Secretos en los Suburbios Cap. 03

SECRETOS EN LOS SUBURBIOS
CAPITULO 03



Secretos en los Suburbios Cap. 03

Secretos en los Suburbios Cap. 03

Secretos en los Suburbios Cap. 03

Secretos en los Suburbios Cap. 03


Era otra apacible tarde y tranquila tarde en aquella privada y Elvira se encontraba sentada sola en el porche de su casa. En otro intento fallido por unir más a su familia había organizado una noche de películas con sus hijos como acostumbraban hacer cuando eran pequeños. Pero para su desilusión ambos habían salido de casa por separado con una breve despedida hacia su madre luego de permanecer todo el día encerrados en sus habitaciones. Elvira les había recordado a ambos que los esperaba a las 7 pm para cenar y pasar un rato juntos.
Pero mientras el reloj marcaba las 8:30 pm y la luna brillaba en la noche era obvio que sus hijos no llegarían al encuentro. Les llamo para indagar su paradero y solo recibió mensajes de texto por separado informándole que ambos llegarían más tarde.
El verano se acercaba a su fin y muy pronto los chicos volverían a la escuela y ella al trabajo, lo que significaba que se verían las caras mucho menos, si es que eso era posible.
Elvira suspiro mientras se tomaba su cuarta copa de vino; cada día que pasaba sentía que sus hijos se distanciaban más de ella, incluso Jesús, quien siempre había estado pegado a su lado parecía evitarla últimamente.

Las luces de un vehículo que entraba a la calle donde vivían la sacaron de sus pensamientos; por un fugaz instante pensó que se trataba de sus hijos que habían recapacitado y regresado para estar con ella pero se desilusiono al notar que se trataba de Manuel y Andrea, los hijos de los Sres. Vergara. Desde su llegada a la comunidad Elvira había observado a las otras tres familias que la conformaban, todas ellas le causaban cierta envidia por lo bien que se llevaban sus miembros entre sí; pero sin lugar a dudas era la familia Vergara a quienes envidiaba más.
Dejando de lado la diferencia de edad entre los padres, eran una familia tradicional como la que alguna vez ella tuvo solo que esta aún permanecía unida y feliz. Como deseaba que sus hijos se llevaran tan bien como aquellos hermanos. Elvira siempre los veía andar juntos, charlando y riendo. Aquella tarde no era la excepción y Manuel y Andrea conversaban amigablemente mientras descendían del coche y se dirigían a su casa.
Tal vez por el deseo de recordar cómo era tener una familia unida y feliz o posiblemente el alcohol en su sistema pero Elvira decidió espiar la casa de los Vergara.

Se aseguró que nadie estuviera observando y se dirigió con rapidez y sigilo hasta aquella casa. Los hermanos estaban terminando de bajar cosas de su automóvil cuando ella llego, gracias a que los chicos estaban absortos en su charla y a la oscuridad de la noche pudo acercarse sin ser descubierta y escuchar mejor lo que conversaban.
-Están planeando hacer la reunión en la playa mañana por la noche. Me preguntaron si iríamos y les dije que aún no sabía. ¿Qué decides?- le pregunto Manuel a su hermana.
-No creo que vayamos, recuerda que tenemos la parrillada familiar el domingo, esa si es una reunión que no me perdería por nada.- contesto la chica.
-En eso estoy de acuerdo, Andrea, las parrilladas del lugar son las mejores, especialmente ahora que tenemos nuevos vecinos.- respondió Manuel.
-Además luego de lo que paso en la última reunión no me apetece asistir. Tu amigo Elías se puso algo mano larga conmigo- dijo Andrea.
-¡¿Por qué no me lo habías dicho?! ¡Voy a matarlo cuando lo vea!- respondió el chico bastante enojado.
-Puedo cuidarme sola bastante bien, le deje muy en claro que yo no era de esas con una buena patada en los huevos.- dijo Andrea bastante orgullosa.
-Con razón dijo que sentía mal el resto de la noche. Pensamos que había comido algo malo. Jajaja, muy bien hecho hermanita.- Manuel se rio.

Los hermanos aun riendo entraron a su casa. Elvira suspiro nuevamente; ese par de hermanos eran un ejemplo a seguir, no solo eran amigos sino que además se preocupaban y se cuidaban uno al otro.
Se disponía a emprender el camino de regreso a su casa cuando escucho nuevamente las voces de los hermanos solo que un tanto ahogadas y que parecían venir del suelo. Curiosa de escuchar un poco más siguió el sonido de las voces hasta una ventana que se encontraba en el piso de la casa. Dicha ventana daba hacia el sótano del lugar, lo sabía porque su casa tenía una igual.
Asomándose con cautela observo que los Vergara habían convertido su sótano en una especie salón bar casual. Se podía observar una barra con varias botellas en la pared así como una mesa de billar, un juego de dardos entre otras cosas.

