absoluta gozada.
-Pffffff… Alba… Qué bien me cuidas… Aaaaaahhh…
-Tú disfrutas, cariño -empieza a susurrarme al oído, con intención claramente provocativa-. Deja que tu amada pareja te ayude a relajarte…
-Mmmmmm…
-… a darte gustito…
-Hhhhmmmmfff…
-… a hacer que descargues toda esa tensión acumulada.
-Aaahhh… Dios, Alba… Pffffff… Qué biennn…
-¿Te gusta lo que estamos haciendo, hermanito mío?
-Aaaaaffffff…
-¿Te gusta cómo tu hermanita pequeña, tan dulce y frágil, te masajea?
-Mmmmmmm… Síiii… Me encanta, mi niña… Pffffff… Me encanta… No pares… Por Dios te lo pido…. Aaaaaaahhh… No pares… Oooooohhh…
-Estoy loca por ti, amor mío… Mmmmmm… Te deseo… Pffff… No puedo evitarlo… Eres mi chico… Mi macho… Quien me protege… Te amo, Rubén… Te amo… Disfruta…
-Joooderr… Alba… Por Dios Santo Bendito… Mmmmmm… Cómo me calientas… Aaahh… Eres encantadora… Qué bien me masturbas para ser tu primera vez…. Mmmmmmffff…
Lo cierto es que no lo hace del todo bien, se nota que es la primera vez que hace algo así y necesita practicar mucho… Pero aún con esto, lo hace mejor que algunas de mis exnovias en sus primeras veces. Además, con el calentón que llevo encima prácticamente no me doy cuenta de sus errores.
Me sigue masturbando unos minutitos más hasta que noto el orgasmo que se aproxima. Mi polla se endurece más si cabe y empieza a palpitar con más fuerza.
-Aaaaaaahhhh…. Alba… Me… Me voy a correr…
-Córrete tranquilo, hermanito… No te preocupes por nada… Recuerda que estoy aquí para encargarme de todo… De que lo pases bien… Disfruta, mi amor… Disfruta…
-¡Ahh! ¡Aaaahhh! ¡Aaaaahhhh…! -gimo finalmente.
La descarga es realmente abundante: los primeros chorros salen con tanta fuerza que impactan en la pared del baño, dejándola toda pringosa. El resto terminan en el agua.
Me quedo flotando en una nube, disfrutando de la sensación. Mi hermana se queda abrazada a mí y me dando suaves besitos en los labios.
-¿Qué tal, hermanito? ¿Cómo te sientes? -me pregunta con una dulce sonrisa.
-Genial… -acierto a contestar.- Hacía tiempo que no tenía un orgasmo tan grande… Gracias, hermanita…
-Ha sido todo un placer -me contesta, satisfecha.
Después de esto nos lavamos y me afeita. Sus movimientos son cortos y rápidos, cautos para no hacerme daño. Sus ojos azules me miran fijamente el contorno de los labios y la barbilla, buscando nuevas zonas por donde pasar la cuchilla.
-Qué bien me afeitas. Le estás pillando el truquillo -la felicito, viendo el cariño y la dedicación con la que lo hace.
-Gracias -me regala una de sus miradas cautivadoras-. Voy despacito para no cortarte. -La beso cariñosamente y ella me corresponde con la lengua.- Mmm… Qué suave tienes la cara ahora.
-Disfruta de mi carita de bebé, entonces. Es obra tuya, mi pequeña…
-¿Alba, con quién hablas? -nos sobresalta la voz de nuestra madre, al otro lado de la puerta.
-Co-Con nadie, mamá -se apresura a contestar, poniéndose el dedo índice en vertical en la punta de la nariz para indicarme que guarde silencio-. Le estaba mandando un audio a una amiga.
-Oye, ¿Rubén te dijo sobre qué hora volvería?
-Pues no, la verdad, aunque tampoco creo que le quede mucho. ¿Por?
-Porque habíamos pensado en ir a la playa los cuatro. ¿Cómo lo ves? ¿Vendrías?
-Por supuesto.
-Muy bien, pues cuando salgas prepárate porque en cuanto venga su hermano nos vamos.
La suerte se pone de nuestro lado y nuestra progenitora sale a comprar el pan. Ahora podremos decir que he vuelto mientras estaba fuera.
-No sé qué le hubiera dicho si nos llega a pillar desnudos en el baño…
-Le hubieras tenido que decir que te gusta tocar a tu hermanito mayor: que te gusta besarlo, tocarlo, masturbarlo…
-¿Ah, sí? -me sigue el juego, tumbándose en la cama y dejando que me ponga sobre ella… Mmmmmm… ¿Y tú qué le hubieras dicho?
