Combatiendo el calor con mi madre. (Hijo)

combatirlo,solo queda una opción quitarse la ropa.
Soy un chico normal y corriente universitario de la UPC, estoy realizando el último curso de Grado en Automatización y Robótica industrial, salgo con mis amigos me gusta el deporte…vivimos en un pueblecito cercano al mar mediterráneo con los mismo problemas que en cualquier lugar, en fin un chico normal en un lugar normal donde jamás imaginé que pudiera pasárseme por la cabeza lo que este ha verano ha sucedido…, ¡¿Cómo pude pasar de mirar a mi madre con los ojos cargados de afecto con los que cualquier hijo miraría a su madre a mirarla ávido de deseo lujurioso, como un hombre mira a su hembra, con lascivia, deseando cada curva de su cuerpo, follándola con la mirada…?! ¡¡Yo desde luego jamás había mirado a mi madre de esa manera! ¡¿Cómo pudieron cambiar tanto esos sentimientos…?! Ha pasado hace unas semanas este mismo verano del 2018, tengo 22 años cumplidos recientemente a finales de junio. Estábamos en plena ola de calor que azotó España, y cuando para desgracia nuestra en mi casa se estropeo el aire acondicionado, llamamos a la empresa que nos lo instaló pero nos advirtieron que estaban hasta arriba de trabajo y tardarían algunos días en poder pasarse por mi casa, al principio no nos lo tomamos mal al fin de cuentas habíamos subsistido siglos sin aire acondicionado que serían unos días, no tardamos en darnos cuenta de nuestra torpeza. Somos del sur y el termómetro marcaba 37 grados centígrados, el aire se hacía irrespirable en la calle de modo que las horas de la canícula las pasaba en la playa o en su casa donde la temperatura bajaba unos grados, aun así como digo el calor era asfixiante a base de ventilador por toda la casa.
Habíamos pasado la mañana realizando las tareas del hogar de limpieza y orden, yo con unos pantalones cortos ligeros sin calzoncillos debajo y mi madre… bueno, antes que nada creo que debo hablar de la mujer que me dio a luz. Se llama Paula con 43 años trabaja 15 años como administrativa de una empresa de suministros industriales de todo tipo. Mamá, es una mujer de estatura media sobre los 165 cm, rubia oscura con mechas más claras que le dan ese toque juvenil y vivo en el rostro, tiene una media melena lisa que le cae por encima de los hombros. Se puede decir que es guapa, aunque para un hijo todas las madres son únicas, pero mamá tiene una armonía en su rostro que la hace particularmente bella y muy atractiva, lo cual la pone en el mercado…en verdad no le han faltado pretendientes. De joven era todo una preciosidad, por las fotos que tiene de entonces y aunque los años van marcando su fisionomía sigue siendo muy resultona. Desde el divorcio con mi padre hace cinco años, decidió ponerse en forma, correr, gimnasio y de cuando en cuando hace natación. Lo cierto es que su cuerpo no se conserva mal, el ejercicio y la genética la han premiado y con ella a quien la admira. Tiene unas curvas tremendas, si bien las carnes no son tan firmes como las de una chica de mi edad, las horas de gimnasio han hecho que retomen firmeza y volumen. Paula no es una mujer delgada, aunque tampoco gorda, está en ese estado intermedio de una madurita interesante con unas curvas de infarto muy bien conservadas… una MILF de lujo.Personalmente me gusta que haya por dónde agarrar y ella tiene de todo en su justa medida. Se viste arregladita para salir y hace que los hombres de cualquier edad se giren a mirarla…, tiene unas tetas que… si bien no son enormes poseen un tamaño considerable con una talla de 105C de sujetador esto hace que, sean dos tetas más que respetables, y no están tan caídas como se podría esperar a su edad. Su cintura es algo que realmente es capaz de volver loco a un hombre con un culazo respingón y hermoso, de cadera ancha y la cintura destacable hace que su anatomía adquiera las proporciones perfectas para ser una gran Madona, porque el macho subconscientemente al ver a una mujer piensa de inmediato en ella como la continente de su semilla, engendradora de su prole… no me puedo olvidar de unos muslos a juego ¡Posee un sex-appeal de locura!
