Mi timidez y las mujeres de mi familia 16

Mi timidez y las mujeres de mi familia 16




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Mi  timidez y las mujeres de mi familia 15


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Mi timidez y mi responsabilidad guio mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y otras chicas me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes.





Nos quedamos dormidos abrazados, hasta que oímos a mi tía subir a casa y separamos las camas.


Por la mañana temprano mi madre se levantó como siempre, me besó en la frente y salió, al momento entró, yo creí que se había olvidado algo, pero al abrir los ojos vi a mi tía Julia de pié a mi lado, llevaba una bandeja con el desayuno, me pareció un detalle pero prefería dormir, ella insistió y levantándose la falda por debajo de la bandeja me enseñó el verdadero desayuno, tampoco llevaba bragas, y olía igual que el día anterior, esta vez dejó la bandeja sobre la mesita y se sentó sobre mi cara, el coño depilado corto me tapo la boca, el clítoris me presionaba en la nariz y no me dejaba respirar, mientras ella se había sacado el vestido que llevaba por la cabeza y le vi por primera vez las tetas en directo, desde debajo se apreciaba la redondez cálida, mucho más gruesas que las de mi madre y no decir de Ana, un poco caídas en comparación con las de Lisa, claro, pero espléndidas sin duda, las cogí y las estruje pellizcándole los pezones a la vez que le mordía el clítoris para poder respirar, ella restregaba su coño por mi cara, seguramente era lo que más le gustaba, yo no tenía más que sacar la lengua en punta y ella se encargaba de todo, se la metía en la vagina o se frotaba en el botón, pronto se corrió, lo hizo cogida a la cabecera de la cama, el mueble crujía peligrosamente pero aguantó, cuando se bajó mi cara estaba bañada de los jugos de 


Julia, me descubrió la polla que miraba al techo y me dijo…


-        Qué lástima no haberme dado cuenta antes, no imaginaba que estabas tan desarrollado, pero ahora te toca a ti.


Se puso de pié al lado de la cama y apoyó la cabeza en el colchón, me señaló su trasero.


Las nalgas carnosas apenas escondían los labios mojados de mi saliva y sus jugos, pero sin apuntar mucho empujé y mi polla resbaló por la humedad hasta meterse dentro de su coño, ella suspiró y murmuró…


-        Cuanto tiempo sin tener dentro una polla de verdad, caliente, dura y palpitante, estaría todo el día con ella dentro, métela toda dentro Manu, sin miramientos.


Me cogí de las caderas, nunca había tocado unas como aquellas, redondas, morenas con unos hoyuelos que daban mucho morbo, se la fui enterrando hasta dentro, no se quejó del furor, solo suspiraba y soplaba, cuando me fui a correr ella apretó contra mí, pero preferí sacarla y llenar los hoyuelos de sus caderas, las primeras corridas se escurrían por la espalda hasta el cuello.
Pasó la mano por su culo y la espalda recogiendo mi semen y lo metió en la boca sin dejar rastro.


Se puso el vestido por la cabeza después de preguntarme.


-        Has tenido bastante o prefieres seguir?


Yo levanté las manos como de estar saciado, se sentó a mi lado en la cama y compartimos el desayuno que me había traído.


Cuando llegó Lisa me dijo que al día siguiente habían quedado para la excursión, su amiga tenía una casita en un paraje muy bonito con un rio y todo.
Por la mañana mi prima estaba eufórica, había venido pronto por la noche y se había puesto guapa, yo había madrugado también, la noche con mi madre había sido intensa como siempre pero corta, estaba agotada.


Sobre las diez llegó Elena, era una chica morena, más bajita que Lisa, pero con un tipo ideal, las piernas bonitas y con algo de culo y parecía que de tetas no iba mal, no lo podía apreciar porque llevaba una cazadora vaquera abrochada hasta arriba, nos presentaron, olía estupendamente, perfume caro, también parecía ser pija como Lisa claro, tenía 21 años aunque parecía mayor, estuvimos tomando algo en el bar y luego nos despedimos de mi familia, la chica era muy activa y risueña, tenía un coche pequeño pero de clase, cuando abrió me colé el primero, era de dos puertas y me senté detrás, así ellas podían hablar, me informaron que aunque no estaba lejos se tardaba sobre una hora por la carretera sinuosa.


