adicta al sexo

Estuvimos con mi esposo teniendo una vida sexual bastante activa y normal como pareja, pero debido a su trabajo, se presentó la necesidad de que el viaje  a otra  ciudad bastante distante de nuestra ciudad y su viaje debería ser por mas de 20 dias
Llegó el día y mi esposo se fue de viaje, pasaron unos tres días de su viaje, y ya empecé a sentir su falta, a los cinco días de su ausencia, empecé a usar un consolador, ese era el único instrumento que tenía a la mano para satisfacer mis deseos.
Era sábado, me levante a eso de las diez de la mañana, y como estaba sola en casa, así solo con mi camisón decidí ver una película porno, mientras las escenas pasaban por la pantalla, yo empecé a masturbarme, me acariciaba los senos, luego mi conchita, tome el consolador y empecé a pasarlo por mi conchita haciendo a un lado mi tanguita, el consolador pasaba y pasaba por los labios de mi conchita, luego en un deseo de sentirme poseída, lo acomode a la entrada de mi vagina y empecé a metérmelo poco a poco, mientras lo me lo metía me imaginaba que estaba siendo cogida por mi esposo.
Fue cuando me sentí observada, mire a la puerta de mi cuarto y me encontré con los ojos de Roberto,  el hijo de mi marido con su ex esposa Roberto era un joven de unos veinte años, yo no supe que hacer, estaba ahí semidesnuda con un consolador clavado casi hasta la mitad en mi conchita con mis piernas abiertas y una película porno en el televisor, mi primera reacción fue taparme con la sábana, me quite el consolador me levante y cerré la puerta, creo que el se asusto por mi reacción, porque lo sentí bajar las escaleras rapido.
Me bañe rápido y baje, encontré a Roberto decidí encarar la situación, y le dije que era mejor no comentar la situación con nadie, y que lo que había pasado había sido un accidente, etc., etc.  El se disculpó  y la cosa quedó ahí.
Le dije que iría a hacer unas compras y me dijo que , el iba a ir ,   asi no venia tan cargada 
Le agradecí, le di el dinero para las compras, el me dijo que compraría todo ese instante pero que las compras las traería al final de la tarde porque iría a jugar fútbol y después de eso me dejaría las cosas, le dije que estaba bien. Esa tarde aproveche para ir al gimnasio, a la llegada a mi casa me bañe y en ves de vestirme tan solo me coloque una bata, ya oscurecía, cuando escuche abrir la puerta de la casa, recordé que Roberto tenia que traerme las cosas tenia y que estaría llegando con las compras, baje a la cocina a recibir las cosas.
Roberto ya había acomodado parte de las cosas, entonces mientras ordenábamos las compras, se cayo una bolsa con varias cosas, yo me incline a recogerlas, fue entonces que Roberto se acerco y apoyo su cuerpo contra el mío, fue su contacto contra mi cuerpo que me hizo tomar conciencia de cómo estaba todo, después de cómo me vio el esa mañana, y el hecho de estar ahora solo de bata, Roberto seguramente pensó que yo lo estaba provocando.
