-Quiero conocerla a Paula...
La tempestad se iba calmando. Los gritos y las lágrimas de mi mujer que hasta hacía unos minutos habían llenado la habitación iban dando paso al silencio, ese silencio descorazonado de la tristeza profunda.
Diez años de casados en los que hubo de mi parte fidelidad absoluta, y creo firmemente que de ella también. Diez años en los que la líbido de los primeros tiempos fue dejando paso a la armoniosa paz de la dulce rutina, donde la previsibilidad del hogar era refugio para el amor, aunque encarcelaba el deseo. Diez años en los que las dietas y gimnasio del principio por parte de ambos habian dejado paso al descuido de nuestras figuras. La certeza de sabernos amados nos volvio perezosos.
Diez años hasta esa tarde en la que Paula se cruzó en mi camino.
Paula era una tipica adolescente rebelde, con 18 años recién cumplidos comenzaba la facultad en la que yo comenzaba por primera vez a dictar clases. Inexpertos ambos, la adrenalina de lo nuevo sacudió algo en mi. Yo la duplicaba en edad, podía ser mi hija. Sus modos desafiantes y su forma de vestir casi pornográfica para una facultad de derecho me molestaban. Su desinterés en mis clases me irritaba, continuamente le llamaba la atención, hasta que un día me contestó tan mal que no me contuve en mis casillas, la grité en medio del aula, la eché, se fue llorando, me senti culpable, sali a hablar con ella, discutimos. A la salida me esperaba en mi auto, me pidió que la lleve hasta el centro, me senti culpable por haberla hecho llorar y accedí. En el camino dejó atrás su máscara de llanto y se convirtió en una perra, me bajó el cierre mientras manejaba, intenté detenerla, me dijo "Sabes lo que pasa con todos los maduritos pajeros como vos? que seguro tenes una esposa que no te atiende bien, y ven una pendeja como yo y se calientan" Le dije que se calle que no sabia nada de mi, pero ni siquiera intenté estacionar el auto, ni intenté frenarla, los vidrios polarizados conservaban mi imagen en medio de una autopista poblada de autos. Me la chupó magistralmente, cuando estaba a punto de acabar me soltó la pija y se sacó la remera, dejo ver unas tetas enormes y un cuerpo escultural. Me miró con cara de puta desafiante, me exigió "Me llevas a un telo ahora y hacemos las paces". Encaré hacia el telo.
Cuando estabamos entrando me dijo "A tu mujer la conozco" Me quede helado, casi arrugo, pero me apretó la pija con la mano mientras me decía "Tranquilo, ella no me ubica, los vi una vez que fueron juntos a comprar ropa a un negocio donde trabajé en el verano, desde ahi estoy caliente con vos y cuando vi que eras mi profe pense que suerte tengo" Sus palabras no me calmaban, pero comenzó a arañarme suavemente el pecho y morderme los pezones mientras me decia "relajate no seas tonto, hoy vas a probar el culo de una pendeja, hace cuanto que no le haces el culo a una pendeja?" Caí en sus redes. La tiré en la cama, sacó a la bestia en mi, le pegué chirlos en el orto hasta dejarselo rojo y con los dedos marcados, le dije que era una puta mala, una pendeja puta que la iba a re culiar por hija de puta, a ella la excitaba todo eso, se empapaba y gritaba cada vez mas fuerte. Le escupí el agujerito del culo y con un poco de saliva nada mas se la metí a pelo, sin forro, quería que le duela, que sufra por trola, la cabalgué con toda la bronca y la calentura contenida. Le hice mierda el culo. Ella salió sonriente.
