Las gemelas de papa

Les traigo un nuevo relato 😉 esta vez deje el asunto de los primos por un rato y abordé otra fantasía recurrente. Les cuento la historia de un tipo con una obsesión con las gemelas, y tiene la mala leche de que se casa y su jermu tiene... ¡Gemelas! ¡Y tenían que crecer! ¿Qué creen que pasara?
Se que me quedó largo porque me gusta contextualizar bien todo, pero si son ansiosos vayan a la foto, aunque hay situaciones interesantes en todo el relato, de ahí en adelante empieza lo heavy 😉


Supo que ese día, su psicoanalista se iba a hacer una fiesta. Tocaba contar lo difícil, lo prohibido, su experiencia malsana, porqué a él, que siempre tuvo la fantasía de las gemelas, desde la infancia, le nacieron precisamente, gemelas.

Y aunque dejó en claro que ante el parto doble esas ideas pecaminosas alrededor de ellas no existieron en un principio, ni por asomo, (Se podía excitar con adolescentes, pero no con niñas) ellas para su desgracia tuvieron que crecer y volverse adolescentes para despertar una bestia dormida.

Eran jovencitas atrevidas, iguales, a pesar de darles a elegir, siempre quisieron vestirse igual, reafirmando sus condiciones, con cabelleras rubias con coletas, y les gustaba vestirse como nenas a pesar de ser más grandecitas. Cuando empezaron a competir con sus cuerpos por ver quién tenía atributos más grandes, lo usaron a él de jurado en el living tomando sus manos y llevándolas a sus tetitas.

- ¿Crecieron no papi?- Le dijo Emma, la que había nacido unos minutos primero. El hombre no supo cómo reaccionar y se dejó manipular, su hija masajeaba sus senos con las grandes manos de su padre en busca de una respuesta, pero antes de que digiera algo o las reprimiera, la segunda Malena, le sacó las manos para llevarlos a los suyos.

- Mis tetas son más grandes ¿O no?- Masajeándolas con más intensidad. El hombre sintió los pezones de su hija endurecerse bajos sus manos y los pellizcó por sobre la remera, y no era lo único que se endurecía.

- Esta difícil, yo creo que las dos son iguales, que sorpresa…- Poniendo una mano en el pecho de cada una- Deben dejar de preocuparse por el tamaño de los pechos, lo que importa son otras cosas. Ustedes son hermosas igual.- Besando sus carillos gustosos.

- ¿Entonces si no son importantes porque las seguís acariciando papi?- Dijo Emma, incomodándolo y largándose del sofá con su hermana, risueñas. Ellas eran así, como un vendaval, venían y tras unos segundos de estropearlo todo, se marchaban a su mundo.
Y ahí quedo el hombre, con el calor de esos pechos incipientes en sus manos, preguntándose ¿Qué estaba haciendo? ¿Y que podía hacer para alejar esos pensamientos? Hasta que su esposa lo trajo a la realidad.

- Esas nenas están terribles, parece que tuvieran menos edad, vos no les siguas la corriente Alberto…

- Ya sé querida, déjalas, solo se divierten…

- Mi respuesta a, mi problema fue mi esposa doctora…- Le dijo a la psicoanalista aquel día. – Esa semana cogimos como conejos, le di por todos lados, es hermosa, no es difícil ser sexualmente activo con ella, pero sabía que mi eficiencia se debía a las pequeñas demonio al lado de mi cuarto. Hacíamos más ruido de la cuenta, y ni a mi esposa le importaba.

- Sin embargo Alberto, eso no cambió tus libido, seguía fijo en tus hijas…

- Exacto, pensaba en ellas y sus pechos cuando se lo hacía de manera ruidosa contra la pared, castigando su vagina como un poseso, como en mis años de novio con ella, pensando en mis nenas tras la pared, escuchando, aprendiendo, quizás preguntándose qué hacían sus papas, aunque ya estaban en edad de saberlo.

Al otro día, vino la escena de la piscina. Alberto era un hombre bastante acomodado de Palermo, tenía una piscina que casi no usaba, hasta que descubrió a sus hijas estrenando traje de baño en ella. Un traje de una pieza Emma y uno de dos Malena.

- ¡Gordo al agua! – Dijo tirándose a lo Willy provocando un regadero que llegó a su esposa en la orilla.

- Me mojaste el libro gordi.- Se quejó su mujer sin mucho énfasis entre el griterío de las gemelas. Desde que la atendía como un gigoló no le importaba nada.

- Al rato empezaron los juegos, y como de costumbre, me comenzaron a excitar. Admito que esta vez me la busqué yo, pero debería ver lo lolitas que se ponen conmigo…

Emma se le subió a caballito al padre, pegoteando su entrepierna en su nuca, apresándolo bien entre ellas, mientras Malena intentaba derribar a su hermana. Todo era risas, excepto en mi entrepierna, ya que ahí su pene se preparaba para la guerra. Malena se frotaba contra el cuerpo de su padre como un insecto intentando trepar el cristal, se refregaba provocando sensaciones prohibidas.

- No jueguen tan bruto Alberto… se van a resbalar. Bájate de arriba de tu papa, le haces mierda la espalda- Le previno Ana, sin despegar la mirada de su libro, desinteresada.

- No me hacen nada, si son re livianas Ana, seguí leyendo.
Su marido siguió “chiviando” con las nenas en el agua, hasta que se percató de que debido a su erección no podría salir, y para colmo de males, las gemelas no se calmaban.

- ¡Te vamos a aplastar papi! – Grito Malena, que atrás, agarrada de los brazos de su hermana que estaba adelante, formaron une prensa humana en la que trataban de sofocarlo.

