Todo sea por los sahumerios de Raquel! (Parte 1)

Hola amigos de P! Como estan? Espero que bien. Me propongo relatarles otra de mis anecdotas sexuales. Como se habran dado cuenta mis post de relatos son muy espaciados en el tiempo. Esto se debe a que no soy de tener experiencias sexuales atrevidas. Diria que si bien mi vida sexual goza de buena salud, tampoco es que garcho con medio mundo ni ando levantando minas a lo loco. Primero porque no es mi estilo y segundo porque por mas que lo deseara con toda mi alma, creo que mi belleza no puede abrirse paso tan facilmente. No soy feo, soy visualmente dificil de interpretar.
Asi y todo me las he rebuscado (y a veces, como en el relato con mi prima mayor, de me han presentado situaciones muy bizarras) para lograr experimentar momentos de un vuelo muy alto en cuanto las relaciones sexuales. Y este relato que les traigo hoy es otra prueba de ello. Espero que les guste.
Ahi vamos!


Hace unos años, mas precisamente en 2014, con una guita inesperada que recibio mi novia de parte de un familiar muuuuuuuy lejano (pero no por eso poco generoso) que fallecio en Alemania en 2007, decidio romper su vinculo laboral y generar su propio emprendimiento comercial.
Luego de estudiar todas las opciones decidio poner un local de ropa en el centro de la ciudad de Quilmes. La idea era venderle a mujeres de todas las edades pero el concepto estetico es muy moderno. La mayoria de las mujeres mayores de 45 años que laburan en alguna oficina del Centro de Quilmes la eligen por su gusto de seleccion no solo de atuendos sino tambien de accesorios. Si bien le costo al principio hoy se puede decir que la idea resulto un exito. Mas alla, obviamente de todas las complicaciones que tiene todo comercio.
Yo no fui parte del negocio durante los primeros 2 años. Yo tenia mi trabajo aparte. Durante unas vacaciones en Capilla Del Monte, Cordoba, en 2017 me comento que le seria muy util en su comercio. Mas que nada para que ella pueda ponerle mas onda a la busqueda de nuevas tendencias y despreocuparse un poco de tener que abrir y cerrar el local todos los dias. Pense la propuesta y al regresar de esas vacaciones le dije que nos sentemos a charlar las condiciones del trato. Yo tampoco queria transformarme en un empleado de ella. No por orgullo. Sino mas bien por el hecho de que no queria que una discusion con ella por algo laboral lleve a la vida de pareja una mala vibra que no merecia. Cuando logramos encontrar esos puntos de equilibrio en el trato, presente mi propuesta de retiro voluntario en mi trabajo y la guita del arreglo la inverti en el negocio. 
Hoy considero que esa desicion fue muy inteligente. Y lo que les voy a relatar a continuacion es una de las evidencias de el porque de mis dichos.
El local estaba en pleno centro del casco urbano de la ciudad. Quilmes es historicamente una plaza comercial fuertisima. Mucho movimiento de gente todo el tiempo. La peatonal Rivadavia, los que la conocen, saben el caudal de publico que tienen los locales. Mas los de ropa. Y mas aun, los de ropa femenina y de marca.
El local en ese momento tenia 2 empleadas. No las voy a nombrar por las dudas. Ahora tiene 4 y yo que seria como el gerente. En realidad cobro, me aseguro de que se abra a horario, hago los bancos, pago los salarios, etc. Laburo muchas horas pero al mismo tiempo estoy muy tranquilo. Las chicas laburan muy bien y hemos logrado armar un gran equipo de trabajo.
En los primeros meses de participacion en el negocio, mi novia me acompaño siempre para que los proveedores, los de la inmobiliaria, los del banco y los y las clientas me vayan conociendo de a poco. Y que supiesen que mi palabra era la de ella en ese raid de rostros que iba transitando un dia hubo una persona que fue el puntapie inicial para esta historia: Raquel, la chica de los Sahumerios. 
...


