Romina, mi perra buscona cap 5 a 8

Romina, mi perra buscona, mi amor 5

Nos despertamos los dos muy temprano, empezamos a acariciarnos y a recorrernos los cuerpos, los dos estábamos muy nerviosos y no podíamos dormir más. Me fui a la cocina a preparar el desayuno, mientras Romi en el baño terminaba de arreglarse. Cuando entró a la cocina no lo podía creer, tenía puesta una minifalda muy entallada, nunca la había visto en minifalda. Cuando me vio como la miraba, me miro a la cara y sonrió.
-¿Qué pasa, viste un fantasma?
-Nunca te había visto en minifalda
-Y... ¿te gusto?
-Sos una delicia mi amor, me parece mejor que no vayas a trabajar y te quedas en casa, a hacer las cosas del hogar.
-¡Ay...!, amor... tampoco es para tanto... Viste que cómoda la mini..., -se acomodo sobre la mesa con la pancita apoyada y me dijo..:
-Si te queres coger a tu jefe... y tu novio esta en el cuarto de al lado, te levantas la mini así y te corres la tanguita a un lado y quedas bien ofrecida... –y así lo hizo-, me acomode sobre ella y se la deje ir.
-Si te parece que tu novio esta cerca...-dijo al tiempo que me empujaba-, te bajas la mini y sin correr la tanguita ya disimulas toda la situación. Se giro y me dio un profundo beso en los labios.
Me acerque a ella y la senté sobre la mesa, tenía todavía la tanga corrida a un costado, se la puse nuevamente un poquito y en seguida me separo de ella.
-No quiero ensuciar la ropa, ni que pierdas la calentura. Te vas a pajear en esa oficina mientras me cojo a nuestro jefe.
Llegamos temprano a la oficina y las líneas sonaban sin parar, estábamos muy cerca de la navidad y el trabajo se tornaba insoportable. Enseguida Romi tomo unos pedidos y me dio uno de ellos para que fuera a trabajar. Sobre las tres de la tarde termine con el trabajo y volví pitando para la oficina, cuando estaba llegando lo vi a Osvaldo que caminaba hacia allá. Lleve la moto a un estacionamiento que esta a la vuelta. estacione la moto, me baje, retire el ticket y me paré en la puerta a encender un cigarrillo, el tiempo me parecía otra vez detenido. Mire la ciudad como si fuera la primera vez que la veía, el sol entraba a raudales entre los árboles, la gente caminaba con apuro. Caminando lentamente me fui acercando a la oficina, termine el cigarrillo y entre al ascensor.
Al entrar a la oficina, Osvaldo y Romi estaban en la oficina del jefe laburando a full, como siempre la puerta estaba abierta. Osvaldo vino a mi encuentro y me abrazó y se mostró muy gustoso de verme, se metió a la oficina. Yo me senté en un sillón que tiene vista justo hacia la oficina. Mi chica salió con un papel de adentro y dándomelo me dijo:
-Lo lamento amor, otro día será..., hay un laburo bárbaro, tenes que ir..., dijo una dirección y me dio los datos.
-Lo lamento, dije en voz bien alta, para que Osvaldo me escuchara, pinché una goma y no tenía ganas de arreglarla yo y se la deje al gomero de la vuelta, que tiene como para una hora..., tiene un laburo bárbaro. Romi, me miró y se le dibujo una sonrisa bastante perversa en la cara
-Así que no crees que me lo pueda coger delante tuyo? Que disfrutes una linda pajita, dijo y se fue a la oficina. Pasaron como quince minutos donde todo fue normal, las líneas sonaban todo el tiempo y Romi atendía sin parar. yo seguía sentado en el sillón que miraba a la oficina. Romi me miro con cara de putita, se puso de pie y le dijo algo al oído a Osvaldo. Este le contesto algo en el oído también. Pasaron unos cinco minutos donde todo fue igual. Luego Romi se asomo y me dijo:
-Mi amor..., voy a cerrar un poquito la puerta que con el ruido de la calle no se escucha nada, y así lo hizo. Mi pija estaba por explotar. Me acerque a la puerta lo más que pude. El cuerpo me temblaba sin control. Romi atendía las líneas y su voz sonaba bien caliente. Ella disimulaba, pero igual era obvio que algo pasaba. Pasó un largo rato, yo escuchaba gemidos muy leves, al tiempo que no podía más de excitación y me corrí en los pantalones. Luego lo escuche a Osvaldo atender una línea y me llamó la atención. Su voz también sonaba rara.