- Así vas a quedar bien flaquito como el tío Luis…- Exclamó Emma, que al estar enfrente, sentía la erección de su padre contra su pecho en toda su gloria, y la mocosa subía y bajaba con semejante traje de baño de una pieza, que hasta le remarcaba la aureola de los pezones bien erectos…

- Juraría que lo hicieron a propósito doctora… no lo podía creer, primero lo de los pechos y luego esto, mi cabeza estaba a mil, ya estaba pensando en fletar a mi mujer al polo norte para tenerlas para mí solo…

- ¿Te das cuenta Alberto que vos alimentas tu propia perversión, no? Eso no es un síntoma de mejoría, parece que en realidad, tu fantasía con las gemelas es una excusa para llevar a cabo tus fantasías incestuosas ¿Cuál es la fantasía que te predomina?…

- Le juro que siempre me volvieron loco las gemelas, también las mellizas doctora, mis hijas en parte no tienen la culpa, todo empezó en la primaria, con las gemelas García, me enamoré de las dos y nunca me dieron bola, encima las seguí viendo hasta el polimodal donde eran re putas con todos meno conmigo, las vi crecer, mis primeras fantasías fueron ellas, siempre me volvieron loco las gemelas… que tuviera hijas tan lindas y gemelas es una maldición, que sabía que me condenaría…

- ¿Papi jugamos al tiburón?

- ¿Cómo se juega Male?- preguntó más calmado una vez que se salió del abrazo nadando por abajo, pasando por debajo de su piernitas.

-Mantente a flote como un turista pelotudo, y te atacamos como en la película- Añadió Emma. – Nadando como sirenita, dando volteretas que rebelaba su colita húmeda y la empanadita pegada a la bikini.

- Sí, no tenes que hacer nada papi, solamente gritar cuando te atacan los tiburones…
El nuevo juego era peor que el anterior, ellas lo mordían casi de verdad con sus boquitas en el vientre, los costados, el cuello, y por suerte su mujer no lo observó, pero Emma le dio un empellón a su entrepierna ¡Justo cuando se había calmado! Y cuando se dio vuelta para quedar de boca abajo, una que no alcanzo a ver, le manoteó el bulto con descaro.

- Me parece que encontré un pececito aca adentro… - Susurró Malena sin sacar la mano del bulto de su padre, que quedó paralizado, y prefirió alejarse haciéndose el boludo.

- Voy a buscar una bebida…- Advirtió su mujer, en uno de los momentos de relax, hasta que Emma lo llamó, ni bien Ana dejó la escena.

- Pa, a Male la picó un bicho.

- La puta madre…- Maldijo nadando hasta Male, sentada en la orilla de la piscina.- ¿En donde corazón?

- Aca…- Y sorpresivamente, se corrió la bombachita para enseñar su sexo. Tenía un coñito respingón, de labios carnosos, sin darse cuenta de si estaba depilado perfectamente o todavía no había sido poblado, y además, muy húmedo. Alberto no podía creerlo, estaba viendo la concha de su hija. Y Emma abrazada a él de atrás lo sobaba más todavía.

- Guarda eso Male ¿Sos loca?

- ¡Te digo que me pico algo!- Poniendo ese tono de súplica que le salía tan bien.-Tengo algo, quiero que me lo saques.
Pispiando que no viera su jermu, Alberto empezó por la parte alta de la vulva, más precisamente el clítoris, tocándolo con timidez, y luego inspeccionándolo más a fondo…

- No tenés nada Male…

- Más abajo.

El papa ejemplar bajo un poquito hasta la uretra, el pequeño orificio húmedo que masajeo con delicadeza.

- ¿Es ahí nena?

- Más abajo…

En eso, sin nada de recato, ante la mirada atenta de Emma que posaba su cabeza en su hombro, bajo a la cavidad vaginal y la recorrió con delicadeza, sintiendo la textura pringosa de su himen aceitoso, apartando los labios mayores con la otra mano. Tanteo esa oquedad húmeda con lentitud y firmeza sintiéndose todo un ginecólogo…

- Creo que se me metió por ahí…- Pero cuando estaba por prepara dos dedos para una inspección a fondo, se escuchó la puerta corrediza de cristal. Hecha una luz, las mano del hombre cambiaron de target y las de ella acomodaron la bikini.

- ¿Qué le pasa Albert? – Así lo llamaba cuando estaba contenta.

- Le pico un bicho, en la co… pierna. Mosquitos de mierda, o era un zapatero me parece.

- Hay Caladril en el gabinete del baño de abajo.

- ¿Lo ve doctora? Eso no es normal, deben ser ninfómanas o algo así, y las pobrecitas dieron con
el papa incorrecto, desde que les toqué esos pechos, y luego eso… no pude controlarme más.

- Eso fue poco antes de que te fueras…

En efecto, Alberto viajó a España por asuntos de negocios, y allí se quedo casi dos años, comunicándose con su mujer e hijas por Skype. El sueldo se volvió más copioso, les enviaba ropa y obsequios de a montones, pero la verdad del viaje no eran los euros, no… en realidad quería curarse de sus fantasías incestuosas alejándose de sus hijas.

- Pero hiciste todo al revés Alberto. Después te fuiste de putas con esas gemelas latinas montones de veces…

Era cierto, ya habían hablado de eso. Cuando vio a dos mellizas en la sección de prostitutas, no perdió tiempo y se contacto con ellas… repetidamente, llevando a cabo toda clase de perversiones con ellas y perdiendo una suma importante de dinero en el proceso aunque no eran muy “ideales”

- Ahora ellas están mejor, controlan el negocio de putas del norte de Zaragoza…

Las historias se sucedieron por años, la psicóloga ya las conocía casi todas, en especial sus correrías con prostitutas, cosas que un hombre suele contar con facilidad en una sesión psicoanalítica, pero era momento de llegar al quid de la cuestión. Lo que ocurrió al llegar.

- Mi plan se desplomó doctora, no sirvió para nada. Pensé que siendo más grandes ahora, con 19 estarían rebeldes, austeras, enojadas conmigo, y me equivoqué.

