Trabajos sexuales capítulo 13

Hola!! aquí les dejo la continuación

Capítulo 13




No está demás decir que la comida fue de lo más incomoda para mí y para Daniel, porque Lilith se la pasaba echándonos miraditas pícaras y mamá, ajena a todo esto, no se limitaba en hablar con su sobrino para que la pusiera al corriente de todas las cosas con la familia. Lilith, sentada a mi lado, me tocó una pierna y me hizo una señal con la mirada para que la siguiera.

Fui tras ella, subiendo por las escaleras y tratando de no mirarle el culo. Llegamos hasta mi cuarto y nos encerramos allí. Brincó y se sentó sobre la cama, las manos en las rodillas y una linda carita en su blanco rostro que me recordaba a la de una niña a punto de escuchar un cuento.
—¿Qué fue lo que pasó?
—Este… es difícil de explicar —me senté a su lado —. Sólo sucedió.
—¿En mi habitación?
—Fuimos por el gel anal.
La chica se rió como un hada.
—Ay, sólo tenías que pedírmelo, no follar allí. Ahora ya no podré dormir con todos tus jugos esparcidos.
Qué bochornoso. Me sonrojé y desvié la mirada.
—¿Vendrás a mi sesión de fotos mañana?
—Allí estaré.
—Bueno… qué bien. Van a haber algunas sorpresas.
Le di un beso en la frente y no volvimos a tocar el tema. Lilith sabía que me incomodaba y yo agradecía que se hubiera dado cuenta de eso.

Por la noche Daniel se fue y yo me quedé en el cuarto encerrada sin saber muy bien qué hacer. Todavía me sentía algo caliente por todas las situaciones que comenzaba a vivir y la verdad una parte de mí no quería que se detuvieran. Coger con Demian y su hija, hacer un trío con mamá y luego dejar que mi primo me reventara el culo me hacía parecer como una putilla en una historia pornográfica. Me reí con ese pensamiento y al final, tras reflexionar hasta las dos de la madrugada, decidí dejar de darle vueltas al asunto y me quedé dormida.
Al día siguiente mamá me despertó. Se veía más sensual con su minifalda negra mostrando sus increíbles piernas bronceadas y su blusa que le ceñía a las tetas.
—Vamos, va a llegar tarde tu hermana y yo no podré acompañarlas.
—¿Saldrás?
—Sí, con Daniel. Vamos a ir a tomar un café y a platicar sobre algunas cosas de mi hermana, su madre.
No sé porqué, pero se me ocurrió que esa reunión podría terminar en sexo. En cierta manera me daba igual que mamá follara con él. Mis sentimientos hacia ella no eran del todo fuertes, así que por mí podría hacer lo que quisiera. Y luego de haberla visto coger y participar, bien, supongo que la relación madre-hija se había ido al diablo. Me vestí y esperé a Lilith, que bajó las escaleras. Tenía las mejillas un poco coloradas.
—¿Todavía te da pena? Podemos cancelarlo.

—No, no. Quiero tomarme esas fotos, de verdad ¡de verdad!
No supe porqué estaba tan emocionada, pero cuando llegué al set, me di cuenta de cuál era la razón. Ésta vez se tomaría unas tomas con un hombre, y ese hombre era el tío más atractivo que había visto en toda mi vida. Casi me mojé al verlo. Era alto, como de dos metros, con una salvaje melena de cabellos oscuros y bohemios. Su piel me recordaba a la arena del desierto del Sahara, y sus rasgos perfilados transmitían una posible nacionalidad árabe. Sus ojos eran los más verdes que había visto, brillaban cual gotas de agua fresca. Estaba cubierto con una bata negra. Lilith fue rápidamente con él para presentarse, y no tuve que ser una genio para darme cuenta de la mirada llena de curiosidad que tenía ella en sus ojitos negros. La pobre apenas le llegaba al pecho.
Los dos parecieron tener una conversación agradable, así que me acerqué para presentarme.
—Me llamo Ashley, soy la hermana mayor de Lilith.
—Ah, buenos días. Me llamo Alan—. Una voz gruesa, como la de un trueno, y sin embargo tan seductora como un tajo eléctrico a mis nervios. Me besó la mano a modo de saludo y sonrió con unos dientes tan blancos que sólo podían ser trabajo de un buen dentista.
—¡Vamos, vamos! —dijo el fotógrafo —. Hay que comenzar. Sacaremos unas cincuenta fotos como mínimo y de esas hay que seleccionar las mejores. Modelos, con las maquillistas para que les preparen. Muevan el culo.
Tras un rato de espera, Lilith y Alan salieron de sus respectivos camerinos. Los dos venían en bata, seguramente desnudos debajo. Se posicionaron delante del set y de las cámaras.
—¡Será algo romántico! Así que pongan sus mejores caras de enamorados.