Me tomo de la cintur
Empezó a meterme mano, entonces sentí la dureza de su verga contra mi trasero, la excitación empezó a controlarme, el me empujo contra el mesón obligándome a doblar mi cuerpo hacia delante, me decía que siempre me había deseado, que durante las noches se masturbaba pensando en mi, arrancó mi tanguita de un tirón, llevo su mano a mi conchita, yo instintivamente abrí las piernas, sentí que bajo su pantalón sin soltarme, colocó su verga a la entrada de mi conchita y empezó a empujarla.
La dureza de su verga y su juventud se sentían en la pujanza de sus embates, fue metiéndome su verga poco a poco, mi cuerpo reaccionaba con placer, mis senos estaban duros, mi conchita totalmente mojada, Roberto me metía su verga lenta, pero firmemente dándome placer a cada empuje dentro mío, fue entonces que al ya tener mas de la mitad de su verga dentro mío, el empujo lo que le faltaba de un golpe, arrancándome un gemido de dolor y placer, me abrazó, tomo mis senos y empezó a moverse, Roberto se movía metiendo y sacando su verga de mi conchita dándome el placer que tanto estaba necesitando, fue una  cogida  rápida, y ambos terminamos, yo me separe y subí a mi cuarto, entre directo al baño y me bañe, al salir me encontré con Roberto en la cama desnudo, con su verga dura echado sobre mi cama.
Su actitud me dejo sin saber que hacer, fui guiada como hipnotizada al encuentro de su verga, en cuanto subí a la cama, el tomo mi cabeza y la llevó al encuentro de su verga, empecé a chupársela, el gemía de placer, luego me hizo a un lado casi con violencia, me dijo que si seguía asi le haría terminar y el quería volver a cogerme 
Ahora con delicadeza empezó a acariciar mi cuerpo desnudo, paso a besarlo, luego subió sobre mi y empezó a besarme, yo correspondí, con sus piernas separó las mías y colocó su verga a la entrada de mi conchita, subió mis piernas a sus hombros y en esa posición empezó a clavarme su verga, mientras lo hacía me acariciaba y me besaba, sus movimientos empezaron a aumentar su ritmo, yo estaba ya gimiendo de placer, empecé a pedirle que siga, que no pare, que continúe, el me trataba como si fuese su enamorada, me decía cosas bonitas en mi oído sin dejar de cogerme, me cambiaba de tanto en tanto de posición enloqueciéndome mas y mas de placer, cogimos como locos hasta que terminamos.
Desde ese día deje de usar el consolador y pase a ser usada por Roberto, era un amante siempre dispuesto, viril y con una energía inagotable, cuando yo retornaba del trabajo a medio día, el ya me esperaba desnudo y con su verga erecta, ni bien cerraba la puerta empezaba a desvestirme y me cogia ahí mismo, 
ese pendejo me tenia muy caliente y mas el morbo de ser el hijo de mi esposo




