• [1/2] Conocí a mi nueva tía.

Miércoles, 7 de enero del 2015 • 03:04
No soy bajo ningún punto de vista una persona que adore el verano. Calor durante el día, calor durante la noche, el aire a full, ventiladores por todos lados, transpiración por hacer nada y podría seguir y seguir nombrando cosas, entre ellas sin mencionar la que más jode. Sí, sueno muy cascarrabias para tener veintiún años y un verano totalmente libre en donde podría salir todas las noches, estar con amigos, ir a la pileta. Mi vida se reduce a mi habitación, donde vivo jugando con la PC a todas horas con mis amigos, el aire acondicionado y algo fresco para tomar. ¿Por qué este verano iba a ser distinto a todos los demás? Teníamos visitas.

– ¡Valen! ¡Acordate que mañana llega Guille con todos! Por favor, solo te pido una cara de bienvenida. – me gritaba mi mamá desde abajo.
– ¡Sí, ma! ¡Seguí recordándomelo que me hace muy bien! –

No veía muy seguido a mi tío Guillermo, hermano de mi vieja y de hecho, no me cae mal del todo. La novedad era que íbamos a conocer a su nueva pareja o esposa, una tal Gabriela, que la conozco solo por fotos y he de reconocer que por fin se enganchó con una mujer bastante hermosa pero qué apariencia de que perseguís billeteras que tenés. Y sumado a ellos dos, mi primito que no tengo mucho qué contar, como todo pequeño, no tengo demasiada paciencia ni ganas de tenerlos cerca.


Jueves, 8 de enero del 2015 • 10:38
Una voz por demás escandalosa no podía ser otra que mi tía que vive acá que no sabemos si habla o sufre, mi hermano ya molestando con mi tío a los demás, incluyéndome que me había acostado a las siete de la mañana, eran las diez y media pasada y mi casa parecía un circo. No me queda otra que ir a saludar, tarde o temprano me iba a tocar así que me lavé los dientes, me puse un short, remera, ojotas y bajé. Ahí estaban todos, mi vieja y mi hermano, mis abuelos, mi tío Guillermo y mi otro tío, mi tía a los gritos y finalmente Gabriela, y qué imagen me llevé.

– ¡Valen! ¡Tanto tiempo! – me recibe mi tío con toda su alegría, yo todavía un tanto dormido y el sol que me daba en la cara.
– Hola, Guille. – alcancé a decirle con dificultad por su abrazo.
– Valen, conocés ya a todos obviamente menos a Gabriela. Gabriela, él es Valentino. – me presentó mi mamá.
– Hola, Valen. – se me acercó mi nueva tía con un notable y hermoso escote.

Me quedó más que claro que mi tío se olvidó los sermones de mi abuela sobre una familia íntegra y el valor de una mujer preparada al salir con esta nueva mina que le llevaba sus siete probablemente ocho años de diferencia, tanto físicos como de personalidad; ojazos celestes, pelo largo castaño oscuro, un piercing en la lengua; unas impresionantes tetas claramente operadas pero hermosas y un ojete que partía el suelo. – Tía querida, qué ganas de verte en la pile que tengo... – decía en mis pensamientos, quizá no iba a ser tan malo el verano. Saludos y bienvenidas, todos conocimos a la nueva tía, era hora de volver al día a día.


Jueves, 8 de enero del 2015 • 13:21
Quedó claro lo hermosa que sos, eso no lo puede negar absolutamente nadie pero ¡qué bruta que sos! Aunque no podía esperar menos. Orgullosa de su trabajo como secretaria en la empresa de mi tío, carrera de diseño de moda sin terminar y esas expresiones de pendeja cheta. Y bueno, luego de escucharla contar su historia de vida, preferí concentrar mi mirada en lo hermoso que podía presentar que eran esas hermosas tetas levemente apoyadas en la mesa. Sentí que la estadía de mis tíos se iba a hacer eterna y tener que escuchar a Gabriela con mi otra tía charlar sobre las boludeces que pasan en la televisión me iban a terminar matando.


Martes, 13 de enero del 2015 • 16:25
Los días habían pasado y con mi tío y Gabriela cruzábamos un par de palabras durante el almuerzo, la cena y las veces que bajaba de mi habitación para buscar algo para tomar en la heladera. Por supuesto que todavía esperaba el dichoso momento en que Gabriela quisiera lucir su cuerpo con una bikini en la piscina pero todavía no había llegado a pesar de que el finde sí salió con mi tío con un vestido muy corto. La adolescencia de mi primo con esa madre iba a ser terrible.

Bajaba nuevamente para ir a comer algo luego de un almuerzo deplorable. A lo que iba pasando de habitación en habitación por el pasillo hasta la escalera, paso por la habitación donde estaban durmiendo mi tío con Gabi y se me da por detenerme a ver porque había escuchado un sonido extraño. Me aseguré de que no hubiese nadie a mi alrededor que me estuviera espiando mientras yo espiaba qué ocurría. Me asomé lentamente y vi a mi tía sacándose unas fotos reflejándose en el espejo de la habitación y con poses bastante prometedoras. Me quedé unos minutos mirándola apoyar la cámara de fotos sobre sus tetas, sacando la lengua, tocándose ambas tetas. – Si es de hacer esas cosas en una casa ajena, ¿qué hará en lo de mi tío? Necesito ver esa cámara ahora mismo. – pensaba cuando sentí la voz de mi mamá que me llamaba desde abajo. Lo usé como excusa para irme porque tenía que irme, no me podía quedar ahí y eso me forzó a hacerlo.