Seguimos cogiendo dos semanas, hasta que un día la vi apretando y tranzando con un nene de su edad en los pasillos de la facultad, un pendejo hermoso, pinta de jugador de ruckby, me sentí en interioridad de condiciones. Desde ahi estuve frio con ella, no respondi sus llamadas, la trate muy mal, hasta que un día se me apareció en mi casa, casi me caigo de culo, menos mal que mi mujer estaba laburando. Me dijo "Pelotudo que te pasa a vos? que bicho te pico?" Le dije que vaya con su amiguito que seguro la cogia mejor que yo. Se cago de risa y me dijo "Ay que boludo que sos no me digas que tenes celos de Martin!" La miré en silencio "Pero que pelotudo! que pensaste que solo vos me cogias?" se me reía en la cara, sentí impotencia, me dieron ganas de pegarle una cachetada por impertinente "Pelotudo el que tiene una vida sexual de mierda sos vos, tenes que agradecerme que apareci en tu vida, yo no te necesito, a mi me atienden muy bien, la que hace una obra de bien aqui soy yo" No aguanté la bronca y empecé a gritarla "Pero que te crees pendeja puta, quien sos para hablarme asi?" Me respondio "La que te metió el dedo en el culo la ultima vez que cogimos, o que ya te olvidaste?" Era cierto, en el ultimo polvo yo cai rendido a la cama y ella vino, me paso jabon y agua tibia y me limpió el hoyito del culo, despues me lo empezó a lamer despacio, me puso más jabon y me metió un dedo, yo no me resistí, me encantaba lo que hacía. Se sentó encima mio y me dijo "Mira putito como te culeo, soy una hembra culeandose a un machito" Me lo metió con violencia mientras se pajeaba con la otra mano y yo me frotaba contra el colchón, hasta que acabamos los dos. Pero ahora me lo echaba en cara "Y eso que mierda tiene que ver?" le dije. "Que sos un pelotudo, te haces el frigido y sos un sexopata depravado, hasta siento pena por esa pobre mina que tenes de esposa, si supiera los polvos que se pierde por tu represión sexual" No le respondí, mas bien me puse pensativo, era cierto que con mi mujer no sentía deseo, cogiamos como mucho una vez al mes y siempre mecánicamente, pero esta pendeja me encendía. Me acorde que los primeros años mi esposa tambien era asi de puta, y eso me encendía. Luego se aseñoró, se puso en el rol de esposa, y la libido se fue apagando. Me dijo "Mira viejito, yo voy a seguir cogiendo con nenes y nenas de mi edad como lo vengo haciendo, ademas me encanta coger con vos, pero si te pones en pelotudo te perdes este culo, mis amigos y amigas contentos, mas culo para ellos y ellas" La mire sin entender "Amigos y amigas decis?" Me miró con lástima "Pero que te pensas que con las minas hermosas que hay en la facu me voy a limitar a coger solo con tipos? tan mediocre me crees?" Evidentemente yo, que no me consideraba a mis 36 un viejo, era de otra generación al lado de esa hembra de 18. El comentario despertó mi morbo, la pija se me puso como una piedra. Se dio cuenta y se empezó a reir "Ay sos un pajero tremendo, te dije que me como unas argollas de vez en cuando y ya de solo pensarlo tenes la pija durisima!" No supe que responder. Ella caminó hacia la cocina, me puso nervioso, mi esposa no volvía hasta dos horas mas tarde pero igual me puso nervioso. La pendeja se inclinó sobre la barra del desayunador sacando el culo con una mini de jean que mas parecia una vincha que una pollera "Queres culiarme un ratito?" Intente ponerme serio "Para nena esta es mi casa, puede venir mi esposa" Insistió "Dale un ratito, quiero irme con tu lechita chorreandose entre mis piernas" Me resistí y se enojó. Miró una foto en la pared de mi y mi esposa en la playa en las ultimas vacaciones. Me dijo altanera y sin mirarme a los ojos "Esa es la señora?" No respondi nada, siguio hablandome "Mira vos, en bikini se la ve mucho mejor, tiene muy buenas tetas, debe hacer buenas turcas" Segui mudo "Esta un poco descuidada pero si me la das con seis meses de dieta y gym te la devuelvo hecha una diosa, mucho mejor que cualquier pendeja" Me calentaba el comentario pero no contesté. Finalmente remató "Dale lindo, dejame que le chupe las tetas a tu señora mientras me rompes el culo, y si queres yo traigo un juguetito y le hacemos una doble penetración, esa puta necesita que la atiendan de a dos para compensarle tantos años de descuido" Intente ponerme serio nuevamente "Estas en pedo, mi esposa no se prende en esas cosas" Me miró con desprecio "Vos sos un boludo importante, semejante hembra y la tenes hecha una virgen vestal...mira nenito, tendras unos años mas que yo pero de minas sabes muy poco, estoy segura que yo a mis 18 me cogi mas mujeres que vos a tus 36" Seguia atacando mi orgullo "Conozco las minas fiesteras con solo verles la cara en una foto, tu esposa esta caliente y si no hacemos un trio, la voy a seducir y me la voy a coger yo solita" Me indignó el comentario, aunque en realidad me calentó demasiado la idea y exploté en furia para no asumirla, la eché "Pasaste todos los límites, aqui se termina todo, te vas ya de mi casa". Reclinó la cola de nuevo sobre el desayunador "Culeame por ultima vez y no te jodo mas". De la bronca que tenía le reventé el orto como un animal salvaje, me le monté encima, le llené de chupones el cuello, le pegue chirlos en el culo, en las tetas, en la cara, le dije las cosas mas groseras imaginables, y acabé un litro de leche en lo más profundo de su ojete. Me miró satisfecha y me dijo "Bueno, me voy, pero si cambias de opinión sabes donde buscarme. Puedo pasar al baño antes?" Si, por supuesto.
