Mi timidez y las mujeres de mi familia 9

Mi timidez y las mujeres de mi familia


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Mi timidez y las mujeres de mi familia 8


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Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías y mi madre me hicieron despertar.









Después de su primera llamada quedaron para visitarse, Cris apareció en el umbral de mi casa, se besaron con mucho cariño, ya había pasado demasiado tiempo sin verse, mi madre me presentó y ella hizo como que no me conocía casi, no quise desairarla y le seguí el rollo.


Simplemente dije que la había visto sentada en un bar.


Se interesó mucho por mí, me preguntó si tenía novia y si llevaba bien los estudios, era muy animada y simpática, me invitó a su casa, al principio decliné pero insistió tanto que me madre se unió a ella, al final tuve que acceder.
El día señalado llegué puntual, me abrió Cris, dentro de la sencillez estaba bastante arreglada, apenas maquillada y con la melena a lo chico resultaba atractiva, la casa me gustó mucho, estaba decorada con gusto pero con sencillez.


En el salón nos sentamos en una mesa camilla, era muy acogedor, estuvimos hablando de muchos temas, ella al principio se ponía en un nivel que creía que yo tenía, como un crío pero según hablábamos iba tratándome ya como lo que era, al final llegó al tema del sexo, me tanteo sobre mi opinión de la homosexualidad, creo que mi total aceptación le encantó y fue guiándome por los caminos que le llevarían a decir que a ella le gustaban los hombres y las mujeres, a mi me pareció de lo más normal y ella se animó a contarme un poco sus vivencias.


-        Cuando era más joven tuve novio, era como se llamaba entonces, salimos bastante tiempo juntos, creí que llegaría lejos la relación, pero se enfrió por una tontería y lo dejamos, quedé muy tocada y me rodee de mis amigas, las quería mucho hasta que una me consoló, me apoye en ella y un día ocurrió algo especial, nos besamos y poco a poco hicimos el amor, desde entonces he tenido varias parejas pero siempre femeninas, precisamente ahora salgo con Sofía, es una chica estupenda, a ti te gustará por varios motivos, es simpática, cariñosa y… está buenísima, precisamente vendrá luego y la podrás conocer.


Me gustó la sinceridad de Cris, me cayó muy bien, me sentí cómodo con ella, empezamos a bromear y llegamos a intimar.


Al rato sonó el timbre, Cris salió a abrir, cuando entró Sofía me quedé clavado en la silla, era un bombón de mujer, tendría la misma edad que Cris, pero el aspecto era radicalmente opuesto, femenina hasta lo indecible, me levante y la besé en las mejillas, olía de maravilla, el cutis como un melocotón, apenas me rozó pero me erizó el cabello de la nuca, Cris estaba expectante mirándonos, nos sentamos en un sofá bajo, Cris le puso al corriente de mi apertura de mente y eso las relajó, empezaron a hacerse bromas, incluso caricias, primero fueron leves roces hasta que llegaron los besos leves y al fin los apasionados.


Yo estaba como espectador y las animaba, ellas estaban lanzadas hasta que Cris se dio cuenta que yo estaba de escaparate y decidió incorporarme al juego.


-        Manu qué opinas tú de nosotras? Hacemos buena pareja?


Antes de que pudiera abrir la boca, mi tía se levantó de un salto y desapareció en su habitación, cuando volvió llevaba un pañuelo en las manos, venía saltando y nos dijo…


-        Se me ha ocurrido una idea sensacional, vamos a hacer un juego, Manu, tú tienes que compararnos y verás cómo no somos tan diferentes, al fin y al cabo somos dos mujeres.


Sofía era tan escéptica como yo, pero le pareció una idea estupenda para romper el hielo y a mí para estar más a mano de aquella belleza.


Sobre la alfombra redonda que cubría casi todo el saloncito puso una silla, me hizo sentar y me vendo los ojos, prometiéndome que no me arrepentiría.


Luego fue instruyéndome, me dijo que ellas se querían como yo podía querer a una mujer y que su sexo era igual que el mío, para comprobarlo tendría que tocar a las dos y así apreciaría que eran dos cuerpos igual si no los veía con los ojos.


Yo asentí con la cabeza y me dispuse a cualquier cosa, en principio dijeron que no hablarían para no distraerme, yo accedía a todo.