Martes, 13 de enero del 2015 • 17:11
Finalmente había terminado de merendar y era hora de volver a la PC cuando apareció Gabriela envuelta en una toalla. – No estarás desnuda, ¿no? – pensaba porque la toalla tapaba su precioso cuerpo sin dejar ver otra cosa que sus brazos y de las rodillas para abajo. Me detuvo en camino a mi habitación.

– Valen... ¿sabrás dónde puede haber protector solar? El que tenemos ya no le queda nada. – me dijo que con la tonada imbécil que detesto.
– Sí, sí... en el baño del quincho tiene que haber. Mi vieja guarda todo ahí. –
– ¡Gracias! ¿Te puedo pedir un último favorcito? – me dijo agarrándome con su mano derecha el brazo y sosteniéndose la toalla con la otra mano.
– Sí, claro. Decime. –
– Acompañame y pasame por la espalda un poquito del protector, ¿puede ser? –
– Sí, sí, obvio. No hay drama. – le dije totalmente convencido de que no iba a perder la oportunidad de tocar ese hermoso cuerpo, por lo menos la espalda. ¡Y menos que menos perdérmela en bikini!

Así mismo la acompañé hasta el patio, fui al quincho a buscar el protector y ya con la botella en mano esperaba indicaciones de la vedette de la familia. Se acercó al borde de la piscina y finalmente vi caer la toalla y ese deslumbrante cuerpo que iluminó mi día. Qué envidia sentí por mi tío, era una bomba la mina. Lentamente fue metiéndose a la piscina, yo seguía parado mirando esas hermosas piernas moverse y el corpiño que a duras penas aguantaba el peso de esas impresionantes tetas. Me dio la espalda por un momento y se agachó levemente para tocar el agua con la mano, veía ese semejante orto en todo su esplendor y la bikini totalmente perdida en esos cachetes. – ¿Venís, Valen? – me dijo para despertarme de mi fantasía. Me acerqué a ella que ya había asentado el orto en uno de los escalones de la piscina.

– Bueno tía, ahm... ¿te paso ya o...? – le dije porque no sabía qué carajo hacer.
– Sí Valen, volcá un poco de la crema y pasame. – me dijo con total naturalidad. Yo en mi mente tenía otra imagen de la situación. Sí, similar a la que imaginan ustedes ahora mismo. Exprimí la botella dejando caer una línea continua de hombro a hombro y le pasaba.
– Te agradezco Valen. Me perdonarás pero... ¿qué hacés todo el día encerrado en tu pieza? –
– Me la paso chateando con amigos y jugando juegos online con ellos. –
– Cuando Guille me contó de vos, te imaginaba distinto. – me dijo mientras se acomodaba el pelo.
– ¿Qué te contó de mí? – le dije riéndome e intentando mirar por encima de sus hombros el escote.
– Me dijo que eras más activo, más del fútbol. Sos un chico muy lindo, me sorprende que no salgas de noche, no tengas alguna noviecita. –
– Ahm... salgo de vez en cuando y por ahora paso de las noviecitas. –

Y seguimos un rato más con la charla hasta que se me acabaron las ideas para seguir estando a su lado y tocarla, no había más crema que pasar, ni ayuda que brindar. Me paré y me alejé de la piscina y antes de meterme nuevamente a casa la vi pararse, zambullirse, salir nuevamente y recostarse sobre una colchoneta inflable con todo el ojete al resplandor del sol. – Claro, me pedís ayuda con la espalda pero no con semejante ojete. – dije en voz baja y me di vuelta. Camino a mi cuarto en la escalera, me acordé. – ¡La cámara! Tengo que ir a buscarla. –


Martes, 13 de enero del 2015 • 17:49
No me puse a seleccionar qué foto quería y cuál no. Veía varias con amigas, gente que no conozco, un perro, me daba igual. Copio todo y pego todo en la carpeta y la devuelvo antes de que alguien venga. Y así fue. Desconecté la cámara lo antes posible de la PC y la dejé en su lugar. Volví a la PC luego de dejar la cámara, me puse a ver las primeras fotos y no había nada. Mi teoría de que en lo de mi tío quizás era peor no era correcta pero... tenía que llegar al final de esto donde encontré lo que buscaba, ¿quién dijo que los martes trece son de mala suerte?

• [1/2] Conocí a mi nueva tía.

tetas

¡Qué pedazo de tetas que tenés hija de puta! Era la entrada al paraíso para una pija poder reposar sobre semejante tetas. Ya estaba re caliente y hacía una semana mínimo que no la ponía, necesitaba hacerme una paja urgente. Me empecé a pajear suavemente con la ayuda de las fotos que se había sacado la muy zorra hasta que pensé... – Dudo que le vaya a joder que le llene de leche alguna tanga. – así que fui decidido a hurguetear su valija y por las dudas que alguien me viera agarré la primera que encontré y me fui corriendo. – Si me hago el boludo tal vez la pueda ver desde el balcón. – hablaba conmigo mismo como si fuera a responderme que sí o no hacer lo que planeaba hacer. Me fui hasta el balcón, salí sin hacer ruido con la puerta y ahí estaba todavía con todo el ojete brillante por el agua. Me arrodillé y asomaba con cuidado la cabeza para mirarle el culo mientras me pajeaba con una de sus tangas. Ya no me faltaba mucho así que volví a mi habitación y ahí acabé. Si mis días iban a ser así, mi verano volvía a ser lo que me imaginaba: ardiente.

