El viaje de Helena era todo un acontecimiento en su casa. Era un momento que esperaba hacía mucho tiempo. El entusiasmo y la excitación que desbordaba esa chica eran contagiosos y por ende todos en su hogar tenían esa misma energía. Todos excepto su padre, Andres. Él estaba preocupado en extremo por que su hija abandonara el país. Las malas noticias con las que era bombardeado día y noche por los noticieros hacían que cada vez que ella se ausentaba pensara lo peor, por otro lado tampoco confiaba mucho en el buen juicio de su hija. Además mal que le pese tenía que reconocer que su amada Helenita era una mujer más que apetecible para cualquier hombre.
Su nena era toda una mujer y tenía un cuerpo sumamente voluptuoso. Pechos enormes que parecían operados y una cola firme y parada que era el final de oro de sus largas y carnosas piernas. Había un detalle y es que no toleraba que hubiera cortado su largo y sedoso cabello rubio. Había adoptado un nuevo look, con el pelo muy corto a los costados y peinada de costado. Según él lo hacía para parecerse a las cantantes de moda, pero ella siempre hacía lo que quería. Como ese viaje a Europa del Este que tanto la emocionaba.
Luego de largas discusiones, la mujer de Andres logro convencerlo de ceder y él mismo sacó los pasajes, tenía que hacer unas combinaciones para llegar a destino pero para Helena eso era parte de su aventura. En España se encontraría con su amiga Samanta, que era la promotora de todo, y de ahí seguirían juntas.
Así llegaron al día previo con un grado de adrenalina que pronto iba a aumentar.
- Bueno, mañana cuando vayan con tu madre tenes que estar con mucha anticipación por el tránsito y el pre embarco - le indicaba Andres a su hija
- Si obvio pa. No es la primera vez que viajo. Quedate tranquilo. Igual mamá mañana tiene su clase de teatro a esa hora. Quedamos con Lucho - le respondió Helena
- Lucio el vecino?! Que no tenes familia vos?! - Levantó la voz Andres
- Vos no sabes manejar y mamá no está. Aparte Lucho es como de la familia. Lo conocemos desde que era chica, que problema hay? - lo calmó ella
- Mucho problema señorita. Que va a pensar la gente si te ve que salis sola con un hombre que podría ser tu padre? - le recriminó y agregó - Yo voy con ustedes, si es así.
La chica levantó los hombros y sonrió restandole importancia.
- Dale, si queres. Mejor así - cerró la discusión
Finalmente llegó el día. Mientras cargaban las cosas al baul del auto comenzaron las chicanas por parte del vecino.
- Así que venis al final? Estás maricón porque se te va Helenita, no? ja. No vayas a moquear en público eh - le decía Lucio que era conocido por su humor que rozaba lo pesado
- Este viaje no me gusta nada, pero soy el único sensato en casa - le dijo Andres
- Dale, dejala crecer, no es una nena. Cuantos años tenes ya? - le preguntó a Helena
- Yo? 19, por? - respondió mientras revisaba su bolso de mano por decima vez.
- Mirá! ya 19 tiene! Como pasa el tiempo! Te acordas cuando se cayó con la bici con rueditas y te la traje a upa dos cuadras? Mirá lo grande que está ahora
Andres asintió pero notó que los ojos de su colega estaban más tiempo en el escote de su hija que en sus ojos. De todos modos supuso que era algo involuntario. Después de todo el vestuario de su Helenita no era para menos. Tenía una musculosa roja, muy apretada que apenas podía contener esa enorme delantera. Para variar tenía un pantalón no menos apretado. El redondo culito de Helena ponía a prueba a cuanto hombre pasaba por ahí. Mientras pensaba eso la joven se agachó para cerrar el bolsito y Andres alejó la vista pero en el camino se cruzó con la mirada de Lucio otra vez con ese brillo de deseo, esta vez en la cola. Ya habían sido dos veces. Hacia sus adentros se sintió conforme con su decisión de acompañarlos. No quiso pensar más allá de esa suave reflexión. Después de todo se trataba de su nena.
Partieron al aeropuerto. Era un viaje de unas horas. En el camino, Andres se tuvo que aguantar las cargadas de Lucho por no saber manejar a su edad, pero a eso ya estaba acostumbrado porque era el clásico chicaneo de su mujer. Lo que realmente le molestaba era que esas miraditas de viejo verde de su vecino que se seguían repitiendo. Ahora el destino eran los pechos de Helena, que había pedido el asiento del acompañante para manejar el estero y se agachaba a cada rato para cambiar de tema o subir el volumen.
Cada tanto los ojos de los dos se cruzaban en el espejo retrovisor y cierta culpa hacía que centre su atención en el camino y se olvide de su sensual vecina,
Así transcurrió todo el camino. Al llegar al aeropuerto el entusiasmo de Helena se transformó en bronca. El vuelo tenía un retraso incierto e incluso existía la posibilidad de que fuera reprogramado. La incertidumbre aumentaba con el paso de las horas. El ambiente era de lo más desalentador y el resto del pasaje se estaba poniendo un poco violento con el personal de la aerolinea, lo que motivó que las apariciones con novedades se hagan más espaciadas. Andres miraba el reloj, Lucho salía a cada rato a fumar y Helena se mordía las uñas pensando que su esperada aventura se iba a frustrar. Ya era de noche cuando una de las chicas de la aerolínea les comunicó que se iba a reprogramar para el primero de la mañana. Aproximadamente a las 5.
