Nuevo año, viejas costumbres

Perdón por la tardanza. No siempre se puede hacer lo que se quiere.
Aquí va la segunda parte de.. http://www.poringa.net/posts/relatos/3083151/Ano-nuevo-vida-nueva.html

Las vacaciones de navidades se terminaron y hube de volver a clase. Mi madre y yo nos habíamos convertido en amantes e incluso yo comenzado a dormir en su dormitorio. Dentro de casa éramos una pareja "normal y corriente".
Me costó mucho poder centrarme en los estudios. No hacía más que recordar el cuerpo de mi madre y las sensaciones cuando lo hacíamos. ¡Me costó muchísimo!
Un día a mediados de enero volvía del campus y estaba a punto de llegar a casa- Solamente me faltaba cruzar el parque que hay enfrente. Levanté la vista y la vi asomada a la ventana, fumando. Ella también me había visto y me saludó con la mano. Le devolví el saludo y apresuré el paso para llegar cuanto antes. Estaba más caliente que el asfalto en verano.
Cuando abrí la puerta del piso saludé en voz alta.
-Hola. Ya estoy en casa.
-Hola cariño. Por fin. ¿Vienes cansado?
-Depende para que -dije, ya tras ella, acariciándole el culo.
Ella seguía asomada a la ventana. Al otro lado hay una pequeña terraza y en el alfeizar tenía un cenicero. Seguía fumando. Los codos apoyados en la ventana y el culo en pompa. Aquello era demasiado para mi.
Me agaché tras ella y levanté su falda para meterle mano (y mucho más) cómodamente. Ella hizo ademán de girarse pero la sujeté por las caderas y la obligué a seguir en la misma postura. No se resistió e incluso abrió un poco más las piernas. Le gustaba mi plan.
Apoyé la espalda contra la pared para poder trabajar cómodamente mientras bajaba lentamente la braga. Enseguida aquella raja se mostró dispuesta para mi. Comenzaba a humedecerse, así que hundí mi cara en aquel monte de venus y comencé a juguetear con ese coño que se me ofrecía goloso.
Podía sentir los pequeños estremecimientos de mi madre cuando tocaba su clítoris y me excitaba más el saberla mirando por la ventana intentando disimula. Poco a poco la iba llevando hasta el clímax a pesar de sus poco convencidas protestas para que me detuviese.
Noté que estaba a punto de explotar en un gran orgasmo y se me encendió la vena traviesa.
-Como quieras -le dije- entonces lo dejamos así. Y me levanté para irme.
-¿Que?- casi gritó ella- ¿y me dejas así?
-¿No me pedías que parase?
-Vale. Como quieras -dijo ella sonriendo de una forma que me mosqueó.
Aquella noche me metí en cama y enseguida llegó ella vestida con un picardías que me ponía loco perdido. Cuando intenté abrazarla me empujó sobre la cama y se puso a horcajadas sobre mi.
Tiró de mis manos hacía arriba para que no pudiese tocarla y cuando me quise dar cuenta estaba atado de manos al cabecero. El caso era que aquella novedad me gustaba. Mientras tanto ella se movía con los movimientos suaves y sugerentes de una gata en celo. Yo me estaba poniendo como una moto, y sin haberla tocado aún.
-¿Te gusta? Preguntó
-Me encanta.
-Pues ahora viene lo mejor.
Me dio un piquito y comenzó a bajar por mi pecho dejando un rastro de besos y caricias que me tenían loco perdido. Cuando llegó al pene, le dio un largo, lento y sugerente lametón desde la base de los huevos hasta la punta. Me miró traviesa.
_¿Quieres más?
-Claro. Lo quiero todo -respondí ansioso.
-Pues creo que es mejor dejarlo así y dormir. Que mañana hay que madrugar -dijo levantándose de golpe mientras se reía y yo notaba la polla a punto de explotar.
-¿Estarás de coña? -protesté incrédulo.