fotos


Viernes, 16 de enero del 2015 • 18:07
Necesitaba mi droga diaria. A mi tía ya se le hacía costumbre ir a la piscina por la tarde y a mí también asomarme para verla. Necesitaba algo nuevo, una tanga nueva, la que le había sacado ya tenía como siete pajas encima, necesitaba algo sacado de ese precioso culo, fotos nuevas. – ¡Fotos nuevas! – pensé y sin dudarlo me metí nuevamente a la habitación donde mi tío dormía con ella. ¡Qué suerte tenía de que el otro se la pasara boludeando en el golf con mi hermano y mi vieja laburando! Me metí a la habitación y buscaba la cámara, me tomó unos minutos pero finalmente la encontré al lado de la mesita de luz. Salí corriendo de la habitación y me metí a la mía. Busqué hasta las últimas fotos que había descargado la última vez. – ¡Vamos la puta madre! – grité de la emoción porque veía fotos nuevas. En segundos las descargué en la PC y me volví corriendo a ponerla nuevamente en su lugar, aproveché a llevar la tanga ya seca y limpia para cambiarla por otra diferente, una nueva para lechear junto con las fotos nuevas.


Viernes, 16 de enero del 2015 • 18:21
– Valen... ¿se te perdió algo? – me dijo mi tía parada en la puerta envuelta en una toalla. Sentí por unos segundos que estaba muerto o por morir. Metí las manos directamente en mis bolsillos para aplastar la tanga y que no se note.
– Estoy, este... sí, buscaba una micro memoria... la necesito para cargar unas cosas de la compu. Perdón si invadí demasiado, sé que es donde dormís con mi tío... ya me iba igual. – le dije para zafar y encaraba a la puerta donde estaba parada.
– Me parece que acá te quedás un ratito. – me dijo poniéndome la mano sobre el hombro. – ¿Y encontraste entonces la memoria que buscabas? – mientras me sacaba la mano del bolsillo. Solté la tanga, me sacó la mano y vio que no tenía nada. Pero directamente metió la mano en mi bolsillo otra vez y la sacó. – Yo no sé mucho de tecnología pero sé que esto no se parece a una micro memoria – me dijo con la tanga blanca que le había sacado en la mano. – ¿Entonces? – y esperaba mi respuesta.
– Y... vienen en otros formatos, bueno, yo qué sé... sí, es tu ropa interior. La cagué y lo entiendo, ¿está bien? Podés ir a culparme con total tranquilidad y tratarme de psicópata de acá el resto de tu vida. – le dije con la idea de mostrarle que no me interesaba si me delataba aunque en realidad estaba cagado encima. – Por favor, dejame ir. Ya pasé suficiente vergüenza, ¿no? – y nos quedamos unos segundos en silencio. Se hizo a un costado y sin decirme nada, me fui.

¡Qué bien, Valentino! ¡Qué genio sos! Ahora quedas como el psicópata sexual de la familia por andar robándole las tangas a tu tía nueva, bravo. El premio al imbécil del año dos mil quince es para vos. Apenas me metí a mi habitación, me quedé acostado solamente pensando en lo que había hecho, el encuentro con mi tía y lo que iban a ser los días hasta que se fueran nuevamente a Uruguay. ¿Qué mierda iba a hacer con mi vida? Me planteaba hacerme el enfermo, no bajar más y de pensar y pensar me quedé dormido. Me despertó mi vieja como a las diez y me subió unos sándwiches que ni toqué. Estaba en la PC, Gabi no sabía que tenía sus fotos pero ni ganas de verlas tenía.


Viernes, 16 de enero del 2015 • 23:54
– ¡Valen, vamos a salir a dar una vuelta todos...! ¡¿Vas a venir o te quedás?! – chillaba mi vieja desde abajo, yo solo quería que el universo me desmaterializara.
– ¡Nah, me quedo acá, no me siento bien! ¡Chau! – le grité y me quedé sentado en la compu mirando fijamente una rodaja de tomate que se asomaba del sándwich.

Pensé durante un rato y no faltaba mucho para que se fueran. – ¿Por qué me iba a preocupar tanto por la zorra esta que no dijo nada al parecer? Me mandé un moco y bueno, ya está. Quizá hasta mi tío la cambie por otra con los años y no la vuelva a ver. No me voy a hacer problema, voy a hacer lo que mejor sé hacer ahora mismo aparte de jugar videojuegos como un salame y es clavarme una paja, y voy a ir a buscar la tanga que no me pude traer en la tarde. – me decía a mí mismo para alentarme por la estupidez que hice. Me quedé boludeando un rato en la compu y no me preocupé por la hora porque había pasado un buen rato y parecía que iba a disfrutar de la madrugada del finde afuera.


