Mi Historia con Carolina

Era mi primer año en la universidad. En la facultad de Ingeniería me cruzaba cientos de chicas, compañeras, futuras colegas y visitantes de otras facultades de la misma Universidad. Pero hubo una que me cautivó desde un inicio.

Su nombre era Carolina, estudiante de Física,lo supe un tiempo después de rondar por todos los pasillos buscando aulas escondidas donde se dictaban materias y talleres.

Era una chica con una linda sonrisa,estatura pequeña (rondaba el metro cincuenta), pechos algo grandes para la media (sin llegar a ser enormes), pero algo chata de cola.

La idea de conocerla en persona me rondaba la cabeza hacía tiempo, pero en ese entonces todavía era algo tímido.

Un día, buscando unas listas en los pasillos, me topé con ella en un transparente, la notaba perdida, pero debido ami extrema timidez, no pude soltarle palabra alguna, me limité a intentar encontrar lo que buscaba en ese infinito transparente, lleno de hojas de tiempos actuales y también de larga data.

En un momento me sentí observado, me estaba poniendo nervioso, hasta que sentí una débil voz intentando decirme algo. ¡Que idiota! Llevaba puesto los auriculares, me giré a aquella chica que intentaba hablarme mientras me los quitaba.

Uh, disculpame, tenía puestos los auriculares. ¿Necesitas ayuda?
Si, estoy intentando encontrar la lista de inscriptos de Química, pero no alcanzo a ver las listas de más arriba

Pensándolo bien, no sé a quién se le ocurriría poner estos muebles tan altos, ni mucho menos que profesor seria tan desconsiderado de poner las hojas hasta arriba, pudiendo tapar algún papel prehistórico

Si, déjame ver, creo que por aquí he visto esa materia. Eres de Ingeniería,¿no?
No, Profesorado en Física es la carrera
Ahm, ok… déjame ver… Si, acá esta la lista de este año. ¿Me decís tu nombre?
¿Me seguís por todo el campus, hemos cursado juntos las materias introductorias y aún no sabes cómo me llamo? Me lo decía esbozando una carcajada

La verdad que no quería parecer descortés, ya sabía que se llamaba Carolina, que era 3 años mayor que yo, y tenía algunas dudas con respecto a si era madre, o tenía algún hermano o sobrino bebé, ya que, en las fotos de perfil del aula virtual,constantemente iba cambiando de fotos y siempre estaba el mismo niño

Este… emmm, ¿Cómo lo supiste? -Debería estar poniéndome rojo como untomate en este instante
Carolina Silva. Deberías aprender un poco mas a seguir a la gente, a sacarle información sin pedirlo. Hace no sé cuánto tiempo que nos cruzamos por todos lados y sé que te llamas Cristian
¿Cómo lo supiste?
Tan fácil como estar sentada en un pasillo y verte pasar pelotudeando con tus amigos. Bueno, sigamos con lo otro, me dices si estoy en esa lista,¿por favor?

Mientras me hablaba, intentaba deducir de donde era. Su forma de hablar era algo extraña. No era la tonada a la que estamos acostumbrados en el norte, pero tampoco me parecía porteña.

Si, acá estas, en el grupo H. Me da curiosidad. ¿De dónde sos? Tu acento me suena algo extraño
Que te importa, averígualo por tu cuenta. ¡Gracias!  me decía la muy turra mientras se iba contoneando su pequeño culo.

Deje que se fuera, y mientras intentaba recordar que era lo que había ido a buscar en un principio, pensaba en lo extrañamente simpática que era, y ya afloraban mis pensamientos lujuriosos,imaginándomela en uno de los baños de la facultad haciéndome sexo oral. Mas que nada me imaginaba esas tetas que querían saltar de alegría. La muy hija de su madre, mientras me preguntaba si podía ayudarla, ¡se había acomodado el escote! Mi subconsciente, inconsciente y todas esas mierdas me decían “Es una señal, ¡no seas pelotudo!”.