- Fui recibido como el papa, solo que a mi pudieron besarme, apretarme, me sentí el mejor papá del mundo y el peor a la vez.

Se habían vuelto más grandes, pero no cambiaban el look en lo absoluto, como si estuvieran detenidas en el tiempo. Le besaban las mejillas y a veces rozando la comisura de sus labios, con devoción, se sentaban en su falda a cada rato. Eran lo que se conoce vulgarmente como “calienta pavas”

- Te agradecemos los regalos, las ropitas, pero estuvimos pensando con Emma que mejor…

- Que preferimos que te quedes en vez de mandarnos boludeces y plata.

- ¿Boludeces Emma? Qué manera de hablar mocosa, y bajete de arriba de tu padre que le haces doler las piernas.- La reprimió su esposa, la muy represora facha.

Su mujer Ana, estaba vestida para el infarto, vestido magenta colgando de una tira de su cuello de cisne, muy escotada y a espalda descubierta. Esa noche no iba a poder descansar del viaje, su mujer quería que la atiendan, y el círculo vicioso volvió. Coger a su mujer fantaseando con ellas… aunque no era una tortura, tenía una mujer muy bella, después de todo, no habían heredado semejantes atributos por suerte.

- Esa noche, la primera, fue terrible doctora…

Había hablado largamente con su esposa, ella sospechó que de seguro se había ido de putas en España, y no le molestó cuando se sinceró, era una mujer comprensiva, dos años sin evacuar era una tortura innecesaria para un hombre de su poder adquisitivo.

- Ana, no sabes cómo te extrañé… no puede evitar caer en brazos de mujeres desechables cada tanto.- Era verdad, no mentía en eso.

- Yo también, no te creas que fui una santa, pero lo que importa, es que estés acá ahora, y nos tememos que compensar.- Dijo, descubriendo sus monumentales pechos que tanto conocía. A esa edad, con semejantes atributos, el siempre le había dicho que podría ser una actriz porno milf perfecta. A ella le gustaban los comentarios guarros, sin problemas se prendió de esos pezones marrones y firmes como un chiquillo en su primera vez…

- No sabes como extrañé tus labios Alberto…- Dijo acomodándole la teta con la manos, como dándole de beber.- Así bebe, chúpala bien fuerte…

- Esas trolas no se comparan con esto, no quiero irme nunca más, me chupa un huevo la plata…- Dijo pasando a la otra teta, succionándola con fervor. Eran tan grandes que no entraba ni la mitad en su boca, por más que se esforzara. Las manos de Ana ya estaban en su bulto, masajeándolo, estimulándolo para lo que estaba por venir. Y cuando la flor roja brotó de su tronco, se la tragó como una profesional, acercándole la cola para que se divirtiera con cualquiera de sus orificios.

- Fue una de las últimas veces que lo hice con ella con verdadero placer…- Expresó mientras la doctora se servía café con leche.- Me entregó todo su amor… lamentablemente, el amor que vendría después no vino de ella.

Lo que en realidad quiso decir, es que fue una de las pocas veces que le entregó el orto después de la mamada, y gimió como una desaforada, sin importarle nada. Con las manos contra la pared que daba a la pieza de las gemelas, le bombeó el ano mientras gritaban groserías tales como “¿Te gusta que te rompa el orto querida?” “¿Me extrañó este culito?” “Correte dentro de mi orto Alberto, partime en dos bestia…””Mira como te lo deje, como una herida de bala”

Después ella se le montó para hacer rechinar los resortes como nunca, volviendo el nidito del amor una cama elástica ahogándolo entre sus tetas y fue ahí cuando Alberto vio de reojo, mientras su mujer estaba totalmente inclinada sobre él, a dos cabezas rubias asomando por la puerta abierta, observando toda la acción marital. A pesar de haberlas visto, eso no lo amilanó, al contrario, se hizo el boludo y siguió bombeando esa vagina que daba gusto, excitado por la presencia de las jóvenes voyeuristas. Incluso terminó con un creampie brutal, abriéndole las nalgas de par en par para que las nenas vieran el pene sucio y la vulva chorreando semen de manera copiosa.

Al otro día Ana se tenía que ir a trabajar a la editorial, de secretaria del jefe, que había vuelto de vacaciones. La excelente noche de sexo con su esposa alejó toda perversión de su cabeza, y fue a la sala, a desayunar café con varias tostadas sintiéndose un campeón, hasta que llegaron ellas, vestidas con los uniformes, y lo saludaron enfáticamente. Esperaba de manera milagrosa, que no hicieran comentarios sobre la situación nocturna.

- Hola papi…- Gritaron al unísono y le besaron en la mejilla, mientras le robaban una tostada cada una.- Sus miradas tiernas lo podían, aunque como de costumbre Malena se propaso metiendo su mano por entre los botones de su camisa, para acariciarle la barriga.- Me parece que estas comiendo muchas tostadas papi he, esta pancita está llena…

- Ya están grandes para hacerse sus propias tostadas nenas. Sacá la mano de ahí Male.- Ofendido, no era un hombre gordo, estaba un poco en forma.

- ¿Estamos grandes?- Preguntó Emma, que desfilo alrededor de la mesa, pasando por la espalda de su padre, acariciándolo.- ¿A quién le queda más lindo el uniforme?

- Eso está muy corto amor, y guárdate más los pechos. Otra vez lo mismo nenas, a las dos les queda precioso, no compitan.

- Es que Male me pelea, me dice que soy fea papi, defendeme…- Exclamó abrazándolo, robándole otra tostada.

- Son iguales, iguales de hermosas, dejen de desfilar y robarme tostadas…- Aunque la verdad, disfrutaba como nada en la vida ese acoso, lo llenaba de juventud y vitalidad antes de irse a un día de trabajo.

