Mis vecinas gemelas 4

Esa misma noche le mande las fotos por mail, al rato me llega un sms:

Mariana – mi hermana esta desesperada, me mostró las fotos, no sabe que hacer.

Yo – muy bien, es lo que queríamos no?

Mariana – si, ya falta poco para que le apliques el mismo tratamiento que a mí jajaja

Yo – si putita, mañana no subas, voy yo para allá

A la mañana siguiente, bajé y abrí la puerta con mis llaves, y me fui derecho a la habitación de Ana, que estaba durmiendo desnuda, me saque la pija del pantalón y se la pasé por la cara, como pintándola, deteniéndome en los labios, por los ojos, cerca de la nariz, para que la oliera,. Ana abrió la boca instintivamente y se tragó la cabeza de la verga de una; la calidez de esa boca hizo que mi pija alcanzara su máximo en pocos segundos, Ana se acomodó y engulló media pija de una, sus manos estaban pérdidas entre sus piernas y por el movimiento del brazo se estaba haciendo flor de paja. Todavía no había abierto los ojos y ya estaba chupando pija; ese pensamiento me causó gracia.

Así como llegué me fui dejándola caliente, me metí sigilosamente en el cuarto de Mariana, repetí la misma operación que con Ana, solo que Mariana abrió grandes los ojos y sentándose en la cama, me agarró de los costados de mi cintura y se devoró mas de media pija de un solo saque.

Yo – putita, ponete en cuatro que te voy a coger ese culito precioso que tenés – dije murmurando

Mariana – lubricámelo, porque sino me va a doler –

Yo – no va hacer falta – y se la mandé de una hasta el fondo de la concha, que casi chorreaba de calentura. Mariana hundía la cara en la almohada para que no se escucharan los gemidos.

Di unos cuantos empujones, solo se escuchaba el sonido de nuestros cuerpos chocando, la saque y le metí dos dedos hasta el fondo, Mariana volvió a taparse la cara y un fuerte gemido sordo sonó en su garganta. Con los dedos mojados con sus flujos, se los metí en el culo, despacio; no quería lastimarla; se ve que a mi putita le había gustado la estimulación anal, porque a los pocos minutos tuvo un orgasmo, solo se retorcía; hacía un gran esfuerzo por no emitir ningún sonido.

Le puse la punta de la pija en el anillo del culo y empecé a forzar la entrada, costo menos que cuando la desvirgué, pero Mariana no dijo nada, se estaba acostumbrando a recibir pija por el culito, se la metí toda, hasta que mis huevos chocaron con sus nalgas, fue de un sola envestida, no bruta, sino suave pero sin detenerme. Cuando estuvo toda adentro, me agarré de su cadera y me apreté con fuerza, no se que quería meter, si ya no me quedaba nada.

Comencé con los movimientos, primeros suaves, hasta que Mariana se movía en círculos, volviéndome loco con las sensaciones, literalmente se estaba revolviendo las entrañas, esto disparó mi morbo y me moví sin asco, haciendo mucho ruido, mi respiración agitada y el choque de los cuerpos era no único que se sentía en la habitación.

Todos esos sonidos tuvieron el efecto deseado, el de despertar a Marina, que prendió la luz de la mesa de noche y nos vio.

Marina – que… que estas haciendo con mi hermana?

Mariana – que va a ser? Me está rompiendo el culo, puritana de mierda!

Marina – le voy a decir a mamá – y salió corriendo de la habitación hacia la de su madre.

Mariana – te dije que mi hermanita era santurrona, igual que mi papá.

Yo – igual que quien??

Mariana – que el cornudo jejejejejejejeje

Mariana seguía con ese movimiento enloquecedor, hasta que no pude más y solté una larga acabada en el culo.

Mariana – haaaaaaay como te siento, tu leche, me esta quemando viva, aaaahhhhhh que ganas que me tenías uffff, seguí empujando que ya acabo yo también.

Fiel a su pedido, seguí moviéndome, clavándole la pija, mientras sentía como de a poco iba perdiendo dureza, hasta que Mariana tuvo su orgasmo, esta vez, gritó bien fuerte para que se escuchara por toda la casa.

Me desplomé sobre la cama de Mariana se ubicó a mi lado, los pelos del flequillo, pegados a la frente por lo transpirado del esfuerzo. A los pocos minutos entraron por la puerta Marina y Ana, las dos con cara de enojo.

Ana - hijo de puta que le estas haciendo a mi hija?