Mañana fria en la gris ciudad. Lluvia y agua amontonada por todos lados. 10am de un feriado de entre semana, de esos que no se mueven. Los feriados trabajabamos mi novia y yo solamente. Le dabamos el dia a las chicas. Haciamos un horario reducido y de paso aprovechabamos a estar juntos un rato.
Unos minutos despues de haber levantado la cortina y encendido todas las luces, mientras me disponia a pasar cera al pido y a desodorizar los probadores, mi novia lñme dice que se va hasta la panaderia mas conocida del centro a buscar algo para desayunar. Me aviso que iba a tardar un rato. Yo me ponia nervioso siempre que quedaba solo en el local. No soy bueno en eso de vender ropa de mujer. No cazo una. Si bien, mi novia y las chicas me pusieron el apodo de ENCANTAVIEJAS, porque dicen que las señoras mayores se derriten conmigo por como las trato, me es muy dificil lograr conexion con ellas cuando estan buscando que ponerse. Por ende, le pedi que se apure comprando en la panaderia ya que no queria tener que atender.
En un momento, mientras limpiaba los espejos de los probadores, siento una presencia dentro del local, saco la cabeza por entre las cortinas y veo junto al.mostrador que tambien obra de caja un carrito de mandados medio tuneado para otra funcion que cargaba un bolso azul con manijas rojas, medio deshilachadas, agarrado con una de esas sogas elasticas con ganchos metalicos en sus extremos. Segui buscando con la vista a su dueño. La luz que entraba de la calle se habia vuelto muy fuerte producto de la resolana que hacia la vidriera a esa hora de la mañana lo que dificultaba lograr nitides en las areas oscuras del salon. En un momento, de entre las sombras de los percheros y los modulares diviso lo que parecia ser un par de pies. A su lado, unas zapatillitas blancas muy bonitas. Mis ojos fueron tras los pies nuevamente. Entre entre en panico. Mis manos sudaban. Queria desaparecer. Estaba inmovil. No queria salir de ese probador. Era mi habitacion del segura. Mi sitio seguro. Como les decia, mis ojos se habiam vuelto a posar en los pies. Intento seguir sus lineas hacia arriba y empiezo a una forma mas identificable. Apenas centrimetros por encima de donde esta el tobillo nacia una calza blanca. Era muy brillante. Quizas por el angulo en que la luz la iluminaba. O quizas estaba imaginando cosas. El ruido de las perchas entrando y saliendo del perchero a un ritmo tan agitador como extraño. En un momento me parecio el tic tac de un reloj atado a una bomba. En otro el paso del tren por los desniveles de las vias. Vuelvo a los tobillos y al inicio de las calzas blancas y brillantes. Sigo hacia el norte de ese cuerpo y me veo imposibilitado de seguir. Un maniqui vestido con un tremendo pantalon azul petroleo y una camperita de cuero con tachas me obstaculizan. Los pies siguen recorriendo el piso recien encerado. Descalzos. Las zapatillitas seguian ahi, inmutables. Como testigos de piedra del ballet que se habia desatado frente a esas perchas colgantes. Los pies de las mujeres merecen un capitulo aparte. Es quizas lo mas hermoso ver los pies descalzos de una mujer desplazandose libremente. Cuando estos pies se ponian en puntas y desnudaban toda su anatomia, su fortaleza, su fibrosidad. Los tendones se vuelven como los brazon de un pulpo. Como los tentaculos de un calamar: firmes y eclecticos. Fuertes y sensibles a la vez. Los dedos tambien juegan su juego. Vestidos para la ocacion con un rojo furia muy fuera de temporada, demostraban la indepencia suficiente como para hacerte guardar tus comentarios estacionales bien en el fondo. Se movian acorde las necesidades del cuerpo. Se abrian para hacerle ganar altura, se juntaban para soportar un cambio en el centro de gravedad del cuerpo. Todo como parte de algo que parecia hecho por un relojero Suizo.
Yo seguia absorto solo con mi cabeza por fuera del vestidor. En una mano el rollo de cocina, en la otra el limpia vidrios. Los.minutos eran agujas en mi mente. Hasta llegue a pensar que preferia que me robe una prenda pero que se vaya.