Manuel estaba detrás de la barra preparando un par de bebidas mientras su hermana estaba sentada en una de las sillas del lado contrario.
-Oh, vamos Manuel, no puedo creer que sigas molesto.- dijo Andrea.
-Es que me enoja lo que hizo ese bastardo, si me lo hubieras dicho en aquel momento ten por seguro que lo ahogaba en el océano.- respondió molesto el chico.
-Si lo sé, mi apuesto y gallardo hermano mayor siempre está ahí para cuidarme, y créeme que si hubiera sido algo mayor hubiera acudido a ti sin duda pero como te dije yo también puedo cuidarme sola.- dijo Andrea.
Al ver que el enojo de su hermano no disminuía, la chica opto por contentarlo de otra manera. La muchacha se levantó y se dirigió detrás de la barra junto a su hermano.
-¿Te gustaría que te mostrara donde y como me toco?- dijo Andrea en un tono muy sensual.
Tomando las manos del muchacho puso una de ellas en su pierna para luego subirla por su muslo hasta llegar a su trasero quedando oculta por la falda que llevaba.
La otra mano la coloco a un costado de su abdomen donde luego la subió hasta llegar a uno de sus turgentes pechos.
-Me toco aquí y aquí y luego intento besarme así.- dijo Andrea acercando sus labios hasta los de su hermano.

Elvira estaba sorprendida por las acciones de la chica y fue un alivio notar como esta se detenía antes de juntar sus labios con los del chico pero para su sorpresa fue Manuel quien acorto la distancia entre ambos y le propino un candente beso a su hermana.
La mujer quedo perpleja ante aquella muestra de cariño impropia entre esos dos chicos, que iba subiendo de tono a cada instante.
-¿Y luego fue cuando lo hiciste detenerse?- pregunto el joven.
-Sí, ahí fue cuando le atice senda patada, porque después de todo, el único que puede tocarme así es mi hermano.- dijo la chica sonriendo.
El chico también sonrió y volvió a fundirse con su hermana en un apasionado beso.
Pronto las manos de Manuel recorrían el cuerpo de su hermana sin pudor alguno, este se separó sus labios de los de su hermana y los dirigió hasta su cuello propinando besos en su camino y haciendo que la muchacha soltara tímidos gemidos.
Siguiendo su recorrido el chico continuo hasta los pechos de su hermanita besándolos por encima de la ropa y sobándolos suavemente. La chica ansiosa por sentir sus labios en su piel se deshizo rápidamente de su blusa y sujetador, exponiendo sus firmes y turgentes senos ante la lujuriosa mirada de su hermano mayor.

Manuel no perdió el tiempo y continuo con sus atenciones orales sobre esos sensuales motes de carne cuyos rosados pezones se ponían duros al contacto. Los gemidos de la chica eran más intensos y dolo aumentaron más mientras su hermano bajaba besando su atlético abdomen.
Antes de llegar a la entrepierna de la chica, Manuel se detuvo y de un súbito movimiento tomo a su hermanita por la cintura y la levanto sentándola sobre la barra. La chica rio sorprendida por la repentina acción. Sin perder un momento Manuel le retiro la tanga a su hermana sin quitarle la falda para poder dejar expuesto su completamente lampiño coño.
-Así puedo trabajar mejor.- dijo le muchacho antes de colocar su cabeza bajo las faldas de Andrea.
La chica pronto comenzó a emitir sonoros gemidos de placer ante las hábiles atenciones de su hermano mayor, el chico metía su lengua con deleite dentro de los apretados pliegues de la joven; su lengua comenzó a sentir poco a poco el delicioso sabor de los jugos de su hermanita eso solo le hizo presionar con más fuerza su boca en aquel exquisito coño.