Sábado, 17 de enero del 2015 • 02:49
– Suficiente boludeo, es hora de ponerme en acción. – me dije a mi mismo. Primero me aseguré que no hubiera nadie abajo, seguía con cierto temor y sabía que no había nadie pero quería asegurarme por las dudas, y una vez sabiendo que estaba solo, me metí nuevamente a la habitación de mis tíos y me puse a buscar en la valija del lado de la tapa, en un cierre como en un bolsillo tenía toda la ropa interior. Saqué la primera que toqué y casualmente era la misma que me estaba por llevar antes, una tanguita blanca con unos detalles en gris. Iba a hacerle la paja con más furia y bronca, tenía ganas de dejársela llena de leche a propósito pero era empeorar más la situación. Volví a mi habitación con la tanga en mano y me puse con unos videos para calentarme un poco más, estaba a full con videos de gente que teóricamente se cogían a las tías. ¡Qué enfermo estaba! Pero no me importó mucho, seguía mirándolos y me pajeaba con la tanga de Gabi envuelta en mi pija. Empecé con sus fotos ahora...

sexo

Culo

Tanga

tia

Pasaban los minutos y me suena el celular, veo la pantalla y era mi vieja. No le respondí las dos primeras llamadas pero sí ya la tercera. Justo en este momento...

– Ma, ¿qué pasa? –
– Hijo, escuchame. La estamos llevando a Gabi a casa porque no se siente bien, ¿la podés esperar en la entrada? –
– ¿Qué tiene? No puedo frenar el juego, ma. –
– Hace un último esfuerzo, ya se van a ir, sé que no la soportás pero por favor que tengo que hablar unas cosas con tu tío todavía. –
– Bueno ma... dale, la espero abajo. –

– ¡La puta madre! Sobre que no la puedo ni ver por lo que pasó ahora tengo que hacer de cuidador; terminó siendo más una pesadilla que un sueño la mina esta. – decía mientras cerraba todas las pestañas de porno. Suspendí todo, cerré todo y me fui afuera al jardín a esperar a que la trajeran.


Sábado, 17 de enero del 2015 • 03:41
Reconocía las luces de auto que venía por la calle así que me paré y la vi bajar con una musculosa roja y una pollera... ¿se hacía la borracha? No entendía la necesidad de que caminara de un lado para el otro y rengueando pero bueno; se bajó mi tío para pedirme una mano.

– Vale, ¿la podés ayudar a acostarse? Está con la presión baja parece, no es nada. Dale un poco de postre y ayudala a acostarse. – me decía mi tío tratándola como un paquete. No quería saber nada.
– Sí Guille, no te hagas drama. Ahora veo qué hago. Te aviso cualquier cosa. –
– Dale loco, gracias. Volvemos en un rato, con tu mamá estamos con una gente para cerrar unas cosas del negocio. Llamame si pasa algo. – me decía mientras se acercaba al auto.
– No hay drama, yo te aviso. Suerte. –

Me di vuelta apenas el auto se alejaba y estaba la zorra parada en la entrada, abrí la puerta y no nos hablábamos pero tenía que darle algo por el tema de la presión. – Gabi, estás con la presión baja me dijeron, comé un poco del flan este... por ahí al rato te sentís mejor. – le dije con total desinterés y se iba sin hacerme caso de lo que le dije, subía las escaleras arrastrando las piernas, daba pena. Puse un poco de flan en una taza con una cuchara y la empecé a seguir que todavía seguía intentando subir la escalera.

– Gabi, ya sé que la cagué y me odiás, lo entiendo, pero ahora dependés de mí porque estás así. Comé esto y después acostate. – fue mi última advertencia, tenía ganas de meterle una cachetada.
– Vine porque me aburría, quería decirte algo. – me dijo dándose vuelta y mirándome.
– ¿Qué pasa? Ya entendí que soy un pelotudo, no necesito que me... – y me cerró la boca con un beso y agarrándome de los costados de la cara con las manos.
– Te caliento entonces, ¿no? Que por eso me robas las tangas, pendejito. A mí también me calentás, y me calentó lo que hiciste. – me dijo con una voz seductora.
– ¿Estás drogada? – le dije con sorpresa porque no me esperaba absolutamente nada de esto.
– No corazón, vení, vamos. – mientras agarraba la taza y la dejaba en un mueble y con la otra me tiraba encarando hacia mi habitación.
Ya en mi habitación, bien vivo que soy dejé la tanga que nuevamente le había sacado en el escritorio y para mi mala fortuna, fue lo primero que vio al ingresar.

– Ya sabía que no te ibas a contener. – me dijo agarrando una de sus tangas y mostrándomela con una sonrisa picarona.
– No estaba en mis planes que vinieras, y menos a besarme como lo hiciste. –
– Oh, ¿y vas a llorar ahora? Desabrochate el jean. – me dijo mirando hacia mi bulto.

Pensé para quedar a mano en que, podía usar esto a mi favor, así que saqué el celular y rápidamente me puse a grabar el audio, la conversación que estábamos teniendo. Sí, podés culparme de que te saqué las tangas y parecía un enfermo pero vos me estabas por “violar”.

– ¿Qué hacés? – me dijo un tanto desesperada cuando me vio con el celular en la mano.
– Le estoy sacando el sonido. – le dije y dejé el celular boca abajo en mi cama.
– Bueno dale, ¿tantas vueltas das con tus novias? Desabrochate el botón. –

La muy zorra fue lentamente acercándose con la tanga que le había robado en la mano, y se arrodilló frente a mí. No lo podía creer. Fue un auténtico idiota en empezar con cuestionamientos éticos sobre si era correcto lo que hacía, qué iba a pensar mi tío, mi primito pero quería que todo quedara grabado, ella no iba a saciar su deseo de chuparme la verga por un par de pavadas como las que le decía a las cuales siempre me contestó que la calenté, y que dejara de decirle boludeces. Y tenía razón, tenía que cerrar el hocico. Para revertir las boludeces que le dije, la desafié. – ¿Y si grabamos este momento? Unas fotitos. – le dije agarrando mi celular. Ella asintió con la cabeza, le daba igual que después esas fotos las fuera a publicar en la web.