- Tenemos a quien salir… Y de a una se acercaron para despedirse, pero esquivaron la mejilla, y le dieron un piquito, era un hombre apuesto, pero no era para tanto. No se había dado cuenta, pero tenía una erección monumental producto del franeleo.

Preocupado, en la oficina, no mejoro el panorama. Su secretaría Luli lo notó distraído y le pidió un café más.

- Y revisa los mails a ver si llegaron los resúmenes de los inversionistas yanquees Luciana.
Mientras se lo preparaba, entre un montón de directrices y parloteo rutinario con sus empleados de oficina, su secretaria le comentó que le había llegado un mail de sus hijas ni bien se acomodó en su sillón.

- Creo que es una fotografía señor.

- Después venía a verla, vas a ver como crecieron esas rubias.

El hombre abrió el mail con cierto relajo, y lo que vio, lo dejo sin habla. Tuvo suerte de dos cosas: de no tener el café en la mano porqué lo hubiera volcado, y que Luli se distrajo hablando con otro empresario y tardó en traerlo.

Hecho una luz, descargó el jpg. y lo pasó a su celular, acto seguido, se fue al baño.

- ¿Señor y el café?

- Déjalo en la mesa, tengo que ir al baño… creo que estoy descompuesto, no me pases llamadas. Ah, y no abras mis mails familiares, las nenas me piden ayuda para bilogía y me mandan fotos horribles de corazones de vaca, sapos abiertos y cosas así,

- ¡Qué horror!

- Si, un puto asco, muy desagradable…

- ¿Se encuentra bien?

- Dejá todo como está Luciana.

Bajó las escaleras corriendo como esclavo libre y se encerró en un cubículo del baño, se sentó al inodoro, y tomando su tronco con firmeza, se empezó a masturbar con vigor con la foto que había recibido.

En la universidad de Buenos Aires sus hijitas estuvieron hace segundos en otro baño, y le habían enviado una foto pecaminosa, sentada Emma en un inodoro de la escuela, tenía a la hermana atrás de ella levantándole la minifalda escolar, rebelando su minúsculamente obscena bombachita transparentada.

Con solo ver esa empanadita sabrosa, esos labios prohibidos bajo pena capital, acompañadas de esas miradas libidinosas, hizo que se masturbara como un pendejo, sin embargó, el teléfono vibró y es que había recibido más mails.

Como una ráfaga los abrió, y eran más jpg. En las nuevas fotos, ambas estaban frente al espejo con las camisas desabrochadas, enseñando los corpiños que contenían esos pechos redondos, gráciles y portentosos para nenas de sus edades, no habían perdido un segundo los últimos años, creciendo a un ritmo acelerado, unos chopes que debían de enloquecer a su compañeritos pubertos, y a más de un docente, y por supuesto a un padre traumado.

- Dios, pensar que yo hice esas tetas…- Y siguió pasando las fotos. En la siguiente, Male le sacaba una foto a las nalgas de Emma, blanquitas y apretaditas se comían un hilo minúsculo de una tanga que no podía creer que usaran en una escuela, era obscena hasta para poseerla en una casa de familia. Y en la última, la más sucia de todas, se besaban mientras miraban a la cámara con aquellos ojazos azules en una selfie incestuosa de muy mal gusto, que a él, lo hacía reventar de placer.

Sus hijas lograron que se corriera de manera espectacular, ensuciando las paredes del cubículo. Se masturbó porqué tras esa visión habría estado al palo todo el día, sin poder trabajar tranquilo, y porque era un pervertido, como sus hijas corrompidas. Al instante, lo embargaron los remordimientos, una cosa era penetrar a su mujer pensando en ellas, como un accidente de su imaginación, otra, era concretamente excitarse con ellas y eyacular ante la imagen de la sangre de su sangre, la carne de su carne.

- ¡De haber sabido no les regalaba ese palo de selfi la puta madre!

Al salir del baño, estaban Paco y Pedro, encargados de limpieza, limpiándose las manos. Lo miraron raro debido a lo que escucharon hasta que se acordaron de que era el jefe y lo saludaron con sorna.

- Limpiarse las manos no puede llevar quince minutos, vamos apuren.

Ese día en el trabajo estuvo casi perdido. Al anochecer, rondando las ocho, cuando regresó, pensó en contarle a Ana sobre las fotos. La evidencia estaba de su lado, él era una víctima de ellas, no había motivo por el cual ellas enviarían fotos provocativas a su propio padre, y sin embargo, así era, sin embargo, la mujer podía tornarse severa. Denunciarlas sería terrible, ella era de carácter fuerte y no toleraría tal depravación, o las degollaba o las mandaba a Corea del Norte, también estaba la opción de confinarlas a un convento o instituto militarizado, con la esperanza de que volvieran compuestas… o peor.

Alberto, hecho un torbellino de sensaciones, pensó que era su culpa. Siempre cedió a sus caprichos, les dio el dinero que pidieron, todo lo que deseaban y siempre le pudo la ternura de sus hijas. Y de grandes, debió ser cuidadoso con su mujer y dejar las relaciones maritales para no arrastrarlas a ese mundo adulto, del que estaba seguro, habían entrado como voyeuristas desde mucho antes.

Esperando que todo sucediera con normalidad, entró, saludo a todos, y culpó al cansancio por su cara de agobio.

Sus hijas jugaban a la Xbox One, en la sala, ninguna dio señales de haber cometido un crimen, eran excelentes actrices. Antes de entrar en la cocina tras saludarlas, ellas voltearon al unísono como embrujadas, para guiñarles un ojo. Definitivamente no estaban bien de la cabeza, esas nenas eran una bomba de relojería a punto de explotar, y él, como un daltónico, era incapaz de ver dónde o cual cable debía cortar antes de que todo se vaya al carajo.