Lilith, sonrojada, agarró las manos de Alan y se miraron fijamente durante un momento mientras sacaban las fotos.
—¡Ahora desnúdense los dos!
—¿Tan rápido? —preguntó Lilith, algo incómoda por la situación. Alan fue el que comenzó a desanudarle la bata y ella se la dejó caer. Luego él se quitó su propia túnica, y ¡madre mía! El hombre era un delicioso fenómenos de la naturaleza. Una polla digna del propio Zeus, semierecta aun, pero lo bastante grande como para romperme el orto con una simple embestida. Lilith la vio, y su carita adquirió un tono mucho más colorado.
Ambos se abrazaron muy pegaditos, así que Lilith presionó la verga.
—Está caliente —rió después de la foto, y todos los del set rieron con ella. Incluso yo.
—Vamos con unos besos en el pecho. Hazlo lo más lento que puedas, niña.
—Bien…
Durante los primeros besos nada pasó, pero después de unas fotos más, Lilith se metió de verdad en su papel, recorriendo con sus labios los fornidos pectorales del modelo. Lo estaba disfrutando. Yo sonreí con cierta picardía incluso cuando la mano de mi hermanita bajó y tomó el pene por sí sola. Alan sonrió.
— ¡Alto! —gruñó el director —. Lilith, todavía no le toques el pene.
—¡Lo siento!
Siguieron besándose, ahora en los labios. Mi pobre hermanita tenía que ponerse de puntas para alcanzar los delgados labios de su pareja. Para tomar las imágenes ellos tenían que quedarse quietos. Sin embargo, mientras les tomaban fotos de otras partes de su cuerpo, yo y el director vimos que estaban entrelazando sus lenguas, y que de verdad se estaban esforzando.
—¡Alto! ¡Alto! Chicos, aquí no hay relaciones amorosas ¿eh?
Lilith y Alan se rieron como una pareja de colegiales. Con esa pequeña llamada de atención ya se comportaron de una manera más seria, y se dejaron fotografiar. Tomaron planos del coño de mi hermanita, de la gran polla de Alan, primero de manera individual y luego algo más picante, con los deditos de Lilith cerrados en el tronco del pene. El hombre tenía un gran control porque aun no la llevaba completamente parada, aunque eso pronto cambiaría.

—Mastúrbalo un poco.
—No se le para —se quejó mi dulce hermanita.
—Eso no es problema —declaró Alan y a medida que Lilith le jalaba la verga, esta comenzó a ganar tamaño y tamaño. La boca se me hizo agua al ver cómo le colgaban los testículos y el tamaño de su glande, el tronco cubierto de venas… maldita Lilith.
—Perfecto… aquí empieza lo divertido. Lilith, puedes usar tus labios.

