Noche de cine

El siguiente relato es 100% real, y espero lo disfruten...
El día culminaba de la misma manera que había comenzado, con un cielo encapotado y plomizo, que ahora, en el final de la tarde, se perdía en la penumbra profunda de aquella joven y lluviosa noche de agosto.
Hacia más de una semana que habíamos salido ambos de licencia. Quizás la época no era la mejor para programar grandes paseos o realizar variadas actividades, el tiempo era inclemente y hacía tres días que llovía y el descanso se había convertido en hastío.
Llevamos más de diez años juntos, hacía seis meses, en nuestra primer licencia, habíamos programado un viaje a Brasil donde disfrutamos mucho de la playa y el relax, y sabíamos que en esta licencia, no íbamos a hacer más que descansar y hacer vida hogareña, ya que nuestra economía no nos permite grandes movimientos.
Estábamos en la cama mirando un reality de citas a ciegas, donde los participantes comparten una cama desnudos en su primer encuentro, al tiempo que la producción les muestra en una pantalla fotos de su vida ordinaria, donde las comentan y se van conociendo.
A pesar de lo poco profundo y lo naif del show, no voy a negar que me hacia fantasear y envidiar a los participantes. Nuestra relación había caído en una monotonía luego de tanto tiempo juntos, que últimamente cualquier cosa fuera de lo común me calentaba.
Hacia un tiempo habíamos fantaseado con ir a un boliche sexual, de esos que se pueden tener relaciones allí adentro, más de una vez le había confesado que me calentaba mucho imaginar a otros hombres cojiéndosela. si bien cada vez que cojiamos jugábamos con la situación y ella se calentaba mucho, cuando lo hablábamos en frío siempre había un "pero" o cambio de tema que truncaba mis deseosas fantasía, y yo lo respetaba.
Mientras mirábamos la tele notó que yo estaba un poco ido, serio, en otra parte, quizás reflexionando sobre lo que les acabo de contar.
- Que pasa amor? Me preguntó trayendome de vuelta a la realidad...
- Nada gorda, estoy medio embolado... Es todo...
- Y si vamos al cine y después a cenar? Me invito tratando de animarme.
No es que me motivara mucho el plan, pero al menos ella intentaba ponerle onda, así que a pesar de que aquello no fuera lo que haría cambiar mi cara, acepté con gusto...
-Dale!, le dije, dejame darme una ducha y vamos.
Ella se había bañado hacía un par de horas, así que mientras yo me bañaba, como toda buena mujer, aprovecho a aprontarse y maquillarse.
Cuando salí del baño ya pronto, cosa que no fueron más de 30 minutos, ya me esperaba fumando parada en la puerta, radiante, hermosa. Ella es petisa pero con un cuerpo infernal... Mide 1.65 de altura, tiene unas lolas increíbles, grandes, de aureolas y pezones chiquitos, como una quinceañera a pesar de haber cumplido en abril 35. No le gustan los deportes, pero indudablemente su genética es magnífica, porque mantiene liso su vientre, su cola parada y sus piernas bien torneadas. Llevaba puesta una gabardina beige atada por la cintura, un pañuelo en el cuello para protegerse de un frío que no existía a pesar de la lluvia, medias negras y zapatos de taco alto que le levantaban aún más la cola y resaltaban sus pantorrillas. Se había maquillado suavemente y le resaltaba el bermellón que había puesto en sus labios. Su pelo, azabache y lazio bien peinado hacia atrás, amarrado en una cola alta que caía con movimiento a la altura de sus hombros... Me dieron ganas de sacarle la ropa y cojerla allí mismo, pero conociendo mi cara de lujuria, no me dio tiempo a alcanzarla, se apuro agarrándose la solapa y corriendo hacia el auto mientras yo cerraba la casa...
Cuando íbamos en el auto ella miraba la cartelera del cine en el celular y se animaba cantando la canción de turno en la radio...
-amor, no hay nada bueno en el cine que quiera ver, me dijo... Porque no probamos otra cosa?