De pronto, mientras veia esos tobillos con los pies en punta en su maximo esplendor, suena un telefono dentro del bolso que estaba atado al carrito de mandados. Los pies descienden abruptamente. Los talones blancos se hacen cargo del asunto mientras los dedos y el tobillo despliegan velas cambiando abruptamente de direccion y de la nada meten un trote fulmimante para ir al encuentro del telefono que reclamaba atencion.
Por primera vez vi la fisonimia completa de la dueña de esos pies.
Las calzas blancas vestian unas piernas largas y fornidas. Flacas y fibrosas. En la desembocadura de las piernas comenzaba una bahia tremendamente exitante. Se abria un tunel que separaba ambos hemisferios y sobre ellos un valle delimitado por la cintura al norte y por las piernas al sur. Una diminuta lenceria, tambien blanca, se asomaba por ambos costados, producto del vaiven ejercitado al colgar y descolgar las perchas con prendas. 
Por encima de la frontera que proponia la lenceria, nacia una espalda perturbadoramente arqueada. Arropada en una musculosa verde que dejaba ver su silueta casi sin oposicion alguna. Un tatuaje de una pintura de Dali protegia su hombro izquierdo y la tapa de Dark A Side Of The Moon el derecho. 
Lo catatonico de mi estado era algo preocupante. No atinaba a pensar nada concreto. La ezitacion de ese cuerpo mas el nerviosismo que me invadia por ser una clienta me habian dejado al borde del colapso.
Es muy dificil describir esa forma que se presento ante mi. Una cola de ensueño. Una espalda con forma de soneto. Y unas piernas deliciosas me habian quitado el habla. El pensar. Todo pasaba por mi cuerpo. Nada por mi mente. Extraño.
Atendio, hablo algo que ni escuche. Y volvio a lo suyo. Al retomar su busqueda dio luz al frente de su humanidad. Y ahi lo vi. Todo lo que habia analizado respecto de su parte trasera se materializo al milimetro en la delantera. Imaginaba unos muslos fornidos. Eran fornidos. Imaginaba un abdomen plano y firme. Era plano y firme. Imaginaba unos pechos redondos y duros, de esos que te entran en una mano (tengo manos muy grandes. Igualmente me gustan los pechos medianos a pequeños). Tenia pechos bien redonditos y que me entrarian sin dificultad en una mano. Y por sobre todas las cosas, imaginaba una vagina bien marcadita con esa bombacha y esas calzas. Y tenia la vagina mas sexy que vi en muchos años. Un camel toe a medio camino pero que no se guardaba nada. Te lo ofrecia todo. Mi miembro ya se habia erectado sin que yo lo notara. Me atrapo un estado de exitacion incontrolable. 
En eso se escucha un HOLA RAQUEL. COMO ESTAS? Que venia desde la puerta de afuera. Esa voz hizo que se me callera el limpia vidrios de la mano, lo que delato mi ubicacion. Con un pequeño grito al oir el ruido del plastico con el piso, volvio su mirada al probador y vio, creo yo al menos por un segundo) mi cabeza asomada por entre las cortinas. Trate de reaccionar antes pero fue inutil. Mas tarde lo comprobaria.
La voz proveniente de la calle era la de mi novia. Raquel era la chica (no tan chica. 52 años) que vendia los sahumerios. Elemento mas que importante en local de ropa.
Para cuando me la presento mi ereccion aun no habia desaparecido por completo. Y creo que ella lo noto. No pude mirarla como miro a todas las personas. Estoy seguro que mis ojos y mi mirada decian las ganas que tenia de bajarle esas calzas y cojermela para luego acabarle los pies. Seguro que mis ojos decian eso. Y lo digo porque senti que los ojos de ella tambien querian decirme algo. Algo que aun no lohraba descifrar.
Luego de ese primer contacto, Raquel entablo una relacion muy seria conmigo. Venia siempre los dias de semana. Esa vez que la conoci, salio a laburar un feriado para no cortar la rutina y porque era in feriado entresemana.
Bajo la bandera del respeto y la etica laboral, nos mantuvimos durante casi todo el tiempo.
Hasta que un dia...




La dejo aca. Me gustaria saber si les gusta lo que han leido. Espero sus criticas para terminar de contarles la historia que de solo recordarla ya me puso bien al palo.


Les dejo besos a todos y espero que me den animos para terminar de narrar esta historia que tanto placer me ha traido.


Mil gracias!

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