En fin, hecha esta pequeña descripción retomo el relato donde lo dejé. Como ya he dicho, debido al calor iba en pantalones cortos sin calzoncillos y mi madre se paseaba por la casa con una mini falda (short) vaquera que hacía tiempo no usaba y por lo tanto le quedaban algo pequeña, me daba la sensación que era muy corta y le quedaba ajustadísima, tanto es así que entre lo ajustada de la falda, el sudor provocado por el calor, que hacía que estuviéramos pegajosos y empapados, la faldita que dejaba entrever la parte baja de los glúteos intuyendo el principio de su redondeado culo… se me estaba poniendo la adrenalina por las nubes. A todo esto se completaba el conjunto una camisita de tirantes con mucho escote bastante usada, que acababa por encima de su ombligo y para rematar sin sujetador… Creo que fueron todos estos factores, el calor que dificultaba pensar con claridad y mi madre de esta guisa paseándose ante mis narices, que no podía evitar desviar la mirada hacia sus curvas de un modo que me perturbaba. A lo largo de la mañana había estado ella haciendo sus labores y yo decidí ayudarla, conforme pasaba la mañana estaba cada vez más salido mirando a esa hembra que resultaba ser mi madre. No paraban de pasarme por la cabeza pensamientos obscenos y esto me tenía inquieto, por muy buena que estuviera, era mi madre y mirarla de esa manera me convertía en un auténtico pervertido ¡La testosterona no nos deja ser racionales!
Ella debió notar estas miradas, pues estando recogiendo el salón y yo sentado en el sofá, desnudándola con la mirada, paró para recogerse el pelo en una coleta y se giró hacia mí soltó una sonrisilla traviesa y me señaló…
-“¡Niño cierra ya esa boca que se te cae la baba! ¡¿Se puede saber que miras…?!” Dijo levantando una ceja en un gesto que tenía ella y que le daba a su cara un toque muy sensual.
Me dejó totalmente descolocado de modo que como pude tartamudeé… -“Na…nada, nada mamá es que…esto…nada…”
Algo avergonzado me topé con la intranquilidad de disimular como pude mi erección, ella miró mi entrepierna y sonrió para sí. –“Bueno ya he terminado con esto”, dijo quitándole hierro al asunto. Vamos a preparar la comida… ¿Por qué no vienes y me ayudas?”
Se pasó la mano por la frente para secarse el sudor y al hacerlo las tetas presionaron contra su sudada camiseta marcando sus pezones que parecieran que se hallaban erectos. Yo me quede de piedra… ella se llevó los puños a la cintura.
-“¡Vamos no seas vago y levanta!”.
Dijo asiéndome de un brazo y empujándome hacia delante, al levantarme vio el estado de erección en que me hallaba, si bien no era una erección completa, abultaba bastante pues calzo un buen cipote cerca de 20 cm. Ella se sonrojó y quedó mirando mi tienda de campaña, para al momento dejar caer una risilla tonta…
-“¡¡Alaaaa!! Hijo, exclamo. Espero que eso no sea por mí…”
-“Joder mamá… que quieres que haga esto no se puede evitar es una reacción contra mi voluntad. Ya me dirás contigo paseándote tan ligera de ropa, y yo con no sé cuánto tiempo sin probar con ninguna chica..., el resultado está claro por muy madre mía que seas. Y es que Tú no dejas de ser una tía y yo un tío… ¡No te ofendas mamá, pero es que tienes un cuerpazo…!” dije volviéndole a lanzar una mirada descarada que subió desde sus muslos hasta las tetas quedándose allí detenida en su escote. Mirando con descaro como se le marcaban los pezones.
Se rio abiertamente diciendo, -“¡Un cuerpazo dice!, anda niño calla y no digas más tonterías”. Se acercó hasta mi lado. “No te preocupes amor…”, me dijo dándome un beso cariñoso en la mejilla. “ No me molesta, al contrario es halagador que tu amiguito se ponga contento al verme…bueno más que amiguito parece un gran amigo ¡Creía que ya no levantaba esas pasiones!” Se le veía traviesa, coqueta y muy relajada.