Encantada, mi hermanita se agachó. Como una niña con juguete nuevo, abrió los labios al máximo y se metió el miembro a la boca. Alan guardaba la seriedad, pero su pareja no porque Lilith empezó a devorarle el pene y a acariciarse las tetitas.
—¡Alto! ¡Esto no es una película!
—¡Perdón! —exclamó mi hermana y se quedó con la cara de placer y la polla entre sus labios. Le tomaron varias fotos desde ese ángulo. Luego le dijeron que besara el glande con ternura, y ella así lo hizo, mojando sus labios con saliva, paseándolos por toda la cabeza del miembro de Alan.
—Ahora vamos con algo más fuerte. Abrázala, Alan.
—¡Con gusto!
Levantó a Lilith como una muñeca. Mi hermanita lo abrazó por el cuello y enredó sus muslos en el torso del modelo, que la sostenía de las nalgas. Le abrió el culo a ella y dejó que tomaran unas tomas del rosado anito. Mientras tanto, los dos estaban compartiendo unos besos húmedos. El directo puso los ojos en blanco y suspiró. Supuse que lo consideraba caso perdido, y me miró con curiosidad.

—Ese es el efecto que Alan hace a las modelos primerizas como Lilith.
—Sí —me reí —. Lilith no se le resiste en nada.
—Bueno, es hora de que Alan disfrute. Lilith, acostada, abre las piernas.
Ella se puso roja y lo hizo, acostándose en unos cojines y con los muslos bien separados y exponiendo su preciosa raja. El fotógrafo se acercó.
—Señor, está muy mojada.
—Ay, estos novatos.
Una asistente se acercó y le limpió el coñito a Lilith. La pobre de mi hermana se estaba muriendo de vergüenza, pero se quedó quieta cuando el director le dijo a Alan que le hiciera algo de sexo oral. El hombre encantado se acomodó y pegó su boca a la vaginita de su compañera. La cara de Lilith fue de auténtico placer, y más cuando éste comenzó a comerle el coño de verdad.
En ese momento se fue la luz en todo el set.
—¡¿Qué pasó?! —gritó el director —¡demonios! ¡Arréglenlo! Ustedes dos…
Se detuvo cuando vio las ganas con las que Alan recogía los jugos de Lilith, puso los ojos en blanco y se encogió de hombros.

—Bah, déjenlos mientras.
Yo me reí y me quedé un poco alejada para no interrumpir a Lilith. Mientras los técnicos acostumbrados a su trabajo verificaban los cables, mi hermana y el modelo se estaban dando un rico banquete. El hombre le comía el coño con una lengua magistral, y ella lo apretaba con sus piernas y le acariciaba la cabeza. Comenzó a jadear, a reír por la tontería que estaba haciendo, pero se la estaba pasando muy bien.
—¡Denles unas sábanas! —dijo el director, y una amable muchacha que sonreía con dulzura se acercó y los tapó con cobertores. Así pues mientras la luz volvía, la única fuente de iluminación era una ventana abierta. Lilith y Alan se taparon con las sábanas y empezaron a restregarse. Noté cómo cambiaban de posiciones y comenzaban a tener sexo de verdad en medio del set.
—¿Esto pasa siempre? —le pregunté al director.

—Mas de las que crees —dijo y aplaudió para llamar la atención —¡sin penetración! —luego se volvió a mí — Generalmente no al primer encuentro, pero creo que ambos vinieron con mucha hambre. Qué puedo decir. Lilith es diferente a todas las modelos que hemos tenido. Recién acaba de cumplir los 18, tiene apariencia frágil e inocente… el mejor coño que haya fotografiado… es un manjar para Alan.

De repente me puse celosa de mi propia hermana.
La luz regresó después de un rato. Lilith y Alan se quitaron las sábanas, y vi que el cuerpo de mi hermanita estaba sudado y su melena despeinada. El director se acercó y le miró de cerca el coño. Frunció las cejas.
—Esto no va a funcionar. Le dejaste roja la vulva por tu boca, Alan estúpido.
—Lo siento —se rió el modelo. Entonces el director le dio un golpecito con su cono de voz.
—Se suspende la sesión hasta que hayamos arreglado los problemas de luz. Nos vemos mañana.
Menos mal porque si no ese Alan hubiese enculado a mi hermanita allí mismo. Los dos se fueron a vestir a sus respectivos camerinos, y Lilith se me acercó después, ya vestida con su falda de mezclilla y su top. Lucía feliz y radiante luego del buen faje que se había dado con el modelo. Le pellizqué un cachete.

