La mujer del camionero.

Corrían mis primeros años viviendo solo cuando ocurrieron los eventos por los cuales conocí a cojelona hembrita del camionero.
Por esas fecha vivía en departamento de dos ambientes por la calle lima, en esas fechas mi trabajo en sistemas me requería muchas veces al día por lo cual me mude a capital desde el conurbano al que yo pertenecí desde que tengo uso de razón.
El departamento era viejito, tenía un comedor bastante grande, una cocina a parte y daba a la calle, como vivía solo era común recibir constantes visitas de mis amigos y amigas. Esa noche venía a visitarme Matías con un huesito que se comía por aquellos días y la amiga del huesito.
La chica de Mati era una morocha alta, por lo que el me había contado una guerrera en la cama de buena figura y con mucha actitud putona, cuando llegaron vinieron con amiga de ella, morocha de maso menos 1,60 culona y tetona un caramelito. Ella era casada, llevaba unos años con camionero que la dejaba temporadas sola y por eso estaba parando unos días en lo de chica de matias.
Matías vivía en uno de los departamentos pisos más arriba del que vivía yo, por lo tanto con la excusa de ir a buscar un vino se iva a llevar a su morocha para hacerle un servicie, en eso viene a la cocina donde estaba preparando la cocina para mis tres invitados y me pide preservativos.
-negro, pásame unos preservativos que me hecho un cortito con la morocha.
Me rio porque era evidente que la presencia de la amiga le estaba complicando el poder tener sexo normalmente, con total confianza le doy las llaves de mi gabinete de juegos y le digo, agarra lo que necesites y cerra. El gabinete de juegos era un mueble colgado en una pared, similar a un botiquín es más si uno no prestaba atención parecía un estante de especias y adornos, al abrirlo es allí donde guardaba los juguetes que me agrada tener para divertirme con las chicas que vienen a mi departamento no exactamente a comer.
Evidentemente mati en el apuro por atender a su morocha dejo el gabinete semi abierto, mientras cocinaba me pareció sentir el ruido de la bisagras del mueble mas privado de mi casa, salgo de la cocina ver y allí estaba ella, parada con una mano en la puerta y con la otra tocando las cosas del mueble, aun no lograba descifrar su cara, si era de sorpresa o simplemente no concebía lo que sus ojos veían. La deje apreciar las cosas del mueble sin decir nada, ella parecía estar transportándose a otro mundo, miraba cada cosa del mueble y dándome una leve señal de lo que por su mente pasaba se mordió un labio inferior. Decidí seguir cocinando para dejarla en un posición incómoda, la cena fue una cena normal y en la sobremesa hablamos como lo hace cualquier anfitrión con los invitados a su mesa, fui un señor es obvio que cada tanto algún palo iva para la morochita curiosa que sin maldad invadió mi intimidad.
Cuando con un poco de alcohol de por medio nos fuimos desinhibiendo la morochita daba reproches a su marido, que se sentía descuidada ya que el se iva temporadas al exterior y no le prestaba atención, cuando el venia de sus viajes la cogía, pero ella sentía que era solo eso que no podían jugar, que cuando se vistió para él la respuesta fue te vestirte de cabaretera puta… lo cual arruino toda la magia.
La noche paso y por respeto o cuidado no le tire los galgos y ella por lo que yo podía notar tampoco me dio pie a hablar de otros temas más allá de su desanimo en el mundo sexual.
A los tres o cuatro días de ese evento, para mi sorpresa me llega un mensaje de texto en donde sin darme nombres ni especificaciones decía, vos sos sado?
Me imagine quien era, pero seguí su juego para sacarle que deseaba. Decidí contestarle con un poco de picardía a ver como reaccionaba.
No, no soy sado solo que a veces tengo que atar a mis amigas para que no destrocen la casa por la cantidad de orgasmos que reciben.
No esperaba respuesta ya que e mi impresión la morocha era una histérica que no estaba bien atendida y no cerraba exactamente en la clase de mujeres que a mí me agradan. Para mi sorpresa ella contesto y el resultante fue una charla que en la progresión se iva volviendo muy caliente, ella preguntaba por las esposas, las cuerdas, los juguetes y diversas cosas que vio en mi armario privado. Con el calor de la charla comencé a presionarla para que me pasara una foto.
Ella me decía que no quería pasarme una foto porque sabría quién era, ya embalado en el deseo de que ella se jugara respondí.
-sabri, te vi mirando mi armario. Si no te animas a decirme que te pasa está todo bien pero no tenemos 12 años.
Paso como media hora hasta que llego su respuesta.
- No sabía que me viste, es u esos tan serio y ver que tenes todo eso en tu casa me causo mucha curiosidad.
Ya jugado por jugado, le contesto.
- Sabri cuando quieras venis y jugamos un rato de paso estrenas toda esa ropa que tu marido no disfruta verte puesta.
Allí la charla por esa tarde termino, en lo personal creí que me había ido al carajo. Pero bueno ella no era más que la amiga de la novia de un amigo y no creo que le cuente a todo el mundo lo que vio en mi armario de los secretos.
Esa noche mientras yo me preparaba para ir a un after me llega una foto, se veía su cola tirada en la cama y decía vos crees que necesites atarme?