La experiencia con Roberto me había dejado adicta al sexo, con él llegábamos acoger dos y hasta tres veces al día, y ahora no tenía con quien hacerlo. ya que el se habia ido a la casa de la madre y mi esposo seguia de viaje
La partida de Roberto dejo un vacío que pretendí inútilmente llenarlo con el consolador, ese viernes particularmente me encontraba inquieta, sabia que necesita ser poseída por alguien, pero la verdad es que no sabía que hacer, eran las siete de la noche sentía el deseo sexual en mi piel, mis senos estaban duros, mis pezones querían ser chupados, y mi conchita anhelaba ser penetrada, pensaba que hacer, y como  aca donde vivo nos conocemos casi todos no me animaba a hacer alguna locura por temor a después ser reconocida en la calle.
 salí al almacén, compre vino y algunas cosas mas que necesitaba, por lo que la compra se hizo un paquete no muy pequeño.
Empecé a caminar hacia la casa, y en el camino me encontré con uno de los guardias privados de seguridad del barrio, el me saludo muy atentamente y se ofreció para llevar el paquete, le agradecí y a tiempo de entregárselo me lanzó un piropo muy galante y delicado, eso hizo que me fije detalladamente en el, era una persona de mediana edad, moreno y bastante simpático, se lo veía fuerte como los que hacen regularmente pesas, cuando llegamos a la casa le ofrecí un café, el acepto y entramos a la casa.
Lo invite a sentarse y mientras le preparaba el café, me comento  que solo estaría unos días mas soltero ya que se iba a casar , y mientras conversábamos el se entero que mi esposo estaba de viaje y yo estaba sola en la casa, me dijo que se llamaba Jaime, nuevamente me lanzo otro piropo, si bien muy educado pero mas atrevido, yo le correspondí con una sonrisa.
Y yo que había estado toda la tarde excitada y deseando ser cogida, la presencia del guardia encendió nuevamente mis deseos, mi mente me decía no, pero una vez mas el deseo en mi pudo mas que la razón, disimuladamente abrí dos botones de mi blusa, dejando casi libres mis senos, me senté frente a el y cruce mis piernas de tal forma que le di una visión casi total de ellas, la visión llegaba casi hasta el inicio de mis pompas.
No necesita decir o hacer nada mas, el guardia entendió que me estaba insinuando, pero para estar seguro me dijo que mis piernas eran lindas, yo le sonreí y le dije que si estaba seguro de eso, me pregunto si podía tocarlas, le dije que si, eso le dio toda la seguridad de que estaba frente a una mujer con deseos de ser cogida, sin mas dejó la taza sobre la mesa y se me acercó, se agacho y empezó a tocarme las piernas diciéndome que eran las piernas mas lindas que había visto y ahora tocado.
El guardia empezó a acariciar mis piernas, subía y bajaba sus manos por mis muslos hasta tocar mi tanguita y luego las bajaba, hasta que llevo una de sus manos hacia arriba y empezó a acariciar mi conchita sobre mi tanguita, yo ya estaba totalmente excitada y con mi conchita mojada de deseos, termino de desabrochar mi blusa, dejando libres mis senos, sin dejar de acariciar mis piernas, y mi conchita sobre mi tanguita, empezó a chupar mis senos, su mano empezó a masajear mas y mas sobre mi tanguita, yo abrí mis piernas, hizo a un lado mi tanguita y paso a masajear directamente mi clítoris.
Mi hizo pararme y empezó a desvestirme, así ya desnuda, me llevo a la sala e hizo que me recueste sobre el sillón, se quitó el pantalón, entonces vi su verga, era grande, gruesa, levantó mis piernas, acomodó su verga en mi conchita y empezó a metérmela, yo gemía de placer, el guardia mientras me clavaba su verga no paraba de acariciar mi cuerpo, a ratos chupaba mis senos lo que hacía que mi excitación aumente mas y mas.
Yo estaba tan excitada, que cuando se levanto y llevo mi boca al encuentro de su verga no puse ningún reparo y empecé a chupársela, el guardia me decía que siga que no pare, pero empezó a moverse  entendí que estaba por terminar, pare y le dije que me la meta nuevamente, el  hizo que me coloque de cuatro y desde atrás volvió a clavarme su verga en mi conchita y empezó a moverse a un ritmo realmente enloquecedor, tuve un orgasmo que me hizo estremecer, me metía su verga moviéndose rápidamente y a instantes paraba, yo en mi deseo de sentirlo dentro empujaba mi conchita a su encuentro, entonces el me metía de golpe dándome aún mas placer, el guardia aumentó aún mas su ritmo, lo que me provocó un nuevo orgasmo y esta vez sentí como mi conchita se llenaba con su semen aumentando aún mas y mas mi placer.
Me dijo que tenía que volver al trabajo y que si quería repetir la culeada lo llame, le dije que eso no volvería a pasar y le pedí que por favor no comente lo sucedido con nadie, entonces me dijo que no me preocupe, que aún si contara lo que paso, nadie le creería, porque todos los guardias del barrio decían que era una señora muy fina y que yo no miraba a nadie.
Después de lo que paso con el guardia, recapacite sobre el riesgo de hacerlo con el, en mi casa y en mi barrio, me dije a mi misma que no lo haría mas, pero eso no solucionaba mi deseo de sentirme deseada, sabia que solo el ser penetrada podía apagar mi fuego, continuara

adicta al sexo

7 comentarios - adicta al sexo

maxcarpat
COMO TE COGERIA, DE DONDE SOS??




adicta al sexo
kurtco_87
excelente y muy excitante
ejosem33
Me encantaría tener una esposa tan putita como vos . Me pones la pija a full .
gildo28
Excelente relato me...🔥🔥🔥
Marc_2
sos muy obvia en tus relatos
Marc_2
sos muy obvia en tus relatos