Ingenuidad y malos amigos?(Adelanto)

Al caminar, Matías comenzó a tocar a su novia, como siempre lo hacía cuando salían, con un roce “sin querer”. Ella retiró las manos de Matías y él se detuvo,  pero Sofía sintió que repentinamente otra vez le tocaba, y le dijo al oído:

-“Detente, o se dará cuenta.“-
Matías pensó "dejé de tocarla, pero parece que no está de humor, así que mejor me alejo un poco”.  Sin embargo, al pasar un poco de tiempo, Sofía sintió que alguien la tocaba, miró y no se dio cuenta de quién se trataba, pero cada vez más creía que era su novio, después de todo eran tres y Demián no se atrevería a hacerlo, menos con lo poco que se conocían, así que miraba a Matías con una expresión en su rostro de “cuando estemos solos, tendremos una linda conversación”.
 Finalmente llegaron a su destino, y en ese momento Matías dijo:
-“Entro solo. La botillería es muy angosta.“-
 Los dejó solos, y ella nuevamente sintió que la tocaban, por lo que se dio la vuelta y lo miró. Era Demián, y Sofía le dijo:
-“¿Qué haces? Detente, estoy con mi novio.”-
-“Entonces si no estuviera… ¿Podría tocarte?”- Preguntó Damían.
-“…Tampoco.”- Contestó Sofía, dudando un poco.
-“¿En serio?”- Replicó Demián.
 Luego la tomó por la cintura, acercándola hacia él hasta casi besarla y sacó un poco su lengua. Sofía, por reflejo, también lo hizo, pero cuando reaccionó, le dijo:
-“Detente o le digo a Matías.”-
 Mientras estaba avergonzada de lo que había pasado, tenía ganas de decirle a Matías, pero no encontraba las palabras para poder justificarse a sí misma porque, desde su punto de vista, si lo decía quedaría como si le hubiese gustado lo que ocurrió.
Demián la acercó y la abrazó contra él, para luego bajar lentamente su mano, comenzando por la cadera, como esperando que Sofía le pidiera que se detuviera. Sin embargo, ella estaba callada y movió su cabeza para comenzar a besar su cuello. Realmente parecían una pareja y a Sofía, en su mente, una voz le decía que realmente no le molestaba que fuera así. Entonces sintió una presión en su pierna, una nueva presión que cada vez se hacía más voluminosa, y Sofía, que ya se estaba dejando llevar por el momento, inconscientemente estaba moviendo su brazo hacia aquella presión, cuando salió Matías y les dijo:
-“¿Vamos?”- Matías se dio cuenta de que Demián abrazaba a  Sofía, y preguntó, -“¿Qué sucede?”-
-“Es que el tipo de la esquina venía medio drogado y empezó a molestarla, entonces yo le dije que era su novio para que no la molestara más.”- Respondió Demián.
 Matías miró hacia donde indicaba Demián y vio que había un tipo que parecía peligroso, así que le dio las gracias y Demián sugirió:
-“Sigamos así hasta la casa, sino puede venir a hacer problemas.”-
 Matías asintió y empezaron a devolverse a casa en aquellas posiciones, mientras que, aprovechándose, Demián tocó bastante más que al inicio a Sofía, quien miraba a su novio 
bastante nerviosa e  incrédula de que no notara nada, pero algo se encendió dentro de ella, el que la pudieran encontrar haciendo eso le gustaba bastante, a pesar de que se resistía a creerlo por sus principios. “¿A quién le gustaría que le hicieran esto frente al novio?” Se repetía a si misma mientras que, por otro lado, se oponía. “A mi me gusta que me hagan esto frente a mi novio, sobre todo cuando no se da cuenta”. Este soliloquio interno duró hasta que llegaron a la casa, en donde se dijo a sí misma que no pasaría nada más, que no lo permitiría, pero sus palabras tenían el mismo peso que las de un ludópata en un casino prometiendose que no jugaría.

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