Tome asiento y estaba relajado y tenso a la vez. Al rato Osvaldo salió de la oficina, estaba todo colorado y me dijo que con la puerta cerrada hacía mucho calor. Me miró y me dijo que tenía que salir un rato que enseguida volvía. Cuando cerró la puerta del departamento, Romi salió de la oficina, me beso y sentí un gusto ácido en su boca. Me entregó un pedido y me metió mano controlando si me había pajeado.
-Anda a hacer este encargo. ¿viste que me lo podía coger en la oficina?...delante tuyo..., nos vemos más tarde..., te amo, pajerito...
La pase a buscar cuando termine de trabajar, se subió a la moto, me apretó fuerte desde atrás y me dijo una vez más que era el hombre más maravilloso del universo. Fuimos despacio a casa, me sentía feliz sintiendo como mi chica me apretaba fuerte. En casa comimos acariciándonos y mirándonos con mucha dulzura. La primera en acostarse fue ella que ni bien comimos se fue a la cama. Cuando entré al cuarto estaba desnuda, tirada en la cama. Me fui a saborear su almejita y mientras la chupaba la miraba a la cara, la veía gozar y me encantaba.
-¿Queres que te cuente?...
-Por favor –dije con voz de ruego. Me miro con una sonrisa con sorna. Le seguí chupando la concha y empezó a contarme.
-Como te habrás dado cuenta en un momento de la tarde le hable al oído... –se quedo callada y me miro-,...le dije que me encantaría que me cogieran con mi novio esperando en la otra habitación, ...que era una fantasía que tenía..., él se acerco a mi oído y me dijo que cerrara la puerta que me iba a pegar la cogida de mi vida...
-Que perra sos..., puta..., buscona...
-Cerré la puerta y me puse apoyada con la pancita en el escritorio como me cogiste vos la otra vez. Se acerco desde atrás y me levanto la mini, recogiéndola sobre mi espalda, empezó a sobarme los cachetes y me dijo al oído que tenía un culo monumental...
me lo sobó durante un largo rato..., después sonó el teléfono y atendí..., me costaba mucho disimular mi calentura..., el se alejo de mi y bajando el cierre libero su herramienta..., se acerco y corrió mi tanguita a un lado... –hizo una larga pausa, me puse sobre ella y la empecé a coger suave y profundamente, nos miramos a los ojos.
-Me la puso igual de suavecito que la pusiste vos..., y también despacito la dejo ir toda... -me miro picaramente-. Gire la cabeza con el teléfono en la oreja a mirarlo me miraba gozando y yo lo miraba caliente y mordiéndome el labio inferior cuando la llamada lo permitía..., me siguió bombeando y se acerco a mi oído..., me dijo si me gustaba que me cogiera delante tuyo..., mi respuesta fue un orgasmo que me dejo sin habla y me costó que no notaras. Se acercó a mi y le pedí suavecito mirándolo a los ojos con mi carita de puta..., me encantaría que me acabes en la boca...
Interrumpió su relato, seguimos cogiendonos y mirándonos a los ojos, nuestras bocas se trenzaron, nos mordíamos y jugábamos con nuestras lenguas.