De esa pequeña charla que de algún modo nos sirvió de presentación (o por lo menos a mi), pasó un tiempo hasta que mela crucé en el colectivo yendo hacia el centro de la ciudad. Noté que llevaba una guitarra, así que fui acercándome a su asiento y le pregunté:
—Hey, adonde te llevas esa guitarra?
—Voy a encontrarme con unos amigos en una plaza. Te invitaría, pero no creo que les agrades.
—No importa, igual tengo una tarde muy ocupada, también debo ensayar con mis amigos.
No tenia la tarde ocupada, ni tenía que ensayar con mis amigos, pero no era del todo mentira, ya que también toco la guitarra y en ese momento me sirvió de excusa.
—¿Tienes una banda? ¿Qué instrumento tocas?  —me preguntaba algo extrañada
—Si, toco la guitarra, soy el guitarrista principal de ella. Aunque recién estamos comenzando, ya estamos moviéndonos para intentar presentarnos en algún bar dela ciudad
—¡Que Bueno! Algún día deberías invitarme a verlos ensayar. Bueno, aquí debo bajarme.¡adiós!
La niña sabía como escabullirse. Me conocía bastante bien la ciudad y para llegar a alguna de las plazas faltaban un buen par de paradas. De todas formas, había sido un día largo y a la mañana me había levantado muy temprano para salir a pedalear un rato antes de ir a la facultad, por lo que en ese momento prioricé mi falta de ganas por sobre ver hacia donde se dirigía. Recién estábamos en marzo y teníamos todo un año para conocernos.

Transcurrieron varias semanas, siempre nos cruzábamos en las aulas, pasillos o en el colectivo, habíamos empezado a hablar por Facebook, y de varias horas de conversaciones ya me conocía las broncas hacia todos en el curso y las historias chistosas con sus compañeros de estudio(de aquí se desprende una noche con una de sus compañeras llamada Paula, pero eso es otra historia). También supe que era del Sur, que vinieron hasta esta región en busca de trabajo, y que se habían instalado en un pequeño pueblo a unos 20 km de la ciudad, que se movía en colectivo o con su padre (con el cual llevaban una pésima relación).

Tras varios meses de conversaciones, idas y venidas, paseos y algunas salidas al cine, empezamos a sentirnos más cómodos uno con el otro. Ella venia muy de seguido a mi casa luego de las clases y adelantábamos contenidos de las materias que compartíamos.

Un día la invité a vernos con mi banda en un pequeño bar de la ciudad, nos íbamos a presentar en un evento y como ya llevábamos cierta madurez musical, ya no tenía vergüenza de invitarla a vernos y arriesgarme a que nos vea como unos pobres diablos que no sabíamos siquiera afinar los instrumentos. Amablemente aceptó y me dijo que estaría allí con algunos amigos para vernos.

