Ahí seguíamos Guadalupe y yo, desnudos en el living, luego que ella había garchado con su marido y mi vieja y yo me hice una paja hermosa que había acabado en sus tetas.
Ella me tocaba y seguía masturbandose, yo aterrado porque pudiera volver Enrique, o mi vieja.
"Tranquilo, ellos ahora estan cojiendo en la bañera afuera, ahora acostate"
Me acosté en el sofá y ella hizo lo mismo sobre mi, pero al revés, dejando su concha en mi cara. Sentí en mi pija la humedad de su boca desplazándose, mientras esa preciosa cajeta se acercaba a mi cara, para luego refregarse freneticamente. Ahi me puse como loco y , por lo que había visto en algunas pornos, comencé a chuparle la concha y a meterle los dedos. Era delicioso y una dimension nueva, acostumbrado a las revistas de desnudos y masturbarme quizás hasta con un amigo (mi bisexualidad estaba naciendo en esa misma época), pero esa cajeta era algo sublime.
-Comeme la concha, pendejo
Y la cara se me llenó de su flujo, era colosal
Mi poronga estaba hecha un fierro, tal es así que ella se dio vuelta y me cabalgó. Yo estaba debutando sexualmente con Guadalupe, por Dios!! Sus tetas se movían, saltaban, mi verga entraba y salía de esa selva de pelos negros, y mis manos no podían despegarse de ese hermoso culo. Ese ojete me encantaba y me preguntaba como sería hacer sexo anal. Mientras ya sentados y ella (aun) arriba mio, le mandé un dedo en el ano. Ahi paró. Se paró y me pidió que le chupara la concha
"Lo haces bien, forro. Te gustaría hacerme el ojete, no?. Esperá acá."
Ahi la vi alejarse hasta un armario. Se agachó y sacó algo. Se quedó un rato agachada, con el culo mirando hacia mi. Luego se volvió y siguió mamandome la pija, mirándome a los ojos. Yo no podía ver que es lo que tenía en su mano, hasta que finalmente vi que tenía cinta y una capucha. Se paró para que nuevamente le lamiera la concha y me dijo
"Querés hacer un ojete bien hecho pendejo? Ahora lo vas a hacer."
Me encintó las manos y me selló la boca luego de un chupón larguísimo. Luego me puso la capucha.
El extasis se confundía con el temor. Más aun cuando escuché a mi madre...
(Continuará)
Ella me tocaba y seguía masturbandose, yo aterrado porque pudiera volver Enrique, o mi vieja.
"Tranquilo, ellos ahora estan cojiendo en la bañera afuera, ahora acostate"
Me acosté en el sofá y ella hizo lo mismo sobre mi, pero al revés, dejando su concha en mi cara. Sentí en mi pija la humedad de su boca desplazándose, mientras esa preciosa cajeta se acercaba a mi cara, para luego refregarse freneticamente. Ahi me puse como loco y , por lo que había visto en algunas pornos, comencé a chuparle la concha y a meterle los dedos. Era delicioso y una dimension nueva, acostumbrado a las revistas de desnudos y masturbarme quizás hasta con un amigo (mi bisexualidad estaba naciendo en esa misma época), pero esa cajeta era algo sublime.
-Comeme la concha, pendejo
Y la cara se me llenó de su flujo, era colosal
Mi poronga estaba hecha un fierro, tal es así que ella se dio vuelta y me cabalgó. Yo estaba debutando sexualmente con Guadalupe, por Dios!! Sus tetas se movían, saltaban, mi verga entraba y salía de esa selva de pelos negros, y mis manos no podían despegarse de ese hermoso culo. Ese ojete me encantaba y me preguntaba como sería hacer sexo anal. Mientras ya sentados y ella (aun) arriba mio, le mandé un dedo en el ano. Ahi paró. Se paró y me pidió que le chupara la concha
"Lo haces bien, forro. Te gustaría hacerme el ojete, no?. Esperá acá."
Ahi la vi alejarse hasta un armario. Se agachó y sacó algo. Se quedó un rato agachada, con el culo mirando hacia mi. Luego se volvió y siguió mamandome la pija, mirándome a los ojos. Yo no podía ver que es lo que tenía en su mano, hasta que finalmente vi que tenía cinta y una capucha. Se paró para que nuevamente le lamiera la concha y me dijo
"Querés hacer un ojete bien hecho pendejo? Ahora lo vas a hacer."
Me encintó las manos y me selló la boca luego de un chupón larguísimo. Luego me puso la capucha.
El extasis se confundía con el temor. Más aun cuando escuché a mi madre...
(Continuará)
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