Apartamento de universitarios y ellas.

Todo comenzó con una idea, "alquilemos un apartamento entre todos y reducimos costo", tres amigos de vieja data, Miguel, Camilo y Andrés ( quien relata) todos provenientes de una ciudad intermedia en Colombia y estudiando en diferentes universidades en Bogotá, extrañando el calor de la provincia en la fría capital, se encontró el apartamento, uniendo recursos se cuadro buen presupuesto para arrendar en un buen sector cercano a todo, pero aún así hizo falta, nos parecía que se enredaba la posibilidad de ese apartamento en particular...pero llegó la solución, un cuarto arrendatario, mejor, una cuarta arrendataria.

Sonia, prima de Miguel, mayor que él y de hecho mayor que todos, debía estar cercana a los treinta, abogada, recordábamos haberla visto de visita en casa de Miguel allá en nuestra ciudad hace varios años, éramos unos niños y ella ya estaría por los veinte años, según sabíamos recién divorciada, no tendría más de un año que había terminado su matrimonio, sin hijos, buscaba un lugar y la oportunidad le resultaba justo lo que necesitaba; ni lo pensamos, era la solución para poder afrontar el canon del nuevo apartamento, Miguel habló con ella, habría que arreglar un inconveniente menor, sólo había tres habitaciones para ahora cuatro ocupantes así que dos de nosotros tendrían que compartir habitación y ni siquiera la principal sino una secundaria, la principal por cortesía le tocó a Sonia, eso de ser tan cortez es la cagada.

El día del trasteo se solucionó entre nosotros con el típico piedra papel y tijera, después de mucho tratar llegamos a un acuerdo, Miguel y Camilo compartían habitación, iniciamos el proceso de llenar el apartamento con nuestras cosas esperando que Sonia llegara con las suyas para colaborarle, cuando al final llegó y por fin la vimos de nuevo nos impacto, 1,70 mts mas o menos, buen cuerpo y una carita muy linda, pelo castaño, venía en tenis, jeans y camiseta blanca, Sonia venía acompañada de un hombre de unos cuarenta años, estatura media, pelo corto y bien vestido, "es el novio" dijo Miguel, aunque todo hombre cuando sabe que va a convivir en el mismo apartamento con una mujer y en especial una muy bonita como era Sonia piensa y fantasea con las posibilidades, de entrada nos dio una sensación de "fuera de alcance", el tipo que la acompañaba que Miguel dijo era el novio se veía buen tipo y encima aparentaba ser de buena posición económica, así que nos dispusimos a terminar el trasteo y a disfrutar del apartamento lo mejor que pudiéramos.

Los primeros días fueron de lo más normales, todo buena onda, nos acomodamos de la mejor forma, paso cerca a un mes sin mayores inconvenientes, tuvimos que adaptarnos a vivir con una mujer en nuestro espacio y limitar ciertas reglas de convivencia que eran necesarias y sensatas. Era muy cercana a la perfección nuestra experiencia viviendo juntos. Incluso Miguel y Camilo compartiendo habitación no parecian tener problemas, nosotros muy concentrados en la universidad y ella dedicada a su profesión, trabaja como asesora jurídica en una empresa del estado así que cumplía con horarios de oficina, salía temprano en la mañana y regresaba al apartamento tipo 6:30 en la tarde, todo muy normal...y entonces pasó.

Una tarde estando los tres en el apartamento tomando unas cervecitas e intentando estudiar al mismo tiempo, Miguel respondió una llamada a su celular, salió al balcón para poder hablar mejor y al cabo de unos minutos regresó, era Sonia quien lo llamaba y nos quería pedir una favor, una amiga de ella, Lucía, debía venir a Bogotá por unos días a realizar ciertas diligencias y Sonia quería saber si había problema en que le diéramos posada por algunos días, se quedaría con ella y compartirían su habitación mientras tanto, no daría ningún problema según Sonia, no le vimos inconveniente y le dijimos a Miguel que la llamara, nos comentó entonces que Lucía, su amiga, llegaría al siguiente día en horas de la tarde, yo coincidencialmente estaría libre y en el apartamento a esa hora así que me ofrecí para recibirla, Miguel y Camilo tenían clases y Sonia estaría en sus labores.

