Pero valla sorpresa

Bueno aca les dejo otra entrega que la disfruten , dejarme un like si les gusto y los calento 
Y DEJEN COMENTARIOS HABER SI SUBO MATERIAL PARECIDO 

 Bueno Estoy  ahora mismo acordándome de mi suegra, cuando la conocí nunca me imaginé que me la chuparía de la manera que lo hace ahora.La primera vez que entré en casa de mi suegra y mi mujer me la presentó me quedé prendado de sus ojos y de sus tetas, es una mujer de unos 52 años bastante normal a primera vista pero tiene como glamour, no sé bien como explicarlo es como tener clase, no es una belleza pero tiene rasgos que la destacan y eso me hizo fantasear con ella desde un principio.
La relación con ella comenzó muy bien, ella siempre me ha tratado como a un hijo, cuando está disgustada con alguno de sus hijos (mi cuñada y mi cuñado) o con mi mujer siempre me lo ha confiado, ha hablado conmigo y poco a poco con el tiempo le fui cogiendo cariño, nunca se me escapó esa mirada, esa piel canela y sobre todo esos enormes pechos que hacen que se muchas veces me de cuenta que los estoy fusilando con la vista pero en ningún momento me imaginé que acabaría como acabó la cosa, en un principio siempre tuve mucha confianza con ella, comenzó como he dicho refugiándose en mi cuando tenía algún problema doméstico, nos hicimos buenos amigos y poco a poco fuimos teniendo más y más confianza.
A veces mi suegra iba a comprar ropa para mi suegro y me compraba algunas cosas para mi también, a mi me parecía muy bien pues nunca me ha gustado ir de tiendas así que agradecido, me llamaba y yo iba a su casa a probarme la ropa, le hacía de modelo y ella me arreglaba las costuras y esas cosas y para mi todo era muy normal, lo único que cuando se acercaba mucho a mi y me rozaba con sus tetas me ponía nervioso y esa noche no hacía más que fantasear con ella, algunas veces me masturbaba pensando en como serían sus pechos y como sería una mamada con aquellas tetas de escaparate pero no pasaban de ser fantasías hasta que un día me llamó por teléfono.
Suegra – He ido al Corte Inglés y te he comprado unos pantalones, he visto que los necesitas.
Yo – Muchas gracias Mari Carmen, ¿vienes tu a casa o voy yo para allá?
Suegra – Mejor ven tu, no me encuentro demasiado bien y prefiero quedarme en casa
Yo – Vale, pues voy para allá.
Era un viernes por la tarde, mi suegro y mi mujer estaban trabajando yo terminaba a medio día los viernes y tenía las tardes libres.
Me monté en el coche y salí hacía la casa de mi suegra, llamé al telefonillo y ella me abrió. Subí y cuando llegué al rellano estaba la puerta abierta ella me dijo desde dentro de la casa, cierra la puerta por favor y entra.
Yo – ¿Dónde estás?
Suegra – Aquí, en mi habitación, entra.
Entre hacia su habitación con la mente en blanco, inocente y sin pensar en nada, cuando abrí la puerta la encontré sentada en la cama con un camisón negro semitransparente, en principio no me extrañé demasiado pues la había visto más veces en camisón o pijama y normalmente yo giraba un poco la mirada pero enseguida me di cuenta de que no llevaba ropa interior, tenía los pezones duros y la aureola grande y oscura y se veía perfectamente la silueta de las dos enormes tetas, en cuanto caí me puse muy nervioso, me paralicé y me quedé helado mirando aquellas tetas.
Me dijo que me acercara y yo con la cara roja por la vergüenza me acerqué, ella seguía sentada en la cama y mientras levantaba la mirada me dijo que me acercara un poco más que me iba a probar los pantalones nuevos. Yo me quedé mirándola y me seguí acercando, dejándome hacer como si estuviera hipnotizado y entonces sentí sus manos en el botón de mis pantalones.

Le pregunté que qué estaba haciendo y ella me respondió que yo qué pensaba que hacía y me callé, me desabrochó el pantalón, bajó la cremallera de la bragueta poco a poco y ahí estaba mi polla tan asustada como yo, sin reaccionar, entonces ella me bajó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos y me acarició los huevos suavemente mientras me decía que no me pusiera nervioso pero eso estaba complicado.
Comenzó a besarme el glande, primero besos como de madre, mi polla reaccionó tímidamente y ella la cogió con la mano mientras la chupaba de abajo a arriba con la lengua entonces mi polla comenzó a reaccionar y se puso dura como una piedra, ella la comenzó a chupar y en unos segundos me estaba corriendo en la boca de mi suegra, sacaba leche como si no me hubiese corrido en todo un año y le puse la cara y la boca chorreando de leche caliente en aquel momento pensé que todas mis fantasías con mi suegra se habían ido por el retrete, ¡qué triste! pero no fue así.
En cuanto me había corrido ella se limpió la cara con la mano, yo seguía en pié frente a ella, entonces me invitó a sentarme y relajarme, me cogió la mano y la puso en su pecho luego la bajó hacia su vagina y comencé a acariciarla, ella hizo lo mismo conmigo y me relajé y todas las fantasías que había tenido hasta ese momento con mi suegra se hicieron realidad.
Desde entonces cuando podemos encontrar un momento a solas aprovechamos, a ella le encanta hacerme mamadas, cuando me la chupa se le nota que disfruta y a mi me encanta que me la chupe, que se saque esas enormes tetas del sujetador, se ponga en cuclillas y en cualquier rincón me saque la polla me la chupe y se beba mi leche mientras me mira directamente a los ojos con esos ojos negros, algunos días me hace hasta cuatro y cinco mamadas y yo soy feliz y la hago feliz a ella para mi no hay nada en la vida como las mamadas de mi suegra.

1 comentario - Pero valla sorpresa

Lest47
Muy bueno. Pero falta que desctibas como te la cojes