La cepillé bien a María Susana

Acá les cuento otra muestra de cómo me excitan las maduras, ma´sduras, y sobre todo me excita lo que encuentro. Fui invitado a una cena deCelina, una señora amiga, y fui con otra señora amiga, María Susana, unaelegante rubia de mucho pelo, muy fina y linda, a quien incluso le tenía ganasde tirar los galgos. La mujer me ofreció ir a buscarme y llevarme en su auto,ya que el viaje era largo, entonces me dijo de esperarme en su casa, tomar algoy luego irnos juntos. Acepté excitado, y vestido con campera de cuero, pantalónnegro, zapatos y mucho perfume, llegué tipo 6. María Susana me recibió dulce, conun beso, me acompañó al comedor y tras elogiarme por lo muy bien vestido, mepreparó  buena merienda: café con leche,tostadas con queso y mermelada. Merendé con la tipa, mientras charlamos de todoamigablemente. Y luego, María Susana me pidió que la esperara que se iba acambiar y así nos íbamos.
 
Tras media hora, María Susana volvió muy elegante, con campera decuero, pollera, botas y con su cartera preparada para maquillarse. Fue al bañode abajo y me dijo que la esperara un poquito más que se iba a pintar, que siquería me quedara cerca del baño, que no tenía nada que ocultar. Excitado,intuyendo algo, la seguí y la mujer, con la puerta del baño abierta, se pintónomás. La miré y miré excitado, me crecía el pene y me superratoneaba. MaríaSusana se puso cremita y brillito en la cara, se pintó los ojos, se colocófinamente el rubor en la cara y se pasó el lápiz de labios rojo por su boca,colocándose luego un brillo para los labios. Luego se pintó las uñas de rojo, yfinalmente se puso cremita para las manos. Terminó, guardó todo, cerró sucartera, se la colgó al hombro y agarró un paquete con sandwichitos de migapara la reunión. Y luego, muy dulce, me tomó del brazo y nos fuimos en su autoa la cena.
 
Ya en la casa, cuando la vi pintarse, yo estaba sacado y loco deratones. Y qué decir en el viaje  con lamujer, elegante, de mucho perfume, muy maquillada, campera de cuero, muy fina,dulce y culta. Y me hacía todo tipo de fantasías, cenar con la tipa, y nihablar darle con tutti, pero me contenía, de última me conformaba con la cena,los ratones y me daría al volver. María Susana bajó conmigo llevando lossandwiches de miga, los dos saludamos, nos sentamos y compartimos juntos lapicada: queso, fiambre, aceitunas, los de miga. Obvio que no paré de charlar yde ratonearme con María Susana, linda, fina, excitante.
 
Tanto, que al final de la fiesta, y cuando María Susana, gauchita,me llevaba en su auto, tuve una gran idea y le pedí quedarme a dormir en sucasa. La mujer, separada, aceptó y me llevó a su casa. Pero claro, ni esperabaque yo me la comiera. En efecto, ni bien la tipa entró a la casa, y cuando lavi sacarse la campera de cuero, la agarré, acosé, la llevé a una pieza, la excitépara desnudarse, la señora se sacó la ropa, sacadísimo le arranqué el corpiño,la manoseé bien  toda y las tetas, lamujer se quitó con ganas la bombacha y yo, superloco de furia de tanto ratón,me le re fui encima, la penetré con un tremendo salchichón de 25 cm y froté con locura ypasión  adentro de la vagina de MaríaSusana, y como ésta gemía de placer, me sobreexcité, aceleré las penetracionesy eyaculé tremendo semen en la vagina de la rubia. Y luego, le di mi semen enla boca, que la gaucha tragó con ganas, lamiendo luego mi penacho. Luego, lamujer se puso en posición, yo me moría de furia, ni la esperé y le entré conganas por la vagina, cepillándola hasta largar tremenda monstruosa cantidad desemen. Sin dejar de jadear y con alarido de la locura, saqué el pene grueso yduro, se lo pasé por la boca y la cara, me masturbé y la bañé de semen la caray  el cuello, y luego, loco de furia ydescontroladísimo, la exprimí, la hice puré, la penetré de nuevo por la vaginay tras 10 de traca traca, acabé una vez más montonazo de semen adentro de la mujer. Qué copado, me saqué las ganascon esa rubia María Susana que me volvió loco de entrada. Y aquélla una geniadel sexo de la hora cero.

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