La amiga de mi abuela 18

Y el verano iba pasando, en poco más de una semana empezaban las clases, tenía que dejar el trabajo de verano y todavía no me había cogido a Carmen, menos mal que por lo menos me desquitaba con la abuela y con Tita, las que debían agradecer a Carmen mi continua calentura, ya que esta me tenía al palo, todos los días la veia con ese saquito de hilo con escote en v, que cuando se inclinaba sobre el mostrador dejaba ver el corpiño blanco que contenía sus tetas , no muy grandes , pero si bien formadas, con las que seguro me pajearía todas las noches, si no fuera que mi abuela y su amiga se turnaban para desahogarme. Creo que Carmen estaba esperando el momento justo para entregarse, a última hora del domingo anterior a mi semana final como su empleado, me dijo, mañana que el negocio va a estar cerrado, ¿ me vendrías a ayudar a arreglar algunas cosas que tengo que acomodar? , claro contesté en casi un grito, bueno mañana a las 9 te espero. Al otro día avisé en casa que no vendría al mediodia, pues tendría que empezar y terminar en el día todo lo que había que hacer, a la hora convenida llegué a la panadería, y enseguida llego caminando Carmen, con su saquito de hilo y una pollera acampanada blanca, que le quedaba perfecta, hola, me dijo mientras me daba un beso, abrió la puerta, entramos, cerro con el pasador , si viene alguien que toque el timbre, dijo, fuimos a la oficina, donde me dió las instrucciones sobre lo que tenía que hacer, que era acomodar varios cajones de papeles, boletas y libros de contabilidad viejos, así pasamos el resto de la mañana, sin darnos cuenta ya casi eran las dos de la tarde, cuando terminamos, en ese momento Carmen dijo, voy a buscar algo para comer, mientras descansá y salio hacia el negocio, al ratito volvió con una bandeja de sandwiches de miga y una gaseosa, se sentó en el sillón de tres cuerpos que tenía en la oficina, me dijo sentate a mi lado , lo hice, se inclinó hacia adelante para alcanzarme la bandeja, yo estiré la mano por sobre la bandeja y mi mano fué directamente a sus pechos, entró por su escote y apretó un seno por sobre el corpiño, ella no se quejó ni se resistió, cuando con la otra mano le saqué la bandeja y me zambullí sobre ella, besandola en la boca y desabrochandole el saco de hilo, deje su corpiño blanco inmaculado al aire, y saque por sobre el las tetas soñadas tanto tiempo y las bese completas, sus aureolas y pezones, de a una las saboreé, completas,ella bajo el cierre de su pollera, yo ayudé a bajarla, besé su concha por sobre su bombacha, me paré saque mis pantalones remera y calzoncillo, mi poronga estaba dura y húmeda, ella se sacó la bombacha, yo me puse sobre ella, acomodé la pija en la entrada de su concha y comencé a penetrarla, Carmen no se movía, parecía como que no se daba cuenta que tenía mi garcha adentro(y no es chica, según las mujeres con las que estuve), la quise sacar, pero me abrazó y no me dejó, seguí bombeando hasta acabar, pero fué una desilución, el polvo que tanto esperaba fué el peor que había tenido, Carmen me miró y me dijo perdoname, se que te desilucioné, pero yo lo gocé, pasa que no soy la puta que en el barrio creen, yo solo había estado con mi marido , que sabes era mayor que yo y el sexo no era una prioridad para él, y seguramente pensaba que para mí tampóco, así que nunca se preocupó en que yo lo disfrutara. Pero, la interrumpí, ¿ porque entonces tenés esa fama de comehombres? , cuando era chica salía siempre a todas las fiestas que podía , siempre iba con una amiga y su madre, o la mía, cuando ibamos con la madre de mi amiga, la madre siempre desaparecía, y volvía a la hora de irnos, después de la vieja desaparecia la hija, que se iba a coger al chico que la acompañaba esa noche, volviamos a casa y en el viaje mi amiga le contaba a la madre como eran los chicos con los que yo me escapaba, claro en realidad le contaba lo que ella había hecho como si yo lo hubiera hecho, por eso yo dejé de ser amiga de tu madre, perdoná pero tenía que desahogarme, yo nunca fuí la puta que se decía, las putas eran tu abuela y tu madre; quedé frío, sin respuestas, andá a casa, me dijo, esto queda entre vos y yo, si querés mañana hablamos, me vestí, le di un beso , le dije mañana nos vemos, y me fuí, sin reaccionar, otro día les cuento la charla del día siguiente, y lo que pasó a partir de ese día...

5 comentarios - La amiga de mi abuela 18

Riddo
Es un desastre. No se distinguen los dialogos de los parrafos. Pesimo!!
roberto4655 -1
No dejes tanto tiempo seguí contando me encanta