-Luego sonó el teléfono otra vez, y fue él el que atendió, me la saco y se puso de pie. Mientras hablaba..., me puse de rodillas delante de él y empecé a chuparlo mientras lo miraba a los ojos y me metía mano en la concha. Él descargó bien profundo en mi boca, con su mano derecha me agarró fuerte de la nuca apresándome, lo miraba y tenía la cabeza tirada hacia atrás con la mano izquierda sostenía el teléfono y tenía los ojos cerrados..., descargo abundantemente en mi boca... y trague todo lo que me dio golosamente, junte mis dos manitos sobre mis muslos y quede arrodilladita..., jugando con mi boquita en su miembro... Lo demás ya lo sabes.
-Y...después que me fui, ¿qué paso?
-Nada, no volvió más en toda la tarde.
-Papi..., me vas a dejar que me lo siga cogiendo...?, me encanta la pija que tiene..., y que sea tan morboso..., decía sin dejar de mirarme..., -la serruche bien fuerte hasta que los dos nos vinimos en un orgasmo hermoso, nos besamos y nos quedamos acariciándonos hasta entrada la madrugada. Esto es amor pensé y me quede dormido.

Romina, mi perra buscona, mi amor 6

Me desperté a la mañana siguiente, sábado, no trabajábamos. La luz entraba por la ventana y la veía a Romi dormida, desnudita con ese hermoso culo para arriba. Me calenté de verla y pensé que ya la había entregado, pero también sentí que era diferente, que ella no disfrutaba humillándome. Mientras pensaba, acariciaba su culo suavemente, la fui girando y la deje de costado, le recogí suavemente su pierna derecha y desde atrás y de costado se la fui deslizando despacito, estaba muy mojada, como en general esta a la mañana, se despertó diciendo:
-Que hermoso desayuno, mi amor, ¿Quedaste calentito de ayer? –jugaba con su cuello, se lo apretaba un poquito y también le apretaba las tetas, la cogí así por un rato y me pidió que la cogiera encima de ella que quería mirarme a los ojos. Nos acomodamos y se la puse con suavidad, mientras me había acercado a besarla.
-¿Te gustó que me lo cogiera a Osvaldo y vos estuvieras ahí haciéndote la paja? –por respuesta le di una profunda metida.
-Ay..., amor..., por primera vez no veo el momento que sea lunes. ¿me vas a dejar profundizar con él? –le volví a mandar otro viaje de respuesta bien a fondo.
-Sabes que? Cielo...,
-¿Qué mi amor?
-Me encantaría que me coja acá... en nuestra cama.... y que vos estés mirando.
-Es la historia de mi vida..., escondido haciéndome la paja.
-No amorcito..., quiero que estés sentadito en una silla mirándome..., y que te pajees despacito... –le volví a mandar un viaje bien a fondo esta vez.
-Te calienta ¿eh?, que lindo..., mi amor..., -y nos besamos profundamente.
Me pidió que saliera y se puso de perrito en la cama.
-Cogeme así..., como la perrita que soy..., -se acomodó sobre la cama quebrando su cintura lo más posible, como cuando viaja en la moto y nos gritan cosas por como queda levantado su culo y ella me hace comentarios que nos calientan a los dos.
-Te imaginas..., cuando esté Osvaldo en tu lugar..., y me vea así ofrecida... y vos ahí sentado en la silla tocándote la pijita. –se la metí violentamente y gimió profundo.
-No te enojes mi amor..., yo hago lo que a vos te gusta nada más..., sino te gusta puedo cambiar de trabajo... –y empezó a mover su cadera haciendo círculos. ¿querés que cambie...?
-no..., pero...
-¿Qué le pasa al perrito..., tiene miedo?
-no se, dije clavándola. Después todo se va al demonio y se escapa de las manos.
-Te amo, mi amor...,no estés triste..., -puso su mejor voz de puta y agrego. Vos sabes que soy una perrita calentita... y Osvaldo es un perro perverso..., y... ¿Qué le hace un perro perverso a una perrita calentita... –los dos no aguantábamos más, la clave a fondo y descargue un montón de semen en lo profundo de su concha, ella también tenía su orgasmo y giro la cabeza y nos besamos.
