En el quincho

27 de diciembre a la siesta. La última semana del año, la pasaba en la casa de unos amigos cerca del balneario. Mientras todos duermían ya leía abajo de una sombrilla al lado de la pileta. Cabeceaba un par de veces tratando de no dormirme. Detrás de mi había una medianera de ligustros. Escucho pasos detrás de las plantas, instintivamente me doy vuelta. Eran los vecinos. Hablaban en voz baja pero, no se entendía muy bien lo que decían. Como no puedo concentrarme en el libro me acerco a los ligustros para "espiar".Uno de los vecinos estaba dudando sobre algo que el otro te dice, sonreía por compromiso y negaba varias veces. "Dale, no se va a enterar nadie", seguía insistiendo el otro, que llevaba un gorra, hasta que finalmente logró levárselo al quincho con él. La conversación me dejó intrigado, pero decido irme porque desde adentro del quincho no se escuchaba nada. Sin embargo, siento algo raro, un "ruido raro". Absolutamente aburrido, decidí arriesgarme y cruzar el ligustro para ver que pasaba. Las persianas del quincho estaban bajas pero se puede ver entre las hendiduras. Cuando me asomé pude ver a los dos vecinos mirando una porno y pajeándose.  Se masturbaban despacio, al parecer para aguantar lo más posible.
Después de un rato el de la gorra empezó a pajear al otro, que tenía puesta una bermuda turquesa. El de la gorra seguía pajeándose mientras de mojaba la mano con saliva para lubricar la pija del dde la bermuda. El de gorra empezaba a acercarse para chuparla pero el de bermuda lo frena. El de gorra volvió a insistir con que nadie se va a enterar. El de bermuda seguía concentrado en la película: a una trans rubia le estaban haciendo el orto. Mientras tanto el de gorra se la comía toda, la chupa, la escupe y la pajea, se la vuelve a tragar. En un momento el de bermuda apoyó sus manos sobre la gorra y moviendo las caderas le cogió un poco la boca.
Después de un rato el de bermuda le dice que pare y se ponga en cuatro al lado suyo. Mientras seguía viendo la película le coló un dedo como si su culo fuera el de la rubia de la porno Con tu otra mano seguía pajeándose. Escupió un par de veces para que el dedo entrara más fácilmente. Los gemidos del de gorra se mezclaban con los del televisor. El de bermuda se levantó y le empezó a comer el culo como si tuvieras a la trans de la película en frente. Se lo abría con las dos manos y lo lamía. Cuando metía los dedos la saliva se le rebalsa de adentro del ano en forma de hilo. Tenía el orto totalmente dilatado.
Entoces el de bermuda le dijo que se pusiera en cuatro en el piso frente al televisor. Se lo cogió mirando la película y acabó rápido dentro suyo. Cuando sacó la pija, la leche chorreaba mezclada con saliva. Cuando cayó la última gota, se puso a dedear al de gorra para que eyaculara en cuatro, toodo esto sin dejar de ver la película. Cuando terminan apagaron la tele y se vistieron. Yo volvía la casa de mis amigos entre los ligustros. Me senté debajo de la sombrilla con la  cara roja y la erección todavía marcada en el pantalón. Del otro lado se escuchó ruido de agua. Eran los dos nadando en la pileta. Seguramente algo habrán hecho ahí también, pero yo estaba tan caliente que me fui dentro de la casa a pajearme porque no daba más.

1 comentario - En el quincho