El negro Hassan y mi esposa

OTRO RELATO ENCONTRADO POR AHÍ


Todo empezó un día de mi cumpleaños número 32; se me ocurrió invitar a mi mejor amigo a mi casa, para que nos tomáramos unas copas. Hassan es un hombre de raza negra de buena estatura, casi 1,90 mts , y a pesar la naturaleza no fue muy generosa con su rostro, si lo dotó de una excelente complexión física, y aún siendo delgado posee una musculatura envidiable, y es además una de las personas más amistosas que he conocido.
Llegamos a mi casa como a eso de las 9:00 pm, y al tocar el timbre nos abrió mi mujer quien al vernos me dejó ver su desagrado, un tanto desapercibido para Hassan; pues ella no esperaba invitados. Mi  mujer lucía un hermoso vestido abotonado completamente adelante, con un  escote que permitía ver  sus grandes y hermosas tetas, el vestido aunque no muy corto si dejaba ver gran parte de sus muslos, ella volvió a mirar al negro y de manera no muy cortés le dijo: Siga por favor, él respondió con una venia y con un "después de usted" la siguió hasta la sala. Yo fui a la cocina a llevar los aperitivos y el licor que había traído, preparé unas copas y me dirigí a la sala, mientras me acercaba noté que mi mujer, aunque sentada de manera elegante, no podía dejar de exhibir sus hermosas piernas hasta el final, y al mirar la cara del negro, ví su mirada lasciva pero disimulada, admirando las torneadas formas de mi mujer.
Transcurrió el tiempo y copa va copa viene, noté un poco mas distendida y desinhibida a mi mujer y pude ver que los dos últimos botones de su vestido se habían abierto, y aunque, no se si ya se había percatado de ello, al que si noté que se había dado cuenta era a Hassan que miraba embelesado los espectaculares muslos que se exhibían ante él, notando a la vez un enorme bulto en medio de sus piernas cuando se levantaba para ir al baño,ya estaba empalmado.
A solas con mi mujer la invité a bailar música suave y mientras bailábamos pude sentir lo caliente que estaba, tal vez el efecto de las copas en ella, movía sensualmente sus caderas, mientras tanto yo, veía como Hassan no despegaba los ojos del trasero de mi mujer mientras volvia al sillón.
Seguimos la charla en forma amena, y aproveche la ocasión para contar unos cuantos chistes muy verdes( para los cuales según mis amigos tengo mucha gracia, que empezaban a surtir efecto en mi mujer y Hassan, conté sólo unos cuantos, para cuando terminé, subimos un poquito la música, coloqué un CD de merengues, y casi de inmediato, el negro sacó a mi mujer a bailar, ella accedió e iniciaron de manera recatada, pero al rato el negro se acercó un poco más a mi mujer, y al no notar ninguna resistencia se pegó completamente a ella y su dedo meñique estaba casi en medio de sus nalgas, ella seguía como si nada, pero al dar la vuelta y que dar ella de frente a mí se sintió incomoda, yo hice como si me estuviera durmiendo y recosté mi cabeza al sofá, pero seguía observando el espectáculo que inconscientemente empezaba a disfrutar.
El metía su muslo entre los de ella y ella restregaba su coño contra su muslo, yo seguía en la misma posición, para que no se inhibieran. Bailaron varias piezas, y en un momento ví como ella le decia algo al oído, él se dio vuelta y me miró, yo seguía fingiendo dormir profundamente, situación que aprovechó mi mujer para acariciar sus nalgas y acto seguido posar su mano sobre su abultada polla cosa que puso incómodo al negro,que me miró con preocupación y le dijo algo a mi mujer que seguía acariciándolo. Tomó entonces la decisión mi mujer de llamarme para llevarme a mi cama, y me movia para levantarme, al no poder despertarme le dijo a Hassan que la ayudara a llevarme e mi cama.
Con grandes esfuerzos me llevaron entre los dos y me pusieron en la cama suavemente, como para no despertarme. Hassan salió del cuarto y mi mujer me quitó el pantalón, se paro al lado de mi cama unos segundos, se inclinó me movió levemente, me llamó y al no recibir respuesta apagó la luz y cerró la puerta.