La pendeja se fue y mi esposa regresó, saludos de rutina, dejó las bolsas del súper, cara de orto por no se que quilombo en el laburo, y se metió al baño. Ahí estalló la hecatombe.
Sentí sus gritos "Hijo de remil puta veni ya a explicarme que es esto, que mierda es esto la puta que te parió hijo de puta basura de mierda" No entendía nada, fui y ahi estaba, en medio del baño, tirada y llena de leche y flujos la bombacha de Paula, la muy hija de puta habia dejado su tanga con los recuerdos de la cogida tirada en medio del baño como souvenir, y como no hacia mas de 15 minutos que se habia ido, estaba todavía llena de semen y flujos frescos, con un penetrante olor a sexo.
La discusión llegó hasta las tres de la mañana, ni cenamos, hubo platos rotos, amenazas de divorcio, valijas a medio armar, hasta que en un momento en que ella intentaba pegarme piñas en el pecho la abracé y la atraje a mi. Como si no comprendiese la gravedad del momento, al sentirla pegada a mi cuerpo la pija se me puso como roca. Mi mujer la sintió
"Ah encima seguis caliente basura! ni siquiera te atiende bien la pelotuda esa" Yo callé "A ver boludo hablame, contale a la cornuda para que se entere, cuanto hace que te la coges, que edad tiene, de que cabaret la sacaste" Segui en silencio. Me miró con odio "Contame o me voy ya mismo y no me ves mas entendes? no estoy jodiendo, me contas todo" Timidamente le fui contando, ella me exijía detalles, intenté omitirlos para no lastimarla, pero me paró en seco "Mira boludo aqui el unico hijo de puta sos vos, yo soy la cornuda que recien se entera de sus astas, asi que lo minimo que podes hacer es no escatimar detalles me entendiste?" Obedecí, le conté paso a paso, sus ojos brillaban, se empezó a tocar por encima del pantalón ¿se estaba calentando? Segui el relato, ella se puso en bolas y se empezó a pajear descaradamente "Segui contando hijo de puta segui que no doy mas!" Estaba con la concha chorreando flujos, hacia años no la veía así. Intenté subirme arriba de ella, me saco de un empujon "No entendes? No me vas a coger, no mereces cogerme, me voy a pajear escuchandote nada mas, ahora segui contando o agarro la valija y me voy" Ante la evidente calentura que le producian a mi mujer mis andanzas extramatrimoniales, llegué hasta lo sucedido aquella tarde. Me interrumpió para decirme "Pero que viejo choto te has vuelto! asi que pensabas que semejante puta no te iba a meter los cuernos! Veni cornudo, chupale la concha a esta cornuda, al menos estamos a mano en eso" Bajé y le empece a lamer la concha, mientras le seguía contando y cuando llegué a lo que me dijo Paula de que quería un trio con los dos o sino ella se la iba a coger sola, estalló en un orgasmo impresionante, creo que hacia por lo menos 7 u 8 años que no la veía acabar así. Estaba toda roja. Me miró y me dijo "Y de donde mierda sacaste que a mi no me interesaría cogermela a la puta que se lo cogió a mi esposo?"
Atras habian quedado los gritos, las lágrimas, y tambien la calentura y el orgasmo de mi mujer. Me miró y me dijo "Pero quiero cogermela yo sola primero, quiero que me estrene en el sexo con una mujer, y despues vemos, si me cae bien esa puta capaz que te dejo que te la sigas cogiendo, pero conmigo presente, o al menos con mi permiso" Yo sonreía incrédulo. Me dijo con una voz entre dulzura y firmeza "No me importa que sean las tres de la mañana, mandale ya mismo un mensaje invitandola a cenar mañana, y vos a los cinco minutos de que empiece esa cena te vas a borrar con cualquier excusa me entendiste? Escribile ya antes que me arrepienta. Quiero conocerla a Paula"
La tempestad se iba calmando. Los gritos y las lágrimas de mi mujer que hasta hacía unos minutos habían llenado la habitación iban dando paso al silencio, ese silencio descorazonado de la tristeza profunda.