La verdad me sorprendió, no hacía ni 5 minutos que habíamos salido y ya se había arrepentido.
-pero no te enloquezcas, tengo una idea dijo con su sonrisa pícara, y me guió el resto del camino que no sabía a donde me llevaba... Es acá, dijo en un momento, estacione y quedé un tanto desorientado, no sabíamos a donde íbamos... Se ve que noto mi impaciencia, es a media cuadra, justo allí... Y señaló un brillante cartel de neón que a la distancia se leía "cine XXX", no me dio tiempo a decir nada, porque inmediatamente se bajó del auto y comenzó a caminar.
No voy a negar que me re calentó la idea, pero también me atemorizaba un poco, nunca había entrado a un lugar así, y aunque ella tampoco, al menos había tenido los treinta minutos del viaje para pensarselo.
Todo estaba muy oscuro... Ella caminaba mirando cuidadosamente el piso para no tropezar y prefirió ubicarse en el medio de la sala, como si fuéramos a ver un estreno y el lugar realmente importara. Habría unas 15 o 20 personas, no más, todos hombres, en el sentido genérico, porque al fondo de todo noté a un gay entre las piernas de un veterano chupandosela con devoción, pero ella estaba tan absorta en conseguir un buen lugar que no lo notó.
Ya ubicados vi que a mi derecha, a unos 4 asientos, había un pendejo de unos veinte años a reventar, que se tapaba cuidadosamente la cara para que mi óptica no lo identificará, como si yo, en la misma situación que él, fuera a juzgarlo, lo cual me dio mucha gracia.
En la pantalla había una rubia y una morochas, que se alternaban de rodilla en chuparle la pija a un policía, vaya a saber la causa. La pija del actor era inmensa, llena de venas que parecían iban a explotar en cualquier momento, mi mujer me había tomado de la mano y note que me la apretaba cada vez que las actrices se atoraban con tremenda pija...
-Te esta subiendo la temperatura? Le pregunté suave al oído...
-Creo que sí, me dijo con sus cachetes sonrosados.
-sacate la gabardina, la calefacción está muy alta...
Cúando comenzó a desprendersela, note que lo único que tenía debajo, eran aquellas medias negras de autososten, que terminaban en un delicado puntillado a la altura de sus muslos. Como vergonzosa fue escurriendose en su asiento para que nadie que estuviera atrás lo notase, y a juzgar por su actitud de mantener la vista en la pantalla, supuse que estaba un poco nerviosa.
Me acerque a su oído y le dije con voz sexy- que bandida que sos... Y me gusta! Le solté la mano y la lleve a su entrepierna que estaba empapada y me resbalaba en su conchita rosadita y desprovista del más mínimo bello... Ella apretaba las piernas retorciendose de placer, con la otra mano baje mi bragueta y puse la suya en mi pija que bombeaba de una calentura nunca antes sentida por mi.
Me comenzó a pajear suavemente mientras seguía mirando la pantalla, note de refilon, que el pendejo que intentaba proteger su identidad en un principio, dejaba su inocente y extasiada cara al descubierto para manosearse bajo el deportivo que llevaba puesto con nuestra escena más que con la película, cuando noto que lo observaba, saco la cara avergonzado y me dio gracia... Espere que me devolviera nuevamente la mirada, y sin que mi mujer lo notará, asentí con mi cabeza invitándolo que se acercara.
Le había metido dos dedos en la concha a mi mujer, y con la palma de la misma le masajeaba el clitoris que lo sentía duro e inflamado de lujuria... Le pasé la lengua por su oído que le caliente mucho y le dije suavemente que cerrará los ojos, por lo que no noto cuando el pendejo se sentó al lado, ni tampoco cuando saque mi mano y le puse la del pendejo en su conchita sedienta. Empecé a pajearme con la escena, un deseo cumplido... Note que dijo mi mujer, así no, así! Y le guiaba la mano al pendejo que estaba desesperado y con la pija al palo, mientras ella en su fantasía pensaba que yo la tocaba.