Andrea gemía con los ojos cerrados mientras acariciaba con ternura la cabeza de su hermano que le estaba causando tanto placer. Manuel continuo lamiendo con gozo, haciendo que los jugos brotaran más y más, se despegó de aquel manjar para fijar su atención en el clítoris de Andrea, el cual era completamente visible debido a la excitación de la joven. Pego sus labios a este y comenzó a chuparlo con fuerza sabiendo que esto la volvía loca de gusto; tomada por sorpresa Andrea se aferró a la cabeza de su hermano y soltó un largo gemido de placer. El chico siguió chupando con más fuerza hasta que finalmente hizo que su querida hermanita alcanzara el orgasmo soltando sus jugos y cubriendo su rostro con ellos.
Manuel reapareció debajo de las faldas de Andrea con el rostro húmedo pro la corrida de la chica y está sin siquiera inmutarse lo beso salvajemente para poder probarse a si misma en sus labios. Aquel morreo intenso duro unos minutos más hasta que Andrea se separó de su hermano y bajándose de la barra se colocó de rodillas frente a él.
-Ahora me toca a mí disfrutar de mi bebida favorita, lo bueno es que la mía viene con popote incluido, así no desperdicio nada.- dijo la chica mientras liberaba el miembro de Manuel de entre sus pantalones.
La polla del joven apareció completamente erecta y estuvo a punto de golpear a Andrea en el rostro. La chica la admiro unos segundos y relamiéndose los labios puso manos a la obra y empezó a devorarla.
Andrea lamio la hinchada cabeza del pene y luego se entretuvo dándole sensuales chupetones al hacerlo, todo esto mientras miraba hacia arriba viendo a su hermano ansioso. Sabiendo lo que este quería abrió la boca lo más que pudo y sin miramientos hizo desaparecer la verga de Manuel dentro de ella. El chico gimió de gusto lo que complació bastante a la joven.

Andrea se sacó la polla de la boca por completo y una vez pero con lentitud la hizo desaparecer centímetro a centímetro, provocando que su hermano gimiera más. Continuando con su tarea, la chica comenzó a chupar aquella polla moviéndose de atrás hacia adelante haciendo obscenos ruidos mientras la cubría toda con su saliva.
Manuel tuvo que sujetarse de la barra ante las atenciones de su hermanita, quien aumentaba el ritmo cada vez más. Andrea disfrutaba el mamar una polla por completo pero lo que realmente la volvía loca era sentir el semen disparado dentro de su boca.
Manuel sabia esto muy bien y sintiendo que su orgasmo se acercaba tomo la cabeza de su hermana y la hizo que se comiera su verga por completo una vez más. Andrea entendió lo que se avecinaba y pronto sintió como el semen de su hermano era expulsado dentro de su boca. Tal y como había dicho no dejo escapar ni una sola gota tragándose por completo toda la corrida de Manuel.
Una vez que hubo descargado su leche dentro de la boca de su hermana, el chico la hizo ponerse de pie y la beso nuevamente. Pudo sentir restos de su corrida en los labios de Andrea pero esto no le importó en lo más mínimo.

Sin dejar de besarse Manuel tomo a su hermana entre sus brazo y la levanto llevándola hasta la mesa de billar, donde la sentó en el borde de la misma. Los hermanos estaban sumamente excitados y ansiosos. Andrea se abrió completamente de piernas mostrando su juvenil y rosado coño en todo su esplendor, el verla así hizo que la verga de Manuel palpitara de emoción.
Manuel tomo su polla y se dispuso a meterla en el húmedo coño de su hermana pero antes de hacerlo se detuvo.
-¿Me dijiste eso hoy a propósito verdad?- pregunto Manuel mirándola a los ojos.
-Sabes que me gusta fastidiarte, además que adoro ver cómo te pones celoso. Siempre me follas con más pasión cuando menciono a otros chicos.- respondió Andrea de manera coqueta.
-Nunca cambiaras, hermanita. No sé cómo sigo cayendo en tus juegos.- dijo el chico con falsa indignación.
-Porque te encanta. Ahora que esperas, follame como solo tú sabes hacerlo.- contesto Andrea excitada y en espera que su hermano la penetrara.
-¿Y qué te parecería que yo buscara otras chicas? Estoy seguro que hay muchas otras ahí afuera dispuestas a estar conmigo.- dijo el chico buscando molestar a su hermana menor.
-No me molestaría. De hecho, me encantaría que trajeras a alguna para jugar juntos con ella. Apuesto a que disfrutaríamos los tres juntos, tengo ganas de saborear un coño nuevo desde hace rato.- contesto Andrea de manera lujuriosa.
Era obvio para Manuel que una vez más su hermanita lo había manipulado como solo ella sabía hacerlo, cosa que le encantaba al chico aunque demostrara lo contrario.
De una sola estocada el muchacho hundió su verga dentro de la raja de su hermana menor, haciendo que esta soltara un alarido de placer.