Llegó el día. Con la banda habíamos llegado temprano a acomodar las cosas, y hacer las pruebas. Como era un evento compartido con otras bandas definimos quienes entraban primero y eso. Estaba tan adentrado en ese tema que no me di cuenta que Carolina había entrado con una amiga llamada Ana y otro muchacho. En cuanto me di cuenta les ofrecí algo de tomar y me senté con ellos a charlar un poco.
La noche transcurrió sin grandes contratiempos. Las bandas sonamos excelente, le dediqué a ella varios solos de guitarra y ella había quedado maravillada. Cuando bajamos del escenario ella me estaba esperando, me dijo que habíamos sonado fantástico y ya me estaban preguntando donde serían las siguientes fechas.
Luego de finalizado el evento, ya era tarde para que se fueran en colectivo, y su amigo con auto ya se había ido, por lo que quedaron ellas dos, por lo que les ofrecí quedarse en mi casa hasta la mañana que puedan tomar el colectivo. Ambas aceptaron, así que me ayudaron con mis cosas y nos fuimos a mi casa.
Al llegar nos acomodamos los tres en mi pequeña cama de una plaza a ver algo en la tele. Entre tantos movimientos de ellas dos buscando comodidad, Carolina quedó recostada sobre mis piernas, muy cerca de mi verga, a la cual estaba ordenando mentalmente “¡Quieto Soldado!”, y ella me obedecía. La verdad que en ese momento no quería pasar vergüenza ante las dos y que terminaran yéndose de mi casa a las 4 de la mañana, o peor aún,enojadas sin hablarme hasta el día siguiente. Luego de un rato nos acomodamos como si jugásemos al Tetris. Carolina en el medio y yo de un lado, y Ana con su cabeza hacia el otro lado, acomodada contra la pared. No pude dormir nada, la verdad que estaba haciendo equilibrio para no caerme, cuando siento que ella me agarra una mano y lentamente la corre hasta apoyarla en una de sus tetas. Se sentía grande en mi mano, intentaba no moverla ni presionarla, pero su pezón empezaba a pararse. El otro que lentamente se levantaba, era el soldado que estaba desobedeciéndome. El mismo quedó bien apoyado en el centro de su culo,el cual ella en algún momento que no me di cuenta había dejado al descubierto,y tras unos leves movimientos, me desabroché el pantalón y lo bajé un poco para acomodar mi verga en el medio de sus nalgas.
Lentamente ella corrió su tanga y con la cabeza de mi pene pude sentir humedad. Comencé a acariciar su vagina con la punta dela cabeza y se sentía agitada su respiración. Buscaba la entrada de su vagina hasta que la encontré, pero había algo obstruyéndome la entrada. ¡Era virgen! Miles de sensaciones pasaban por mi cabeza. Intenté hacer un poco de presión, pero ella volteó su cabeza y me dijo que no, y puso una mano sobre mi abdomen para evitar que algún movimiento brusco haga entrar mi verga en su virginidad. Mientras movía mi pene por su vagina empapándome de sus jugos, con su mano libre se bajaba un poco la remera y el corpiño, dejándome acariciar su hermoso pezón.
Movió su mano sobre mi verga y me pajeaba moviéndola por toda su sexualidad, aumentando de a poco la velocidad, mientras yo con la mano libre le acariciaba las nalgas y la movía hasta llegar a su clítoris, con ello pude notar que era una chica cuidadosa con la limpieza de sus partes, por lo que pude notar tenía los vellos prolijamente recortados, y los labios depilados. Se notaba bastante agitada su respiración, estaba gozando. Comencé asentir que en cualquier momento me venía y mi verga empezó a hincharse, ella lo notó y fue acelerando los movimientos de su mano, esperó que se hinche bien, y moviéndola rápidamente en un momento rápido acomodo la cabeza de mi pene en la entrada de su vagina y dejo de hacer presión, dejando que eyacule en la entrada de su orificio,mientras ella se estremecía en un orgasmo.  
Nos quedamos quietos por un rato, mi pene seguía bastante erecto, por lo que seguía moviéndome lentamente, sin decir ninguna palabra ni haciendo movimientos bruscos. Ella volvió a seguirme el juego y repitiendo la fórmula nos volvimos a fundir en un orgasmo. Cuando notó claridad ingresando por la ventana me empujó lentamente, nos acomodamos la ropa y despertó a su amiga para marcharse ya. Mientras Ana fue al baño, nos fundimos en un largo beso, le dio tiempo a desabrocharme el pantalón y darle un chupón rápido a mi pene que aún estaba empapado de semen y sus fluidos y me dijo que en otro momento me daría otra sorpresa. Cuando volvió Ana ella fue al baño a lavarse, y cuando terminó, nos despedimos los tres, les abrí la puerta y se marcharon.

4 comentarios - Mi Historia con Carolina

ptolomeo2
Pronto la 2 parte, me gustó