Me desabroché el botón y dejé que ella continuara. Me bajó el cierre lentamente, y desde los costados de mi cintura tiró todo... jean con bóxer juntos y mi pija salió disparada y casi le da en la cara. Tenía una mirada un tanto extraña, como si hubiese tomado un poco de más, pero me daba lo mismo. Le noté una sonrisa de oreja a oreja cuando me vio la pija, la agarró con su mano entera sin vergüenza a nada, y me empezó a hacer el típico movimiento de una paja. – De haber sabido no me iba hoy... – dijo pasándose la lengua por los labios. Le dio una primera lamida todo por debajo recorriendo desde los huevos, a lo largo del tronco hasta la punta para después directamente mandársela entera en la boca, la tuvo unos segundos y sentía que me la iba a tragar, estaba caliente, viscoso y se sentía excelente. Con la mano izquierda me agarraba de atrás de la pierna para empujarse más la pija en la garganta y con la derecha le daba dirección a mi verga para metérsela aún más. – ¡Aaah! – gimió la zorrita seguido de que empezó a toser un poco. Me agarraba la pija desde la base y se la golpeteaba en la lengua, yo sentía ese piercing verde golpearme la pija, qué pedazo de puta hermosa. Se volvió a meter la pija en la boca y esta vez la agarré de la cabeza y la empujaba en contra mío, le estaba cogiendo la boca prácticamente y ella ni se quejaba. Estuvimos así un buen rato.

incesto

familia

– Me robaste las tangas... ya las viste, te voy a mostrar algo nuevo. – me dijo tirándose la musculosa roja que tenía dejándome ver esas preciosas y gigantescas tetas. Se sacó el corpiño para mayor comodidad y las dejó al aire. Me volvió a chupar la pija, me la succionaba como queriéndome ya sacarle toda la leche que tenía para ella, pero el plan era generar toda la saliva posible. Espesa y abundante me la dejó caer apoyando sus carnosos labios en el glande y con la mano me la esparcía mientras que la restante se la escupió entre medio de las tetas y se las aplastaba para embadurnarse aún más. Se acomodó mejor y después de una última mamada y previo a un par de golpes con mi pija en una de sus tetas, empezó a hacerme la turca de mi vida, perdía de vista mi pija en esas impresionantes tetas, estaba en el paraíso. Yo solo miraba el techo y la sentía a ella juguetona y divertida con mi trozo. – Bastante dotadito para tus veintiuno... – me dijo entre suspiros. Yo no le dije nada, la dejé que se entretuviera más y más. Se la sacaba de entre las tetas, me la volvía a chupar. Estaba a punto de acabar.

infidelidad

• [1/2] Conocí a mi nueva tía.

Siguió pajeándome con las tetas, era una auténtica profesional. – Decime cuando te vengas, papi. – me decía la putita. Yo encantando. Quería en cierto modo una especie de revancha o venganza por haberme hecho pasar un momento desagradable haciéndose la dolida por haberle robado una tanga y ahora me la estaba mamando como nunca así que me hice un poco para atrás y le saqué la pija de entre las tetas. Le apunté el glande a la boca y como cachorrita sedienta la abrió sin dudar y se la mandé toda hasta atragantarla, sentía que con la lengua intentaba abrir paso para respirar mientras yo la empujaba más y más hacia adentro, empezó a toser y se la saqué. – ¡Wah! Te gusta que sea tu putita, ¿no? – me dijo como enfrentándome y le volví a meter la pija en la boca esta vez ya moviéndome con la cadera para cogerle hermosa boca. Y se la sacaba otra vez. Los hilos de saliva colgaban desde sus labios hacia mi glande. Ella me agarró la pija y se la volvió a meter en la boca mientras me hacía la paja, estaba por acabar y le avisé... – Ya estoy, un poco más... – a lo que ella me hizo la paja con más velocidad y me apretaba más y más el tronco de la pija. – Dame mi lechita. – me dijo y fue lo último para ya ahogarla en leche. Sentía espasmos que me sacudían la cintura y las piernas, y la veía a ella con la boca abierta de par en par, la lengua afuera y la leche que le iba cayendo y patinando a lo largo de la lengua. Me limpió bien todo el glande con la lengua y los labios y me mostraba como saboreaba esa leche calentita mezclada con toda su saliva, jugueteaba, era una zorrita de lo más traviesa. – Te noto un tanto fanática por la leche. – le decía mientras la miraba. – Es que soy una gatita sedienta y me encanta la lechita. – me dijo mostrándome como jugaba con la leche en la boca. Sin problema alguno se tragó todo el mejunje y se paró. Me observaba con una mirada muy provocadora y la veía como agachada. Con un par de movimientos se la ingenió para sacarse la tanga que tenía puesta y se puso la que yo le había robado y encaró hacia la puerta. – Este va a ser nuestro secretito. Tomá. – me dijo dándome la espalda y tirándome la tanga que recién se había sacado del ojete. Apenas se fue la observé y estaba bañada, repleta de flujos y el olor a perra sexual que era. ¡Qué hermosa puta!