-OHHHHHH, SIII, que gusto hermano, llevo todo el día deseando tu polla.- dijo la chica excitada.
-Ayyy hermanita, como me encanta tu coño apretadito, uffff que rico esta.- comento el joven mientras empezaba a embestir a la muchacha.
Los amantes se entregaron al placer gimiendo y gozando de aquella incestuosa relación. Manuel tomo a su hermana menor por las piernas, abriéndolas por completo para poder enterrar su dura verga hasta lo más profundo de su ser, Andrea gozaba como el falo de carne de su hermano mayor entraba y salía de su estrecho coño volviéndola loca de placer.

A todo esto, Elvira aun permanecía perpleja observando desde afuera, esto era algo que nunca se hubiera imaginado. Una cosa era mantener una relación amistosa entre hermanos pero esto era obvio que se trataba de algo totalmente diferente.
Pero la mujer estaba haciendo otra cosa además de observar, casi sin darse cuenta había comenzado a masturbarse cuando los hermanos empezaron su faena. Su mente le había dicho que se marchara cuando los hermanos comenzaron su encuentro pero tanto la curiosidad como el morbo la habían detenido. No pudo evitar sentir cierto calor mientras veía como el chico le comía el coño a su hermana, los gemidos de esta la excitaron al grado de llevar su mano hasta su raja donde empezó a frotarla por encima de su pantalón.
Al ver la erecta polla del chico desparecer dentro de la boca de su hermana su mano se había movido hasta quedar dentro de su pantalón pero por encima de sus bragas sin dejar de frotarse. Cuando observo como Manuel había penetrado a Andrea su mano ahora estaba frotando su chorreante coño sin que nada se interpusiera en medio.

Veía como Manuel follaba con fuerza a su hermana, metiendo y sacando su joven y viril miembro de entre aquellos carnosos y apretados labios vaginales, escuchaba con claridad los gemidos y resoplidos de los hermanos, las palabras sucias y obscenas que escapaban de sus labios. Aquello era lo más morboso que había presenciado y ella lo estaba disfrutando como nunca.
-Ahhhhh, asi Manuel, métemela toda, mmmmm, masssss, con fuerza, no paressss, ahhhh.- gemia Andrea
Manuel solo gemía y gruñía al empujar sus caderas con todas sus fuerzas penetrando el coño de su hermana menor con ahínco. El chico atrapo los turgentes senos de Andrea y los apretó con fuerza provocándole más gemidos a esta.
La madura no podía creer lo excitada que estaba al observar a aquellos jóvenes follando. Habían paso años desde su última relación sexual y con todos los problemas del divorcio y la mudanza había tenido muy pocas oportunidades de masturbarse. Ahora parecía que toda su frustración sexual había comenzado a manifestarse mientras disfrutaba de aquel encuentro. Pero pronto se dio cuenta que ella ya no era la única espectadora.

Elvira se percató que alguien había aparecido en la puerta del sótano y bajaba las escaleras. Se trataba de Teresa, la madre de los chicos, quien lejos de horrorizarse por lo que sucedía ahí simplemente camino en silencio hacia la barra y comenzó a preparase un trago mientras observaba como sus hijos follaban entre ellos.
Con su bebida en la mano, la mujer se sentó en una de las sillas y abriéndose la bata dejo al descubierto su desnudez para luego comenzar a tocarse suavemente sin perder de vista lo que sucedía frente a ella. Su mano acariciaba su maduro coño, el cual estaba casi depilado por completo, con solo unos cuantos pelos en el pubis. La mujer se acariciaba lentamente disfrutando tanto de su trago como de la función.
Sus largos dedos recorrían suavemente su sexo dejando que uno de ellos entrara brevemente en su interior mientras su pulgar frotaba con suavidad su clítoris que se hinchaba cada vez más. No paso mucho para que su coño comenzara a humedecerse gracias los gemidos de sus hijos que la llenaban de placer y gozo.

-Hola, mama. ¿Llevas mucho tiempo observando?- pregunto Manuel.
-Lo suficiente. Decidí bajar a tomar algo pero veo que ustedes tenían otros planes en mente.- contesto la señora sin dejar de acariciar suavemente su coño.
-¿Porque no te uniste a nosotros, mama? Sabes lo mucho que adoro comerte el coño.- comento Andrea.
-Y yo adoro que lo hagas cariño, pero a veces disfruto más el verlos juntos.- respondió Teresa.
Los chicos continuaron con su faena dispuestos a complacer a su madre quien ahora estaba introduciéndose sus dedos con fuerza dentro de su húmeda raja, sus gemidos se unieron a los de sus hijos quienes también disfrutaban el ver como su madre se tocaba.
Andrea hizo que su hermano se detuviera y sacándose su polla del coño se puso de pie y se dirigió hacia su madre. Al llegar hasta ella le planto un delicioso beso en los labios para después deslizarse hacia abajo hasta llegar a su mojado coño. Hizo que su madre apartara sus manos para así poder ella enterrar su lengua dentro del lugar de donde había nacido.