A las tres y algo de la tarde sonó el citofono anunciando la llegada de la amiga de Sonia, le di el visto bueno al vigilante del edificio y minutos después golpes en la puerta del apartamento, al abrir la puerta casi no puedo hablar, que mujer, pelinegra, pelo lacio, como de un metro sesenta y algo, aunque en esa ocasión venía en botas de tacón de esas que llegan casi a la rodilla, falda suelta y chaqueta de cuero cerrada, obviamente tendría frío, Bogotá es así, la mirada fue lo que más me impactó, bien saben que hay mujeres que con su rostro y una mirada podrían lograr la paz mundial si quisieran, otra cosa es que no se les de la gana, la invite a seguir le ayudé con las maletas, dos maletas de buena dimensión por lo que intuí que la estadía no sería de uno o dos días, se presentó me agradeció la ayuda, le enseñe rápidamente el apartamento y la habitación de Sonia y le sugerí que se acomodara como si estuviera en su casa.

Estaba yo en la sala de estar dedicado a mis cosas (aunque pensando en lo buena que estaba esa mujer) cuando Lucía salió de la habitación y vino hacia donde estaba, misma ropa a cuando llegó pero sin botas, en pantuflas (sandalias afelpadas de casa) y sin la chaqueta de cuero con la que llegó, entonces y como buen hombre heterosexual que se precie de serlo, lo noté, un par de tetas enormes o al menos eso me parecieron tenía esta hembra, era obvio el tamaño de esas tetas, luché contra el morbo y la mire a la cara preguntando si necesitaba algo, ni me acuerdo que me pidió pero de alguna forma lo solucionamos y volvió a la habitación, sólo con eso me quede embobado y con una erección que ya casi que dolía, cayó la tarde y comenzaron a llegar los ocupantes del apartamento, primero Miguel y después Camilo, hablamos rápido de la llegada de Lucía y no pude evitar contarles que era portadora de buenas tetas y dos grandes maletas.

Después regresó de su trabajo Sonia y entonces entró Lucía de nuevo a escena, salió de la habitación y mientras Sonia en la sala nos saludaba y preguntaba por nuestro día, Lucía la saludó muy animosamente con el típico "Amiiiga" y pasaron al abrazo y los saltitos abrazadas como si fueran un par de niñas, pero nadie se quejaba en esa sala, éramos tres zombies, tontos ante el espectáculo, Sonia era linda, sí, elegante y reservada, siempre, muy puestecita, nada exhibicionista y muy recatada, pero esta amiga era diferente, vestía ahora unos shorts de Jean ajustados a media pierna y una blusa negra de tirantes con un escote marcado, muy marcado, la prueba para Miguel y Camilo de que yo no había exagerado y que efectivamente esta hembra en el mar flotaría sin esfuerzo, divina.

Tras el saludo y las presentaciones y la lucha de los tres por mirarla a los ojos y no a los globos pasamos a la cena, generalmente pedíamos algo de comer ya que ninguno cocinaba, comimos muy alegres descubriendo que Sonia y Lucía eran diferentes en casi todo, Sonia muy medida y recatada, casi introvertida, Lucía para nada, sólo risas y confianza, sino fuera el pedazo de hembra que era aún así nos habría caído bien...tras esto todos a descansar, las mujeres se fueron a la habitación a hablar de sus cosas y nosotros a soñar con las tetas de Lucía.

Al otro día, creó que era sábado, Las amigas salieron sin que nos hubiésemos levantado, no había clases ese día y aprovechamos para ir a Jugar Fútbol, los tres éramos buenos en el fútbol, parte del equipo de la universidad y pues aprovechamos, pasado el mediodía regresamos al apartamento, sucios y revolcados del par de cotejos que alcanzamos a jugar, Sonia y Lucía habían regresado y estaban en la sala con múltiples bolsas de ropa, por lo visto andaron de shopping en la mañana; Lucía al vernos hizo algo que de Sonia sabíamos no era posible y comenzó a decir cosas como "que piernas muchachos" "miren esos cuerpos" "que envidia Sonia tu todos los días con estos churros" en fin, nada del otro mundo, cosas normales que dicen las mujeres pero que habíamos aprendido que eran francamente imposibles de Sonia por ejemplo, nosotros pasamos a las habitaciones, turnamos el segundo baño adicional al que estaba en la habitación principal, nos duchamos y cuando nos disponíamos a salir por almuerzo, las amigas nos dijeron que ellas habían traído algo de comer, la gloria, a almorzar entonces y a pasar sábado en casa, surgió una invitación de Sonia para ir a cine, nos pusimos de acuerdo y salimos los cinco, al cine llegó el novio de Sonia, vimos una película que hoy no recuerdo cual fue y nos devolvimos al apartamento. 