-“¡MAMÁ!”, exclamé yo haciéndome el enfadado para luego reír, anda tira que te ayudo en la cocina. Dicho esto se giró y se fue por el pasillo contoneando las caderas sabiendo que yo iría detrás de ella con la vista clavada en su culo, giró la cabeza y sonrió traviesa al verme como la miraba. Aquello era una locura, que estaba pasando allí, ¡¿estaba mi madre juguetona…?! No me lo podía creer, pero por su actitud, contoneándose exageradamente, en la cocina empecé a pensar que sí, las miraditas que me echaba, un roce por aquí, una posturita por allá, no me lo podía creer ¿a qué jugaba con su cuerpazo de diosa…? Hay que entender que mi madre siempre fue una mujer sexualmente muy activa y pasional, sin embargo la pobre mujer tuvo mala suerte…, mi padre le daba lo suyo religiosamente casi todos los días hasta el día de se enteró de su marcha con una jovencita de 30 años, eso debió marcarle mucho como para no buscar otro hombre de sustitución, tal vez sea el motivo por el que no ha estado con ninguno desde que mi padre y ella se separaron y eso es mucho tiempo sin sexo. Mamá debía estar como un volcán a punto de estallar y sentirse deseada por un jovencito tan cercano le abrió los chacras, poco importaba en esos momentos que fuera su propio hijo, comprobar que aún era hermosa a los ojos de un hombre, con el aliciente de ser capaz de calentar hasta a su propio hijo, le hizo experimentar sentimientos que creía olvidados. Para ella fue una inyección de autoestima al sentirse de nuevo muy mujer, una hembra deseada que aún estaba en el mercado a la caza de un macho que le quitase la desazón de tener que masturbarse tan seguido con su pequeño consolador azabache, el llamado “corsario negro”. Mientras seguía con mi polla contenta sin ningún pudor y cada vez más caliente, por mucho que pensara en otra cosa, mi verga tenía vida propia…, mamá y yo preparamos una ensalada de pasta cuando me dijo, -“¡Mira que rico!” Me acerqué por detrás y quedé pegado a ella rozando mi paquete con sus nalgas ella en lugar de apartarse, procedió a sacar el culo un poco con disimulo haciendo que la sintiera aún más apretada contra su cuerpo.
-“Mmmm tiene buen aspecto… creo que hoy no ha salido mejor que nunca”, dije.
-“¡Ya lo creo que tiene buen aspecto…inmejorable!”, me dijo sonriendo con cierto retintín. “Anda por qué no preparas una sangría que me parece que necesitas refrescarte…”.
-“Sí que este calor es insoportable. Además a ti también te conviene mitigar el calor, que estás muy sudada…” le dije guiñándole un ojo.
-“¡¿Cómo dices cariño…?!” Preguntó haciéndose la inocente mirándome de soslayo.
-“Nada, nada solo quería decir…pues eso que hace mucho calor y estamos sudando como pollos. Será mejor que prepare la sangría… fresquita nos vendrá bien a los dos”.
-“¡Anda ve tontorrón…! Prepáralos con un par de cubitos de hielo ¡Los refrescos bajan las hinchazones!”.
Así seguimos en la cocina, lanzándonos algunas puyitas, mientras terminábamos de preparar el almuerzo, luego procedimos a preparar la mesa, yo puse el mantel mientras mi madre traía los platos. En el proceso de colocar los cubiertos deje caer uno "accidentalmente" fue a caer delante de mi madre que se agachó a recogerlo entregándome una panorámica de su culo en pompa.
-“Ummm”, exclame mirando con descaro su culo, la falda se remangó hasta más de la mitad de su redondo culo, dejándome ver su vulva hinchada bajo la fina y escasa tela de su braguita tanga… ella se giró y me vio allí con la mirada fija observándola descaradamente.
-“¡¿Oye tú que miras jovencito?!”
-“Nada, nada mamá solo pensaba lo bien que te queda esa mini falda vaquera…”
-“¿En serio?” Pregunto ella incorporándose y llevando una mano a la cintura para luego poner una pose que resaltaba su culo.
-“Y tan en serio mami te hace un culo estupendo…”.
-“Anda niño no digas tonterías que lo tengo muy gordo para una faldita de hace varios años… con tu edad sí que tenía un cuerpo bonito, pero los años no perdonan cariño”.
-“¡Pero qué dices mamá…! Anda no seas tonta, más quisieran muchas chicas que conozco estar la mitad de buenas que tu… además si no me crees a mi créelo a él”.
Dije mirando hacia abajo señalándome el resalte de mi pantalón que duraba más de media hora abultando en mi entrepierna. Acto seguido los dos echamos a reír distendidamente. Tener a su hijo empalmado era un juego que le hacía gracia, eso hizo que estuviese más relajado con mi erección sin pudor alguno ante mi madre. Aquello no escandalizaba a mi madre, siempre me educó con una mente abierta a cualquier tema, entre ellos el del sexo… sabía que me masturbaba y con la frecuencia que lo hacía, también que follaba con mis amigas, ella me proporcionaba los condones y nos tomábamos el sexo como una faceta más de nuestra necesidad fisiológica.
