Asi o mas puta II (Cargov)

Asi o mas puta II
En Alfredo´s Bar


Después de la buena follada que había recibido de mi amorcito, al día siguiente, le llame como a las dos de la tarde y quedamos de vernos en el motel de siempre, yo ya llegue bien preparada, para escuchar la continuación de las aventuras y pues para recibir mi dosis de Penesitil Intra-Piernoso ó Intra-Cular, lo que se le ocurriera, con tal de que me cuente la historia y después me deje satisfecha basta.

“No te resistes, me dijo, cuando me vio. Muy bien, quieres saber lo que paso en el bar de Alfredo’s… Pues bueno, te contaré, mientras te desnudas y te colocas este consolador en el culo, pues quiero que ya esté listo, para cuando termine la historial. Que hoy ni sentarte vas a poder después de que acabe contigo.” A lo que yo, me sentí emocionada, ya que el sexo anal, si bien es cierto, es doloroso a veces, pero te pone a mil, y llegas a experimentar unos orgasmos que son difíciles de igualar con el sexo vaginal.
Lego el siguiente día y como a las 09:00 AM la llame, para recordarle, la cita, a lo que me dijo que era probable que no pudiera ir, ya que estaba su esposo, a lo que le dije, que lo llevara, y que allí veríamos que se hacía… pero que fuera, además que llevara un vestido blanco, y que se recordara que la quería sin ropa interior…”

“Soy honesto al decirlo, no creí que fuera allegar, pero llegó, cuando entro, causó furor, en el bar, pues a esa hora el sol esta fuerte, y cuando entro, el sol le daba en la espalda, y como el vestido no traía forro, se le marcaban bien las piernas, lo que yo no sabía y me tenía prendido era saber si llevaba o no ropa interior.”

“Ella y su esposo, se sentaron casi frente a mí, ella al verme se puso un poco nerviosa… Pero lo que es la vida, el esposo de ella era un compañero de universidad, con quien habíamos hecho algunas travesuras… Así que me acerque a saludarlos. Ella mientras me acercaba, se puso casi pálida… Que tal vos, le dije, y efusivamente nos saludamos, el me presentó a su esposa, y senté en la mesa con ellos, él me contaba lo afortunado de tener una mujer como ella, toda una dama… Si supiera, me dije en el fondo…” pero bueno, no había que matarle la ilusión.

“A los pocos minutos, ella fue al baño, y como al minuto, le dije que iría al baño también, me levante de la mesa y me dirigí al pasillo, por donde ella tendría que regresar… Cuando salió del baño, solo vi que nadie nos estuviera viendo, y la agarre de la cintura… se me quedo viendo… y me dice, - Que haces… mi marido me va a ver – No me interesa, me interesa saber si cumpliste con lo que te pedí… me dijo que si… Así que la lleve a una bodeguita que hay en ese pasillo, pues conozco al dueño y conozco el lugar… Cerré la puerta detrás de nosotros, y allí le di un gran beso, y metí mis manos debajo del vestido, y comencé a palpar sus piernas, hasta llegar a su vagina… si había llegado sin ropa interior, al menos abajo… Así que le metí la mano por arriba e igual, no tenía sostén, me excitó saber que era obediente… le dije que me diera una mamadita, me dijo – estás loco, y mi ¿marido qué? - No te preocupes le dije y me saque el pene… La tome del cabello y le baje el rostro justo a la altura de mi pene… El saber que alguien podía entrar, me ponía bien prendido, y creo que a ella también… Pues inmediatamente, empezó con una mamada magistral, me acariciaba los huevos, me lamia el pene, me chupaba todas las partes disponibles de los huevos, prácticamente, se volvía loca por mi pene, podía sentir su respiración calientita, mientras devoraba completamente todo mi miembro… ella se esforzaba por darme la mejor mamada de mi vida…”
“Le pedí que me mostrara sus pechos, a lo que se me quedo viendo con cara de – Eso no puede ser… - ya que su vestido no le permitía quitarse del cuello para la cintura, si no que para hacer lo que yo le ordene, debía, prácticamente quitarse todo el vestido. Con algo de miedo se lo levanto, pude ver todas sus piernas, toda su vagina, y poco a poco, fueron saliendo esos melones, que pedían a gritos ser estrujados… Ni me di cuenta a qué horas, tomo mi pene, y lo introdujo entre aquellos senos, pero era algo tan sublime, se sentía un calorcito, y una presión, que no se puede describir… Así me tuvo por un rato, hasta que llego al punto que me dijo, ya no más… Se levantó y se iba a poner su vestido, por lo que la agarre del pelo, y la regrese con fuerza hacia donde yo estaba, le levante una pierna, y sin que pudiera decir más, le metí el pene en su vagina… Solo pegó un gemido, que pensé que me habían oído; mi pene, parecía un martillo hidráulico, ya que entraba y salía de su vagina frenéticamente, a lo que solo lograba escuchar un gemido que me ponía más prendido…”