La mujer del camionero.

Al toque le respondí no seas histérica, con eso solo no me convences.
Paso un rato yo ya estaba tomando unos trago y disfrutando del pool por calle independencia cerca de la u.a.d.e, y llega la segunda foto en esta se veía la figura de la deliciosa morocha en una especie de corset con las tiras del liguero puesto, y el mensaje solo decía ¿quiero saber que sienten tus chicas? ¿me invitas?

Morocha


En eso no dude en contestar, bueno pero una vez que entres vas a ser mía y no te vas a poder escapar.
Ok, respondió ella. Salgo para allá?
Yo estaba a una cuadra así que fui a preparar mi departamento…
Cuando ella llego, vestía un vestido lago que en una morocha tan sabrosa no podía dejar de disimular ese culo redondo que ella tenía. Nos saludamos con beso en la mejilla y fuimos para arriba. Cuando estábamos llegando a la puerta de casa le abrí y le dije ponente cómoda voy a buscar algo para beber.
Ella entro y yo me fui, le había dejado unas esposas colgante listas para que las use, y una nota que decía si en verdad queres jugar espósate sola y espérame entregada a mí.
Cuando llegue a casa ella estaba esposada y al esposarse no podía bajar las manos es más tenia es esforzarse por mantenerse derecha, vestía un corset de encaje negro, corpiño que apenas aprisionaban sus pechos y una hermosa tanga roja, sus piernas muy torneadas se encontraban cubiertas de medias de red negras.