- Estuvieron bobas todo el día jugando, al menos aprobaron biología. Saben que si repiten de nuevo se pudre todo…

- Dejalas, que jueguen a los jueguitos que eso no es malo Ana- Pensó que incluso si jugaban día y noche era mejor que estar frente a sus computadoras, y precisamente, con disimulo, dijo que iba a cambiarse de camisa, cuando en realidad, tenía otro plan.

La fuente de la perversión debía estar en otra parte, y su sospechosa número uno era la pc que ellas compartían en su cuarto del piso de arriba. Hacía allí se dirigió para indagar al respecto.

- Bueno doctora, fue ahí cuando encontré la raíz del problema, o una de las raíces… Como siempre estuvieron juntas, durmieron juntas y compartieron todo, esa pc y el internet las corrompió. Nunca hubiera imaginado tantas páginas de incesto distintas en un historial, lo juro por los dioses. No borraban el historial, nada tenía contraseñas, por poco le ponen luces de neón para que me enterase de sus ideas.

- Le echas la culpa a la red, Alberto, pero seguimos sin saber el porqué de esa obsesión de ellas por involucrarse en el incesto ¿Lo generó una compañerita? ¿Accidente? O será que ese complejo de Electra – (El opuesto al Edipo, amor de la hija al padre y rivalidad hacia su madre)- lo generaste vos siempre.

- Ya no importa doctora, porque esa noche, la bomba detonó. ¿Tengo tiempo?

- Del tiempo me ocupo yo, vos contame que pasó al final.

Tras descubrir una pc infestada de videos incestuosos, enlaces a páginas morbosas, más toneladas de descargas de jpg. relatos, y videos de una veracidad atroz (Que copiosamente guardaban en un pendrive de una capacidad exorbitante) bajó las escaleras asqueado para sentarse a comer, con la camisa recién cambiada toda sudada y una cara de muerto terrible.

- ¿Estás bien papa?- Le preguntó Emma, inocente como siempre.- Dijiste que si te volvías jefe, trabajabas más tiempo pero te complicabas menos ¿Te acordás?

- Estoy bien hija…- Aunque por dentro quería enterrarles un tenedor, podía escuchar el estruendo, de su mundo derrumbarse en el horizonte.

- Papa es un adicto al trabajo, necesita quedarse más en casa, relajarse, jugar. Podrías pedir vacaciones papi.- Dijo acariciando el brazo de su progenitor.

- Así no funciona Male, gracias igual…

- Las nenas tienen razón Alberto, tenes a muchos bajo tu dirección, deberías poner a algún responsable a que te ayude, no podes ser la cabeza de todo.

- ¡Me dejan comer tranquilo!- Estalló asustando a su mujer, aunque no a sus hijas. Su celular vibró: un nuevo mensaje de texto, y vaya sorpresa, era de una de ellas, Malena, intuyó, enseñándole la bombacha en primer plano de nuevo, esta vez, mientras jugaba a los videojuegos en el living. Y había más mensajes que no quería abrir. Esa Malena era terrible putita.

-Esos empresarios no te dejan tranquilo ¿No papi?

- Callate Emma- Le reprimió Ana- Que mientras buscaba una gaseosa en el refrigerador, acarició a su esposo en los hombros- No digas obviedades y no le hables que está nervioso.

- No estoy nervioso, es más, a estos pelotudos de la oficina que me joden en el trabajo…- Haciendo una pausa en su relato. Las gemelas lo miraron con los ojos abiertos como platos al unísono, quizás pensaron que estaba por delatarlas.- Les voy a dar lo que quieren, así no me molestan en horas que no deben, ya vengo.

Sintiéndose un adolescente, subió las escaleras al baño de arriba y se encerró, enseño su bóxer gris con el contenido bien delineado, y tras sacarle una foto se las envió por privado a las pequeñas demonio.

“Esta noche a las 3 de la mañana las espero en el baño. Y esto se termina”

Al volver se sintió optimista, las gemelas lo miraron pícaras, y a la vez pensó que llevaría a cabo un acto realmente interesante, después de todo, además de hijas, nenas y hermosas, eran gemelas, su primera obsesión. Sentía sus manos en el timón una vez más.

Al irse a dormir, le dijo a su esposa que estaba demasiado cansado como para complacerla, y lo entendió, a las once ella terminó de leer, pero recién a la una, por los nervios, el hombre se durmió con el celular en vibrador en la mesita de luz para que Ana no lo escuche cuando suene rondando las 3.

Las gemelas de papa

Pero con semejantes íncubos durmientes de la habitación contigua, no existía un plan que le diera el control, adormilado, mucho antes de que sonara el despertador Alberto sintió una caricia mimosa que lo despojó de su bóxer, dejando el miembro flácido y adormilado como él al aire.

- Ahora no… Para… Ana…- Tenía mucho sueño, su mente cansada atribuyo el arrumaco a su mujer, ella solía ser insistente cuando recién se casaron.- Para Ana… - Una manos sedosas lo masturban con suavidad, mientras un pulgar húmedo le mojaba la puntita para incentivar a su glande aún guardado.

El estímulo funcionó, de a poquito, ayudado por masajes escrotales y una masturbación lenta y constante, el falo se extendió en toda su gloria, brotando el glande inflamado y rojo como un fruto de un árbol. Casi al instante, carne mojada lo tocó en su zona más erógena, y recién ahí, se percato de que Ana hacía décadas que no hacía algo así.

Abrió los ojos y un par de manos pequeñas le cerraron la boca. Emma estaba arrodillada junto a él, con una musculosa que dejaba poco a la imaginación y un culotte rosa provocando su silencio, mientras su hermana, también arrodillada inclinada sobre su panza discreta, realizaba un muy correcto felatio. De todas maneras ya estaba decidido, así que le indicó a su hija que no era necesaria la mano mañatándolo. Le acarició la mano y ella lo soltó haciéndole ojitos, mientras se marchaba como una gatita para ayudar a su hermana.