Diez años de casados en los que hubo de mi parte fidelidad absoluta, y creo firmemente que de ella también. Diez años en los que la líbido de los primeros tiempos fue dejando paso a la armoniosa paz de la dulce rutina, donde la previsibilidad del hogar era refugio para el amor, aunque encarcelaba el deseo. Diez años en los que las dietas y gimnasio del principio por parte de ambos habian dejado paso al descuido de nuestras figuras. La certeza de sabernos amados nos volvio perezosos.
Diez años hasta esa tarde en la que Paula se cruzó en mi camino.
Paula era una tipica adolescente rebelde, con 18 años recién cumplidos comenzaba la facultad en la que yo comenzaba por primera vez a dictar clases. Inexpertos ambos, la adrenalina de lo nuevo sacudió algo en mi. Yo la duplicaba en edad, podía ser mi hija. Sus modos desafiantes y su forma de vestir casi pornográfica para una facultad de derecho me molestaban. Su desinterés en mis clases me irritaba, continuamente le llamaba la atención, hasta que un día me contestó tan mal que no me contuve en mis casillas, la grité en medio del aula, la eché, se fue llorando, me senti culpable, sali a hablar con ella, discutimos. A la salida me esperaba en mi auto, me pidió que la lleve hasta el centro, me senti culpable por haberla hecho llorar y accedí. En el camino dejó atrás su máscara de llanto y se convirtió en una perra, me bajó el cierre mientras manejaba, intenté detenerla, me dijo "Sabes lo que pasa con todos los maduritos pajeros como vos? que seguro tenes una esposa que no te atiende bien, y ven una pendeja como yo y se calientan" Le dije que se calle que no sabia nada de mi, pero ni siquiera intenté estacionar el auto, ni intenté frenarla, los vidrios polarizados conservaban mi imagen en medio de una autopista poblada de autos. Me la chupó magistralmente, cuando estaba a punto de acabar me soltó la pija y se sacó la remera, dejo ver unas tetas enormes y un cuerpo escultural. Me miró con cara de puta desafiante, me exigió "Me llevas a un telo ahora y hacemos las paces". Encaré hacia el telo.
Cuando estabamos entrando me dijo "A tu mujer la conozco" Me quede helado, casi arrugo, pero me apretó la pija con la mano mientras me decía "Tranquilo, ella no me ubica, los vi una vez que fueron juntos a comprar ropa a un negocio donde trabajé en el verano, desde ahi estoy caliente con vos y cuando vi que eras mi profe pense que suerte tengo" Sus palabras no me calmaban, pero comenzó a arañarme suavemente el pecho y morderme los pezones mientras me decia "relajate no seas tonto, hoy vas a probar el culo de una pendeja, hace cuanto que no le haces el culo a una pendeja?" Caí en sus redes. La tiré en la cama, sacó a la bestia en mi, le pegué chirlos en el orto hasta dejarselo rojo y con los dedos marcados, le dije que era una puta mala, una pendeja puta que la iba a re culiar por hija de puta, a ella la excitaba todo eso, se empapaba y gritaba cada vez mas fuerte. Le escupí el agujerito del culo y con un poco de saliva nada mas se la metí a pelo, sin forro, quería que le duela, que sufra por trola, la cabalgué con toda la bronca y la calentura contenida. Le hice mierda el culo. Ella salió sonriente.