Teresa gimió al sentir la lengua de su hija penetrar su raja y se dio cuenta que su hijo ahora se encontraba parado junto a ella, ofreciéndole su polla erecta cubierta con los jugos de su hija. Teresa se inclinó hacia él y se metió la verga de su hijo a la boca deleitándose al sentir su delicioso sabor mezclándose con los dulces jugos de su hija.
Andrea lamia el coño de su madre con gozo, pasando su lengua de arriba hacia abajo. Con sus manos abrió sus labios lo más que pudo y metió su lengua hasta el fondo de aquel canal. Los gemidos de la mujer eran ahogados por la polla que estaba lamiendo y chupando con placer.
A diferencia de su hija, Teresa no podía meterse toda la polla de Manuel en la boca, así que se dedicaba a pasar su lengua por su grueso tronco y luego le propinaba unos buenos chupetones a la morada cabeza cosa que el chico disfrutaba bastante.
-Oye, Andrea, ¿ya te ha llenado el coño de leche tu hermano?- pregunto Teresa sacándose la polla de la boca.
-No, mama. Estaba a punto cuando tú llegaste.- respondió la chica interrumpiendo su labor.
-Pues eso está muy mal hijo, tu sabes bien que no haya nada más que disfrute que comerle el coño a tu hermana cuando está rebosando de tu semen.- dijo la mujer regañando al muchacho.
-Perdón, mami. No te preocupes, enseguida me encargare de ello.- respondió Manuel y se colocó detrás de su hermana quien ansiosa por volver a sentir la verga de su hermano se puso a cuatro patas sin descuidar su tarea de comerle el coño a su madre.
Manuel dirigió su erecta polla y nuevamente la hizo desaparecer de una estocada limpia en el interior de la estrecha panocha de su hermanita. La joven gimió al sentirse penetrada pero su gemido se apagó dentro del coño de su madre haciendo que esta se estremeciera.

Nuevamente el chico puso toda la fuerza de sus caderas en penetrar a su hermana menor, cada embestida hacia que esta hundiera su rostro en el coño de su madre quien disfrutaba de todo ello. Teresa había dejado su trago en la barra para poder usar sus manos y acariciar con ellas sus pechos. Andrea coloco sus manos en el suelo para poder apoyarse contra las embestidas de su hermano y utilizo únicamente su boca para darle placer a su madre. Miro hacia arriba y se alegró de ver como su madre se tocaba a sí misma, gimiendo y gozando de sus atenciones orales. Los jugos de la mujer llegaron hasta su lengua y la chica los sorbió con deleite.

-Mmmmm, hija, que rico, ufff, sigue, cariño, mmmmm, que gusto.- gemía Teresa sobándose sus amplios senos y frotando sus oscuros pezones con gusto.
El ver ese encuentro ente madre, hija e hijo había vuelto loca a Elvira, completamente entregada al placer ahora se encontraba a cuatro patas sobre el césped, se había despojado de sus jeans y bragas para poder masturbarse con más facilidad. Estaba excitadísima sin perder detalle de lo que sucedía mientras sus dedos penetraban desesperadamente su coño cuyos jugos caían al suelo formando un charco.
La mujer se mordía los labios para no gemir, sus dedos ya no acariciaban su sexo sino que lo frotaban salvajemente sin descanso. Elvira se sorprendió cuando por un fugaz momento se vio a sí misma y a sus hijos en la situación que ocurría frente a ella. No supo cómo reaccionar ante ello y solo pudo masturbarse con más fuerza mientras imaginaba que su hija le comía el coño mientras su hijo la penetraba. El orgasmo llego con fuerza haciéndole morderse los labios con ganas para ahogar un intenso gemido y Elvira se corrió con aquella imagen en la mente soltando sus jugos por todo el lugar.
Cayo rendida respirando con dificultad sobre el césped mientras seguía observando el incestuoso encuentro que sucedía dentro de aquel sótano sin sospechar que la situación estaba por ponerse aún más extraña y morbosa.

