Las aventuras de Pedro el oficinista (Parte 2)

Además de los besos en cada semaforo en rojo, con mi mano no deje de acariciar su concha por arriba de la tanga. Cada tanto me pedía por favor que parara, que se estaba poniendo como loca y no podía concentrarse en manejar. Intento varias veces estacionar para que la coja ahí mismo pero a esa altura yo sabía que la pendeja era mia, y la quería someter. Así que cada vez que frenaba a un costado, automáticamente la dejaba de tocar y besar. Las reglas estaban claras, si ella quería más de eso tenía que ir a mi depto. 


LLegamos a mi casa, yo con mi pija apunto de explotar. La tenía parada desde que nos besamos en el bar, ya iban como 40 minutos. Sentía esa mezcla de placer y dolor, hermoso. Nada más placentero que retrasar una eyaculación. Sol ya estaba empapada, su bombachita blanca parecía totalmente transparente de lo mojada. Estacionamos en la puerta de casa, y prácticamente corriendo nos metimos hasta el ascensor. Ella no espero ni a que la puerta se cierre para saltar sobre mi y quedar como si fuera un cangurito pegado a mi. Me lamía la oreja, se había dado cuenta que eso me volaba la cabeza.

Apenas cerre la puerta, con ella todavía subida arriba mío, la tiré sobre el sillón del living. Le subí el vestido hasta arriba de la cintura, y corrí su preciosa tanguita de encaje a un costado. No podía creer lo que estaba viendo, quizá la concha más hermosa que haya visto. Perfecta, rosadita, sin ningún pelo, cualquiera podría incluso pensar que nadie había pasado por allí, pero viendo la actitud de la nena hasta el momento no podía ser tan ingenuo. No fui directamente a besar sus labios vaginales, la quería hacer delirar. Escuchar de su boca que ya no aguantaba un minuto más sin que mi lengua recorriera todo su sexo. Por eso lamía sus muslos, me acerca a su conchita y rapidamente comenzaba a besar otra parte de su pelvis. Su pedido desesperado no tardo en llegar: "Chupame bien la concha YA, no podes tenerme así HDP".

Así la quería, totalmente entregada. Desesperada por tenerme. Cumplí su pedido, me sumergí en su clitoris. Sol arqueaba la espalda, levantaba su pelvis para facilitarme la tarea. Gritaba y gemía como loca, hubiera apostado que era de las calladitas. Pero mis vecinos pueden dar fe que no es así. Al poco tiempo me suplico que la penetre: "meteme la pija, rompeme toda de una vez". Le dije que, mientras yo buscaba un forro en mi habitación, se saque todo menos la tanga. Que me espere en cuatro apoyada sobre el sillón. 

Volví y así la encontré, con ese culito bien redondito esperando por mi. Pocas cosas me calientan tanto como sentir la desesperación de una mujer por acabar y que uno tenga el control de la situación. Sin tantas vueltas se la metí y comencé a bombear fuertemente, yo tambíen estaba que no daba más. Timidamente, porque no sabía si eso le gustaba o no, con mi mano derecha le tire fuerte el pelo. Gimió más fuerte. Con la izquiera le agarre una lola. "Más fuerte hdp", me pedía. Accedí, y le daba alguna que otra cachetada en su nalga derecha, su piel blanca se iba poniendo roja. 

A ese ritmo no iba a tardar mucho en acabar, así que me senté en el sillón y ella se clavo mi pija sin dudar. Era la primera vez en toda la noche que ella tomaba el control. Comenzó a cabalgar a un ritmo lento pero se la metía bien profundo. Su concha estrecha era un placer de los dioses. Se inclinaba hacia adelante para besarme, la escena ahora había cambiado y haciamos el amor dulcemente, no como 2 salvajes como cuando la tenía en 4. Con una mano frotaba su clitoris, con las alteraciones en sus gemidos me hacía notar que lo disfrutaba mucho. En esta posición notaba la falta de experiencia de Sol, no digo que no lo estaba disfrutando, pero no era ni de cerca la mejor cabalgata que me hayan hecho.

Poco a poco fue aumentando el ritmo de sus movimientos hasta que acabó, ahora me tocaba a mi. La corrí a un costado y me paré. Saqué el forro y le dije "me vas a chupar la pija como buena putita". Sentada en el sillón se metió la cabeza en la boca. La chupaba lentamente, me encantaba pero no creía poder acabar a ese ritmo. "Sacame la lechita YA". Ahí nomas aceleró, alternando chupadas y paja. Cuando sentí que ya estaba a punto, le pregunte donde quería la lechita. Como era nuestra primera vez juntos no sabía si le molestaba que terminaran en su boca. "En las tetas", respondió. Con la ayuda de mis manos le dí toda le leche en las lolas, era mucha. Y acá hizo algo que me sorprendió, no lo esperaba de ella. Con sus dedos comenzó a esparcir la leche por toda su panza y pecho. Juntó un poquito con los dedos y se metió en la boquita mientras me miraba fijo a los ojos picaronamente. "Cuanta leche, se ve que te caliento mucho", me dijo mientras se iba a limpiar al baño riendose.

Cuando sale del baño yo estaba acostado en el sillón, todavía sin poder creer lo que había pasado con mi compañerita del laburo. Estaba recuperando energias para un 2do round, pero Sol tenía otros planes. Me besó tiernamente, como a un novio del secundario. Y se comenzó a vestir. La tanguita todavía la tenía puesta. No se la sacó en todo el sexo, sabe por alguna charla que habíamos tenido cuando eramos "amigos" que algo que me encanta es coger sin que la mujer se saque la ropa interior. Es mi fetiche. Y usó ese dato a su favor.

Sol: -Bajas a abrirme por favor
Yo: Adónde te queres ir? Te quiero seguir cogiendo.
Sol: Ya sé, Por eso me voy. Para que te quedes con las ganas.

En la puerta de mi edificio nos despedimos con un beso corto. Y antes de irse me dijo "Seguro ahora vas a subir y pajearte. Mientras lo haces y revivis todo lo que hicimos, pensá en que la proxima vez me vas a desvirgar la colita". 


Continuará....

0 comentarios - Las aventuras de Pedro el oficinista (Parte 2)