Entregado, aunque desconcertado por empezar antes de lo debido y tan cerca de su ingenua esposa, el hombre giró lentamente para darle la espalda y apuntarles con el miembro a sus hijas mejor. Emma se hizo cargo de los testículos de su padre, la factoría que una vez la creó, cobijo e impulsó al vientre que la completaría, esos pensamientos y otros peores recorrían su mente como espermas de perversión nadando en una miasma de oscuridad.

El culotte de Emma, con un orificio que dejaba ver el nacimiento de la raya de la nalga, al final de la columna, permitía apreciar la forma de un trasero enorme para una nena como ella, mientras Male seguía dándole besitos al glande y tragando el falo entero hasta el punto más recóndito de su boquita. Cada tanto, le clavaba la vista sin dejar el felatio, excitándolo de sobre manera.

Con disimulo, acompaño la mamada con movimientos de su cadera, rechinando la cama con peligro. Otro detalle que hacía de aquella perversión un deleite, era el hecho de que no era tan buena mamando. Bastante seguido lo raspaba con los paletones, no llegaba muy profundo y era monótona, pero allí residía un nuevo encanto: Era amateur, no era tan trola como pensó, no tenía experiencia en el sexo oral y hacía todo lo que podía para complacer al hombre que les dio la vida.

Pensando en ellas, se sentó con lentitud para recibir la mamada de ambas a la vez, ya que antes Emma estaba incómoda. Así, pudieron sincronizar una en cada lado para abrazar el tronco con subiendo y bajando, subiendo y bajando, subiendo y bajando… siempre sus labios ensalivados se tocaban en la parte más alta del glande sin importarles, y chupaban la saliva cargada de gustito a pija, para escupirla y volver a tragarla… fue cuando trabajaron en dupla que su teoría se desmoronaba, de a dos, eran profesionales. Eran un hermoso asco, sin dudas se defendían mejor trabajando juntas…

En el segundo acto, las nenas se fueron turnando para tragarse el pene, totalmente ensalivado. Primero Emma, que fue tomada de la nuca por su padre y cogida con desmedida fuerza, sus cabellos rubios sueltos estaban dispersos por doquier, cayendo en el pene, entrometiéndose en la mamada sin ninguna consideración, ocultando la felación como si fuera un cortina dorada.
- ¿Esto querías mi putita…?- Le susurró Alberto, y le retuvo el pene hasta el fondo por varios segundos, hasta que le dio palmaditas en el brazo. Su hermana Malena miraba extasiada. Al retirar su miembro hecho un río, la gemela respiro como ahogada y asintió con cara de golosa.
- Más papi…

Pero surgió un imprevisto, Ana se desperezó y lentamente abrió los ojos y se despertó.

- ¿Qué haces sentado Alberto? Estas traspirado.

- No me siento muy bien…- Sus hijas ya se había perdido bajo la cama, con caras de pánico muy infantiles.

- ¿La tenes parada? ¿Y esta mojada?

- Es sudor, y sí, la tenía parada, cosas de la circulación. Haceme un favor ¿No me buscas un Actron o paracetamol de abajo?

- Aca tengo en la mesita de luz, mira…

- No, los de abajo, tengo más fuertes, dale anda y un vaso bien cargado de agua.
De milagro, ella se comió todos los cuentos y bajó. Las nenas salieron agradecidas.

- Esto se termina, espérenme en el baño de arriba, cuando ella se duerma voy… no hagan locuras, más de las que estamos haciendo.

- Sos el mejor papi del mundo.- Expresó Malena y le encajó un pico sonoro, después su hermana, uno idéntico.

Los astros, por fin se alinearon en esa noche fatídica. Su mujer vino después de un rato, e incluso se tomó una pastilla para dormir.

- Sino mañana no me levanto, dormite amor, deja de hacerte pajas.- Le retó su mujer, y a los pocos minutos, roncaba como siempre que se empastillaba como rinoceronte en viaje.

A paso de gato, fue pisando flojo rumbo al baño que estaba pasando la habitación de las gemelas, y la luz estaba prendida… fue directamente, pero lo agarraron de la puerta del costado y las gemelas lo metieron en su habitación.

Fue como pasar de un mundo a otro, las luces estaban encendidas para su sorpresa, una ventana abierta que daba al patio propiciaba la ventilación y las dos estaban preparadas como aves de rapiña en ese mundo íntimo de posters de machos como Robert Downy Jr. Huck Jackman y otros actores cincuentones. Sin perder un segundo, contra la puerta, Emma, de musculosa blanca muy holgada, le propinó un acalorado beso, sintiendo sus tetas oprimidas contra su torso, mientras ambas masajeaban su entrepierna para provocar la tan deseada reacción masculina.

- Quiero que me digan porqué quieren hacer esto…- Suplicó cuando esos labios que nunca vio de esa forma, lo soltaron para respirar.

- Ahora no hables…- Y Malena siguió con la degustación bucal. Daban besitos muy ricos y húmedos que le trajeron recuerdo de juventud, cuando robaba besos en la escuela, o terminaba con hermosas nínfulas en los boliches de conurbano, atraídas por su billetera y enamoradas por su estilo.

Así de parado, Emma se fue agachando y poniendo almohadones de hello kitty (cosa que aumentó el morbo unos puntos) para no hacerse mal las rodillas, desenfundo la vaina por segunda vez para retomar el sexo oral, ahora estando más cómoda, lo hacía sin manos, con las palmas contra la puerta, se balanceaba de atrás para adelante en una mamada espectacular.

Arriba Male se ocupaba de los labios que le hablaron desde que nació como nunca antes, le abría la boca para conectar sus lenguas por fuera, como si comiera un delicioso helado, y todo ese beso húmedo, acompañado de su mirada azul y penetrante, potenciaban el cañón que abajo estaba bajo ataque. Alberto, en arranque de masculinidad tomo a su hija parada del cuello y con sus manos grandes y masculinas le dio el beso más guarro que dio en su vida, solo parecido a esos besos de japoneses en los videos que tenían ellas.