-“Anda hijo que no tienes vergüenza, ¡eh! te parecerá bonito ir por ahí enseñando la polla a tu madre… Creo que deberías ir al aseo y hacerte una paja para calmar a ese bicho, no es bueno que estés empalmado tanto tiempo seguido, a ver si te va a pasar algo… y tenemos que cortar por lo sano”
-“¡Joder mamá que llevo pantalones y no se ve nada! Debes saber que la culpa es tuya por haberme parido tan bien dotado. Además tú sí que tienes poca vergüenza paseándote toda sexy por casa con un chico casi adolescente súper salido con una falta de sexo tan grande como yo… ¡Si la tengo así es por tu culpa! ¿Lo sabes, verdad?…”
-“¡¿Yo?! Hay hijo perdona, me dijo acercándose. No lo había pensado que era tan provocadora, y mucho menos en mi casa a solas con mi propio hijo. Pensaba que nos teníamos confianza y con tanto calor no tengo ganas de andar tapada, si te molesta me pongo algo más largo…”.
-“No es eso mamá, para nada me molesta al contrario, me alegra mucho la vista si a ti no te incomoda que vaya empalmado todo el rato. Comprendo que con este calor hayas elegido ropa tan ligera, lo que me extraña es que con el bochorno que hace no que acabemos en pelotas los dos…”, nos reímos de la ocurrencia nada disparatada.
-“Bueno buenoo…no te pases, anda nene ve a por la sangría y a comer, a ver si la comida te rebaja la excitación, o si no una buena ducha fría después”.
Así fue como nos sentamos uno frente a otro y comimos ligerito. Tras la comida nos quedamos un rato charlando animadamente y terminándonos la sangría que estaba muy fresquita…, la verdad que me pase al cargarla lo cual hizo que nos achispáramos un poquito.
-“Aayy que bien hijo que bueno estaba todo…lo único que me faltaría ahora es un masaje relajante y un par de hombretones abanicándome a la sombrita de una palmera ¡¿ehnn?!”
-“Lo de los hombretones y la palmera va a estar difícil hoy, pero el masaje lo tienes de inmediato…”.
-“¡Qué bueno que es mi niño! Si es que eres un sol hijo, vamos al salón estaremos más cómodos y allí nos ponemos cómodos nuestras anchas ¡¿vale?! Y si de paso me relajo me echo la siesta…”
-“Claro mamá, voy a buscar la crema y ahora mismo estoy contigo”.
Un minuto tardé en llegar de nuevo al salón, ella estaba tumbada sobre el sofá boca abajo incorporada sobre los codos para ver mejor una revista del corazón…, se había quitado la camiseta de tirantes para que pudiera masajearle la espalda y al haberse incorporado sobre los codos para ver mejor esa revista, se le veían asomar las tetas colgando. Se mostraban exuberantes…fui capaz de atisbarlas casi por completo antes de que ella se tumbara y no las pudiera apreciar más, sin embargo, esto hizo que mi polla reaccionara adquiriendo un tamaño mucho mayor, o al menos mucho más dura, me empezaba a doler de la tensión y también los huevos comenzaba a tener ese dolorcito a la espera de una agradable eyaculación. Mi madre no tardó en notarlo, pues clavándome una mirada se pasó la lengua por los labios casi en un acto reflejo y me preguntó….
 -“¿Qué es eso que traes ahí?” Por un momento pensé que se refería a mi verga hasta que caí en la cuenta de a qué se refería, y se lo expliqué.
-“¡Ahmm esto!, veras no encontraba la crema hidratante, así que he cogido esto de mi cuarto, es un lubricante “durex play”, también sirve para masajear…”
-“¡¿Y qué haces tú con eso, cariño?! No sabía que lo usaras…”
-“Oye mamá que ya tengo una edad. Te crees que soy un niño pero hace tiempo que yo hago mis cosas con mis amiguitas por ahí, además de usar los condones que me compras…”, le dije subiéndome en el sofá y sentándome sobre sus muslos.
En aquel momento mi madre entreabrió un poco las piernas y yo supe que tenía que intentarlo deje de pensar con racionalidad y solo me dejé llevar, posé mis genitales dentro de los ligeros pantalones entre sus nalgas y muslos, estratégicamente presionándolos…, ella sin duda notó aquel espolón duro entre sus piernas. Iba a decir algo… pero me adelante agachándome sobre mi madre hasta dejar mi boca junto a su oído y mi pecho pegado a su espalda con todo mi cipote y cojones entre sus nalgas, le susurre…
-“¡Tú relájate mamá cierra los ojos y disfruta del masaje…!”, me apreté un poco más contra ella para que notara aún más mi polla.