Seguimos cogiendo dos semanas, hasta que un día la vi apretando y tranzando con un nene de su edad en los pasillos de la facultad, un pendejo hermoso, pinta de jugador de ruckby, me sentí en interioridad de condiciones. Desde ahi estuve frio con ella, no respondi sus llamadas, la trate muy mal, hasta que un día se me apareció en mi casa, casi me caigo de culo, menos mal que mi mujer estaba laburando. Me dijo "Pelotudo que te pasa a vos? que bicho te pico?" Le dije que vaya con su amiguito que seguro la cogia mejor que yo. Se cago de risa y me dijo "Ay que boludo que sos no me digas que tenes celos de Martin!" La miré en silencio "Pero que pelotudo! que pensaste que solo vos me cogias?" se me reía en la cara, sentí impotencia, me dieron ganas de pegarle una cachetada por impertinente "Pelotudo el que tiene una vida sexual de mierda sos vos, tenes que agradecerme que apareci en tu vida, yo no te necesito, a mi me atienden muy bien, la que hace una obra de bien aqui soy yo" No aguanté la bronca y empecé a gritarla "Pero que te crees pendeja puta, quien sos para hablarme asi?" Me respondio "La que te metió el dedo en el culo la ultima vez que cogimos, o que ya te olvidaste?" Era cierto, en el ultimo polvo yo cai rendido a la cama y ella vino, me paso jabon y agua tibia y me limpió el hoyito del culo, despues me lo empezó a lamer despacio, me puso más jabon y me metió un dedo, yo no me resistí, me encantaba lo que hacía. Se sentó encima mio y me dijo "Mira putito como te culeo, soy una hembra culeandose a un machito" Me lo metió con violencia mientras se pajeaba con la otra mano y yo me frotaba contra el colchón, hasta que acabamos los dos. Pero ahora me lo echaba en cara "Y eso que mierda tiene que ver?" le dije. "Que sos un pelotudo, te haces el frigido y sos un sexopata depravado, hasta siento pena por esa pobre mina que tenes de esposa, si supiera los polvos que se pierde por tu represión sexual" No le respondí, mas bien me puse pensativo, era cierto que con mi mujer no sentía deseo, cogiamos como mucho una vez al mes y siempre mecánicamente, pero esta pendeja me encendía. Me acorde que los primeros años mi esposa tambien era asi de puta, y eso me encendía. Luego se aseñoró, se puso en el rol de esposa, y la libido se fue apagando. Me dijo "Mira viejito, yo voy a seguir cogiendo con nenes y nenas de mi edad como lo vengo haciendo, ademas me encanta coger con vos, pero si te pones en pelotudo te perdes este culo, mis amigos y amigas contentos, mas culo para ellos y ellas" La mire sin entender "Amigos y amigas decis?" Me miró con lástima "Pero que te pensas que con las minas hermosas que hay en la facu me voy a limitar a coger solo con tipos? tan mediocre me crees?" Evidentemente yo, que no me consideraba a mis 36 un viejo, era de otra generación al lado de esa hembra de 18. El comentario despertó mi morbo, la pija se me puso como una piedra. Se dio cuenta y se empezó a reir "Ay sos un pajero tremendo, te dije que me como unas argollas de vez en cuando y ya de solo pensarlo tenes la pija durisima!" No supe que responder. Ella caminó hacia la cocina, me puso nervioso, mi esposa no volvía hasta dos horas mas tarde pero igual me puso nervioso. La pendeja se inclinó sobre la barra del desayunador sacando el culo con una mini de jean que mas parecia una vincha que una pollera "Queres culiarme un ratito?" Intente ponerme serio "Para nena esta es mi casa, puede venir mi esposa" Insistió "Dale un ratito, quiero irme con tu lechita chorreandose entre mis piernas" Me resistí y se enojó. Miró una foto en la pared de mi y mi esposa en la playa en las ultimas vacaciones. Me dijo altanera y sin mirarme a los ojos "Esa es la señora?" No respondi nada, siguio hablandome "Mira vos, en bikini se la ve mucho mejor, tiene muy buenas tetas, debe hacer buenas turcas" Segui mudo "Esta un poco descuidada pero si me la das con seis meses de dieta y gym te la devuelvo hecha una diosa, mucho mejor que cualquier pendeja" Me calentaba el comentario pero no contesté. Finalmente remató "Dale lindo, dejame que le chupe las tetas a tu señora mientras me rompes el culo, y si queres yo traigo un juguetito y le hacemos una doble penetración, esa puta necesita que la atiendan de a dos para compensarle tantos años de descuido" Intente ponerme serio nuevamente "Estas en pedo, mi esposa no se prende en esas cosas" Me miró con desprecio "Vos sos un boludo importante, semejante hembra y la tenes hecha una virgen vestal...mira nenito, tendras unos años mas que yo pero de minas sabes muy poco, estoy segura que yo a mis 18 me cogi mas mujeres que vos a tus 36" Seguia atacando mi orgullo "Conozco las minas fiesteras con solo verles la cara en una foto, tu esposa esta caliente y si no hacemos un trio, la voy a seducir y me la voy a coger yo solita" Me indignó el comentario, aunque en realidad me calentó demasiado la idea y exploté en furia para no asumirla, la eché "Pasaste todos los límites, aqui se termina todo, te vas ya de mi casa". Reclinó la cola de nuevo sobre el desayunador "Culeame por ultima vez y no te jodo mas". De la bronca que tenía le reventé el orto como un animal salvaje, me le monté encima, le llené de chupones el cuello, le pegue chirlos en el culo, en las tetas, en la cara, le dije las cosas mas groseras imaginables, y acabé un litro de leche en lo más profundo de su ojete. Me miró satisfecha y me dijo "Bueno, me voy, pero si cambias de opinión sabes donde buscarme. Puedo pasar al baño antes?" Si, por supuesto.