Manuel estaba llegando a su límite, el estrecho coño de Andrea siempre era un adversario difícil de vencer. Gruñendo y resoplando tomo con fuerza las caderas de la chica y con todas sus fuerzas saco su polla por completo para volver a meterla hasta el fondo de un solo golpe. Al hacerlo estallo en un orgasmo increíble, vaciando su semilla dentro del agujero de su hermana y empujándola con fuerza contra el coño de su madre. Andrea soltó un alarido de placer que fue acallado por los labios vaginales de Teresa provocando que ella se estremeciera y a su vez alcanzara también el orgasmo. La chica por su parte no se corrió junto a sus familiares pero ya llevaba un buen par de orgasmos durante toda la faena.
Una vez más una figura apareció bajando las escaleras y permaneció en silencio observando la acción que ocurría en aquel lugar. Se trataba de Jorge quien luego observar que Manuel se había corrido dentro de su hermana decidió llamar la atención de su familia.

-¿Por qué será que siempre que bajamos a tomar algo tenemos que terminar así? Honestamente creo debería convertir esto en un cuarto de sexo en lugar de un bar.-dijo el hombre interrumpiendo el incestuoso encuentro.
-¡¡Abuelo!!- exclamaron Andrea y Manuel al ver al recién llegado.
-Hola, papa. ¿Cómo estuvo el viaje?- pregunto Teresa.
¡¡¿¿Abuelo??!! ¡¡¿¿Papa??!! Elvira salió de su estupor al escuchar eso. Aquello ya era sin duda lo más bizarro que había visto en toda su vida. La diferencia de edad entre Teresa y Jorge era algo inusual pero ahora tenía sentido. Elvira seguía sin poder creer todo lo que estaba sucediendo en aquel sótano.
Los chicos se levantaron y corrieron a saludar al hombre; Manuel le dio un breve abrazo y un beso en la mejilla a Jorge mientras su madre lo saludo con un largo y apasionado beso. Sin embargo fue Andrea quien se lanzó contra el hombre apenas su madre se apartó de él, saltando a sus brazos haciendo que este la atrapara en el aire. La chica le panto al hombre un beso ardiente abrazándolo con fuerza mientras Jorge la sostenía en alto. Su cuerpo desnudo se presionó con fuerza contra el maduro mientras se besaban con más ahínco. La joven aun tenia parte de la corrida de Teresa en la boca y no le importó compartirla con recién llegado.
-Mmm, veo que han estado ocupados, puedo saborear a tu madre en tus labios.- dijo el hombre relamiéndose los labios.
Caminando con la chica en sus brazos Jorge se dirigió hacia un sofá colocado en un rincón y dejo caer a Andrea en él. La chica se rio al aterrizar mientras el hombre se despojaba de su ropa. Andrea avanzo hasta quedar frente a la entrepierna de Jorge y a toda prisa dejo libre el miembro del hombre el cual ya estaba alcanzando su máxima erección.

-Ufff, despacio, cariño, estas muy ansiosa hoy. ¿Acaso tu hermano no te ha mantenido satisfecha?- dijo el hombre mientras observaba como la chica se llevaba su pene a la boca a toda prisa.
-Claro que sí. Hemos estado follando casi a diario pero tú sabes que una sola polla no es suficiente para mantenerla complacida. Además que está emocionada por la reunión del fin de semana.- contesto el chico quien ahora tenía toda su atención en su madre quien se encontraba degustando su miembro el cual estaba cubierto por los jugos de ambos de sus hijos.
La chica puso en marcha una vez más sus dotes orales e hizo desparecer la polla del maduro en su boca. Era toda una experta mamadora, bastante hábil en el arte. Andrea miro hacia arriba para visualizar como el hombre disfrutaba de su mamada; adoraba ver los rostros de sus amantes mientras ella ponía sus dotes orales a trabajar. La llenaba de orgullo verlos gozar y escucharlos gemir.
Teresa seguía prendida a la polla de su hijo, ya había limpiado de ella todos los jugos de la concha de su hija así como la leche de su hijo. El chico sabía que su madre no poseía las mismas habilidades de su hermana pero aun así disfrutaba bastante las atenciones de esta.
Teresa se sacó la polla de su hijo de la boca y se puso de pie deseando pasar a la accion en serio. La madura se colocó de espaldas a Manuel y comenzó a retroceder hasta que sintió su dura verga topar contra su coño. Poco a poco lo hizo desparecer a través de sus labios vaginales hasta que estuvo enterrado por completo.