Le saqué una mano a mi mujer que guiaba la ruta al desconocido sin saberlo, y se la lleve a la pija del pendejo que se abrió de patas para que hiciera lo que le plazca...
Allí fue cuando abrió grandes los ojos sorprendida y me miro aterrada y restándole trascendencia le susurro tranquilo
-shhhh relajate y goza, ella vio que mi pija estaba que explotaba de la calentura y tímidamente miro al otro lado mientras lo pajeaba al pendejo y lo vio extasiado y con los ojos cerrados entregado al momento, me miro suavemente y mordiendome el labio inferior noto que aprobaba con gusto lo acontecido.
No pasaron ni diez segundos que suavemente se escurrió en su asiento hasta quedar en el piso de rodilla entre las piernas del pendejo, el la agarró del pelo y la guio hasta su falo que humeaba de la calentura... Ella Jugó a resistirse y la fue degustando con la punta de la lengua, él se desesperaba y quería hundirle la cabeza hasta sus afeitados huevos, pero ella lo hacía desear... Abrió la boca, le comió la cabeza y empezó a succionarsela como queriendo sacarle de una toda la Leche, cuando notaba que el pendejo se retorcía, le soltaba la pija y bajaba por el falo con su lengua hasta los huevos y se los metía alternandolos en su boca miéntras le apretaba la pija fuertemente con su mano para impedir que se viniera.
Estaba tan extasiado y caliente observándolo, que no note que un hombre cincuentón, panzon, de cabello canoso y a juzgar por su vestimenta trajeada un aburrido administrativo, se había acercado a un par de metros de distancia y ya con la pija en mano, se manoseaba mirando los sutiles movimientos de mi mujer en la pija de un pendejo que podría ser su hijo.
Me miró deseoso de que lo invitara a la fiesta que habíamos montado improvisadamente con mi mujer, pero no quería arruinar su momento ni abusar de su primera experiencia "extramatrimonial", por lo que con mi mano le dije que no, me toqué los ojos haciendo la seña de que solo observara...
Sin darme cuenta mi mujer ya había notado su presencia y mi veredicto, se saco la pija del pendejo de la boca y mientras lo seguía paseando, me miro ya casi sin labiales su boca y me dijo...
-que pasa papi? No confías en el aguante de tu putita...? Y siguió chupandola la pija al pendejo aguantandome la mirada... Me calentó tanto que tuve que soltarme la pija para no acabarme, lo mire al veterano y asentí con la cabeza invitándolo a la fiesta.
Me acerque y le dije al pendejo que se acostara en el piso sin hacer mucho alboroto, y sin siquiera mirarme se tendió en el piso al instante . Mi mujer se giró y siguió chupandosela mirándome a los ojos, y cada tanto, sacaba la lengua y se golpeaba la pija en ella.
Sobre su cabeza, veía asomarse las nalgas de mi mujer en cuatro, con el culo parado con las piernas juntas como una gata en celo, vi que ya estaba el viejo atrás de ella, se había puesto de rodilla en el piso y dejó el saco del traje sobre la butaca, pensé que de viejo pajero y desesperado se la iba a meter rápido y se iba a venir más rápido aún, porque viéndole el culo bien abierto y apretadito a mi mujer en cuatro mientras se la chupaba al pendejo, y su conchita de labios finos y rosados y brillante con el resplandor de la película de lo mojada que estaba, no iba a aguantar ni dos minutos adentro, que de lo caliente que debía de tener la concha se iba a acabar enseguida.
Para mi sorpresa, el viejo se agachó y comenzó a chuparle la concha... Note en la cara de mi mujer y en el sonido gutural que salía de su boca tan llena de pija, que realmente estaba tan gozada como yo. El viejo se aferró con sus dos manos en sus nalgas, y notaba su blanca cabellera que se movía hacia abajo y hacia arriba, lamiendole la concha y el culo... Cada tanto hacia la cabeza hacia adelante y hacia atrás y no necesitaba verlo para saber que le estaba metiendo la lengua en el culito apretadito de mi mujer...