Miércoles, 21 de enero del 2015 • 14:49
Dormía, en una simple y llana palabra. Dormía cuando sentí la voz de Gabi balbuceándome algo. No sabía qué me decía hasta que estuve un poco más lúcido. Giré la cabeza hacia la izquierda y la vi con una remera y ese ya tan hermoso escote que había disfrutado hace unos días, estaba arrodillada al lado de mi cama.

– Necesito que me devuelvas mi tanga, chanchito. – me dijo entre risas mientras me acariciaba el pecho con suavidad.
– ¿Un besito antes? Tía. – le dije riéndome y poniendo mi mano encima de la de ella.

Miró hacia la puerta por si había alguien, se acercó más a mí acomodándose el pelo hacia un costado y me besó como nunca antes. Me hizo una laringoscopia con la lengua, y sentía que una de sus manos bajaba más y más hacia mi pija. Cuando llegó me la apretó de una forma hermosa agarrándome de los huevos también y me seguía besando hasta que paramos. – ¿Puedo recuperar mi tanguita ahora? – me dijo saboreándose los labios con la lengua. Le señalé el cajón de mi ropa interior y ahí estaba delante de todo. Antes de irse pasó nuevamente, me dio otro beso y se fue. Pasaban días en que casi ni hablábamos y días en los que ambos nos queríamos coger.


Domingo, 24 de enero del 2015 • 11:01
– Ma, no tengo ganas de ir a almorzar a lo de los abuelos. Me dormí tarde, tengo sueño, calor, no tengo hambre. Dejame quedarme. – le decía desde mi cama.
– Hijo, no tenés idea de hacer un huevo frito, no tenés nada para comer. Vamos, comés un poco allá y te volvés. Dormís allá en el sillón. –
– No, no hay aire y van a estar todos jodiendo. Me quedo acá, no como nada, no tengo hambre... –
– Dejalo descansar Mari, yo me quedo y cuando se levante le cocino algo. No tengo problema. – le dijo Gabriela desde fuera de mi habitación al lado de la puerta.
– Pero Gabi, se van mañana a la mañana y... –
– Igual vamos a comer algo esta noche, ¿no? Que esta noche sea la despedida. Yo me quedo, de verdad, y cuidado al pequeñito cuando se levante. –

Mi mamá le agradecía a Gabi su solidaridad al querer violar... digo, cuidarme. Escuchaba lo que estaban conversando y no me convencía en absoluto que se quedara solo para hacerme un plato de comida. La casa era nuestra, no había nadie más y ella se iba mañana a la mañana.


Domingo, 24 de enero del 2015 • 12:44
Encaro hacia la cocina y Gabi estaba entrando a la casa. Se sentó en la mesa donde comemos cuando estamos solamente mi mamá, mi hermano y yo con su tablet. Me miró e instantáneamente sonrió. Me ofreció hacerme unos fideos y le dije que no hacía falta, que de verdad no tenía hambre. Saqué una lata de Fanta de la heladera y me quedé con ella charlando en la mesa. Hablamos un poco de todo, nada sexual hasta que...

– Ya mañana te dejamos tranquilo con Guille, quizá hasta Semana Santa no nos volvamos a ver. –
– Sí. Tenés razón. Se siente raro cuando... te acostumbrás a que haya más gente de lo normal y después quedamos mi vieja y mi hermano nada más.
– Oh, ¿significa que vas a extrañar a tu tía? – y me miraba con unos ojitos tentadores al correrse los lentes de sol.
– Ahm... no creo que sea necesario responder esa pregunta. – le dije riéndome y casi escupiendo la gaseosa de la boca.

Ella reía y se levantó de la silla. Dejó la tablet sobre el modular y me encaró. – Hagamos algo, es mi último día, así no nos extrañamos. – me susurró como si alguien pudiera escucharnos mientras se inclinaba hacia mí dejándome ver esas hermosas tetas juntitas y apretadas. Yo apoyé la palma de mis manos en ambas tetas y se las masajeé, se sentía hermoso. Me paré, la agarré desde el hermoso ojete y la levanté, ella se abrazó a mi torso con sus piernas y nos empezamos a besar. La llevé contra la pared de la cocina y con mis dedos intentaba tocarle la concha, sentía una telita húmeda nada más. Ya está, me la iba a coger, era oficial.

– Vamos, hace un mes que no me cogen. Quiero que me la pongas toda. – me dijo agarrándome de la mano y encarando hacia las escaleras. Entramos a la habitación donde ella duerme con mi tío, y se tiró en la cama, poniéndose en cuatro y estirándose como una perrita dejando al descubierto ese hermoso ojete y la tanga por debajo de la pollera. Me indicó que agarre la cámara y le tomara fotos, que ella después me las enviaba, que no se preocupe que antes de enviármelas yo ya se las iba a robar como hice con las demás. Se tiró en la cama, se subió la pollera a la cintura y se abrió de piernas para mostrarme esa hermosa conchita que con gusto iba a romperle. Se sacó la musculosa y el corpiño del todo para quedar en tetas, sin nada encima y empezó a posar para mí y la cámara.