-“Pero…mm ehh si, si hijo…está bien”. Dijo y se acomodó de nuevo sobre la cama. “¡Qué bien me va sentar este masaje!”
Deje caer un buen chorro de lubricante sobre su espalda, y comencé a masajearla, mis manos se deslizaban, resbalando de arriba abajo por su espalda, primero suavemente luego con más presión así estuvimos un buen rato, cada vez que mis manos ascendían hacia sus hombros tenía que echarme un poco hacia delante y al descender hacia sus caderas mi cuerpo se desplazaba hacia atrás, por lo que mi polla iba rozando entre sus muslos y sus nalgas, era como si me la estuviera follando con la faldita remangada sobre sus nalgas ofreciéndome la raja de su culo franqueada tan solo por su leve prenda de tanga. Mi madre pronto se dejó llevar por el placer que le estaba proporcionando…cada vez más relajada, no era extraño que soltara algún gemido y se mordisqueara el labio. Mmm dejaba escapar de tanto en tanto, y comencé a fijarme que ella comenzaba a acompasar mis movimientos con sus caderas.
-“¿Te sientes bien mama?”
-“Ehh mmm si, si… ¡Qué bueno y tan fresca esa crema…!” dijo acalorada, sacada de repente del estado de éxtasis en que se encontraba. “Se siente realmente bien hijo eres un experto masajista sigue, ¡Mmmm si así mmm!” La situación y los gemidos de mi madre me estaban poniendo muy burro, así que me deslice hacia atrás para poder masajear sus piernas.
-“Ahora voy a seguir con tus muslos mamá ¿de acuerdo?”
-“Si claro hijo lo que tú digas… tú eres el experto cariño”, dijo ella.
Seguía gozando del masaje con los ojos cerrados, sin percatarse que allí atrás estaba con el cipote en ristre, aunque creo que más bien se hacia la tonta, porque sabía perfectamente lo que pasaba. Vertí más lubricante sobre sus piernas, ahora que tenía mejor visión de su culo en pompa… noté que tenía las bragas empapadas, había estado tan excitada con mi polla frotando contra su coño que se había calado entera. Después de tantos años en el dique seco, tener a un macho tocándola supuso bastante más de lo que su cuerpo pudo soportar. Comencé con sus piernas masajeándolas enteras, sus pies, sus gemelos, sus muslos, la cara interior de estos, poco a poco subiendo más y más hasta llegar a donde comenzaba la hermosura de su culo y poco a poco seguí subiendo, haciendo que el lubricante fuera resbalando cada vez más entre sus nalgas y la mini falda se remangara a modo de cinturón en su cintura, hasta que le quedó expuesta con tan solo el tanguita. Ahora manoseaba su culo descaradamente, sobando cada centímetro de sus piernas y su culazo ancho y redondo, incluso atreviéndome a pasar rozando su coño con el canto de mi mano por toda la raja del coño, quedando más expuesta, pues el tanga fue engullido por su culo y también desaparecía adentrándose en la raja vaginal marcando todo el coño. Los jadeos de mi madre fueron en aumento parecía estar a punto de correrse, cuando de pronto comenzó a esgrimir una débil protesta.
-“Hijo…hijo para ya… esto no… por favor… ¡Mmmm!”
-“Mamá tranquila, ¡relájate y disfruta del masaje!, todo está bien”, le decía yo mientras seguía sobándola.
-“Pero cariño esto…mmm…no… esto no está bien…”.
-“Todo está bien mamá tranquila”, le decía yo con una cadencia de voz que invitaba a la relajación. “¿Quieres que siga el masaje? ¿Quieres que te masajeé más a fondo?”
-“¡¿Qué?! Yo… hijo…. Ya te he dicho... que esto se está pasando de madre…”, decía ella casi en un susurro pero los gemidos y contoneos de su cadera desmentían lo que sus labios decían.
-“Voy a sacarte esta faldita tan apretada, mamá…”
-“¡¿Qué?! No… cariño…esto no está bien…no podemos…por favor… ¡¿Qué vas a pensar de mí?! Parezco una…”
-“…Una madre maravillosa que se merece un masaje relajante por lo mucho que curra… ¡Te has ganado darte un gustazo como este, además gratis!”