—¿Así que por eso tanta urgencia por tomarte las fotos?
—¡Sí! ¿verdad que es guapísimo! Lo investigué por internet. Es actor de pornografía erótica para mujeres. ¡Es un sueño! Ay, me mojo.
Me reí con una carcajada. Lilith nunca había estado tan emocionada por un hombre. Alan salió y se le acercó. La tomó de las caderas y le dejó un beso en la mejilla.
—Te veré mañana, Lilith.
—Sí… claro —dijo mi hermana con la voz soñadora —¡Ah, espera! ¿quieres… salir a cenar?
Arqueó una ceja. Al lado de él, Lilith era como una niñita.
—Mmm. No deberíamos involucrarnos en una relación.
—Sólo cenar…
—“Cenar” —solté yo entre comillas. Ambos se rieron nerviosos.
—Bueno, quizá después de la sesión de mañana. Con permiso, chicas.
De seguro nuestras vaginas estaban escurriendo. Lilith me dio un golpecito en el hombro.
—Ni lo mires. Es mío.

— ¡Buu! Al menos compártelo. Tiene demasiado para las dos.
—¡Jaja! Si tú compartes al primo puede ser. No me molestaría tener sexo contigo, hermana.
Casi me atraganto con la saliva. Me ruboricé. Lilith me miró con interés y coquetería. Luego me dejó un piquito en los labios.
—Y lo digo en serio —susurró y se fue moviendo su hermoso culo.
¡Joder! ¿Mi hermana estaba dispuesta a tener sexo conmigo? El estómago se me encogió, y llevada por algo más fuerte que otra cosa que no fuera la lujuria, la alcancé.
—¿Lo dices en serio? Lilith ¿tendrías sexo conmigo?
—Mmm. Sí. Nos hemos visto desnudas desde que tengo memoria, y antes jugábamos a ser novias, ya que no teníamos hermano, así que… sí. ¿Por qué? ¿quieres experimentar?
—Este…
Me miró con una sonrisa nerviosa.
—¿Ashley? ¿Segura? Porque yo estoy dispuesta a hacer el amor contigo, aunque seas mi hermana. De hecho eso lo hace más dulce. Dos hermanas amándose.
Me estaba humedeciendo con sólo pensarlo.
—Sí, quiero hacerlo.
—Ah ¿te parece hoy?
—¿HOY?
—Sí… aunque podemos ir a un hotel si quieres. Te gustaría… ir ahora. O esperamos hasta la noche.
—Creo… creo que hasta la noche.
—Entonces está bien, Ashley. Hasta la noche. Saldremos a cenar y luego iremos a un hotel bonito.
El pecho se me derretía de la ternura. La abracé con mucho amor y casi lloré.
—Ya, ya, Ashley. Voy a hacerte el amor ¿vale? No llores, mujer.
—Gracias, eres la mejor.
*****

Jojojo, parece que estas chicas se están metiendo en terrenos deliciosamente peligrosos no? en el próximo capi la super mega follada lésbica de estas dos hermosas hermanitas.
gracias por leer y felices pajas 🙂

4 comentarios - Trabajos sexuales capítulo 13

jstronger +1
NOOOOOOOOO
JUSTO EN EL CORA
EL MEJOR CAPITULO ES EL QUE VIENE Y HAY QUE ESPERAR 😞
ME TIENES ATRAPADO COMO EN PRIMER CAPITULO. SIGUE ASI!!!
VAN PUTOS
hammer30 +1
jaja gracias! no tepreocupes, el capítulo ya está listo
pablooo_2 +1
Muy bueno!!!

Pese a no tener sexo duro, me calentó muchísimo... y la expectativa de que las hermanas tengan sexo me encanta!!!

Gracias!
hammer30
de nada! muchas gracias a ti por comentarme
gadielcomingsoon +1
Puta madre, ya laa quería ver cojer, por favor no me hagas esperar tantooooo