Esperé unos minutos y me levanté, sigilosamente me acerque a la ventana que da a la sala y desde allí cuidadosamente me ubique para tener todo el panorama sin ser visto.
Hassan estaba sentado en el sofá grande, mi mujer llegó y le sirvió otra copa, se sentó en el sillón a su lado y miraba cautelosamente hacia la puerta de mi cuarto, acto seguido se levantó y cambió la música a una más suave y se acercó al negro para sacarlo a bailar, insinuándosele con sensuales movimientos, él se levanto y la acercó hacia él y empezaron a bailar lentamente, ella siempre trataba de quedar mirando hacia nuestro cuarto, pero no podía quedarse mucho tiempo en esa posición, de tal manera que tenía que dar la espalda.
Ya habrían pasadoo como 10 minutos y yo empezaba a sentirme impaciente, y de repente ví como el negro empezó a acariciar la espalda y las nalgas de mi mujer sin que ella se inmutara, luego ella se pegó más y él metiendo la mano por entre su vestido acariciaba sus nalgas, mi mujer bailaba con las piernas un poco más abiertas, para que él pudiera meter su mano un poco más y le acariciara desde atrás su culo y su coño ya seguramente humedecido, el negro se inclinó un poco más hacia delante para poder imeterle los dedos en lel mojado coño, ella empezó a acariciar su polla por encima del pantalón y ví como la gran polla de Hassan empezó a crecer aún más y como él se agachaba para rozar con su montículo y la zona del coño, que abría más el compás de las piernas y rozaba fuertemente su coño contra el muslo derecho del negro que seguía su tarea de sacar y meter los dedos del coño de mi mujer , tocaba sus tetas por arriba del vestido, mi mujer cerraba sus ojos mientras sus pezones se endurecían. Cuando terminó la canción ella se dirigió a mi cuarto, de inmediato corrí a mi cama y adopte una posición fetal, ella verificó que yo "dormía" y salió nuevamente.
En la sala Hassan la esperaba con cara de impaciencia; pero ella se le acercó, él recostado en el sofá la miraba con ardiente deseo, ella sin dejar de mirarlo a los ojos se sentó a horcadas sobre él, desabotonó la parte superior su vestido, y ofreció sus tetas a Hassan, quien de inmediato y sin quitarle el sujetador los hizo saltar de él, dejando al descubierto esas deliciosas tetas adornadas con dos duros pezones que invitaban al placer, el negro empezó lamerlos y chupárlos con avidez dándole suaves mordiscos en los pezones, ella se retorcía, inclinaba su cabeza hacia atrás y frotaba su coño fuertemente contra la polla que seguía creciendo bajo el pantalón
Mojándoselo por completo con sus líquidos, sentía como sus labios del coño se hinchaban cada vez más produciéndole aquello un incontenible deseo sexual;
De repente ella bajó del sofá, se metió entre las piernas del negro, y de manera desesperada desató el cinturón del pantalón y abrió el cierre, lo bajó le saco la polla y la  agarró vió la gran polla de Hassan tan grande y negra como ni en películas porno había visto,
Tendría unos 30 centímetros y era tan gorda que los dedos de mi mujer quedaban muy lejos de poder cerrarse completamente en torno a ese pedazo de pollón y como una gran experta empezó a pasarle la lengua lentamente desde los huevos goldisimos, recorriendo ascendentemente el tronco de aquel prodigiosa polla, luego lo metió a su boca y con un gran esfuerzo, tragó una pequeña parte de aquella carne que para ella lucía apetitosa, con suaves movimientos ,succionaba y lamía el enorme pollón
Hassan sólo movía sus caderas como queriendo que se la tragara completamente y yo con mi mano agarraba mi polla a punto de estallar del placer que aquella escena me causaba.