La mujer pronto comenzó a subir y bajar de la verga de su hijo, con un ritmo que volvía loco al muchacho. De arriba hacia abajo, de atrás hacia delante, Teresa sabía bien como cabalgar una polla. Conociendo las dotes de su madre, Manuel llevo sus manos hasta los amplios senos de su progenitora y los atrapo desde atrás, sobándolos mientras esta seguía con su cabalgata.
Jorge se dio cuenta de la acción que sucedía cerca de él y deseando sentir el coño de Andrea la hizo detenerse. La joven se emocionó al darse cuenta de lo que vendría continuación. El hombre se sentó en el sofá y con su poderosa polla apuntando hacia arriba coloco a la chica sobre de ella.
Andrea se metió toda aquella verga hasta el fondo de su coño, era más grande que la de su hermano pero aun así no tuvo problemas al hacerlo. Su panocha aún estaba llena de la leche de Manuel y pronto estría rebosando con el semen de Jorge.
A diferencia de su madre, Andrea casi siempre tomaba un papel más sumiso en el sexo e incluso montando una polla. Jorge sabía bien esto y tomando a su nieta de las caderas fue el quien comenzó a marcar el ritmo de la penetración. Andrea ayudaba a su abuelo siguiendo el compás, sintiendo su verga entrar y salir de su raja.

Madre e hija se encontraban una frente a otra cabalgando una dura verga. Sus gemidos aumentaban con intensidad mientras se enterraban aquellos duros fierros de carne dentro de ellas. La estrecha concha de Andrea apretaba con fuerza el miembro de Jorge mientras que el experimentado coño de Teresa sabía como moverse para causarle gran placer a Manuel.
-Ayyyy abuelo, que rica tu vergaaa, aaahhh, follame con ganas, mmmmmm, masssss, métemela toda.- gemia Andrea sintiendo la polla del madura penetrarla con fuerza.
-Vamos, papa, follatela bien, que luego sigo yo, no sabes cuánto he extrañado tu gorda polla. Mmmmm, pero la tuya tampoco se queda atrás hijo, métemela con ganas, ahhhh, vacía tu leche dentro de mi, mmmmm.- gemía también Teresa montada sobre la verga de su hijo.
-Ufff, ufffff, tengan un poco de consideración, ya no soy un jovenzuelo, ya no tengo los mismos brios que antes, por mucho que disfrute los coños de ambas, ahhhh, también tengo mis limites.- gruñía Jorge sin dejar de penetrar a su nieta.
-¿Ahora ves lo que pasa cuando me dejas solo con estas mujeres hambrientas de polla? Si no llegabas hoy eran capaces de dejarme seco, mmmmm, como me encantan tus tetas, mama.- contesto Manuel sobando las tetas de su madre.
Los gemidos y gruñidos se hicieron más intensos y uno tras otro de los miembros de aquella incestuosa familia fueron alcanzando el orgasmo.
Los hombres se corrieron llenando los coños de sus respectivas amantes quienes también llegaron al clímax al sentir como la leche era disparada en su interior. Jorge retiro su verga del coño de Andrea donde la corrida de este se había mezclado con la anterior corrida de su hermano. La chica permaneció con el coño expuesto unos minutos disfrutando del placer que había experimentado cuando una lengua se posó sobre aquel coño lleno de semen. Se trataba de su madre quien no se pudo resistir a tal manjar.
Jorge y Manuel estaban de pie observado animados y sus flácidas pollas comenzaban a despertar una vez más en busca de guerra. Manuel avanzo y esta vez estaba dispuesto a penetra el oscuro ojete de su madre cuando Jorge lo detuvo.
-¿Si saben que hay una cama mucho más grande en nuestra alcoba donde cómodamente podemos caber los 4?- le dijo a su familia.
Los 4 se encaminaron hacia las escaleras, marchando contentos y con ganas de seguir disfrutando entre ellos.

Afuera Elvira estaba completamente exhausta. Una vez más había lanzado sus dedos contra su palpitante coño mientras disfrutaba del encuentro de aquella peculiar familia. El verlos follar juntos había sido demasiado para ella y mientras se masturbaba con furia tomo sus bragas y se las metió a la boca para acallar sus intensos gemidos. Ahora se había acostado de lado en el césped, estaba completamente desnuda, con sus piernas abiertas mostrando su raja ante cualquiera que hubiera pasado por ahí. Con una mano jugaba con sus senos, amasándolos con fuerza, haciendo que sus pezones se endurecieran y gracias a que eran lo bastante grandes podía chuparlos ella misma, algo que no había hecho en años.
Su mano se movía con rapidez dentro y fuera de su ansioso coño, sus gemidos eran ahogados por sus bragas en su boca, las cuales tenían un poco de sus jugos y ella podía saborearlos. Veía como esa familia follaba, gimiendo, gozando, amándose entre ellos.
Elvira se había unido al placer de la familia Vergara y termino corriéndose junto a ellos. La mujer cayó rendida sobre el césped, jadeando luego de sacarse las bragas de la boca, mientras se recuperaba de sus orgasmos. Orgasmos tan poderosos que no había sentido en años, ni siquiera al masturbarse y mucho menos al follar con su ex esposo. Aquella sensación no duro mucho pues enseguida la realidad volvió a ella y la hizo sentirse culpable de lo que acaba de hacer y presenciar. Totalmente horrorizada al encontrase completamente desnuda a la vista del vecindario se puso de pie a toda prisa, se vistió nuevamente arreglando su ropa lo mejor que pudo y se lanzó volando hacia su hogar, esperando que nadie la hubiera visto. Al llegar descubrió que sus hijos ya habían regresado, al notar el coche de vuelta en el garaje.
Sus hijos estaban cada quien encerrado en su propia habitación y solo contestaron sin abrir la puerta cuando ella los llamo para cerciorarse que estuvieran en casa.

