Estela y sus besos a escondidas con María Teresa

PeroEstela, más excitada que ninguna, no cogió sólo con su marido. Como lesconté, María Teresa fue al cumpleaños muy elegante, con un conjunto bordó deblazer y pollera, tacos, cartera y muy maquillada y perfumada, especialmenteesos labios pintados con brillo que me vuelven loco. De riquísimo perfume yaroma a cremita como acostumbra, cuando entró con su marido del brazo, carteraal hombro  y trayendo un paquete consandwiches de miga la besó a Estela muy cariñosa, disimulando para que él nonotara nada raro entre las dos. Estela, que ya estaba bien en clima porqueluego iba a hacer el amor con Ernesto, se excitó un montón. Y en la mesa,mientras las dos estaban con un sandwich en la mano, Estelita le pidió a Tereque le hiciera unos mimos, que no aguantaba sin aunque sea un beso en la boca.Tere le dijo que sí pero, obviamente, tenía que ser en otro lugar.
 
Fueasí que, antes de la torta, Estela se excusó con la gente y con su marido y sefue con Tere a su habitación arriba. Cuando subían, las mujeres se empezaron amimar, María Teresa la llevaba del brazo, y a besar la cara. Y ya en la pieza,al cerrar la puerta, María Teresa la agarró y la puso contra el placard,excitada la embistió y la llenó de besos la boca. Las dos pelirrojas,sacaditas, locas de amor, se dieron unos besos bien apasionados con sus labios de rojoy con brillito, aparte de con ese ricquísimo gusto y aroma a frutilla. Tere laaprovechó todo lo que pudo y le hizo mimos, toqueteándola toda y palpándola conropa. Y así las dos mujeres estuvieron unos 10 minutos a los besos y mimmos.Luego fueron al baño, se toquetearon de vuelta y luego se retocaron la pinturade labios. Fue otro gran momento en el cumpleaños, pero esta vez el regalo fuepara Estela, y de María Teresa, su dulce amiga pelirroja.
 

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