Se arrodilló en la cama para mostrarme bien sus voluminosas tetas y el bultito que le hacía la conchita en la tanga, no daba las ganas de ya poder zambullirme y comérsela toda.

tetas

Se fue haciendo hacia atrás para dejar más en descubierta la conchita, sus tetas se iban hacia los lados, qué hermosa que estaba. Tenía unas insaciables ganas de meterle los dedos en esa conchita abultada y mojadita.

fotos

Hasta que finalmente se hizo hacia atrás apoyando la espalda sobre la cama, la luz que entraba desde la ventana hacia las escenas perfectas, iluminación ideal. Se puso la mano sobre la concha tentándome cada vez más y más.

sexo

Me paré para tener otra toma pero la luz de la ventana era demasiada así que la cerré y empecé a tomarle las fotos desde arriba a la muy zorrita que se apretaba las tetas y poco a poco se iba colando un dedito por el costado de la tanguita.

Culo

Finalmente hizo la tanguita a un costado para poder ver esa concha hermosa mojadita. Totalmente depilada, los labios humedecidos. Nunca en mi vida estuve tan tentado como en ese momento.

Tanga

De un solo movimiento se sacó la tanga enterita y me tentaba más y más con frases que me daban a entender que quería que la cogiera como nunca en su vida. Se frotaba el clítoris insaciablemente y los pezones le brotaban de excitación.

tia

Ya no daba más, necesitaba chuparle esa conchita hermosa. Necesitaba cogermela así que dejé la cámara a un lado y empecé a chuparle la concha como nunca antes lo había hecho. Con mis labios le presionaba los labios sobresalientes y húmedos de su conchita y con la mano derecha le presionaba levemente el pezón de una de las tetas, solamente la escuchaba gemir como una perra en celos. Arqueaba de a momentos la cintura, con mi mano izquierda me ingenié para masajearle el clítoris mientras se la seguía chupando, la intentaba penetrar con mi lengua lo más que pudiera y la zorrita gemía más y más. Me agarraba de la cabeza y me presionaba contra su concha, era evidente que quería más.

Se sentó en el borde de la cama con esas enormes tetas, me agarró y cambiamos de posición. Me quedé parado frente a ella y se arrodilló. Me bajó el short y me agarró la pija con fuerza para metérsela en la boca y volver al pete de los otros días pero esta vez con más ganas, más desinhibida, más puta. Agarré nuevamente la cámara y le tomé un par de fotos peteando. En mi mente pensaba. – No la puedo dejar ir sin acabarle en esas hermosas tetas, necesito descargarle toda la leche en las tetas. – Mientras ella seguía entretenida peteando.

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Habían pasado unos cuantos minutos peteando así que la levanté, estando parada le metí una palmada en el ojete y la acosté en la cama, me saqué la remera, la di vuelta y antes de ponérsela recordé los preservativos. – Me cuido, cogeme de una vez por todas. No hacen falta. ¡Ponemela ya! – me gritó desesperada mientras se tocaba. No dudé un segundo más y le mandé la pija por la concha; se sentía caliente, húmeda, algo apretadita al comienzo pero fue cediendo y ella gritaba como una puta. Me pedía más y más y yo la embestía una y otra vez, las tetas le rebotaban y se las agarraba, aproveché a apretarle una yo también, qué bien se veían rebotando de arriba hacia abajo con cara pijazo en la concha que le metía.

• [1/2] Conocí a mi nueva tía.

tetas

fotos

Seguimos por un rato así hasta que se dio vuelta. – Dejame cabalgar esta pija. – me dijo agarrándomela, le dio un par de chupadas para dejarla llena de saliva y asentar ese hermoso ojete y yo meterle la verga enterita en la concha. Soltó un grito desde lo más profundo del alma al sentir la pija entera dentro de su concha y empezó a saltar y saltar.

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Me cabalgó un buen rato de frente, y luego sin sacarse la pija de dentro de la concha, se dio vuelta, dándome la espalda y tenía ese hermoso agujerito, qué ganas de metérsela pero era demasiado, sabía que iba a ser mucho pedirle el culo así que no le dije nada, simplemente me llené el pulgar de saliva y se lo iba acariciando mientras ella me cabalgaba la pija. Al mismo tiempo que seguía cogiéndomela, se sacaba la pollera que la tenía a la altura de la panza para ya quedar totalmente desnuda.

Culo

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Ya era demasiado para mi juventud tener a semejante mujer tanto tiempo cabalgándome la poronga, sentía cada vez más ganas y ganas y de acabar. Habían pasado ya más de veinte minutos desde que empezamos con ese beso descomunal en la cocina, me la seguía cogiendo pero ya no podía más. – Gabi, Gabi... un poquito más. – fue mi aviso para que ella se diera cuenta de que no era tanto lo que soportaba. Se levantó y se dio vuelta para chupármela un ratito más. Con algo más suave como ese pete se me fueron las ganas, me levanté y la empujé hacia la cama, esto no iba a acabar si no la cogía en cuatro patas a la zorrita. – Cogeme como una puta, yo sé que te gusta. – me dijo y la agarré del hombro y la empujé contra la cama. Me agaché para abrirle las piernas, y la empujé desde la espalda para recostarla sobre la cama y las rodillas en el piso.