“Luego, hice que se pegara un poco a la pared, y que se inclinase no mucho, a fin de penetrarla desde atrás, ella muy obediente lo hizo, y abrió sus piernas, a fin de que pudiera ver su vagina, No resistí y le metí el pene nuevamente de manera violenta, sentía que iba a explotar… Alcance a escuchar como ella me decía, - ya, ya, por favor… dame más – Muy bien le dije, si eso quieres, mientras la seguía follando, comencé a dilatar su ano, primero con un dedo, ella se retorcía de placer, luego dos… Ella se volvía aún más loca, cuando entraron los tres, me dijo… -dale ya, dale antes que me arrepienta – Así que ni lento ni perezoso, la puse en cuatro patas y le empecé a meter el pene en su ano… al principio, costaba un poco, ella sentía un dolor muy grande… pero cuando entro completa, ese dolor se convirtió en gozo, ya que ella era la que se movía como desesperada… -Así papi, rómpemelo todo, aunque mañana no pueda caminar… - Eso me dejo tan excitado, que me pare yendo dentro de su ano… “ 
“Como pudo se vistió, y se fue a su mesa… al buen rato, salí yo… se acerca el esposo y me dice…” que te paso… te tardaste tanto… te quiero proponer algo… “No te preocupes, es que me salió una Puta y le tuve que dar su ración de banano… “– no cambias – me dijo… “Mira, me dijo, fíjate que mi vieja, quiere un trío, pero no tengo a nadie de confianza, y aprovechando que te conozco, además como vos no te mantenes por aquí, pues qué te parece si le entramos… Si te interesa le digo a mi vieja que se adelante y que se prepare… Por supuesto que sí, le dije… Con todo respeto, tú esposa está muy buena… “
“Se fue a la mesa… le habló al oído a su esposa y esta le dijo algo, por lo que él regreso… Mira, me dijo, mi esposa tiene una fantasía, y es el trío, pero quiere que yo la sorprenda teniendo sexo con otro, y que luego le entre yo también… Así que si no te es molesto, que te fueras con ella, y yo llego como a los veinte minutos…”
“Dicho esto, se subió en mi auto, y en el camino, le fui tocando todo su cuerpo… Cuando entramos a su casa, cierra la puerta, y me dice… espera un momento, no me tardo… Cuando suena mí el teléfono, ella contesta y luego me lo da a mi… Es su esposo, el cual me dice que le invente algo a su vieja, pues le ha salido otro tiro mejor… y que como favor, pues que me cobre…”

“Le cuento lo que su esposo me pidió, con lo cual ella se enoja y dice – ve que desgraciado, pero ahora si se fregó – dicho esto, se va a su cuarto, y saca un par de medias negras, un liguero del mismo color, y en ese entonces, lo más fatal eran las tangas, era algo pues no de señora decente… Esto era para hoy con él, ahora es todo tuyo… Se quita el vestido, se pone las medias, la tanga negra… uy, se veía monumental… Luego el liguero… Y así sin sostén, se para frente a mí, me toca el miembro, lo juega, sin sacarlo del pantalón… pega sus nalgas a mi pene cubierto… Me sonríe se pone de espaldas a mí y se hace a un lado la tanga… Me dice –Amor, por donde tú quieras- Sin más le entro pues por el ano, ya que estaba todavía apretadito, y había que seguir kilometrándolo… Le volvió a doler la entrada, pero ya adentro, ella se regocijaba… como pudo agarró el control del televisor y del VHS y colocó una película porno, de sexo anal, y ella trataba por todos los medios de seguir el paso de la escena…”

“Me acosté en la cama boca arriba, y ella se sienta sobre mi pene y se lo introduce nuevamente por su ano, la imagen nunca se me ha olvidado, verla a ella frente a mí, viéndole toda su vagina y viendo como a su ano, le entraba y salía un pene que la hacía volver loca… No recuerdo en que otras posiciones la folle, lo que si me recuerdo, es que al despedirme de ella, me dijo… él se lo perdió, ahora tu eres el que mandas, cuando quieras, como quieras y donde quieras…”

“Eso me prendió, e hizo que a ella le fuera como en feria, pues allí fue que se me ocurrió venderla… Pero chiquita, me dijo… ya sabes cuál era la condición para este relato… así que venga su anito… y trate de superarla… que yo le contare más historias…”

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