Oí el roce de ropa al caer, luego sentí como se acercaban a mí, mi tía me cogió las manos, me las levantó, una la dirigió hacia Sofía y la otra hacia ella, las instrucciones eran claras debería rozar lo mismo con las dos manos y comparar.


Cris empezó poniéndose la mano en la cara, Sofía me acercó la suya, las diferencias eran claras, la melena rizada de la morena y el pelo lacio de Cris, me dispuse a disfrutar, las acaricie las mejillas, los ojos, las orejas, con los labios me entretuve más, carnosos los de la morena y finos los de mi tía, pero esta los abrió y me chupo el dedo absorbiéndolo, el cuello y los hombros me gustaron los dos, cuando llegué al pecho pasé de largo las tetas y bajé al estomago, Cris me volvió a coger la mano y la llevó al lado de su teta, no quería que me dejara nada, desde el estomago fui subiendo la mano, entre mis dedos de la izquierda noté el arco del nacimiento de la teta de Sofía, era cálida, suave y dura, en la derecha no encontré nada, apenas se abultaba la piel, era suave, tibia pero lisa, más incluso que la de su hermana Ana, no aprecié nada hasta notar la areola del pezón, era bastante más ancha que la de Ana y Clara y el pezón en si era abultado como ellas, me concentré en la de Sofía, mis dedos abarcaban cada vez mas carne siempre dura, elevada, redonda, cuando creí que llegaría al pezón todavía se apreciaba un nuevo abultamiento, era como una teta sobre otra y sentí la aspereza de la areola y el pezón que se diluía en ella, la presioné y mi mano se llenó de pezón, oí suspirar a Sofía, mi polla empezó a crecer, quise seguir investigando, pasé de una teta a la otra, un profundo canal las separaban, las curvas eran suaves y cálidas, en el caso de Cris era como una tabla, incluso se notaban las costillas, la otra teta era igual de inexistente.


Con Sofía era todo diferente, no tardé en abarcar el otro promontorio era igual de sensual que el primero, me entretuve presionándolo, sopesándolo y pellizcándolo, me dieron unas ganas enormes de comérmelo, llenarme la boca de esta maravilla.


Cris me sacó del sueño, me  guió la mano hacia el vientre, el de Cris completamente plano, incluso cóncavo, el de Sofía más abultado con un ombligo carnoso y hondo, las caderas redondas de Sofía y las escurridas de Cris, los culos, sin despreciar el de mi tía que estaba alto y duro, Sofía tenía unas nalgas duras apretadas, se le notaban los hoyuelos perfectamente, mi tía se giró para que pasara al pubis, yo esperaba impaciente para llegar ahí sobre todo el de Sofía, me llevé una sorpresa, las dos lo tenían depilado totalmente, pero en el de Cris los labios eran muy altos, nacían desde la mitad del pubis, el de Sofía era carnoso y con los labios cerrados muy bajos.


Cuando seguí manoseando a Cris me llevé un sobresalto, le abrí los labios y entre mis dedos apreció el clítoris, aun reconociendo mi corta experiencia en el sexo no me esperaba un clítoris semejante, era largo y duro, sobresalía profusamente entre los finos labios, parecía el pequeño pene de un niño de tres años, con su pequeño glande y su prepucio, lo rodee y note como Cris abría los muslos involuntariamente, me vino bien para rodearlo y presionarlo, se endureció mucho más y metí dos dedos en la vagina para notar su humedad. En la vulva de Sofía también investigué su clítoris era largo y poco salido, estaba cubierto de piel y su vagina estrecha me recibió con gusto, los dos dedos los metí ajustados.


A estas alturas mi polla estaba al cien por cien, mi tía sin quitarme la mano de su coño tiró de mí para que me levantase, me toco la polla y me dijo…


-        Vaya Manu, veo que te gusta lo que tocas sea de quien sea, me gustaría pedirte un favor, como ya te conté tuve un novio hace muchos años, desde entonces no he tocado ninguna polla y la tuya me parece buenísima, te la puedo sacar?


Yo solo moví la cabeza afirmativamente, no tenía ni saliva en la boca. Cris hábilmente me soltó el pantalón y sacó mi polla fuera, apuntaba en 45º al techo.