Ese sábado a la noche se le ocurrió que podíamos ir a bailar. Nunca habíamos ido pero a los dos nos gusto la idea, a mi me parecía que era lo que yo pensaba, que la situación se nos iba a ir de las manos e íbamos a terminar en cualquiera, como siempre pasaba en mi vida, a la vez no paraba de repetirme que con Romi todo era distinto.
Esa mañana ella se fue de compras y estuvo toda la mañana fuera de casa, yo prepare la comida y cuando volvió almorzamos juntos, después me fui a jugar al fútbol con mis amigos y volví a última hora de la tarde. Romi estaba probándose la ropa que se había comprado, conjuntitos de ropa interior, una mini. Estoy eligiendo algo para la noche quiero estar linda para vos. Ella sugirió el lugar para ir, yo nunca había sido de ir mucho a bailar y no conocía mucho de boliches.
Realmente cuando Romi terminó de arreglarse yo no quería salir de casa, nunca la había visto tan producida, estaba mas perra que nunca, se había comprado también unos zapatos de taco alto.
-Mi amor..., y si mejor nos quedamos en casa..., tranquis. Me miro a los ojos:
-Te amo, mi amor, no tengas miedo, vamos a divertirnos.
El boliche era realmente espectacular, yo me sentía un poco desubicado y, estaba seguro que no me hubieran dejado entrar sino estuviera con Romi. Los tipos la miraban y algunos le hacían algún gesto o alguna invitación, yo trataba de hacerme el distraído, pedimos unas copas y nos fuimos a sentar a un lugar tranquilo. Nos besamos y brindamos.
-Como te miran perrita buscona.
-No me di cuenta, ¿en serio?... –y se río
-No te hagas la tonta, le dije y nos besamos. Estuvimos apretando un rato y cuando se terminaron las copas, fui a buscar algo más fuerte.
Cuando volvía de la barra, ya de lejos, vi a un tipo carilindo, bastante alto y musculoso sentado al lado de Romi bien cerquita de ella. Mi pija reacciono de inmediato, y a la vez, me sentía bastante molesto, iba a acercarme y alejarnos de ahí y lo vi al tipo acercándose a decirle algo al oído mientras jugaba con su pelo y la vi a Romi sonriendo y note que su cuerpo respondía con agrado al acercamiento, su mano le palmeó el muslo al tipo como si le molestara lo que le decía y quisiera reprenderlo, pero luego del golpe quedo en el lugar, el tipo le seguía hablando pero ahora le olfateaba casi su cuello, Romi no hacía el menor gesto de alejarse, solamente miro hacía donde yo estaba y al verme volvió a sonreír y le indico al muchacho que yo me acercaba. El muchacho se puso de pie y se presento como Juan, me dijo que mi chica era realmente hermosa, además de muy simpática, dijo haciendo hincapié en lo de simpática. Yo no sabía muy bien como reaccionar, venían en cascada todas las imágenes de mi vida, de mi madre con sus amantes, mi hermana... y a la vez volví a sentir mi pija dura como un garrote.
-Bueno, ya que le caíste simpático a Romi podes quedarte a charlar un rato con nosotros.
-Me encantaría dijo Juan y volvió a tomar asiento.
Romi se acerco a mi oído y me dijo que me amaba. Que no hacía falta que el chico se quedara si quería echarlo estaba todo bien.
-Echalo vos cuando te moleste, le dije en el oído.
-Ay..., papi..., es que después me caliento y no puedo parar. –me miro con cara de putita y me dijo al oído. Deshacete de él ahora..., después no sabemos que va a pasar..., dijo con su voz de putita, la perra se calienta...y.... Lo miré a Juan que se hacía el distraído mirando hacia otro lado y levanté mi copa brindando con él.