Ignoré sus débiles protestas y comencé a desnudarla por completo. Levantó el culo ayudando a quitarle lo único que tapaba la fijación de mi deseo. Elevó su culo poniéndolo respingón y aproveché para sacar la falda y de paso las braguitas minúsculas dejándola totalmente desnuda, quedando ante mí su coño enloquecedor con ese culo de infarto.
-“Hijo…para…esto no está bien… me está viendo todo el culo y el…”,  decía mientras mordisqueaba un cojín para ahogar sus gemidos.
-“Cálmate mamá no pasa nada ya verás. Solo es para tener más soltura de recorrido sin que nada nos estorbe, de esta forma voy a masajearte más a fondo. ¡No pasa nada malo!” le decía. Dime mamá… ¿Quieres que pare o que te masajee más a fondo?”
-“Oh yo… no… no sé lo haces tan bien, pero no esperaba me dejaras en pelotas…”
-“Anda dime mamá, solo quiero que estés bien. Estamos solos en casa y nadie sabrá lo que hacemos ni como lo hacemos. Además que yo sepa nunca verás a la gente vestida recibiendo un masaje profesional. Así que me gustaría que me lo pidieras o lo dejamos”.
-“¡Mmmm hijo, sí quiero… yo… deseo que me masajees más a fondo cariño…”
Eché una cantidad desorbitada de lubricante desde su espalda hasta el culo directamente, viendo como resbalaba expandiéndose por toda su dermis… comencé a sobarla, ya sin pudor alguno, mis manos se deslizaban entre sus omoplatos, sus riñones recorriendo la columna vertebral hasta llegar a sus nalgas, acariciaba cada cachete apretujándolo despistando la mano a su ano y coño afeitado. El lubricante hacia que se deslizaran de manera hipnótica y mi madre pronto comenzó a jadear…esta vez, descaradamente.
-“¡¡OHHH DIOSS MMMM OOOHH MMmmm siii SIII…!! No pares cariño, sigue así”.
No paró de jadear, continué sobándola comprobando la buena hembra caliente que es, metí dos dedos en su coño (anular y corazón) con la palma de la mano frotando su clítoris espigado. La follaba metiendo y sacando mis dedos a toda velocidad cuando de pronto comenzó a correrse… tanta falta de orgasmos produjo una rápida corrida a mi señora madre. Me monte sobre ella despojándome de mis pantalones, y volví a colocar mi verga en posición, esta vez no había ropa impidiendo el contacto total, mi madre comenzó a contonear su culo frotándose contra mi polla, frotándose con mis pelotas también, ese coñito empapado pedía follarlo a gritos y lo iba a tener, me agaché sobre ella y le susurre al oído.
-“Te quiero mucho mami, pero ahora mismo te deseo mucho más…”, ella intuitivamente levantó el culo para que tuviera el mejor de los accesos a la raja de su vagina, sabiendo que lo que nos pedía el cuerpo era follar. 
-“Hijo me tienes como una perra… Te llevo buscando todo el día. ¡No te imaginas cómo estoy ahora mismo de cachonda! Creía que podía reprimirme pero mi calentura es superior a mi voluntariedad…”
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-“Pues tu calentura se va acabar de una puta vez. No vas tener necesidad de buscar a ningún payaso picha floja…. Ahora tienes a un hombre que te va a follar como te mereces la veces que quieras…”.
-“¡¡Mmm sí mi niño metérmela fuerte por el coño…en tu coño!! ¡FÓLLAME… por favor no me dejes así! Llénamelo de carne dura ¡No te puedes dar una idea cómo necesito que me folles hasta adentro!”
Me puse detrás de ella apuntalando con mi glande su entrada vaginal… y ella sólita buscó la polla para metérsela… -“Mmmm sí, así”,gemí mientras mi madre se clavaba el rabo de su hijo, yo solo la esperaba para recibir su culo. “Dios mío, así mamá ¡¡Ahora te vas a enterar como te voy a quitar las telarañas de tu coño…!!”. La agarré de la cintura hacia el culo y me la atraje hacia atrás clavándosela hasta el fondo. –“¡Mmm ohhh Dios mío hijo, qué polla más dura tienes! ¡¡Es enorme!!” Gemía mi madre.
Comencé a bombearla con fuerza, deleitándome con el sonido que hacían sus nalgas al chocar contra mi pelvis en cada embate…, se giró para mirarme por primera vez desde que empezó el masaje y vi la satisfacción de su necesidad cumplida en el fuego en sus ojos. Aquella mujer estaba totalmente entregada al placer y yo empecé a follármela lo más duro que podía, haciéndole notar mis huevos.