-        Manu lo siento pero te lo tengo que pedir, me gustaría cogerla, ya hace mucho que no la siento.
Lo hizo, notaba como me la descapullaba y la apretaba notando su dureza.


-        Manu te diré un secreto, Sofía no ha estado jamás con un hombre, nunca ha tocado una polla, lo puede hacer?
Un leve si se escapo de mis labios, y note las dos manos femeninas midiendo y apreciando el grosor.


-        Manu te pido otro favor, te la puedo mamar un poquito?


Ni le contesté, su boca me rodeó la polla después de haberle dado unos lengüetazos, ya no pude aguantar…


-        Cris ahora te puedo pedir yo algo a ti?


-        Lo que quieras Manu.


-        Me gustaría comerte el coño, especialmente el clítoris tan grande.


-        Me gusta mucho que me lo pidas, te diré que por motivo de él rompí con mi novio.


-        Cómo? No le gustaba?


-        Le tenía asco o aprensión, no sé.


-        Pues a mí me encanta, me lo comería entero.


La respuesta fue quitarme el pañuelo de los ojos, la visión que tuve era como si hubiera estado en el cielo, a mi izquierda un ángel voluptuoso, con unas curvas de infarto y a mi derecha Cris delgada, plana pero con unas caderas muy femeninas y una cara sensual, las dos tenían en sus manos a mi polla.


Cris se arrodillo en la alfombra y cogiendo la polla se la llevó a la boca, la mano de Sofía la sostenía y agitaba lentamente, cuando la había chupado un rato se levantó y se fue a su habitación, cuando vino traía una cajita, de ella sacó un consolador muy realista, era negro y se lo dio a Sofía, esta me lo enseño y me dijo…


-        Te presento a Simba, nuestro hombre.


También se sentó en la alfombra, Cris se tumbó y abrió las piernas totalmente ofreciéndome el clítoris gigante que parecía un nariz entre los labios, me tumbé a su lado y mi cabeza se colocó entre sus piernas, con la lengua lo tanteé estaba duro, parecía un dedo meñique, no me pareció nada despreciable y lo metí en la boca, mi tía aún abrió las piernas más y gimió de placer, los dedos metía en la vagina estrecha hasta donde podía, suspiraba mientras Sofía le acariciaba las tetillas y le besaba en la boca, Cris alargó la mano cogiendo el consolador que llamaban cariñosamente Simba para que se lo metiera Sofía y colaborara en el placer.


Sofía se tumbó al lado de Cris abriendo las piernas, Cris le fue metiendo el consolador después de haberlo chupado, lo dejó casi entero dentro, la morena levantó las caderas para que Cris le metiera el consolador rápido, tanto placer recibía que quizá inconscientemente se acercó a mí y se metió mi polla en la boca, era la primera vez que tenía un contacto con un hombre, pero no lo pensó mientras yo chupaba a Cris ella le metía a Simba en el coño y me comía a mí la polla, era una escena de lo más erótica, hubiera sido si no le hubiera excitado tanto la mamada que me daba que la sacó de la boca y se subió sobre mí y apuntó en su vagina mi glande y se dejó caer de golpe, no dejó de saltar sobre mí hasta que Cris gritó que se iba correr, Sofía le contestó que ella también y yo no pude decir nada porque tenía la boca llena, pero me corrí igualmente, llene de leche el coño de Sofía, en su juventud había tenido una polla dentro y esta vez la había llenado de leche.


Cuando nos deshicimos de la rueda sexual, estábamos extenuados, mi boca llena de flujo de Cris que agotada dejaba que se escurriera entre las ingles. Sofía se levanto con los chorros de semen cayendo entre los labios vaginales, se dejó caer entre nosotros, hasta que pudimos vestirnos.


Volví a casa con las piernas tambaleantes, había conocido a mi tía Cris, a su pareja y habíamos tenido sexo los tres, y estábamos encantados con la promesa de volverlo a repetir.


Continuará.

5 comentarios - Mi timidez y las mujeres de mi familia 9

4trujillo52
muy bueno!, que trio con la tia, suertudo!
dantraloco
Muy fantasiso, pero bueno jajaja
Van ocho puntos
juan226
Será real??? Jajajaja Igual van puntos