Me le paré atrás y le pasaba la pija por la raya del ojete como si fuera una tarjeta. Hasta que la apunté mejor y se la metí, y la empecé a coger con fuerza, mucha. Le pegué unos cuántos chirlos y con cada golpe soltaba un grito, gemidos sin parar, la agarré del pelo y me la seguí cogiendo. Paré unos segundos para montarla mejor, le solté el pelo, le apreté ambas tetas con las manos y me la seguía cogiendo, ella gritaba más y más hasta que sentía una fuerza que me expulsaba la pija de adentro de la concha, me hice para atrás y veía cómo un líquido transparente le chorreaba por la concha... ni dudé en seguir, me acerqué y le metí dos dedos y la empecé a masturbar con toda mientras le chupaba el agujero del culo, lo que gritaba esa mujer, parecía que la estaban matando. El líquido cayó por unos segundos más, ella solo gemía y las piernas le temblaban sin control. Volví a acercarme, le pasé el glande por la concha y se la volví a meter para cogerla un rato más hasta que sentí que acababa esta vez sí y le dije. Se dio vuelta insaciable, loca como nunca.

Al darse vuelta la recosté sobre la cama y me le subí encima de la panza, le puse la pija entre medio de las tetas y mientras me hacía una turca me la chupaba, no me faltaba nada, era solo un leve y pequeño estímulo más.

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Sentía su boca como una solapa que me succionaba la pija, la soltaba y hacía el típico sonido de la mezcla de fluidos, líquido y la presión que hacía con los labios. Me masturbé solo un poco más con la pija apoyándosela en la cara hasta finalmente volcar. Salió un primer chorro que casi le pega en la cara, le quedó a la altura de la clavícula y los demás dispersos entre las tetas que era lo que más quería... llenarle las tetas de leche.

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Se pasaba los dedos por las tetas para juntar la leche calentita y llevársela a la boca. – Hacía mucho que no tenía un orgasmo como este, sos tremendo, pendejo. – me dijo sonriendo. Hicimos un par de chistes ridículos y nos bañamos juntos.

El día siguió como cualquier otro, incluso a la noche con mis demás familiares, actuamos como si nos lleváramos regular, como había empezado todo aquel jueves de los primeros días de enero.


Lunes, 25 de enero del 2015 • 09:22
– No tengo palabras para agradecerle lo bien que la pasé y gracias por la hermosa bienvenida a la familia. – decía Gabi alegre y mirándome fijamente.
– Esperamos poder volver para Semana Santa otra vez. – decía mi tío y Gabi reía y yo igual mirándola.
– Espero hacer que Valentino sea más sociable para Semana Santa. – dijo mi mamá.
– Ay Mari, por favor, no lo molestes. Así como es, es perfecto. – le dijo Gabi.
– Bueno gente, hasta la próxima será, nos organizamos para la próxima. – dijo mi tío rodeando la camioneta para subirse del lado del volante.
– ¡Hasta otra! ¡Nos vemos, buen viaje! ¡Vayan con cuidado! – los saludos de todos.
– ¡Chau, Valen! – me dijo Gabi ya desde la camioneta tirándome un beso con la mano.

Vi la camioneta doblar en la esquina y bueno, mi vida volvía a ser lo que era antes de conocerla. Volver a la PC, a los juegos con mis amigos. Entré a mi habitación y cuando giré la silla para sentarme y ponerme con la compu me encontré una pequeña bolsa de tela con un listón rosa. La desaté y dentro tenía una carta:

“Gracias por hacerme sentir una diosa, esto es solo un comienzo. Nos vemos en Semana Santa, mi Valentino. Un beso enorme, tu tía Gabi. P.D.: Esta la usé toda la mañana, estoy viajando sin tanguita a casa...” y metí la mano nuevamente y saqué una tanga rosa, húmeda desde el lugar donde la agarré y viéndola bien tenía una manchita más oscura donde posaba esa hermosa concha.

– Semana Santa, te espero con ansias... –




- Segunda parte: Conocí a mi nueva tía.

Fuente de información: el contenido escrito es de mi autoría; no así el contenido gráfico, las fotos no me pertenecen.
Simple aficionado por la escritura. Cualquier tipo de comentario, opinión o crítica será más que bienvenida.

24 comentarios - • [1/2] Conocí a mi nueva tía.

sirporonga3
exelente post,que zorrita es tu tia quien pudiera cojersela
Elmacho25x9cm
podes resubirle las fotos que parecen caidas y no se ven
JoyceQ
Buenos relatos ninguna foto Sr ve ! Pero bueno
eldanus
muy bueno ahi van unos buenos puntos
GabyMontana
buena historia, arregla las fotos que no se ven!
morochasexy69
Excelente, me hace acordar a cuando hice debutar a mi sobrino +10
MikJ
Buenisimo!!!
pcdah
Muy bueno, terrible la paja que me hice, felicitaciones
Delfordavid123
+10, excelente relato, me encanto.. Y las fotos increíbles, hermosa PUTA. Te felicito.
Drtango01
Muy buen relato Flaco!!! excelente la edición con fotos y la historia. Gracias por compartir!
Drtango01
Muy buen relato Flaco!!! excelente la edición con fotos y la historia. Gracias por compartir!
Elmacho25x9cm
muy buen relato por favor continualo hay muchas historias tan atrapantes como la tuyas todas incompletas ojala continues pronto saludos master van puntines
Schneitzel69
Super excelente relato lml lml van +10 !!!
elrompeorto69
Excelente relato a la espera de que nos cuentes como te fue en semana santa.... van puntos
anfora
genial relato c fotos loco, muy destacado!! dejo ptos!
RachelMcAdams
GRACIAS POR COMPARTIR PEDAZO DE HIJO DE RE PUTA JAJAJA. TU HISTORIA Y TU TIA ME RE CALENTARON, TE MANDO UN ABRAZO DE GOL !!!!!