- Uh que cagada! Toda la noche acá clavados. Anda yendo si queres vos. Yo después me tomo un taxi - Le dijo Andres a Lucio.
- Si queres los llevo que descansen un poco y los traigo temprano - Le dijo el vecino
- No Lucho, entre que vamos y venimos vamos a llegar y para salir de nuevo - le planteó Helena con toda razón. Mientras Andres hablaba por teléfono a casa para pasar las novedades, Lucho salió para fumarse otro cigarrillo y entró con otra propuesta.
- Hablé con unas mujeres que estan en la misma y van a pasar la noche en un hotelito que hay por acá cerca, suelen usarlo los turistas en estas ocasiones. Podemos ir, vemos la tele. tenemos para estirarnos un rato. Que les parece?
Andres miró a su hija y ella con las manos como rezando le hacía que si con la cabeza. Revoleo los ojos y aceptó. Además se había dado cuenta que con la plata que tenía encima no iba a ningún lado.
Cuando fueron al hotel. Lucio pidió un cuarto y pasaron. Mientras iban para el cuarto Andres le aclaraba que iba a pagarle por hacerle la gamba con todo ese lío y Lucho se reía y le decía que no era nada. Apenas entraron Helena pegó un salto y se tiró en la cama. Se sacó los zapatos y exclamó
- Ay gracias Lucho! Como necesitaba esto! - Mientras movía los dedos de los pies aliviada.
- Todo por mi vecinita preferida - dijo Lucio mientras se sentaba a los pies de la otra cama y tomaba el control remoto de la tele. Andres se sentó en la tercer cama que daba a la ventada y le agradeció nuevamente por ser tan "macanudo".
- Es un horno acá adentro, ese ventilador de techo parece que tirara aire caliente - Dijo la hija que tenía la remera pegada a la piel y preguntó. - les molesta si me pongo algo más cómodo? - Andres frunció el ceño en señal de reprobación
- Ay dale pa! Si Lucho es como de la familia. Te incomoda si me saco algo?
- No chiquita. Por mi ponete cómoda que acá vamos a estar un buen rato - dijo Lucio
Apenas estaba terminando de decir eso cuando los dos quedaron impactados y sin palabras. Sin previo aviso, Helena se desabrochó a toda velocidad el pantalón y se lo bajó. Para sorpresa de su padre debajo traía una mini tanguita estilo hilo dental. Lucio casi se cae de la cama al verla. Andres no salía de su asombro.
- Pero que haces?! - fue lo único que pudo pronunciar
- Ay pa! no seas exagerado. Cuando tomo sol en la terraza mi bikini es más chico
- Pero no podes estar así en un cuarto de hotel con hombres! andá a ponerte algo! - la mandó al pasillo donde habían dejado el bolso para alejarla de la vista. Ella lo tomo y se metió al baño para cambiarse.
- No es para tanto, los jovenes son así. No se dan cuenta - trató de calmar la situación el vecino. Lo que no lo calmó para nada fue que se hubiera puesto un almohadón en la falda. Era seguro que estaba ocultando una erección.
Unos minutos después Helena apareció apenas un poco más vestida. Se había puesto un short blanco que terminaba justo al borde de sus nalgas y se recostó en la cama del medio boca abajo. Con esa cola parada mirando al norte, se empezó a reir y dijo
- Vieron la cara del flaco de la recepción? debe haber pensado cualquier cosa cuando pedimos un cuarto para los tres - y se rió picaramente
- Que va a pensar? - Dijo Andres mirando la tele
- Ay pa, que me traían acá para coger. Nunca dijiste que era tu hija
- Como decis esas cosas nena? - le respondió sobresaltado su padre que al darse vuelta vio la pose de su nena y no pudo evitar mirarle el culo.
Entonces ella se acercó al tembloroso vecino que no quería ni mirar a esa altura y le preguntó casi al oído
- Vos no hubieras pensado eso? - con una mirada gatuna
- Emmm no yo no pensé nada - le respondió mirandola toda y apretando fuertemente el almohadón que tenía en la falda.
- Seguro? - le volvió a preguntar, con las manos apoyadas en el colchon, juntando sus brazos y haciendo que sus pechos se aprieten y se vean más grandes aún. Se le hacía imposible no mirar. El pobre tipo giró unos segundos la vista y vio que Andres se había colgado mirando la tele. Tragó saliva y cuando volvió la mirada Helena se mordía los labios.
Sintió la mano de la joven debajo del almohadón y una mezcla de excitación y pánico lo invadió. La muy trola no tenía ningún pudor por la presencia de su padre. Recorría la verga del maduro por encima del pantalón. La apretaba, la acariciaba, pasaba toda la palma de su mano por la erecta pija de ese hombre que no podía esconder más la calentura.