- ¿Es esto lo que querías hijita? – Abriéndole la boca con las manos y esputando dentro de su boca repetidamente.

- Asshn… assshn… asshn. - Exclamaba, y lo tomo como un “más” para seguir salivando en su boquita, el romance (si es que existió) estaba declinando hacia una lujuria infernal. Abajo, Emma se volvía una profesional lamiendo los testículos, metiéndolos en su boquita profanada y sacándolos haciendo ruido de sopapa mientras sus manos blancas lo masturbaban contrastando con la negrura de aquel tronco lascivo y aceitoso.

- Contestame ¿Esto querías?

- Si papi…- Dijo obediente, después de tragar todo el menjunje de su boca.

- ¿Sabes qué hiciste sufrir mucho a tu papi? ¿No?- Oprimiendo su cuello con esas manos grandes y nudosas que todo padre protector tiene.

- Perdón papi…

- Perdón las pelotas, no saben lo que me hicieron sufrir con su puterio en la oficina, en la casa y hasta e mi cama al lado de su madre, me siento un enfermo y ahora las voy a curar…- Apretando muy fuerte- ¿Sabes cómo?

- Me… haces… mal… papi…

- ¿Sabes como Male? Lo puta, se te cura sacándote lo puta.- Y la tiró al suelo, desde allí le dedico una mirada salvaje, como de depredadora en celo. Emma también estaba asustada y lamia distraída, más preocupada en su seguridad.

- Baja Male y ayuda a tu hermana.

- Como digas papi…- Secándose la saliva del mentón, tocándose el cuello rojo también, pero cuando se acercaba al pene, su padre la abofeteo.

- La verga la tiene Emma, busca otra cosa.

- ¿¡Que cosa!? ¿Un juguete?

- No hermanita, lo que hay atrás…- Pero también reprimió a Emma, tomándola de la nuca y ensartado su miembro con vigor excesivo. Con tal fuerza que le provocó una arcada y tosió saliva.

- Vos concéntrate en lo tuyo, con esto les voy a sacar las ganas… ¿Qué esperas? ¿Queres quedarte sin hermana? La voy a ahogar con mi pija si no haces lo que te digo…
Lentamente, mientras su hermana tenía el glande en la columna vertebral por poco, se acerco a los recónditos de su padre, por momentos se hizo el silencio, solo roto por los golpeteos de los testículos contra el mentón de su hermana, hasta que empezó a acariciar y besar las nalgas.

- Las cachas no, eso lo hace cualquier puta barata, anda a lo tuyo, al hoyo…- Su hijita era obediente, no tardó en pasar la lengua por la zanja, sin acercarse al ano, como inspeccionando el terreno, hundió su nariz en el anillo de cuero para ayudarse a convencerse, aspirando varias veces.

-Papi… huele feo.

- ¿Qué esperabas? ¿Vos querés que te duerma a cachetadas?

- Vos no sos así papito… no sos malo, solamente queremos amor ¿Qué te pasa?

- ¿Qué me pasa? Me pasa que quería hijas normales, una familia normal, y en lugar de eso, tengo dos hijas que prácticamente me acosaron sexualmente, me hicieron sentir un enfermo, y aca estoy, confirmándolo, un pobre cristiano antes las puertas del infierno esperando a que se lo trague el fuego, así que si sos tan puta como para mandarle fotos en bolas a tu propio padre… ¡Chupame bien el orto!

Temerosa por la bestia que habían desatado, prefirió ocupar su boca de una manera que no sea hablando, de una manera que hasta ella jamás creyó que usaría, dándole un chupón al nudo de globo, inicio un anilingus en toda regla.

- Así se hace, muy bien, que esa lengüita sucia no se salga del centro… mmm- Sintiendo a esa lengua pequeñita abriéndose camino lentamente.

- Papi…- Expresó con la voz más tierna que pudo Emma- ¿No podrías ser más suave? ¿Qué podemos hacer para que seas como siempre?

- Seguí mamando Emma, dejame pensar mmm seguí así Male, mmmm- Totalmente extasiado por tener una lengua por detrás y otra por delante, casi estúpido por el placer que pocos recibían de dos mujeres, menos de dos gemelas y aún menos de dos gemelas que eran sus hijas, empezaba a ablandarse.

- Papi se está vengando de lo putitas que fueron, después del primer polvo…- Refregando el trasero por la cara de la menos afortunada- …volveré a ser yo y estaré a su disposición. Muy bien Male, le estás haciendo sentir a papito un goce…

- ¿Y Yo papi? ¿Te hago bien?

- También, dale, si me haces correr tu hermana deja de chupar atrás, hacelo por ella.- Y ahí puso todo su empeño, se dejó aferrar de los cabellos con violencia y uso la cabeza de su hija como si fuera un maniquí agujereado. Sin piedad, gimiendo como un preso en la silla, se corrió directamente en la garganta de Emma, casi pasando las cuerdas vocales. En el orgasmo, aprisionó a Male contra la puerta de entrada y la refregó de nuevo.

Como acto ultimo de crueldad, o venganza, mantuvo a Emma ahogada con su tronco latente, con su nariz perfecta contra su bajo vientre y sus testículos apretados contra su pera hasta que se aseguró que tragó toda la carga, luego la abofeteo con el pene semi erecto repetidamente en el rostro, salpicándola con las últimas gotas.

- Papi, me duele la garganta…- Limpiándose el semen del rostro- ¿Ahora vas a cambiar?
Antes Alberto sacó a Malena de su retaguardia, que escupió como quien escupe semilla de sandias, y el hombre se sentó en sus camas.