La pendeja se fue y mi esposa regresó, saludos de rutina, dejó las bolsas del súper, cara de orto por no se que quilombo en el laburo, y se metió al baño. Ahí estalló la hecatombe.
Sentí sus gritos "Hijo de remil puta veni ya a explicarme que es esto, que mierda es esto la puta que te parió hijo de puta basura de mierda" No entendía nada, fui y ahi estaba, en medio del baño, tirada y llena de leche y flujos la bombacha de Paula, la muy hija de puta habia dejado su tanga con los recuerdos de la cogida tirada en medio del baño como souvenir, y como no hacia mas de 15 minutos que se habia ido, estaba todavía llena de semen y flujos frescos, con un penetrante olor a sexo.
La discusión llegó hasta las tres de la mañana, ni cenamos, hubo platos rotos, amenazas de divorcio, valijas a medio armar, hasta que en un momento en que ella intentaba pegarme piñas en el pecho la abracé y la atraje a mi. Como si no comprendiese la gravedad del momento, al sentirla pegada a mi cuerpo la pija se me puso como roca. Mi mujer la sintió
"Ah encima seguis caliente basura! ni siquiera te atiende bien la pelotuda esa" Yo callé "A ver boludo hablame, contale a la cornuda para que se entere, cuanto hace que te la coges, que edad tiene, de que cabaret la sacaste" Segui en silencio. Me miró con odio "Contame o me voy ya mismo y no me ves mas entendes? no estoy jodiendo, me contas todo" Timidamente le fui contando, ella me exijía detalles, intenté omitirlos para no lastimarla, pero me paró en seco "Mira boludo aqui el unico hijo de puta sos vos, yo soy la cornuda que recien se entera de sus astas, asi que lo minimo que podes hacer es no escatimar detalles me entendiste?" Obedecí, le conté paso a paso, sus ojos brillaban, se empezó a tocar por encima del pantalón ¿se estaba calentando? Segui el relato, ella se puso en bolas y se empezó a pajear descaradamente "Segui contando hijo de puta segui que no doy mas!" Estaba con la concha chorreando flujos, hacia años no la veía así. Intenté subirme arriba de ella, me saco de un empujon "No entendes? No me vas a coger, no mereces cogerme, me voy a pajear escuchandote nada mas, ahora segui contando o agarro la valija y me voy" Ante la evidente calentura que le producian a mi mujer mis andanzas extramatrimoniales, llegué hasta lo sucedido aquella tarde. Me interrumpió para decirme "Pero que viejo choto te has vuelto! asi que pensabas que semejante puta no te iba a meter los cuernos! Veni cornudo, chupale la concha a esta cornuda, al menos estamos a mano en eso" Bajé y le empece a lamer la concha, mientras le seguía contando y cuando llegué a lo que me dijo Paula de que quería un trio con los dos o sino ella se la iba a coger sola, estalló en un orgasmo impresionante, creo que hacia por lo menos 7 u 8 años que no la veía acabar así. Estaba toda roja. Me miró y me dijo "Y de donde mierda sacaste que a mi no me interesaría cogermela a la puta que se lo cogió a mi esposo?"
Atras habian quedado los gritos, las lágrimas, y tambien la calentura y el orgasmo de mi mujer. Me miró y me dijo "Pero quiero cogermela yo sola primero, quiero que me estrene en el sexo con una mujer, y despues vemos, si me cae bien esa puta capaz que te dejo que te la sigas cogiendo, pero conmigo presente, o al menos con mi permiso" Yo sonreía incrédulo. Me dijo con una voz entre dulzura y firmeza "No me importa que sean las tres de la mañana, mandale ya mismo un mensaje invitandola a cenar mañana, y vos a los cinco minutos de que empiece esa cena te vas a borrar con cualquier excusa me entendiste? Escribile ya antes que me arrepienta. Quiero conocerla a Paula"
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