Me acomodé en el asiento mientras ella salía del pueblo, era lo suficientemente grande para tener las comodidades de una ciudad pero pequeño por la tranquilidad.


Enfiló la carretera y a los pocos kilómetros, se pusieron a hablar, me dijo que creía que sería más pequeño por mi edad, que le había gustado.


Me preguntaron por mis novias, si había tenido muchas etc. Les dije que nunca había tenido novia, ellas se miraron con complicidad.
La conversación fue subiendo de tono, ellas hablaban con doble intención y mi prima le decía que no era lo que parecía.


Con la excusa de no oírlas por el ruido de la carretera me acerqué a ellas apoyándome entre los dos asientos, mi prima me despeino al verme, iba ilusionada, una mano la deslicé por el espacio entre el asiento y la puerta de Lisa, como iba cogida al tirador del techo, le pasé la mano bajo el suéter y sin tocarla cogí el sujetador por el aro, lo levante y su teta cayó en mi mano, ella se quedó impactada, Elena no la podía ver, pero yo tenía en la mano toda su teta derecha con el pezón entre los dedos, fui masajeándolos, veía las piernas como las abría y las cerraba nerviosa, sacaba el culo del asiento y apoyaba su cabeza con la mía, yo le seguía hablando a Elena como si nada.


Le dijo a Elena…


-        No tienes calor con la cazadora? Yo estoy derritiendome.


-        Tienes razón no me había dado cuenta.


-        Soltando una mano primero y la otra luego se sacó la chaqueta vaquera, yo le ayudé en el último momento para dejarla a mi lado.


-        Qué bonito! No me lo habías dicho, es nuevo?


-        Lo estreno hoy, era una sorpresa.


Me fijé y se referían a la prenda que llevaba Elena, era un top de licra, y no llevaba sujetador, al tener la mano cogida al volante vi como le nacía bajo de  la axila una teta redonda en un principio pero que acababa en punta y hacia arriba, la teta perfecta pensé yo.


Mi prima se volvió hacia mí y con los ojos me señalo la teta, entendí la insinuación y soltando no sin pesar la teta de Lisa pasé detrás del asiento de Elena.
Para no comprometerla mucho con Lisa, mi mano izquierda se deslizó bajo el brazo de 


Elena, no quise asustarla al ir conduciendo, le rocé con los dedos desde el nacimiento del pecho, ella se sobresaltó un poco y apretó los nudillos en el volante, no se volvía a Lisa que la miraba de reojo.


Estaba un poco envarada pero no protestó, yo proseguí avanzando, los dedos ganaban terreno hacia delante y abarcaban más carne, la suavidad de la licra pegada como una segunda piel me daba la idea de la maravilla que tenía debajo, estuvo aguantando inmóvil hasta que le alcancé el pezón, estaba erecto y mirando hacia arriba, luego ya se relajó en el asiento, le noté respirar hondo, mi mano rodeó en toda su extensión la teta, ella miraba fijamente la carretera en aquel momento recta, el top le llegaba a medio estómago, con el dedo meñique busqué la orilla y levantándola introduje un dedo, después dos hasta pasar toda la mano bajo la licra hasta coger desde abajo la teta, subiéndola aún más. Lisa, ojeaba la operación disimuladamente cogiéndose ella también el pezón que le había abandonado, al fin se atrevió a decir suavemente…


-        Manu tienes unas manos de lo más suaves, me estoy poniendo cachonda.


Fue como darme la salida, mi mano derecha también pasó entre los asientos y colándose bajo la licra le abarcó la teta derecha, suspiró y gimió, con las dos tetas en mis manos, levante la licra que quedó bajo el cuello, las dos maravillas en mis manos y al aire, mi prima no decía nada pero su mano izquierda estaba inquieta entre sus muslos, al ver las dos tetas de su amiga bajo mis manos no quiso ser menos e incorporándose se soltó el sujetador de la espalda y se lo quitó por una manga, nos lo enseñó y se levantó el suéter al cuello como Elena, las cuatro tetas magníficas al aire, me tuve que repartir y coger una de cada. Cuando llegamos a la casa bajamos ellas se habían recompuesto la ropa, yo me dirigí a ver los alrededores de la casa, pero Lisa me llamó urgiéndome…


-        Vamos Manu, entra ya, vamos a follar.

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