-Por esta noche, dije. Y los tres brindamos.

Romina, mi perra buscona, mi amor 7

La noche empezó a avanzar, los tragos fueron corriendo y si a alguno de los tres nos quedaba alguna inhibición desapareció por completo. Juan estaba económicamente muy bien, era un chico del interior del país, al que sus padres bancaban y le alquilaban un departamento en Capital para que estudie. Yo era siempre el encargado de ir a buscar los tragos y cuando me alejaba los veía torearse todo el tiempo, hacerse chistes, tironcitos de pelo, todo un juego introductorio de cortejo bastante obvio. Cuando estaba en la barra me pareció que se estaban besando. Cuando volví, los vi que iban hacia la pista, era música salsa y nunca la había visto a Romí bailarla, lo hacia delicioso, Juan aprovechaba las oportunidades de acercarla hacia él, acariciarla, apretarla o lo que diera, era obvio por como se miraban que la calentura entre los dos era cada vez más grande. Cuando volvieron a tomar asiento, Romi se giro a mirarme a mi y me beso y empezó a morrearse conmigo, ella giro el cuerpo hacia mi y Juan lentamente se fue acercando desde atrás apoyándola, me miro, le sonreí y vi aparecer su mano izquierda desde atrás que fue directo al pecho de Romi que acaricio sobre la ropa, sentía que no iba a poder aguantar mucho más, me iba a correr como un adolescente. Mientras Juan se le pegaba desde atrás y ahora su mano acariciaba sus piernas metiendose despacito entre los muslos de Romi que dejo de besarme y empezó a gemir en mi oído.
-Que hábil que es con los dedos... –su mano se dirigió a mi bragueta, la bajo y se fue a mi miembro, su cuerpo lo giro para permitirle a Juan un acceso más cómodo desde atrás. Toco mi miembro y me dijo:
-Cuanto juguito que largaste..., ¿no podes mas...? –Juan se seguía acomodando y por lo que intuía, mas que veía, estaba liberando su miembro del pantalón.
-Me la apoyo en el culito..., que hermosa me parece..., me esta corriendo la tanguita a un costadito... –se acomodo para atrás, al tiempo que empezó a pajearme y me dijo.
-Me la esta metiendo..., que perra soy... , ¿por qué no le decís que pare...?, que soy tu perrita... –empezó pajearme más violentamente. Mi pija empezó a escupir leche y ella la sintió en su mano.
-Ay... si mi amor... dame mucha lechita..., mientras este guacho me bombea bien fuerte... , ¿te gusta perro... entregarme así de fácil...?, ¿por qué no le decís que pare...., mira que si me sigue cogiendo me va a llenar de lechita... y... desde que estoy con vos nadie me había llenado la conchita... más que vos... –puso su mayor voz de puta, mi pija que nunca había disminuido de tamaño estaba bien dura de vuelta.
-Pará esto..., mi amor... –y empezó de nuevo a pajearme y a mover sus caderas acompasadas con Juan que la seguía bombeando. Este en un momento se detuvo y se puso de pie.
-¿Te lleno, amor? –Romi iba a contestarme y Juan tomándola de la cintura, la acomodo apoyada contra el respaldo del sillón, su mano izquierda seguía en mi pija y su cara seguía mirándome de cerca. Juan se acomodo el y volvió a metersela, el de pie detrás de Romi. La agarró fuerte de la cintura y empezó a bombearla, Romi dejo caer su cabeza de costado sobre el sillón y me acerque a besarla. Acerque mi oído hacia ella que se recompuso y volvió a pajearme.
-Que gusto mi amor..., que bien me coge..., -a mi me parecía que no iban a terminar nunca, Juan se había desabrochado sus pantalones que habían caído hasta sus piernas, la bombeaba bien a fondo a Romi, mi atención se dirigió al culo del muchacho y miraba los movimientos de su cintura clavando a mi chica, como se balanceaba su cadera. Aguantaba un montón sin acabar y Romi estaba totalmente fuera de sí.
