Con la puta de Belén, primera parte.

Era sábado, hacía frío y tocaba juntarnos en casa. Estábamos en la cocina mis viejos y yo, mis hermanos se habían quedado con la abuela, jodiendo con mi primo y con mi tío, boludeando. Tenía la pija parada porque sabía que en cualquier momento los Gutiérrez iban a traer a Belén y me la iba a poder coger toda, a la putita sumisa. Primero llegó la otra familia, la de Cande. En esta familia estaban ella, la madre y el padre, los otros 3 hermanos no habían venido. Pasaron, se sentaron y saludé a Cande con un besito cerca de los labios y le rocé las tetas, que estaban tersas y paraditas, como siempre. Mi pija no bajaba, hasta que llegaron los Gutiérrez. Mamá, papá y las dos nenas, entre ellas la zorra que me iban a entregar. Nos sentamos todos a la mesa y empezamos a hablar como siempre, yo me había sentado al lado de Belén y me había sacado la verga, así que mientras hablábamos la obligaba a que me haga una paja con la zurda, ya que ella estaba a mi derecha. Naturalmente, lo hacía muy bien, movía la mano despacito pero igual me gustaba, y cada tanto se la escupía un poco para no hacer la paja dolorosa. Obviamente ya todos sabían lo que pasaba pero ninguno decía nada, estaban acostumbrados y sabían que dentro de poco me la iba a llevar a la pieza, a cogermela y hacerle de todo a mí gusto. 

Sin preguntarle, le desabroché el jean azul clarito que tenía y le metí la mano abajo de la tanga blanca que tenía puesta. Era diminuta. En seguida busqué su conchita hermosa y traté de dar con su clítoris, dándome cuenta de que estaba muy húmeda, y rozando a la pendejita por todos lados en el proceso. Se la escuchaba gemir muy despacito, pero nosotros estábamos en otra, la paja mutua se disfrutaba mucho y no nos enterabamos de nada de lo que pasaba, hasta que un grito nos sacó del trance. 

—¡Belén! —Le había gritado el padre. —Te estoy llamando, dejá de pajear a ese chico 2 minutos y levantate, dale. —Aparentemente, el padre estaba por decirle algo, no era un reto, porque ellos estaban acostumbrados a que la nena hiciera esas cosas, y hasta la ofrecían como eso, un juguete sexual. Por lo que todos esperábamos intrigados lo que le iba a pedir. —Sacate la remera, a ver. Dale, y el corpiño también que Javi y Ale no me creen que se te ponen los pezones duritos de pajear nenes no más, JAJA —Le decía el hombre mayor y se reía de lo puta que era su primogénita. 

Hagamos un repaso. Belén mide 1.45, tiene el pelo castaño oscuro, unos ojos grandes y redondos que son especiales para mirarte mientras te petean y facciones delicadas. Tiene algunos kilitos de más, y unas tetas redondas a pesar de eso, muy lindas. Una cola grandota y apetecible a la que todas las tangas le quedan bien. Muy linda y con cara de buenita, no de trola(que lo era).

—Dale Ma! —Se escuchaba que le decía la madre, alentandola a mostrar las tetas a todos. Belu se levantó de la mesa, se desabrochó el jean para sacarse la remera del pantalón y sin decir ni a ni b, sacarse la remera. Lo primero que se vio fue su pancita, que era plana y de piel suave, no caía ni nada por el estilo. Lo siguiente, fue su corpiño. Una preciosidad color blanco que al instante se sacó, pelando dos gomas hermosas y que me daban ganas de comer completitos ahí mismo. Gritos de euforia y felicitaciones se hicieron presentes en la sala, todos aplaudían y alentaban a la tetona, que se había puesto colorada. A todo esto, mi pija había quedado al aire y yo me aburría, por lo que miré a Javi, que me entendió y le hizo un gesto a Cande, que con los pies, desde el otro lado de la mesa me empezó a pajear muy rico. Para cuándo Belén se estaba por sentar, el padre no la dejó. 

—Pero pará hija, ¿Que clase de atención es esa? —Segundos antes habían estado cuchicheando y elogiando los pezones duros de la piba, que habían dejado a todos encantados. Javier y Alejandro habían aceptado su equivocación y estaban satisfechos. Sin embargo el señor Gutiérrez parecía no estarlo y por eso interrumpía a su hija. —Saltá un poquito y apretalas para los chicos, que creo que todos queremos ver cómo se mueven antes de que te vayas. —Él seguía riendo, y ella no dijo nada, solamente se apretó las gomas entre los brazos estirados hacia abajo y saltó un poquito hacia arriba, después se sacudió a los costados y se quedó parada para chuparse un poco un pezón. Terminó Belén y con todos conformes, una nueva sesión de aplausos, felicitaciones y demás, y la tanga muy mojada, se sentó al lado mío de vuelta. La pendejita estaba prendida fuego y como solo tenía permitido pajearme en frente de todos, me agarró de la mano y me levantó. 

—Fua, parece que hizo efecto la cosa. —Dijo su mamá. 
—Si, la verdad que se calienta bastante rápido ella. —Confirmó la madre de Cande. 
—Ahora se lo viola. —Agregó mi progenitor, riendo. Yo ya quería llevarla a la pieza y hacerle de todo, estaba más que caliente y mi pija me dolía de tan dura. 
—Vos decís? —Preguntó Javi. El señor Gutiérrez confirmó que la nena era una puta y dejando a Cande descansar sus pies me dispuse a irme con Belén, que estaba hecha un desastre. Le metí la mano abajo de la tanga antes de que nos vayamos y saqué un poquito de flujo de su tanga. Me chupé los dedos con ganas y siguiendo lo que siempre me enseñaron pregunté si alguien quería un poco, solo para conseguir una amable negativa por parte del grupo como respuesta. Ahí nos fuimos a la pieza, la nena me arrastraba y me hizo pasar a mí primero, ya que ella se quedó en la puerta unos segundos más y le dió las gracias a Cande, diciendo además —Ya tenía hambre y sed, hasta mañana!! —Dando a entender que iba a comer y que hasta que no estuviese satisfecha no la iban a ver de vuelta.

¿Qué dicen? ¿Debería seguir?

2 comentarios - Con la puta de Belén, primera parte.

975-andres
HORRIBLE FLACO, NO SERVIS NI PARA MENTIR.
Coteto222
Nadie dijo que era verdad papá, no te me enojes jajajaja
siempremassexo
Menos mal que primero me fijo los comentarios....me evité perder tiempo. No tiene sentido leer inventos.