-Es lo mismo que me hiciste tú antes a mi -me giñó un ojo traviesa.
-Mamá, por favor. No me puedes dejar así. Por lo menos desátame para que pueda masturbarme.
-No. Dormirás así a no ser que arregles lo que dejaste a medias.
-Vale, lo arreglaré -puse voz de arrepentido, pero en el fondo lo estaba deseando. es coño me trae loco.
-Muy bien. pues vamos allá.
Se levantó y se giró dándome la espalda para levantar un poco el picardías y deshacerse de la diminuta braga que llevaba. Después se subió a la cama y dejó que la contemplase desde abajo un momento hasta que se arrodilló sobre mi cara dejando su coño a la altura de mi boca.
-Pórtate bien -dijo mientras se agarraba al cabecero.
Un tuvo que repetirlo. Inmediatamente me apliqué lo mejor que supe para hacer que lograse el mejor orgasmo de su vida. Me encanta el sabor de ese coño y lo disfruté como nunca lo había hecho.
No debí hacerlo muy mal porque no tardó en llegar el orgasmo. Su coño se apretó más contra mi cara mientras sus manos agarraban los barrotes del cabecero como si quisiera romperlo y sus jadeos iban en aumento hasta acabar en un grito contenido.
-Bien muchachito. Te has portado bien y tendrás tu recompensa me susurró al oído.
-Vale. Pero no te quites de encima. Creo que te debo una de antes -le guiñé un ojo.- pero puedes soltarme las manos.
-Mmm.. Me gusta la idea. De acuerdo -dijo ella mientras me desataba.
Se giró sobre mi dejando su sexo sobre mi cara mientras se inclinaba en busca de mi polla.
Yo enseguida agarré esas caderas y enterré de nuevo mi cara en ese coño que me traía de cabeza.
Mientras jugaba con ansia con el coño, mis manos apretaban y acariciaban ese culo precioso que tenía delante.
En un momento dado, llevado por el frenesí metí la punta de un dedo en el ano y enseguida noté la contracción agarrando el dedo para que no siguiese adelante. La mano de mi madre llego inmediatamente.
-Por ahí no, chaval. No ha entrado nadie por ahí y no vas a ser tú ahora.
-Perdona mamá. Fue la excitación.
-Vale. Pero por ahí no vayas.
Volvió a chupar mi polla como si le fuese la vida en ello y yo estaba a punto de reventar. Perro no quería que ella se quedase a medias. Así que metí dos dedos y comencé a usarlos como un dildo.
Me costó un montón aguantar hasta que ella llegaba de nuevo al orgasmo. Pero lo logré. Cuando comencé a correrme ella aguantó mi polla en su boca tragándoselo todo.
Eso me puso tan loco que de nuevo introduje un dedo en su culo. Cuando creí que la había cagado me sorprendí al ver que la única reacción era la contracción de su ano. Peor esta vez no me apartó.
Por si acaso, saqué de nuevo el dedo y seguí acariciando su piel mientras ella escurría del todo mi polla.
Después se giró y me besó.
-Así me gusta. Que seas obediente.
-Siempre mamá. Siempre. Por cierto.. Se me acaba de ocurrir mi regalo de cumpleaños.
-¿Ah sí? ¿Y que es? -por su forma de hablar creo que ya lo había adivinado.
-Nada me haría más ilusión que follarme ese culo maravilloso que tienes.
-Mmmm.. Nunca nadie ha entrado por ahí. ¿Por qué tendría que permitírtelo a ti?
-Porque soy el mejor amante que has tenido nunca -era momento de arriesgar. gual se partía de risa, pero había que intentarlo.
-Bueno. Eso si es verdad -dijo mientras me daba un pico- Lo pensaré.. Ahora voy al baño.
Mientras se alejaba noté que se levantaba adrede el picardías para enseñarme juguetonamente el culo.
¡Ese culo tenía que ser mío!
¿Continuara..?

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