-Ay..., mi amor..., pedile que no acabe nunca..., que me coja así para siempre... –y seguía pajeandome lentamente.
-¿Te gusta mi pajerito, como me coge...?, ¿Viste que perra soy...? –empezó a acelerar su paja y su cadera la veía empujar bien para atrás. La clavaba hacia atrás.
-Ya está cerquita papi..., decile que acabe afuera..., decía mientras sacudía sus nalgas y seguía empujando hacia atrás, en un momento Juan giro su cabeza y me miro con una sonrisa y dijo que perra deliciosa tu chica..., te debo una. Y su pelvis empezó a moverse mas duro en el bombeo, se mordió el labio inferior y se apoyo sobre la espalda de Romi girando su cabeza y mirando hacia el otro lado.
-Ay..., mi amor..., esta por llegar...!!!, que delicia..., hacelo salir... y veía sus caderas empujando para atrás... , explota...!!!, cuanta leche...!!!!, que rico!!!!...como le late!!! –y su cadera se seguía moviendo contra Juan que se había quedado clavado a fondo. Mi pija también exploto en la mano de Romi y eso la hizo engancharse en otra serie de contracciones y movimientos de su pelvis. Romi se giro saliéndose, Juan quedo parado en el lugar y Romi empezó a limpiársela con su boca, mirándolo con cara de perra a los ojos. Que rico me cogiste..., y se la chupetió un rato. Juan le acariciaba los pechos por el escote. Juan se sentó, su pija estaba aún dura, la mía estaba en reposo. Romi giro hacia mi y me dio unos cuantos besos mientras con su mano hacia atrás había agarrado la pija de Juan, ya vengo, me dijo.
Se giro hacia Juan y montándolo se la acomodo ella solita. Se estuvo moviendo un rato. Juan entre el cansancio y el alcohol tenía la cabeza apoyada en el respaldo y los ojos cerrados. Romí lo estuvo cogiendo un rato más. Luego se puso de rodillas al borde del sillón y empezó a chuparsela mientras me miraba a los ojos a mi. Cuando lo sintió venir, se la saco de la boca y la tiro toda hacia arriba y mirándola caer sobre la misma pelvis de Juan. Luego le vi pasar su lengua por entre los pelos del pubis de este juntando la leche con su lengüita y ahora a Juan lo miraba, que sonreía exhausto. Romí se puso de pie lo beso a Juan, se arreglo un poco la ropa y sin despedirse me tomo de la mano y salimos del lugar. Se montó en la moto detrás mío, me dijo al oído, te amo, sos el hombre más maravilloso del mundo y yo volví a creerle, la sentí amarrarse fuerte desde atrás y emprendí el camino a casa cual Rambo sudaca.

Romina, mi perra buscona, mi amor 8

Arranque en la moto, la sentí apretada contra mi y me sentí feliz, sin ningún tipo de culpas ni remordimientos. Sentía un poco de miedo por el futuro, no sabía que podría pasar con nosotros. Apure el avance hacia casa, empezaba a sentirme caliente otra vez, y quería ahora si, cogerla yo un rato. Cuando bajamos de la moto en casa, me dio un beso bien profundo. Su olor acre era muy fuerte y la sentía todavía caliente, le metí la mano entre sus piernas y sentí lo jugosa que estaba y lo caliente que estaba su concha. Ni bien cerramos la puerta nos besamos y franeleamos como dos enamorados que hace meses no se ven, la tire en la cama con todo y zapatos y acomodándome sobre ella, le corrí el tanga a un lado y le metí la pija hasta el fondo.
-¿Cómo..., la sentís..., recién usadita...?
-Esta muy jugosa y caliente...
-No esta jugosa... –me miro a los ojos y dijo- ...está llena de leche de otro macho...
-Si...