Yo – me la acabo de culiar y dejarle el culo bien lleno de leche – dije igual de serio

Marina, miraba como satisfecha de habernos delatado, por el rabillo del ojo no perdía detalle de mi pija, la que no estaba del todo en reposo, quería seguir con la fiesta.

Ana – y te parece bonito, dejarme a mi con todas las ganas de coger?, me prometiste romperme el culo a mi también.

La cara de Marina era un poema, los ojos grandes como platos, mirando a su madre, la que sin importarle que mi pija haya estado en el culo de su hija unos minutos antes, se puso a chuparme, tratando de reanimarla.

Marina salió de su asombró y hablo:

Marina – pe…..pero mamá, ¿Qué estas haciendo?

Ana – no ves hija?, chupándole la pija al vecino, para que después me rompa el culo, como se lo rompió a tu hermana.

Marina - ¿Qué les hiciste, que les diste? Esta no puede ser mi mamá. Estaba roja de furia.

Yo – a ver Marinita, que parte de todo esto no entendés. Les doy lo que ellas quieren, a tu hermana, la inicié en los placeres del sexo y a tu madrecita, le doy lo que tu papá nunca le dio, algo del placer que siempre le negó. De qué te extrañas?

Marina – esto lo tiene que saber mi papá.

Yo – bueno, acá está el teléfono, llamalo y contale, pero todos tus amigos van a ver las fotitos y el magnifico video que tengo, en unos días vas a ser la virgen más puta del mundo.

Marina – no, no me podes hacer esto.

Ana – por que no?, yo voy a decir que todo son mentiras tuyas, para tapar las cochinadas a las que has sometido a tu hermana

Marina - ¿queeeeeé?

Yo – ya sabes, o me haces caso en todo o se te termina la vida, por lo que estuve conversando con tu papá es muy reacio a las relaciones homosexuales.

Marina – esto no me puede estar pasando – dijo casi llorando.

Yo – Acá todo es muy fácil, tenés dos opciones, o seguir siendo una mujer hermosa, que anda pajeándose a escondidas, o abrirte al placer del sexo.

Mariana – hermana, yo pensaba igual que vos y ahora no puedo estar sin esta hermosa pija adentro mío. – dijo agarrándomela de la base y apretándola para dejarla lista para el segundo asalto.

Yo – andá al cuarto de tu mamá, termino de cogérmelas y voy a hablar con vos.

Estaba seguro que con lo que había visto, se había calentado, la genética de las hermanas no era tan diferente, y si es como me dice mi putita que anda pajeandose todo el día, Marina era tan sexual como su hermana. Ana estaba que no daba más, mientras Mariana me la chupaba ella se mandaba dos dedos hasta los nudillos por la concha.

Yo – Mariana, por que no le das una ayudita a tu mamá, parece que le hace falta, aparte yo tengo que ir a hablar con tu hermana.

Mariana, sin decir nada, soltó mi pija y se fue al lado de su madre, con mucha suavidad agarró la mano de su madre y se la saco de la concha, y se la llevó a la boca, sorbiendo todos los jugos que destilaba la concha materna. Los dedos de Mariana ya estaban ingresando en la concha de su mamá, mientras le mordía el pezón, Ana se retorció del placer. Salí de la habitación sin importarme estar en bolas, en la habitación matrimonial estaba Marina, llorando:

Yo – por lo que veo, tenés dos opciones, abrir la boca y quedar como una trola o simplemente probar las delicias del sexo, como veras tu hermanita y tu mamá están felices de haber probado.

Marina – no se, es muy fuerte todo esto, las desconozco a las dos. – decía mas tranquila.

Al rato suena el teléfono, era Manuel que estaba llegando, por lo que me vestí, y subí a mi departamento, y me fui al trabajo.

Mi jefa me llamó a su oficina, me tenía otro trabajo importante, estuvimos hablando largo rato, una vez terminado, delegué las tareas, estuve en lo mió un largo rato, hasta que se hizo la hora de salir.

Llegue al edificio, y me crucé con Manuel:

Yo – hola Manuel, ¿Cómo andas?

Manuel – bien, llegué de viaje algo cansado, pero es parte del trabajo.

Yo – cierto, hace días que no te veo.

Nos saludamos y cada uno siguió su camino, entré a mi departamento y allí estaba mi putita esperándome, sin dejarme soltar el maletín, me desprendió el pantalón y lo bajó junto a los boxers, sin dejarme respirar, se mando toda mi pija a la boca, dándome unas chupadas muy fuertes, como queriéndomela arrancar de raíz.

