Hija de mi vida ...como creciste !

Mirando a mis hijas, me di cuenta como había pasado el tiempo.
Tania cuenta con 19, debo confesar que hasta entonces, nunca tuve ningún pensamiento erótico hacia ella, si bien es muy atractiva. Ella estaba en etapa previa a exámenes en la Universidad, estaba cursando estudios de derecho.
Sonia se había ido de viaje con la escuela.
Recuerdo que fue un miércoles cuando llegué a casa y estaba Tania estudiando con dos compañeras de curso, a quienes ya conocía; después de saludamos, me piden que les explique ciertos temas, lo cual hago de buena gana, sentados todos en la mesa.
Todo se desarrollaba de lo más normal, salvo por las continuas frases con doble intención que pronunciaban hacia mí y que hacía que se rieran, cuando me ponían en una situación comprometedora. En eso estuvimos creo hasta la medianoche, que fue cuando las amigas de Tania decidieron irse y ésta las acompañó hasta la puerta; mientras, yo me quité la corbata, abrí los botones de la camisa, me subí las mangas y me dirigí a la cocina para prepararme algo que comer. Estando en la cocina, llega Tania y con sorpresa exclama:
-¡Papá... no comiste nada!
Perdóname, no me di cuenta de la hora- a lo cual le contesto que no se haga problemas, que me iba a preparar un sándwich. Entonces se me acerca, me abraza y me dice:
-Gracias por ayudarnos-
-No es nada-
Le contesto, a la vez que suavemente le retribuyo un corto abrazo, pero veo que ella más bien lo que hace es juntarse más hacia mí y coloca su cara pegada a mi pecho, sintiendo su exhalación.
Hasta ese momento aún no percibía nada anormal en su comportamiento, ya que siempre era muy cariñosa, hasta que siento que me da unos suaves besos en mi pecho, en ese instante es cuando me sorprendo, ya que ya no era normal y trato de separarme sutilmente de ella, a la vez que lo único que se me ocurrió fueron unas pequeñas risas nerviosas.
Tania me apretaba más y con sus manos me acariciaba la espalda y me pasaba la lengua por el pecho, sintiendo ahora que su respiración se aceleraba, entonces le digo...
-Tania, tranquila, quedate tranquila-
Pero ella hacía caso omiso y juntando su cuerpo hacia el mío, comenzó a realizar movimientos pélvicos y circulares con su cadera, que invariablemente me produjo una erección tan grande, que se percató de eso y riéndose pícaramente, comenzó a acariciármela por encima del pantalón. En eso, dirige su hermosa carita hacia mí, con sus ojos cerrados, lamiendo en forma ascendente mi cuello hasta que sentí sus labios junto a los míos y nos dimos un beso muy apasionado, agarrándola por sus nalgas fuertemente, bajo su corta mini, las tenía muy firmes y duras, mientras ella tan solo profería sonidos de satisfacción y de vez en cuando diciendo...
-Así... así... así-
No recuerdo cuántos minutos duramos en eso, pero fueron muchos, hasta que la cargué y me dirigí con ella hasta su habitación, la apoyé en su cama muy suavemente y seguimos besándonos y acariciándonos a la vez que nos desnudábamos mutuamente. Verdaderamente Tania tiene un lomo espectacular, su piel muy blanca es firme, sin ninguna estría o celulitis, sus tetas son medianas, con unos pequeños pezones rosados y rodeados de una aureola como hinchada, las piernas son muy bellas y sus nalgas, como dije anteriormente son firmes y duras, la zona púbica la tenía depilada, con tan solo un pequeño rectángulo delicadamente contorneado por encima del clítoris, sus labios vaginales estaban ya hinchados, rosados y al acariciarlos con la mano, sentía que estaban húmedos. Con mi lengua, comencé a lamerla toda, desde su cara, bajando por sus tetas, cada vez que le succionaba sus pezones, se retorcía de placer. Seguí bajando, su vientre firme invitaba a lamerlo todo, bajé más y pasé por alto su zona vaginal y comencé a mordisquearle y besarle las piernas a la vez que con una mano le hacía suaves movimientos a su clítoris y la cogía sutilmente con el dedo medio.
Tania se retorcía, hacía movimientos pélvicos incontrolables, hasta que lamiendo por la parte interna de sus muslos, posé mi lengua en su intimidad... ¡Qué divino! Sentía un olor suave y exquisito, muy propio de ella, a hembra tierna.
Le lamí los labios vaginales por su exterior y me agarró con sus manos la cabeza y me la apretaba hacia ella, haciendo que mi lengua penetrara toda hacia adentro de su ser... ¡Qué líquidos tan ricos y excitantes! Tan solo recordarlo produce una erección en mí. Luego, comencé a lamer y rodear con la lengua su clítoris, lo tenía duro, a cada lamida emitía pequeños gritos y se retorcía pidiéndome que me la cogiera. Cuando sentí que estaba a punto de acabar, me retiré de ella, quien se quedó perpleja y sorprendida me preguntó:
-¿Qué pasó mi amor... qué pasó? Dame más por favor-
A lo que le respondí:
-Espera mi cielo, poco a poco-
Seguí lamiéndola hacia arriba a la vez que entrelazamos nuestras manos y ya en posición de frente a ella, la suelto, la abrazo y comienzo a darle pija. Ella tan solo decía:
-Más... más... dame más-
Tenía la conchita un tanto estrecha, estaba sumamente húmeda y cálida, era una sensación tan rica sentir esa estrechez... comencé a acelerar mis movimientos de vaivén, mientras ella hacía lo propio, a la vez que me pasaba su lengua por el cuello y me mordía suavemente, apretando sus brazos por mi espalda, gritando cada vez más fuerte de placer. Sentía que iba a acabar, pero deseaba que llegara ella primero, lo cual ocurrió al tiempo que, dando un fuerte grito de placer y bordeando mi cuerpo con sus piernas, hizo que inmediatamente acabara yo, empujando mi pija hacia lo más adentro de su concha y abrazándonos fuertemente ambos, al tiempo que nuestra respiración comenzaba a decaer y mi pija dentro de su conchita se contraía... Así estuvimos un buen rato, hasta que completamente exhaustos nos separamos y acostados de lado seguimos besándonos y acariciándonos.
Les mando un abrazo y esto que les conté es solo un pequeño relato de todo lo que viví con Tania hasta el día de hoy

4 comentarios - Hija de mi vida ...como creciste !

joro227
Muy bueno... esperamos más
netorecc
Impeca me gustaría más detalles y más amplio después de 10
bier324
Me quedé con ganas de más... te debo los puntos