-¿Si que...?
-Que es verdad estas llena de leche de otro...
-¿Te gusta comer lo que otros ya saborearon....? –por respuesta la clave a fondo y la deje clavada. –Que lindo me cogió el pendejito..., cuanto aguante..., me encantaba tenerte agarrado de la pijita... y él bien machote detrás mío bombeándome..., me encantó.
-¿Y a vos... mi perrito? –la bombie más duro. -¿Qué te calienta tanto de que me coja otro..., en tu cara..., mientras yo te hago la pajita..., como a un adolescente...
-No se...
-¿Por qué no lo vas a buscar...?
-Que hija de puta sos...
-No me insultes..., la verdad que estaba bastante calentito..., me encantaría que lo fueras a buscar...
-No por favor..., ya esta bien...
-Y si después... te dejo que me hagas el culito...?
-Que hija de puta sos!!! –y volví a clavarla y me aguante para no acabar.
-Vos sabes que no me gusta mucho por el culito..., pero si lo traes a Juan de vuelta..., y ....
-¿Y que..., mi amor?
-Primero me hace el culito él... –sentía que iba a explotar, pare de bombearla y empecé a pensar en cualquier cosa, estábamos calientes como nunca habíamos estado los dos.
-Pero amor, si a vos no te gusta por el culo.
-Ay..., pero hoy estoy caliente..., y si Juan me lo llena... y a vos te gusta coger sobre cogido.... Me salí de arriba de ella y me acosté a su lado, se apoyo en mi pecho y sentí su mano envolver mi miembro.
-Deja amor..., no te enrosques más..., mañana será otro día...., que lástima...
Me levante de la cama y me empecé a vestir, el rostro de romi era un poema.
-¿Adonde vas..., amor....?, vení a acostarte que es tarde, bueno yo voy a dormir un rato...
Salí de la casa y puse en marcha la moto, me parecía que estaba loco, me había pasado un poco el efecto del alcohol y pensaba que si llegaba a encontrarlo a Juan no sabía que decirle. Además en mi propia casa..., no quería que supiera donde vivíamos. En el boliche, le dije al de la puerta que mi chica había perdido unos aros de un valor sentimental muy grande que me dejara pasar. El tipo me miro raro pero tras un largo ida y vuelta finalmente me dejó pasar. Cuando entré en el boliche ya había perdido todo mi ímpetu, recorrí el lugar y no lo vi a Juan por ninguna parte. Salí del lugar, me sentía raro decepcionado. Cuando doble en la esquina en el kiosco estaba Juan,
-Hola!!!, le dije
-¿y tu chica?
-Estaba un poco cansada y se acostó, yo quede un poco revuelto y salí a tomar aire.
-Yo también me siento un poco raro, nunca había hecho algo así. –compró una cerveza en el kiosco y tomamos juntos. Nuestro dialogo fue más bien corto y de miradas. En un momento Juan me miro y me dijo.
-¿Me estabas buscando, no? –y sonrió. Por respuesta puse en marcha la moto y le indique subir, le pedí que aunque le pareciera una locura, me dejara taparle los ojos con un pañuelo que preferiría que no supiera donde vivíamos, me sentí un poco estúpido. Pero así lo hicimos. El tío se acababa de agenciar a mi mujer, lo iba a volver a hacer y yo con giladas.
Llegamos a casa, deje la moto y entramos en casa, dentro de casa le saque el pañuelo y luego que se acomodara su visión fuimos hacia nuestro cuarto. Romi estaba culito arriba, solo con la tanguita puesta, el resto totalmente desnuda, estaba dormida. Juan me miro indicándome si podía, trague saliva y fui a buscar una silla a la cocina. Cuando volví Juan estaba totalmente desnudo sobre Romi que empezaba a despertar,
-¿Volviste amor...?