Hassan la detuvo suavemente, la levantó en vilo sin dejar de besarla, la sentó en el sitio que él ocupaba y empezó a tocarle las tetas, mordisqueandolas y luego a lamerle los pezones una y otra vez, Mi mujer movía las caderas como pidiendo que le clavara su polla, pero él seguía succionando sus pezones, quería tragarse por completo las grandes tetas y a pesar de tener grande la boca esas ricas tetas eran demasiado, mi mujer seguía retorciéndose y ya para eso había cojido entre sus dientes una parte de su vestido, mordiéndolo con fuerza, como para ahogar sus gemidos, en tanto el negro seguía en la tarea de con sus carnosos labios seguir chupando esos deliciosos pezones que parecían querer explotar.
Yo miraba como hipnotizado ante el espectáculo que se abría a mis ojos y apretaba fuertemente mi polla sin masturbarme.
Poco a poco el negro fue bajando con su hábil lengua recorriendo con su lengua, descendiendo lentamente, y haciéndole a un lado el panty dejando libre el coño de mi mujer, y empezó la labor demoledora con su gran lengua lamiendolo de abajo hacia arriba su dudo e hinchada pipa primero despacio y después rápidamente, aghhhhhhhhhhh. mordía con delicadeza los labios del coño y metiendo hasta donde podía su gran lengua en el humedo coño de mi mujer, ella levantaba sus nalgas del sofá en un intento por hacerle comer todo su coño, tratando de no gemir sin conseguirlo  aghhhhhhhhhhh.que lengua comene el coño, mete esa lengua que luego quiero a ver si me meto ese pedazo de pollón, aquello provocaba en mí una gran excitación, verla retorcerse y pedir con desesperación que le metiera su enorme pollón.
Ya en el colmo del desespero mi mujer agarró al negro y con fuerza descomunal lo echo al sofá a su antigua posición, se quitó el tanga se puso a horcadas sobre Hassan.
Él le metió tres de sus enormes dedos en el coño, moviéndolos lentamente dentro de ella y luego sacándolos para chuparlos mi mujer s inclinándose hacia delante , mientras el chupaba sus tetas levanto su espléndido culo, y agarró la gran polla,y la dirigió a la entrada de su empapado coño, y con suaves movimientos de cadera y gimiendo de placer lo fue metiendo poco a poco, él seguía chupando sus pezones y a veces trataba de chuparle los dos a la vez sin éxito, ella subía y bajaba lentamente, como si tratara de disfrutar centímetro a centímetro aquella dura y gran polla, pero sin introducírsela completamente,siii, siii, dijo mi mujer, gimiendo yo veía como al negro se le iba poniendo la polla brillante por la lubricación del coño de mi mujer, la tenia toda dentro,no se como habia dilatado tanto su coño.de repente el negro empezó a bombearla con mayor rapidez , ya estaba a punto de correrse, cuando mi mujer se la saco y le agarró la base del gran pollón y la apretó con todas sus fuerzas, esperó unos instantes y la empezó a meter de nuevo lentamente con movimientos adelante-atrás poco a poco hasta hundírsela completamente y quedarse allí sentada, moviendo lentamente las caderas en forma giratoria con la cabeza echada hacia atrás mientras el negro con salvajismo chupaba sus pezones, ella temblaba y poco a poco empezaba a moverse lentamente en un suave movimiento arriba abajo, y mientras salía yo veía salir un pollón cubierto de una viscosidad blanca y llena de flujos que corrían lentamente hacia sus huevos y a medida que aumentaba la velocidad de las arremetidas, cada vez los mojaban más, mi mujer movía violentamente sus nalgas y parecía querer ser atravesada por aquel enorme pollón o que el negro no volviera a sacarlo jamás, -Ohhhhhhh…….siiiiiiiiiii, me gustaaaaaaa, quiero maaaas, quierooo que me folleeees cabroooon, siiiiii lo necesitooooooootemblaba frenéticamente, su piel adquiría una tonalidad que no había visto antes en ella, de repente le pego la cara al negro a sus tetas y lo abrazó mientras se metia completamente el pollón duro y mojado y lo dejaba allídentro de su coño,moviendo solamente sus caderas en un intento por hacer correrse al negro con ella
El negro la cogió fuertemente por las caderas y como si quisiera partirla en dos, elevo su pelvis levantando consigo a ella, quien en un momento de cordura rápidamente se sacó la polla y se bajo del sofá, le agarró la polla y con avidez se la chupaba, el negro se retorcía, de repente mi mujer puso el pollónsobre su pecho y recibió el gran baño de blanquísima leche tibia. Acto seguido se volvió a sentar sobre el enorme pollón y lo disfrutó hasta que fue lentamente desapareciendo la voluptuosidad de su erección.