En un momento ella dejó de chuparle la pija al pendejo y miró hacia atrás agarrandolo de los pelos al viejo y bajandole la cabeza hacia su concha, pero le sinchaba el pelo hacia arriba y lo obligaba a que la mirara, allí fue que note la pija del pendejo bobona inclinada hacia un lado y me pregunté cuantos polvos le habría sacado al pobre chiquitín.
Cuando tuvo la atención del viejo empezó a meterse ella misma un dedo primero y luego dos en su culo... Se cojia con sus dedos el culo y gimoteaba de placer, aquello me enloquecia, cuando me la cojia en cuatro y ella quería que le acabara, siempre jugaba con su culito y me venía enseguida, y el viejo lo tenía allí, en primera plana y notaba que se pajeaba desesperadamente por el movimiento de su opulento cuerpo mientras le devoraba la concha, miro de nuevo mi mujer al pendejo mientras se chupaba los dedos que hacia un instante habían estado en su culo, el pendejo se desesperaba pajeándose para que se le parara de nuevo, y ella sonrió, se le tiro encima nuevamente en su pija, se la medio toda así bobona como la tenía en la boca y note que empezó a meterle un dedo en el culo al pendejo mientras que con la otra mano lo presionaba en ambas piernas para que cediera ante su resistida sorpresa.
En un instante el pendejo gimoteaba y tenía nuevamente la pija como fierro y ya no ofrecía resistencia, yo solo los observaba y ni me tocaba... La cabeza de mi pija estaba morada y bombeaba con ganas de venirse pero quería aguantar todo lo más que pudiera... El viejo note que estaba de rodilla bajándose los pantalones y vi su pija gorda pero disminuta, no tenía más de 10 o 12 cm., ella se incorporó y en cuclillas se sentó en la pija del pendejo apoyando sus manos en su desgarbado y lampiño pecho adolescente hasta que hizo tope en sus huevos... El viejo se pajeaba arrodillado y note que ella se giro y lo vio desesperado, le dijo algo por lo bajo, y aunque no lo escuché, entendí que le pidió que se la metiera en el culo... Dejó de moverse un instante para que entraran bien las dos pijas en todo sus ser y se quedó quieta en cuclillas para que los dos machos la cojieran a placer, abrió los ojos y con su dedo me llamo para que se la pusiera en la boca, cuidadosamente me puse de rodillas encima del pecho del pendejo, y se inclinó hacía mí metiendosela lentamente en su boca que la sentía caliente y sentía como gimoteaba de placer... Intentaba pensar en otra cosa para no venirme enseguida, y de repente viví algo que nunca había experimentado, el pendejo me agarro de la cintura, levantó la cabeza y empezó a chuparme el culo mientras mi mujer me pajeaba con la boca, en menos de un minuto sentía como mi mujer se tragaba toda mi Leche y seguía succionando para sacar todo de mi, abrí los ojos y vi que el viejo se retiraba con el saco en la mano ajustándose el cinto, indudablemente en su culo iba a durar menos que en su conchita, porque ni el pendejo pudo aguantarla mucho a pesar de que vaya a saber cuantos polvos le había sacado previamente mi mujer con la boca... Me subí el pantalón, mi mujer se sentó cuidadosamente en la butaca y se puso la gabardina al tiempo que el pendejo se vistió sentado en el piso con igual celeridad, agarre a mi mujer de la mano y nos fuimos, no sin notar como las cabezas de los espectadores que estaban de la mitad del cine hacia atrás, nos seguían con la mirada, porque sin duda fuimos los verdaderos protagonistas del espectáculo...

4 comentarios - Noche de cine

rodoramone
Muy buen relato. Si van otra vez al cine me encantaría estar ahí...
AMF1976
Muy bueno. Esa es la fantasia que tenemos con ml mujer pero aun no se anima a realizarla. Van puntos.
Diego-de-nqn
Muy buena historia amigo! Y muy linda putita tu mujer!! Felicitaciones aprovechala!! Abrazos!
juanchooo13
Muy bueno, quede al palo,me dan ganas de conocer a tu mujer. Van 10