Ella también se dirigió hasta su alcoba para encerrarse. Miro por la ventana hacia la calle de la comunidad, todo estaba tranquilo y en silencio. Pero ella solo podía pensar en lo que acaba de presenciar, ¿Cómo podría ver nuevamente a la cara a los vecinos sabiendo lo que hacían juntos?
¿Sería capaz de quedarse a vivir en ese lugar? Obviamente tendría que hacerlo ya que no tenía otro lugar adonde ir.
Elvira se acostó en la cama buscando olvidar todo lo que había visto. Se sentía agotada física y mentalmente. Solo deseaba dormir, mañana pensaría que hacer al respecto. Pero había algo que la mantenía despierta, aquel pensamiento que había tenido minutos atrás, esa fantasía de imaginarse follando con sus hijos.
La mujer se preocupó al respecto, aquello era algo prohibido, era un pecado, era… era… era algo sumamente excitante de imaginar. Una última vez se encontró frotando su coño en busca de alivio, nunca en toda su vida se había sentido tan ansiosa de sexo como aquel día, jamás se había corrido tantas veces en un solo día. Y a pesar de ello aun no lograba apagar el ardor en su interior. Con los ojos cerrados su mente visualizo las imágenes que había visto momentos antes, solo que ahora se trataban de ella y sus hijos quienes eran los protagonistas de aquel encuentro.
No había vuelto a ver a sus hijos desnudos desde que estos eran niños pero ahora se estaba preguntando que tanto se habrían desarrollado. ¿De qué tamaño seria la polla de Jesús? ¿Tendría Carla el coño depilado? ¿A qué sabrían sus corridas? Estas preguntas la hacían masturbarse con más esmero, sabía que aquello era algo prohibido, algo en lo que ni siquiera debía de pensar, pero no podía evitarlo. La familia Vergara había despertado algo en ella, un deseo primitivo, un ansia carnal como ninguna otra. Se escuchó a si misma gimiendo y murmurando los nombres de sus hijos mientras las imágenes en su mente realizaban acciones y posiciones sexuales que solo había visto en películas porno.

Imagino a sus hijos gimiendo junto a ella, todos entregados al placer, follando felices, disfrutando de su mutua compañía. De nueva cuenta alcanzo un intenso orgasmo gimiendo con fuerza, solo que esta vez uso una almohada para ahogar aquel ultimo e intenso grito de placer.
Permaneció en silencio sintiéndose culpable por lo que había hecho, ¿Cómo podía seguir llamándose madre luego de haberse masturbado pensando en sus hijos? La culpa la estaba comiendo por dentro, se sentía sucia, pervertida pero aunque le costara admitirlo también se sentía con curiosidad por aquella familia. ¿Qué eventos tuvieron lugar para que terminaran teniendo aquel tipo de relación? Elvira se dijo a si misma que aquello era simple curiosidad, pero muy en el fondo, deseaba saberlo para ver si era posible que ella lograra lo mismo con su familia.
Tal vez si Elvira hubiera prestado un poco más de atención hubiera escuchado como en el silencio de aquella noche había leves gemidos en el aire, gemidos escapaban de las habitaciones de sus hijos, gemidos que eran provocados por fantasías prohibidas y excitantes, fantasías que muy pronto dejarían de serlo.
CONTINUARA…


Secretos en los Suburbios Cap. 03

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Secretos en los Suburbios Cap. 03




Saludos y bienvenidos a otro de mis relatos.
Como siempre agradezco sus comentarios y puntos. Gracias por leer.
Tambien me gusta conocer gente que le guste el incesto y las maduras, sientanse libres de contactarme.
Espero que sigan disfrutando de mis relatos.

2 comentarios - Secretos en los Suburbios Cap. 03

Leo21Silver
Hola amigo, lei los tres partes que corresponde a este relato, te felicito por hacer que toda esta historia sea muy agradable de leer, te envio saludos.