Se fue incorporando lentamente con las piernas aún temblorosas, se dirigió al baño de donde vino con grandes cantidades de papel higiénico para limpiar la huella de aquella inolvidable follada, que había caído sobre el sofá que por suerte era de cuero.
Mientras tanto me percaté que sin haberme masturbado me había corrido completamente sobre el piso, por lo cual tuve que quitarme el calzoncillo para limpiarlo, en tanto mi mujer con su vestido desabotonado casi en su totalidad, se disponia a despedir a Hassan que intentaba reiniciar la faena chupándole los pezones mientras ella hacía débiles esfuerzos por no sucumbir nuevamente al placer que sabía le proporcionaría, le introducía sus dedos en lel coño, mientras ella trataba de cerrar sus muslos y se arqueaba hacia atrás para que tuviera mayor facilidad de chuparle sus deliciosos y endurecidos pezones, pero sacando fuerzas de flaqueza se retiro del negro y le suplicó que se fuera, no sin antes prometerle que esa noche se repetiría en otras ocasiones y en otro lugar, sellaron su despedida con un apasionado beso que estuvo a punto de hacer flaquear a ella en su intento de despedirse.
Cerró la puerta y se quedó recostada en ella unos segundos, casi como acariciando el recuerdo de aquel memorable encuentro, se acarició llas tetas y lentamente bajo su mano hasta su humedecido coño, metiendo sus dedos y luego oliéndolos después, con los ojos cerrados tratando de guardar en la memoria el fuerte olor a leche que Hassan había dejado en ella. Se dirigió al baño e inmediatamente me acosté y adopte mi posición de "sueño profundo", minutos después entró ella vistiendo un precioso Baby doll, que días atrás le había regalado para el día de los enamorados, besó mi frente y durmió profundamente, rato después, encendí la luz de mi lámpara de noche,  y le mire detenidamente por la manga del baby doll su chocho aún húmedo y las nalgas todavía coloradas por la brutal manera en que el negro se las apretaba mientras hundía en ella su poderosa polla, la volví a tapar y me dormí, con los celos carcomiéndome las entrañas y sintiendo que lo nuestro no volvería a ser igual.
Al día siguiente cuando desperté ella aún dormía, dormía con la satisfacción en su cara y hasta con una casi imperceptible sonrisa en sus labios.
Me bañé tan lentamente como nunca antes lo había hecho, trayendo a mi mente el recuerdo de las escenas de la noche anterior y tratando de rememorar uno a uno los momentos como si se tratase de una película. Cuando salí del baño, ella estaba en la cocina preparando el desayuno, la saludé besándole con cierto rencor la frente, y le pregunté: ¿Qué pasó con Hassan?, ella sin mirarme a los ojos me dijo …nnnno él tan pronto te quedaste dormido me ayudó a llevarte a la cama, te dejó saludos y las gracias por la invitación se despidió y se fue: Luego usando la famosa "psicología inversa" que poco funciona con los hombres y con la mayor Hipocresía me dijo: Te ruego por favor  no vuelvas a traer amigos a nuestra casa cuando las celebraciones son asunto entre tú y yo, porque al final ellos, sin poner un Euro son los que terminan disfrutando de la fiesta, mientras tú Duermes como un lirón.


Ella no sabia que lo habia visto todo,además pasaria otra cosa,con hassan dias despus que ya contaré.

1 comentario - El negro Hassan y mi esposa

mirandopaso +1
muy bueno!! que siga la fiesta con el amigo!!