-Pues más o menos lo mismo. Que me gusta besar tus amigos… -voy haciendo lo que digo- tu naricilla… tus mejillas… tus orejillas… tus lóbulos… tu cuello…
-Aaaaaahhh… Siiigue… Pffffff… ¿Qué más?
-También tus pechos… Succionar tus pezones… Mmmmmm…
-Oooooohhh… -se muerde el labio y mira al techo, llegando a arquear un poco la espalda.
-Creo que nos correríamos solo de pensarlo antes de acabar de explicarlo…
-Jijiji… Aaaaaahhh… Dios, no pares, hermanito… Pffffff… Por favor, no pares… Mmmm…
-Tranquila, mi reina… Ooouuummmmmm… Disfruta…
En esas estas cuando oímos que la puerta del cuarto de nuestros padres se abre. Nuestro padre está despierto. Nos separamos rápidamente y me empiezo a vestir mientras Alba no tapa con una toalla y se sienta en la cama. Segundo después abre la puerta para darnos los buenos días y volver a cerrar. No nos ha pillado de milagro.
***
Llegamos a la playa y nos ponemos las prendas de baño. Tanto mi progenitor como yo nos quedamos atónitos ante la belleza de mi madre y mi hermana. Espectaculares es poco: mamá va con la cabellera rubia recogida en una coleta y un biquini negro que no hace más que resaltar sus encantos. Y mi hermana tampoco se queda corta: lleva la melena suelta y el viento la hace ondear como si de una bandera de tratara, y el biquini rojo la hace estar súper sexy.
-Alba, mira: tu padre y tu hermano se han quedado de piedra mirándonos.
-Jijiji.
Tengo que aguantar a mi padre abrazando y tocando a mi madre sin yo poder hacer lo mismo con mi chica. Ella parece darse cuenta, porque me sonríe, picarona, y me guiña el ojo.
-Alba, estás… estás impresionante. -La cojo de las manos y me atraigo hacia mí. Por razones evidentes no podemos hacer nada delante de nuestros padres, pero eso no quita que pueda deleitarme un poco admirando su hermosa figura.
-Muchas gracias, Rubén. -Me susurra al oído:- Me he vestido así para ti. -Y con disimulo, me agarra el miembro por encima del bañador, que ya empieza a despertarse.
-No, cabrona, que se van a dar cuenta.
-Jijiji no pasa nada porque te empalmes mirándome. Al final es lo que tú me dices: debo ser bonita, ¿no? -me pregunta retóricamente, dando una vuelta sobre sí misma para que los rayos del sol impacten en su pelo y este se vuelva más dorado aún, llegando a parecer, incluso, que brilla.
-Mucho, Alba, mucho… Ummmmmm… -La abrazo por detrás y ella se deja, cerrando los ojos y sonriendo.- No te haces una idea. Mis amigos no babean al verte por casualidad.
-Me gusta torturarlos.
-Ya lo sé, ya jeje.
-Venga, Rubén, hijo, sepárate un poco de tu hermana que al final se te va a empalmar y todo -me grita mi padre en tono de broma, pues es experta en hacer comentarios de este estilo.
Alba se pone roja como un tomate y camina sola por la pasarela.
No hay casi nadie en la zona donde estamos, así que no tenemos ningún tipo de problema para encontrar sitio. Nuestros padres se van al agua y mi hermana me pide que le ponga crema.
-Ahora vas a disfrutar sobándome, ¿eh? -me sonríe, picarona.
-Ya ves.
Me siento detrás de ella y voy huntando crema por su espalda, sus brazos… Ella cierra los ojos, disfrutando, y se echa crema también por la cara.
-Mmmmmm… Qué bien… Me gusta que me toques, hermanito… Uuuffffff…
Me giro, estando ahora de caras a ella, y le pongo también en los pechos. Alba me facilita la tarea bajándose los sujetadores. Mientras yo se la hunto, mi hermana vigila que no vengan nuestros padres.
-Aaaahhh… -gime levemente- Oooooohhh…
-Me gustan mucho tus tetas. Serán grandes y preciosas cuando te desarrolles más.
-Pffffff… Trabájamelas, por favor… Uuuffff… Qué gustooohh…
Las masajeo unos minutos, dejándolas duras como piedras. Su rostro es un poema, sonriendo de puro placer y con la mirada perdida en algún punto inexacto.
-Uuummmmmm… Hermanito… Qué gustito me das… Aaaaaahhhh…
Pasados unos minutos, me dice:
-Ahora te toca a ti.

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