-“¡Síiii dame… mmm! ¡Dame…fuerte cariño! ¡Ooohh Dios qué pollón tienes hijo… me vas a atravesar hasta el estómago! ¡Me vas a partir en dos por el coño!”
-“¡Dios mamá qué buenas estás y qué bien me lo haces! ¡Eres increíble! Dime mamá… ¿Te gusta la polla de tu niño?”
-“¡¿Ehnn?! ¡Ooh mmm, que Dios me perdone! ¡Sí me encanta tu polla, amor mío! No imaginé que estuvieras tan bien dotado cariño. Sigue follando a tu madre que lo necesita más que a nada en el mundo ¡Aaahhggg!”.
Me salí de ella propinándole un azote en la nalga llevado por la euforia del acto lujurioso, a causa del cual soltó un gemido y tras el suceso en compensación le di un beso en la nalga derecha. Me tumbé sobre el sofá y no hizo falta que le explicara qué hacer, se giró para darme la cara y se sentó sobre mí, introduciéndose la polla lentamente…, su cara mientras se empalaba notando cada centímetro de mi bálano, era todo un poema con la boca entreabierta…, gemía percibiendo cada centímetro rozar sus sensibles paredes vaginales en tanto se dividían sus carnes al entrar en su interior, hasta que se adaptó a mi polla y comenzó a cabalgarme con furia. Amasaba las tetas de mi madre, le agarraba el culo fuertemente sobre sus nalgas…, no podía creerlo, me estaba follando a mi madre y ella era fantástica, por momentos pesaba estar en un sueño, en otros volvía a la realidad…por entonces la vulva de Paula se aplastaba una y otra vez contra mi pubis, y una vez allí se refregaba el clítoris con mi vello púbico dándose un doble placer extra. Mi madre me follaba y seguía besándome con pasión, mis manos seguían recorriendo con el mismo empeño de aquel viernes su cuerpo como si fuese a desaparecer en cualquier instante, disfrutaba cada segundo, cada movimiento, cada roce. El desgaste de mi piel caliente con la suya era el antídoto perfecto, mis manos bastas, firmes y decidas, contrastaban con su piel suave y tierna de Paula. Enlazó sus brazos alrededor de mi cuello, mientras sus piernas se cruzaban alrededor de mi cintura. Me empujó ligeramente hacía atrás para que quedara acostado se sentó sobre mi abdomen, tomó mi rostro con sus manos notando mi barba….
-“Me encanta tu rostro con esa barba de tres días… me causa ese picor tan placenteramente varonil que me vuelve loca ¡Me hace saber que estoy con un macho de verdad!”
Se lanzó a mi boca para comerme la boca como sedienta… metía su lengua buscando la mía besándome y lamiéndome los dientes y el paladar luchando con mi lengua… esa mujer estaba abandonada a sus instintos más básicos, yo apretaba fuertemente de sus caderas atrayéndola a mi cuerpo. No dejaba de empalarse mi verga, follándome a todo ritmo con todo mi estoque a punto de explotar dentro de su vagina al tiempo que me dirigió una sonrisa de aprobación… se balanceaba adelante y atrás, sacando y metiéndose toda la verga hasta la cepa, después lo combinaba con movimientos de meter y sacar, arriba y abajo con tanta profundidad que acercaba la punta de mi glande caliente hasta la entrada de su matriz. Con ese olor dulce a hembra en celo fascinante que me volvía frenético…, de pronto como nadie se ha atrevido, pasaba la punta de su lengua describiendo círculos con ella por su boca humedeciéndose los labios, sin dejar de follarme a base de sentones. Se notaba su buena forma física de gimnasio… me daba pequeños mordiscos a mis labios, levantó la mirada para ver la cara de concentración que ponía, debió de ver que me hallaba completamente extasiado. Aumentó el ritmo del movimiento y bajó la mano hasta mis testículos, los agarró como queriendo escurrirlos.
-“¡Menudos par de cojones tienes hijo mío! Deben fabricar leche para reventar a una burra… ¡¿Y la tienes toda dispuesta para mí, verdad?!”.