- Vengan, siéntense en la falda de papa.- Ella accedieron extrañadas y temerosas, como gatitas asustadas por pirotecnia, sorprendidas por lo que habían desatado. El hombre las abrazó, un brazo para cada una, y les dio un besito amoroso también para cada una, después les acomodó las ropitas, el pelo despeinado, y volvió a besarlas.

- Me excedí, no debí mandarte las fotos… perdón.

-Shhh ya está Male, lo hicieron, y ahora estamos a mano. Papa las trató mal porque ustedes lo trataron mal haciendo algo tan peligroso, Luli estuvo a un pelo de ver las fotos. Tienen que entender que no pueden mandar tales cosas, no jueguen con fuego innecesariamente, no sean boludas.

- Pensamos que te gustaba…- Dijo Emma melosa pasando un dedo por su pecho.

- ¿No nos vas a hacer nada a nosotras?- Se quejó Male, y con razón, impaciente por sentir algo de placer.

- Hoy no, hoy le enseñé una lección, si se portan mal con papá, papá las reta, pero si dejan ese juego peligroso y de día son como deben ser dos hijas, yo voy a considerar…

- ¿Si?- Preguntaron a la vez impacientes ante la pausa.

- Las voy a compensar, en especial a vos Male, perdón por eso, estaba re cebado…

- Más te vale. – Amenazó enojada mientras Emma reía.

- ¿Ahora te queda claro quién es la favorita? ¡A mí me dio su lechita y a vos el culo!

- Basta, pórtense bien, ahora otra cosa… quiero que me expliquen con lujo de detalles, de dónde es que sacaron estas ideas, cuando empezaron a ver esas cosas que tienen en la compu, porqué les gusta tanto seducirme…

Emma estaba por hablar, pero su hermana la calló con una sonrisa pícara.

- Te decimos todo, después de que nos trates como queremos, un día de estos.

- Tiene razón, nos compensas, nos complaces bien como se debe…- Tomando el pene ya flácido con fuerza- Y te contamos todo…

- Apa, ahora me extorsionan he… bueno, si me dejan de acosar, si me dejan sentirme tranquilo en el día, lo voy a considerar ¿Trato?

- Todo… hacemos trato.

En un arrebato de amor paternal, les besó las frentes, les abrió la cama y las puso dormir, y ellas se acomodaron en cucharita. El hombre juntó su ropa interior y les apagó la luz.

Al otro día fue un zombi en la oficina, llegó tarde, porqué se despertó y las mujeres de la casa ya no estaban, y encima, era un día importante, sin embargo, recibió un nuevo mail de Male al mediodía, y decidió mostrárselo a Luciana para mostrarles como crecieron.

- Espera que cargue la foto, vas a verlas y regresas a enviar los memorándums, a ver si esta vez lo reciben. Ahí está…- Expresó con el café doble bien azucarado para levantarse por segunda vez.

La foto cargó y se volcó el café caliente en la pierna…

- Bueno, crecieron, de eso no hay duda jefe.

El hombre llevó su mano a la frente, arrugando la sien, y le explicó a la secretaria que una tenía un novio llamado Alberto también, y que se equivocaban al mandar fotos bastante seguido.

- Voy volver a hablar con esas traviesas, están distraídas, con las hormonas locas…

- Disculpe, pero si eran para el novio de una… ¿Por qué salen las dos mostrándose?

- Mande los memorándums Luciana, después seguimos.- Ella le guiñó un ojo cómplice, dejándolo patidifuso- Y el día siguió su curso.

- Bueno doctora, como verá, no me contaron mucho a pesar de mi reacción violenta, y encima, mi mujer se va al extranjero con su jefe mañana, así que quedo con las mocosas como dos fines de semana por lo menos…- Levantándose del sillón diván.

- Espere, podemos seguir una horita más, como apreciación creo que nunca estuvo dispuesto a alejar esos actos de su vida, sino a conciliarse con… no se valla.

- Disculpe, no puedo hablar tres horas, tengo que llevar a Ana al aeropuerto a las ocho, disculpe, será hasta dentro de un mes.

Y la dejó sentada, con ganas de oír más a Verónica, la analista freudiana, que recibió una de las tantas llamadas en espera de su secretaria.

- Cancelá todo, me siento muy… descompuesta… podes irte, yo cierro.- Y al colgar el teléfono, se enceró en el baño con un vibrador. Tenía tela que cortar para rato, como Alberto, su paciente más interesante.


pileta

Espero que les haya gustado 😉 Mis otros relatos El cuarto oscuro 1 y 2, y jugando con su primita (Con secuela en proceso) son del mismo estilo. Gracias!

3 comentarios - Las gemelas de papa

guidin1992 +1
Quiero la continuación!! Excelente..
El_Cochinoco
Si, está en proceso, como otro relato que estoy haciendo y otras secuelas :D:D:D
El_Cochinoco
La secuela 😃 http://www.poringa.net/posts/relatos/2854624/Las-gemelas-de-papa-II.html
pacovader +1
Disfrute, pero continualo please 😀
emi_killua +1
Cochinoco, si necesitas ayuda o inspiracion par ala segunda parte avisa.. necesitamos saber como se las garcha a las dos!
El_Cochinoco +1
Créeme que está en proceso, disfruto mucho escribiéndolos y quiero que quede bien 😃
emi_killua +1
@El_Cochinoco se nota el laburo amigo, enserio que me gustó mucho tu trabajo, ademas sorprendiste, seamos sinceros estos relatos (leo hace años relatos de acá) siempre terminan en la fantasia de cojerse a las nenas y listo, vos innovaste con el sadismo del papá y ademas en tus relatos haces eso de recapitular la crianza de las nenas (tambien lo hiciste en el relato del padre fotografo) a la hora de tener relaciones y eso es enfermizo y totalmente eficaz! te felicito mucho..
El_Cochinoco
@emi_killua http://www.poringa.net/posts/relatos/2854624/Las-gemelas-de-papa-II.html
La continuación 😉