-Si... –giro su cara y me vio en la silla sonrió y le pidió a Juan que la dejara girarse que le encantaba que la cogieran en la pose tradicional... Juan la empezó a coger trantando de prolongar el momento lo mayor posible, mientras Juan la bombeaba Romi me miraba a mi.
-Desnudate, mi amor... –empezaron a besarse y los gemidos de ambos cubrían toda la habitación. En un momento Romi le habló al oído y Juan se levantó. Romi se puso de perrito sobre la cama y arqueando bien la cintura.
-Así era como te decía..., -me dijo a mi indicándome con el gesto de su mano que me pajeara cuando empecé a hacerlo me dijo que lo hiciera bien despacio. Se giró a mirarlo a Juan y le dijo.
-Te gusta como me veo...? –Juan se la clavo en la concha y la tomo pasando sus manos por debajo de los pechos de Romi y agarrandola de los hombros, su cadera se clavaba, otra vez el culo de Juan llamaba mi atención, su cintura también se quebraba de una forma increíble clavando mi chica hasta el fondo.
-¿Te gusta mirar como me coge..., papi? No sabes que rico se siente..., ¿le tuviste que pedir mucho para que venga...? –Juan ahora me miró con una sonrisa. En un momento romi empezó a mover su cintura otra vez estaba llegando. Sus hombros cayeron sobre la cama. Su cabeza quedo apoyada sobre la almohada y su culo en máxima exposición. Juan se alejo un poco como para mirarla, mientras se la dejaba clavada en el fondo. En la posición en que romi se encontraba giro la cabeza hacia mi lado, me miro con su cara de perra y me dijo.
-Amor..., porque no le pedís a Juan..., ¿Te animas...? Juan me miro con dudas en la cara.
-Bueno..., nos gustaría..., si...
-Quiere que me hagas el culito...., Juan..., que me dejes toda tu lechita...., en lo más profundo de mi culo..., -Juan ya estaba jugando con sus manos, recogiendo jugos de la concha de romi y lubricando y dilatando su culo. Romi quedo con la cabeza apoyada en la almohada, arrodillada en la cama y su culo expuesto, Juan se puso de pie en la cama, le apoyó la punta de su pija en el culo. Romi me pidió que me acercara a besarla. Nos besamos mientras Juan iba entrando despacio pero sin detenerse en el culo de romi, ella me besaba y me miraba con cara de putita.
-Que profundo lo siento amor..., decile que ya puede bombearme..., si quiere... Juan empezó a cogerla como si le fuera la vida en ello. Romi gemía, me miraba y gritaba que nunca le había gustado tanto que le rompan el culo, que me amaba, que me agradecía...
Juan estuvo un buen rato hasta que no aguanto más y explotó en el culo de romi que tuvo un orgasmo que parecía no detenerse nunca. Juan se quedo acostado sobre ella. Romi después que él salió y se acostó a su lado, le dijo que por favor se fuera que quería estar con su chico. Juan le dio un beso profundo y empezó a vestirse, yo lo lleve hasta unas cuadras de casa con los ojos vendados. Cuando volví, romi seguía acostada con la cola arriba.
-Te gustó cielo...? ahora te mereces tu premio..., no sólo te doy el culo..., sino que además esta llenito...
me desnude en un minuto y la penetré despacio, romi gemía y decía que le encantaba, que hoy le había encantado por el culo.
-Que linda pija tiene Juan..., ¿No?, viste todo lo que hice por vos...?, no te podes quejar...
la puse en la misma posición en que estaba cuando Juan la cogió, los hombros apoyados y el culo súper abierto.
-Sentís la leche de Juan....? ¿quedo calentito mi culo...? ¿no...? si...!!!, dame duro... Juan..., que rica pija... –no pude aguantar más mi pija empezó a explotar en el fondo del culo de mi chica, caímos en la cama, me fui saliendo de a poco y nos besamos y acariciamos mirándonos ahora frente a frente. Te amo dijimos juntos y nos dormimos abrazados.

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