Yo – tranquila putita, tan desesperada estas?

Mariana – mmmmfff, no tenemos mucho tiempo, el cornudo nos vigila.

Mi putita no me daba tregua y no duré mucho ante semejante chupada de pija que me estaba dando; agarré fuerte su cabeza con las dos manos y la dejé quieta, haciendo fuerza, su nariz toco mi ingle, y empecé a cogérmela por la boca, todo el cuerpo me temblaba, hasta que varios chorros de leche fueron derecho al estomago de Mariana, grandes lagrimones corrían por sus mejillas.

Mariana – uf que fuerte, nunca me habías hecho así, me costo tragármela, pero me gustó, sentí como la leche me llenaba la panza.

Yo – putita si seguís así me vas a terminar matando.

Mariana – me voy no vaya a ser que el cornudo y pregunte por mí.

Esa tarde noche en la casa de los vecinos iba a haber mucha actividad, por lo que Ana preparó temprano la cena, y le dio a su marido dos pasillitas para dormir que usaba cuando el estrés le ganaba. No pasaron veinte minutos que Manuel avisó que se iba a dormir, Apenas apoyo la cabeza en la almohada se sumió en un profundo sueño.

Las tres mujeres estaban libres para hacer lo que quisieran, sin esperar, se fueron a la habitación de las “niñas”.

Mariana – bien hermanita, vas a hacer lo que te digamos?

Marina – son unas putas, no voy a entrar en ese juego! – dijo bastante enojada

Ana – claro que lo harás, ya estas en el juego, o te olvidas del video de ustedes dos, lo tiene Juan, si no le mandamos un sms, mañana le dirá a tu padre que tienen que hablar. Sabes que tu papá, mejor dicho el cornudo de tu papá confía en él. Si no como te crees que ese castrador iba a dejar a hombre como Juan entrar en esta casa llena de conchas?.

Mariana – lo que pasa es que el cornudo cree en el celibato – dijo riendo

Ana saco su celular y miro a Marina.

Ana - Y que hacemos?

Marina las miraba. Temblaba. – Que tendría que hacer? No pienso dejar que Juan me ….. viole...

Mariana - Claro que no hermanita, no hará falta, pero si que entres en el juego para que estemos seguras de que no te vas a ir de boca.

Marina – Esta bien, pero nada de coger con Juan, me da asco, y menos chuparle eso!

Ana – Eso?

Mariana – Su pija, le cuesta decirlo a la pobre.

Ana – Jajaja, si, ok, nada de “eso”.

Marina – Prometido?

Mariana – Claro! Como íbamos a dejar que te cogiera sin que estés de acuerdo?.

Marina – Y ahora que hacemos?

Ana – Desnudate.

Marina – Para qué?

Nos haremos unas fotos con el celular de tu hermana, todas desnudas. Ella las guardara como garantía, confiás en tu hermana ¿no?.

Marina- Si, más o menos.

Ana – Bien, todas en bolas.

Las tres se quedaron desnudas en un segundo, Marina las miro a las desnudas, con sus conchas mojaditas , y despacio se quito la ropa. Cuando estuvieron en bolas, Mariana les saco unas fotos con el celular y me las mandó al toque.

Mariana – pónganse mas juntas –

Ana pasó un brazo por los hombros de Marina y la atrajo, quedando las tetas de ambas tocándose.

Ana – ahora ustedes dos .

Mariana, que había ocupado el lugar de su madre agarro una teta de su hermana y sonrío a la cámara. Marina no sabia donde meterse.

Ana – Bien, pónganse en cuclillas… muy bien, ahora abrir las piernas. Uf, la de gente que pagaría por ver esas dos conchas, Marina, el tuyo se esta mojando, mirá como brilla en la foto.

Marina – no se como hacer para que esto no suceda, pero no puedo contenerme…

Mariana – eso es lo que no hay que hacer, contenerse, al final terminas frustrada, mira a nuestra madre el tiempo que le llevó descubrir el placer del sexo.

Ana – Por hombres como tu papá son incapaces de ver lo caliente que estas, chuparte y cogerte como su hembra y terminan siendo unos inútiles en la cama.

Marina – Eso te paso?, por eso dejas que Juan te haga esas cosas?

Ana – hija, lo que me hace Juan no tiene nombre.

