Procuré una aventura y terminó en una sumisión cuckold

Todo comenzó cuando decidí, por una cuestión de calentura extrema, avanzar con mi amiga Paula a otro nivel.

La conozco de hace años atrás, cuando era la pareja de un ex amigo, En su momento pasaban por una crisis de pareja, lo cual era producto de haberse mandado unas cagadas y no pensar mucho, y habían decidido paliar esa crisis explorando nuevos campos sexuales como pareja. Como yo era amigo de los dos y había mucha confianza (además de que sabían que era bastante degenerado), me ofrecieron hacer un trío. Estuvimos jugando un tiempo por mensajes con ella para entrar mas en confianza con nuestros cuerpos y jugamos enviándonos fotos desnudos. A fin de cuentas, lo del trío no resultó porque ellos terminaron con la relación. Yo me seguí hablando con ella y con él me distancié y dejé de tener contacto.

Hasta ahora deben estar pensando que con ellos iba a ocurrir algo relacionado al título de este relato, pero no es así. La verdadera historia comienza ahora...

Tiempo después de las situaciones mas conflictivas de la separación, comenzó nuevamente algún juego por celular con Paula. Ella estaba ajustada con el dinero debido a la separación y teniendo un hijo que mantener yo me aprovechaba, modestamente, y le pedía fotos y videos a cambio de algún dinero. Ese morbo me encantaba. Era como una putita virtual. Yo le pedía como la quería ver, ella enviaba el material y yo lo utilizaba para masturbarme como un hijo de puta. Era un juego muy entretenido.

Paula era una chica alta, de lindos rasgos en la cara, tes blanca, unas tetas de tamaño normal y un muy buen culo, de gran tamaño, con mucha carne. Era la parte que mas me calentaba. Continuamente le pedía que me mandara fotos de la tanga que llevaba puesta y videos moviendo el ojete o bailando con alguna música de fondo. A lo máximo que llegamos de proximidad fue un día en el que le ofrecí un poco mas de dinero de lo habitual para poder sacarle unas fotos en persona de su culo. Sin contacto obvio. Nos encontramos en su casa en un momento que se encontraba sola. Tenía con una calza ajustada que le marcaba muy bien el contorno de la cola, me dejó que se la bajara y comencé con la sesión de fotos. Hice capturas de varios ángulos, la calentura que tenía era incontenible. Ella se reía y me decía que era terrible pajero y un pelotudo. Esa especie de humillación me gustó mucho y me hizo calentar mucho mas. Le dije que le ofrecía un poco mas de dinero si me dejaba tocarle el culo, quería sentir ese pedazo de orto carnoso con mis propias manos. Respondió diciendo que si, pero con algunas condiciones. Yo era todo oídos, estaba muy caliente y mientas la escuchaba me manoseaba la verga por encima del pantalón, sentía una excitación extrema. Me dijo que tenía que hacer todo lo que me pidiera sin cuestionar y así podría acceder a tocarle el culo como yo quería. Sin pensar mucho mas le dije que si, que estaba muy dispuesto. 
Me ordenó que me sacara el pantalón y el calzoncillo, me arrodillara y lamiera sus pies. Se sacó las zapatillas y las medias y dejó los pies expuestos. Yo me bajé los pantalones y el bóxer, me arrodillé y empecé a meterme los dedos del pie derecho, uno por uno en la boca y a pasar la lengua por la planta. 
-¿quién manda acá?- me pregunta. -Vos- le respondo. -Mas respeto pelotudo de mierda, putito del orto. En este momento sos mi esclavo, mi putita! yo mando acá estúpido de mierda!, ¿Me entendiste pajero?, !Respondé como corresponde!, con el respeto que me merezco. ¿Quién manda acá?. -Usted mi ama- respondí, mientras le seguía lamiendo los pies. -Muy bien esclavo, de todas maneras te voy a castigar por el error que cometiste al principio, date vuelta-. Sin emitir palabra me di vuelta, manteniendo mi postura de arrodillado y comenzó a darme chirlos en las nalgas, se notaba que intentaba hacerlo lo más fuerte posible. Estaba tan excitado que cada golpe era un pico de placer tremendo. Después de unos cuentos golpes paró y me pidió el cinto que tenía en el pantalón. Me lo saqué y se lo dí. Habrán sido unos 15 cintazos que me dió con gran fuerza en mi cola que me hicieron gritar y retorcerme en el suelo. Cuando terminó yo intenté volver a la posición de arrodillado, me ordenó que levantara la cara y la mirara. Al hacerlo me escupió en la y me pegó un cachetazo, seguido de unos cuantos insultos. -Esto fue por creer que podías tenerme de puta y aprovecharte de mi-. Te doy a elegir por un si o por un no esta opción: a partir de ahora vas a ser mi putita humillada con la que voy a hacer lo que quiera y cuando quiera, te llamo y vos venís y tenés que obedecer y si tengo ganas te doy alguna recompensa. Obviamente que esto tiene un costo monetario. Me vas a tener que dar todos los meses dinero por este servicio. Sin pensar mucho mas acepté el trato y le imploré que me dejara tocarle la cola. Me dijo que si me dejaba tocarle la cola tenía que masturbarme y tomarme la leche que me saliera del pene. Tan caliente estaba que no pude decir que no. Me dijo que me sentara en una silla, se puso en frente mío de espaldas y comenzó a mover el culo de aquí para allá, tomando mi mano y apoyándola en una nalga. Me ordenó que me masturbara. Desbordado de calentura por todo lo que pasó y lo que estaba pasando, no pasaron mas de uno o dos minutos hasta que me acabé en la panza. Se ve que estaba muy cargado porque salió muchísima leche. Me dijo que me quedara así, fue hasta la cocina y volvió con una cuchara. Intentó cargarla con la mayor cantidad de leche que se encontraba en mi panza, abrí la boca y la metió. Me dió de comer leche como si fuera una papilla, cada cucharada me la hacía saborear y me decía que era un puto de mierda traga leche. Después de la última cucharada me ordenó que me pusiera la ropa, que le dejara el efectivo que tenía en la billetera y que esperara un mensaje de ella para asistirla cuando tuviera ganas y necesite dinero.
Este tipo de situaciones comenzaron a darse mas a menudo, no podía creer que me gustara tanto sentirme humillado por una mujer y actuar como un esclavo. 
Un día llegó un mensaje de mi ama y diciéndome que se había puesto de novia y que nuestros encuentros iban a disminuir, de todas maneras tenía que estar atento porque seguía siendo mi ama y yo su esclavo...

Continuará...

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