puta


Di una vuelta a su alrededor y la imagen era mucho más que erotizante, moví uno de mis sillones para sentarme frente a ella, elle mi miro con una cara que estaba entre el miedo y la entrega, recorrí con mis manos su figura desde las esposas por arriba de su cabeza, sus pechos, sus caderas, sus piernas.
Evidentemente estaba excitada, si tanga roja no ya lucia una aureola de esas que forman lo flujos femeninos al no poder contenerse, me hacer que a su oído y desde la espalda le dije
- Vos querías jugar, ahora vas a jugar.
Tome una mordaza de mi armario una de esas ue tienen una pelota para colocar en la boca, ella no se opuso, se dejó hacer sin chistar. Una vez amordazada coloque frente a ella una serie de elementos con los que lavamos a jugar. Lo primero que tome de mis juguetes era uno en forma de mariposa, la mite a los ojos y le dije.
-esto es un estimulador clitoriano, ahora va a sentir lo que es desear ser poseída.
Corrí la parte delantera de su tanga, acomode el juguete en su ropa interior lo encendí en su modo más rápido y lo deje actuar unos minutos, su mirada comenzaba a perderse, y de a momentos las piernas se le afloraban dejándola colgada de sus muñecas.
Ella me miraba y se veía como algún hilo de baba caía de su boca y los gemidos salían de a ratos suaves y de a ratos intensos limitados por la mordaza en su boca. Yo me senté frente a ella en el sillón y esperando que la excitación la termine de entregar a mi tome un dilatador anal se lo mostré y sus ojos se desorbitaron, evidentemente sabía que era y que se vendía por delante o mejor dicho por detrás…
Ella continuaba retorciéndose por lo que el estimulador le hacía, comencé a besarle el cuello, un poco para franelear y otro poco para que se olvidara de lo que le esperaba, cuando se relajo y solo gemía corrí el hilo de su tanga y el dilatador comenzó a entrar suave, despacio pero inevitablemente llego al fondo, miraba sus manos agarrándose de las esposas y se sentía ese gemido entre el placer y el dolor… continúe besándole el cuello por un lago rato de acariciando sus pecho y sintiéndola gemir como una loba hasta que al mirarla se notaba una línea de fluido cayendo por sus muslos indicativo de que estaba lista, en el punto por ser liberada.
Me aleje de ella y solté las esposas de los ganchos y ella cayo de rodillas al piso, no hizo caso a la caída ni nada fue directamente a liberar mi sexo del pantalón y como desesperada se sacó la mordaza.
- Sos una hijo de putas leo, fue lo único que Salió de su boca.
Y así de rodilla se aboco a practicarme sexo oral de una manera desenfrenada en el sillón que cómodamente había instalado, cuando me recompuse entre el extasis note como ella misma comenzaba a mover en parte trasera el dilatador que le había colocado y cada tanto de la desesperación de la mamada se sentía una arcada o el toser de su voz.
Así continuo hasta que tomo su primer dosis de leche de la noche, el chorro fue tan potente que elle quedo tosiendo en el piso recomponiéndose, yo la miraba en éxtasis todavía con el estimulador y el dilatador en su cuerpo, que mi cuerpo no tuvo tiempo a parar y ya estaba con sexo firme. Así fue que tome otro par de esposas y la espose por la espalda, cual delincuente y la encamine al sofá, dejándola con su culito expuesto, saque el dilatador que era mucho menos grueso que mi sexo y se comenzó a escuchar su vos.
- No seas hijo de puta, por ahí no, no seas hijo de puta leo que yo no lo entrego
Pero fue en vano, la cabeza se hubico en la entrada del ano ya a punto caramelo y despacio fue entrando, era un culo tan lindo que la escena parecía pasar en cámara lenta, ella apagaba el grito moriendo la almohada, e inevitablemente la empalada había comenzado y no terminaría hasta que sus nalgas y mis caderas se chocaran, mas alla de la excitación era un culito estrecho, protegido por dos nalgas jóvenes y decorado por debajo por una concha de labios largos y goteante de fluidos.
La primer estocada había pasado y simplemente ese estrecho augerito se iva adaptando a su invasor, y las quejas de dolor pasaron a ser.
- Llenaelo, no me nuegues mi leche hijo de puta.
Y cada tanto se lo sacaba por completo y se lo volvía a mater para disfrutar del aullido de la loba que acaba de ser domesticada, y en ella solo quedo el clamor por ser rellenada y como premio recibió su segunda dosis de semen de la noche, quedando tirada en el sofá, goteando leche de un macho que no era su marido, mirándome desafiante.
Así le quite las esposas y ella se sacó la tanga sucia de sus y mis fluidos, me miro me comió la boca y con una mano comenzó a estimular al soldado que recién termino si batalla. Lo miro e inmediatamente se arrodillo, yo sentí ese dolor que se siente cuando te succionan después de un buen polvo, eso me éxito aún más hasta poner al herido soldado de pie nuevamente, fie allí que ella me monto pensando que tendría el mando, estuvimos cogiendo por mucho tiempo ella ya estaba acabado como cuarta vez cuando la quite de encima mío, fui a mi armario de juguetes y saque un vibrador, con delicadeza lo coloque en su concha que se abrió como flo y ella bajo sus defensas, se dejó coger por la pija de goma pensando que eso era lo que yo deseaba. Así acomode sus pernas en mis hombros aumente la velocidad del vibrador y ella solo gemía, hasta que sintió que sus piernas se elevaban y allí quedo con un vibrador es su concha y una pija muy dura apuntando su culito, ni siquiera intento resistirse me miro a los ojos y me regalo un gemido entre queja por estocada en doble penetración después se vino un orgasmo más potentes que me han regalado, al punto que he tenido que tirar almohadones de ese sofá por la cantidad de fluido que salio de esa mujer que parecía entrar en un coma orgásmico después de semejante violación.
La noche paso, y nos encontró abrazados, al otro día después de tan violenta sesión de sexo anal caminaba como quien tiene dolor de columna, pero solo con verme sonría.
Se fue a su casa en un taxi, caminando aun con cierta dificultad y regalándome esa sensación que solo superman debe sentir. A la noche siguiente me llego su mensaje.
- Gracias por hacerme redescubrir el sexo, ahora tengo que recomponerme hasta que venga mi marido..
- Cuando el se valla de nuevo, quiero que me sigas mostrando tus juguetes

Y así fue, que la ama de casa esposa del camionero, se convirtió en una amante del sexo con otro macho, que jamás la amaría, que jamás la mantendría, que no le daría hijos. Pero que siempre estaría para cuando quisiera recordar su primer noche de sumisión.
Leo avtr.

el relato es verídico y dejo unas fotos de la dama en cuestión.


sexo

amiga

casada

13 comentarios - La mujer del camionero.

dany082
Super relato!! Y la nena esta super buena eh...q suerte la tuya la verdad ....gracias por compartir. ..saludos
kramalo
muy bueno...!! qué..? hubo mas...? jaja!! saludos.
LAEMPERATRIX
No esperaba otra cosa de MI amigo...
Un genio....