Marina – Pero nos tuviste con Manuel!. O no somos hijas suyas?

Ana – Si, si lo es, pero no es lo mismo quedarse embarazada que coger, ya lo descubrirás cuando te quedes a medias y andes todo el día en la ducha metiéndote los dedos como ahora. Entonces me llamaras y me pedirás que te mande a Juan.

Marina – No creo.

Ana – Tenés un cuerpo increíble.

Marina – No se que decir.

Ana – di gracias.

Marina – Gracias.

Mariana bajo de sus hombros y le agarro una teta, Ana viéndola le agarro la otra, ambas se las masajeaban.

Marina suspiraba, - no por favor –

Mariana – Shhh tranquila, esto forma parte del trato.

Marina – Pero… Yo no…

Mariana – Tranquila hermanita, no es bueno hacerlo siempre sola.

Marina no dijo nada mas, las dos mujeres le tocaban sus partes intimas, la coaccionaban la estaban fotografiando y no podía hacer nada para evitarlo.

Ana fue bajando sus manos y pasó el dedo pulgar procurando que Marina notara la rugosidad de este en su clítoris. Marina suspiraba. En un momento dado las dos se miraron , Mariana se inclino metiéndose un pezón en la boca, Ana se inclino y pego su boca a la concha de Marina, esta dio un respingo pero dos bocas succionándola eran demasiado. Las dos iban muy despacio, no querían que acabara todavía, daban largos lengüetazos , estiraban sus pezones, amasaban sus tetas.

Ana estaba disfrutando como una loca, mientras le chupaba la conchita, metía los dedos en la suya, la temperatura de la habitacion subía. Ana pasaba también su lengua por el ano de Marina, esta daba un respingo cada vez que lo notaba pero no se movía, solo gemía.

En unos 10 minutos Ana disimuladamente me mando un SMS, - Lista -, sin perder tiempo, bajé y entre al departamento de mis putitas como si fuera mi casa. Entre en la habitación y Marina tenia la mirada ida, el placer que le estaban dando era demasiado para ella. Me miro con sorpresa y miedo. Me acerque, Mariana y Ana la agarraron las manos y los tobillos para que no pudiera cerrar las piernas, me acerque.

Yo – mirá la santita.

Marina – Que hace el acá?

Ana – Esta puta esta muy rica amo, no puede parar de chorrear, mira que bonita concha que tiene.

Lo mire, lo acaricie con una mano, sus labios eran muy suaves, estaba empapada, entre sus flujos y la saliva de Ana…

Mariana – Mi pobre hermanita es virgen amo, tenemos que remediar esto ¿no?

Marina – No, por favor.

Mariana – Sssshhh, tranquila, esto te iba a pasar igual, solo que no te esperabas con quien.

Ana bajo mi pantalón, se metió un segundo mi pija en la boca, y sacándosela la puso justo en la entrada de la concha de Marina, fue moviéndola hasta que la punta estaba justo en su agujero, notaba el calor que salía de su concha.

Yo – Mirá, no puedo dejar que con lo que sabes salgas de acá.

Marina – Pero tenés las fotos, Mariana las tiene, que te las de, no me importa.

Mariana – Jajaja, fotos? Dárselas? Eran para el estúpida, y ves eso que hay encima de la estantería, es una cámara de video, lo hemos grabado todo, y lo que vamos a grabar ahora.

Marina – que vas a grabar?.

Mariana – Tu desvirgamiento.

Marina – No!

Mariana – Tranquila, el mío también lo esta, es para el álbum familiar, ya te contaremos.

Empuje un poco, la cabeza de mi verga entro en su concha, ella abrió los ojos, otro empujón más y llegue a su himen. Intentaba apartarse pero no podía.

Yo – Sssshhh, quieta zorrita, si te mueves para el lugar equivocado se romperá. – Comencé a sacar y meter mi pija despacio parando justo al límite, Mariana y Ana volvían a chupar sus pezones, Ana se masturbaba apoyada. Marina estaba excitada, movía la cabeza negando pero su coño soltaba líquidos sin parar.

La mire, sujete su cadera y saque mi pija.

Yo – Mirame!

Yo – te hago la misma proposición que le hice a tu hermana, si querés dejamos todo acá, todavía sos virgen y todo lo que tengo se queda como seguridad para que no hables, pero si querés que te desvirgue, pedimeló.


Ella me miraba, aguantaba la respiración.

Marina – no debo, pero se siente tan bien.