Mis manos tomaron sus cabellos atrayéndomela hacia mi boca otra vez. Subió para caer más fuerte e introducir toda mi polla en su coño babeante, hasta que mi glande tocara lo más profundo de su útero. Comenzó succionar y a juguetear con la lengua dentro de mi boca…, la calidez de sus besos me embriagaba, a la par que mi verga le llenaba la vagina por completo a mi madre, mientras sus tetas rozaban mis pechos y sus pezones se clavaban de lo duros que los tenía la muy jodida. Sentí como el glande se hinchaba…ella también lo noto y de pronto todo el semen guardado en mis pelotas comenzó a inundar la gruta por donde un día salí a la vida exterior.Mi madre también se apuntó a mi orgasmo al percibir los primero chorros de leche cálida atorar su más profundo conducto uterino…No tardamos mucho en corrernos. Ambos convulsionando casi desfasados cada uno a su ritmo…
-“Hijo como noto tu semen, ¡Uff Madre mía que gusto sentirme de nuevo llena de leche varonil! Creía ya que nunca me volvería a pasar… Gracias cariño mío por llenarme de tu tibio esperma espeso…”
Debí de eyacular seis o siete lechazos concatenados desde los más fuertes a los más debilitados del final, pero en definitiva una buena eyaculada como no recordaba. Quedé exhausto como ella, que quedó tendida sobre mí con toda la polla aún clavada mientras esta se iba desinflando poco a poco…, acabamos tan cansados que nos quedamos adormilados allí tal cual. Al despertar una media hora más tarde mi madre ya no estaba en la cama oí el sonido de la ducha…, me acerqué sigilosamente pensando en entrar y follármela de nuevo, pero al acercarme y mirar por la puerta entreabierta, encontré a mi madre casi arreglada dándose los últimos retoques en el espejo. Voy a salir con mis amigas llegaré un poco tarde cariño, tienes la cena preparada por si quieres tomar algo. Sin duda los remordimientos por todo lo ocurrido se habían disipado. Habíamos gozado mucho sin tener en cuenta que éramos madre e hijo…, aunque el calentón se le había pasado, no nos sentíamos culpables. Decidí volver al sofá a ver la tele y dejar que se marchara de fiesta a fin de ofrecer un aire de normalidad…, teníamos claro que no sería la última vez que follaríamos, sobre cuando me dijo…
-“Isaac lo que ha pasado hoy es algo muy especial, tan extraordinario que aún no lo tengo completamente asimilado, lo que sí sé, es que ahora somos algo más que madre e hijo, juntos o en la distancia”.
-“Mamá me parecido tan magnífico que no tengo claro si lo he soñado o ha pasado de verdad”.
-“¡Ha sido de verdad hijo! ¡¿O acaso no notas que ya tienes la polla y los huevos más relajados sin ese dolor de la excitación…?! Eso es porque tu madre te ha calmado a cambio del regalo de tu leche. Ahora lo llevo todo dentro de mi coñito bien cerrado, guardándola para que no se salga ni una gota… ¡Me has llenado tanto como ningún otro lo ha hecho…! ¡¿Lo sabes mi amor…?!”.
-“Mamá, a partir de ahora verás como soy capaz de hacerte más feliz. Quiero disfrutar de todo al máximo ¡Me voy a entregarme íntegramente a nuestra relación! Desde todos los aspectos”.
-“Ya lo imagino mi cielo…, aunque no lo queramos reconocer, ya eres mío y yo soy tuya en mayor medida que antes, sin fuerzas para negarnos. ¡Cariño hemos rebasado la última línea roja en una relación parental filio-maternal y me hace muy feliz que lo hayamos hecho! ¡Te deseaba y no sabía cómo llegar a ti…! ”
Por mi parte había descubierto a una madre diferente, porque en cada madre queramos verlo o no hay una mujer sexual y no asexual como queremos verlas… cada una es una hembra necesitada de satisfacerse con su hombre… ¡Ella ya había encontrado a su amante perdido de eso podía estar segura! Ese macho que buscaba en cada mirada cuando salía de fiesta con sus amigas, en el roce furtivo en el estante del supermercado, al pasear por la acera de una calle llena de testosterona, en cualquier lugar, sin embargo nunca supo que lo tenía tan cerca y en adelante jamás más le fallaría. A mi madre jamás le faltará un buen orgasmo y un profuso chorro de lefa bien surtido de testosterona con millones de semillitas espermáticas revoltosas e intrépidas, locas por preñarla y hacerle la panza más grande del mundo… ¡Como deseaba follármela cada día! Pero tal vez mi madre viera todo esto de otra manera…
Esta es mi parte pero Continua con la versión de mi madre...

1 comentario - Combatiendo el calor con mi madre. (Hijo)

charlespiere
Buen relato y exitante amigo ojala puedas compartir algunas fotos y espero la continuacion de esa historia