Llegando nos pareció con mis contemporáneos buena idea tomarnos unas cervezas en un bar cercano al apartamento, por la carreraq séptimaNosotroscuenta y algo, por cortesía los invitamos a Sonia, su novio y Lucía, seguros que iban a decir que no, ya antes habíamos invitado a unos tragos a Sonia y su novio y así habían respondido, pero Lucía se ánimo mucho y oh sorpresa convenció a la pareja de novios, nos quedamos en el bar con Lucía y mis amigos mientras Sonia y su novio llevaban la camioneta al parqueadero del edificio, casi una hora después llegaron, ya nosotros íbamos por la segunda cerveza, un poco más alegres que de costumbre al igual que Lucía que se dedicó desde ese momento a abrazar a Lucía y a decirnos cuanto quería a sus amiga y lo cercanas que eran y la superamiga que Sonia podía ser, al mismo tiempo convenció a Sonia de desinhibirse un poco y de disfrutar la noche, Sonia se pegó al ritmo que llevábamos y bebió sin restricción, el novio no tanto, pero al menos no molesto, era buena gente el tipo, así y así se fue la noche llegaron las dos de la mañana, el ambiente del bar comenzaba a desmejorar y decidimos comprar una botella de aguardiente y continuar en el apartamento, llegamos y organizamos la sala, destapamos la botella, pusimos música y a tomar, dieron las tres y media de la mañana entre risas y cuentos de Lucía y Sonia en su no muy lejana adolescencia, todos entonados, sobre Sonia que fue la primera en caer, de un momento a otro y mientras todos reíamos por algún comentario de Camilo que es y siempre ha sido el amigo chistocito, nos dimos cuenta que Sonia había quedado dormida en el sofá, profundamente, no logramos despertarla, estaba ebria, su novio que a todas estas se llamaba Fernando la levantó en brazos y junto a Lucía decidieron llevarla a la habitación y que descansara.

Nosotros seguimos rotando el aguardiente, cagados de la risa y esperando saber si Lucía la quería seguir, obvio eso era lo que nos importaba, pasaron algunos minutos y Lucía no había vuelto a la sala, me levante de mi sitio, les dije a Miguel y Camilo que iba a ver que había pasado con sonia, no prestaron atención y siguieron buscando una canción en youtube, al llegar a la habitación de Sonia la puerta estaba entre cerrada, la luz encendida pero no se escuchaba nada, abrí un poco más la puerta y ví a medida que abría con suavidad como sospechando del silencio, veía la mesa de noche que está junto a la cama de Sonia, después la parte superior de la cama y sobre ella Sonia, boca abajo, totalmente ebria, vestida, sin los botines que llevaba esa noche y profundamente dormida, abrí más la puerta buscando a Lucía y Fernando y entonces los ví, Fernando parado de espalda a la ventana que daba a la avenida mirando al techo, por lo que no me vio y Lucía arrodillada frente a él dándole tremenda mamada, hijueputa me quede frío, la mamada que Lucía le estaba dando al novio de su amiga que estaba sobre la cama, junto a ellos, borracha a más no poder era de campeonato, se escuchaba la saliva de la perra de Lucía pasear por su boca mientras le daba placer a Fernando, en ese momento Sonia hizo un movimiento en la cama, estaba incómoda e intentó cambiar su posición, lo logró pero sacó de el ensimismamiento del placer a Fernando y a Lucía, él miró hacia la cama y ella hacia la puerta y me vio, yo como avergonzado (no sé porque putas) saque mi cabeza de la habitación tras la puerta y entré al baño, vida jodida, tenía una parola la hp, no me quedó de otra que hacerme una buena paja en el baño, lo que no tardó en terminar porque la escena era muy caliente, recordar a esa hembra deliciosa chupando esa verga con total fruición como la más puta era de lo más excitante que había visto a este entonces, una cosa es ver porno y otra estas escenas en vivo!!!, me limpié y salí del baño, la puerta de la habitación de Sonia estaba abierta pero la luz apagada, ni mire adentro, sólo me dirigí a la sala y encontré a Lucía hablando y bebiendo un trago con Miguel y Camilo, los dos tenían una cara de borrachos que no podían con ella, la botella estaba casi vacía, ella de espalda a mi con cd's en la mano y de repente giró, giró y me miro a los ojos, me miro muy seria como pensando en que iba yo a hacer con lo que había visto y tras un segundo me sonrió, una sonrisa cargada de segundas intenciones. Se me paro de nuevo.

Disculpen la duración del relato, pero vale la penar contar la historia con detalles de lo que pasó.

Pronto segunda parte....den puntos y comentarios para saber si escribo siguientes partes

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