Me ubique y le pasaba todo el tallo de la pija por el clítoris, moviéndome como si la estuviera cogiendo.

Yo - ¿y?

Marina – métemela, no aguanto más, ahhh dale

Puse la pija en la puerta y empujé, llegué al himen, ella sintió la presión sobre esa barrera.

Yo – sigo?

Marina - siiiiiiiii , ahhhhhhh

Hice más fuerza y su concha cedió a la presión, Marina cerró fuerte los ojos, me quedé un momento quieto, esperando que abriera los ojos, cuando los abrió, la empujé toda, ella soltó un largo gemido, Mariana y Ana chupaban las tetas de mi nueva putita, llevándola al primer orgasmo con una pija

Yo - Ya eres mi PUTA!

Le estrujaba las tetas, empujaba con fuerza, sacaba mi polla y se la volvía a clavar, ella suspiraba, dos lágrimas salieron de sus ojos pero estaba excitada. Seguí cogiéndomela unos minutos. Mariana y Ana le susurraban en sus oídos.

Mariana – Ya eres una puta hermanita!

Ana – Si, la puta del amo.

Mariana – Quien iba a decir que fueras tan putita!

Marina – Us.. Ustedes me obligaron ahhhhhh, no puedo más.

Yo – queeeee? Que te obligaron, si sos vos la que se esta cogiendo solita, mirate como sola te estas clavando mi pija hasta el fondo.

Marina, miró hacia abajo y vió que era ella la que se estaba moviendo adelante y atrás, mi pija tenía unos pocos vestigios de sangre, pero la cantidad de flujo que soltaba la diluía. Seguía moviéndose, hasta que no aguantó más, levantó las piernas y me las cruzó en la espalda, atrayéndome y ensartándose mi estilete hasta lo más profundo, me abrazó y poniendo la cabeza en mi hombro, me mordió acallando su orgasmo.

En los momentos de mayor placer el dolor lo incrementa, por lo que la mordida que me dio me dejó al borde de mi propia acabada, la saque del interior de Marina y Ana en un movimiento muy rápido se la metió en la boca y me dio largos chupones.

Mi acabada fue tan intensa que mis piernas me quedaron temblando, miré a Ana y ella me leyó como un libro abierto, levantándose, tomó a su hija de los costados de la cara y le estampó un beso, con el fin de pasarle toda mi simiente a la recién inaugurada puta.

Marina abrió los ojos como platos y trató de separarse, pero Ana la obligó a quedarse, cuando Ana se separó le tapó la boca.

Ana – no mi niña este elixir no es para escupirlo, es para tomarlo, todo, no lo desperdicies, mira que he hecho un gran esfuerzo para dártelo y no tragarlo yo.

Mariana – dale boluda tragalo, vas a ver que rico que es.

Marina – mmmmmmmm mmmmmmmmmmmm

Yo – Ana soltala, es decisión de ella, si lo escupe tendré que castigarla, en cambio si elige tragarlo, va a recibir un premio.

Como lo suponía Marina lo escupió y con el brazo se limpió la boca, me miraba, pero no con odio en los ojos, sino con algo de miedo.

Yo – bueno, tomaste tu decisión, así que mañana a la tarde vas a casa para recibir tu castigo.

Marina – pe…. Pero yo …. Es que…..

Mariana – callate, boluda, como se te ocurre tirarlo.

Ana – que desperdicio – y se agacho para con la mano levantar lo que más pudo del suelo y tragarlo – que delicia.

Yo – bueno niñas, las dejo, nos vemos mañana putitas.

Les dí un beso a cada una, Marina, sorprendentemente me lo contesto, por lo que aproveche a meterle mi lengua en su boca, ya estaba más dócil la nueva putita. Llegue a mi departamento y estala literalmente destruído; por lo que dormirme no me costó nada………

5 comentarios - Mis vecinas gemelas 4

LuLo87 +1
Q perverso q sos!!
AlejandroMillo14 +2
Las 2 primeras eran re putas...pero la tercera fue inducirla a permitir una violación. No te leo más. Me diste asco.
rom123lopz +1
Pero flaco este relato es ficticio como el 99%de los relatos que lees. A este yo lo leí hace un par de años creo que acá en poringa. Estos relatos tan buenos no te los olvidas.
velerorc +1
Sigo esperando subas las fotos ja
kramalo +2
jajaa...!! esta bueno... Ahora falta el viejo...jaja!! por las dudas, ponete el calzoncillo de lata...ja!!