- No podes ser tan puta nena - le susurró al oído
- Eso pensas vos - le dijo con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro. Volteó un segundo para asegurarse que su padre estaba totalmente ausente entre el sueño y la tele y decidió ir más lejos. Sacó a la luz la dura pija de su excitado vecino y comenzó a pajearlo como si nada, con total impunidad. El tipo no lo podía creer. No le importó nada y tomó la nuca de la piba. Helenita no puso ninguna resistencia y con la mejor predisposición abrió esos calientes y carnosos labios para hacer desaparecer la verga de Lucho. Era una experta en el arte del sexo oral. Movía cada parte de su boca con maestría y eso hizo que pronto el emocionado vecino no pudiera aguantarse más y largara un profundo gemido de placer. Sonido que llamó la atención del padre de la criatura
- Que estas haciendo la puta madre! - gritó horrorizado Andres al ver la pornográfica escena. Estaba rojo como un tomate y parecía temblar.
- Yo no estoy haciendo nada. mirá! - dijo Lucho con toda razón levantando las manos. Mientras tanto la muy puta de Helena seguía chupando como si nada pasara. Miró de reojo a su padre y le guiñó el ojo. El pobre Andres sumó a su desesperación y enfado una pizca de confusión. Que estaba haciendo Helenita con esa actitud? No quería pensar lo que todo le indicaba. Por alguna razón se quedó inmóvil ante el descaro de la mocosa.
Al notar esto la putita se relajó y siguió muy entusiasmada con la magnifica mamada.
- Que rica pija! Te gusta Luchito? - le preguntó a viva voz mientras la lamía desde los huevos por todo el largo del tronco. - Siiiii - fue todo lo que articuló Lucio en pleno extasis
- A vos te gusta Papi? Mirá lo que hago - le dijo al atonito Andres, mientras se esforzaba y tragaba entera la larga verga del vecino. Ante esa pregunta morbosa y provocativa fue que el propio Andres notó la tremenda erección que se le había formado con la exhibición de su nena. No podía creerlo. Estaba excitado como un adolescente.
Mientras tanto Lucio totalmente fuera de si, manoseaba los enormes senos de la pendeja. La cabeza, parcialmente rasurada de la pibita subía y bajaba y sus ojos estaban clavados en su padre que todavía impactado se tocaba la pija casi involuntariamente.
Esto calentó mucho más a la trola de su hija. Que con una sonrisa brillante por la mamada, fue gateando hasta la cama donde estaba su papi y le empezó a besar la panza mientras desabrochaba primero el cinturón y luego el pantalón de su progenitor, Lucho observaba a la distancia como el pantalón de Andres caía junto con sus calzoncillos al piso. Los ojos de Helena y su padre se cruzaron al quedar liberada la gorda verga a centímetros de la cara de la hija que la tomaba entre sus manos causando las primeras exclamaciones de placer de su Andres y le decía con voz sensual
- Papito esto es por dejarme ir al viaje - de la misma forma que hizo con Lucio, metió esta vez la pija de su padre entre esos hermosos labios y con toda su habilidad comenzó una nueva y excitante mamada.
- oohhh nenaaa - exclamó con ya casi nada de culpa por el magnifico pete de su poco inocente hijita. La entusiasmada puta se paró y tomó a su papá de la pija. Fue caminando hasta la cama del medio y se sentó ahí para continuar chupando. Mientras degustaba de todos lados la pija de su papi,, invitó a Lucio que se pajeaba viendo esa incestuosa escena con una calentura incontenible
Pronto los dos veteranos estaban enfrente de la jovencita recibiendo alternadamente los favores de su boca. A Andres ya no le importaba que fuera su hija y al parecer Lucio ni pensaba en eso. La remera de Helena voló por el aire tras los tironeos de ambos hombres y los dos se quedaron hipnotizados en el momento en el que la chica se sacó el corpiño dejando al aire esas imponentes tetas.
- Que puta hermosa que sos! - le dijo Lucio segundos antes de internar su cara entre esos pechos y empezar a chuparlos como loco. Su padre por otro lado la hizo pararse y fue bajando lentamente su short para dejar las carnosas nalgas enmarcadas por ese diminuto hilo de la tanga. La respiración acelerada de la chica era música para los dos maduros que estaban calientes como fierros al rojo vivo.
- Ay papi! siii - dijo Helena al empezar a sentir como el rostro de Andres se perdía entre esa cola y casi sin necesidad de correrle la tanga comenzaba a lamer la dulce conchita humeda.
- Que rica estas Helenita! Sos toda una puta! - le decía mientras la saboreaba
- Y lo que son estas tetas trolita! - acotó Lucio que jugaba con los pezones duros de la mina
- Quiero ser su puta chicos! Todo el día me calenté con sus miradas ahora quiero gozar! les confesó mientras los apretaba con sus manos para que la sigan lamiendo toda.
- Vení para acá. Si queres verga eso vas a tener puta! - le dijo sacado el padre y la puso en cuatro patas con las piernas abiertas.
Acomodó la verga entre los labios de esa conchita tan apretada y Lucho le presentó su enflamada verga frente a su boca. Casi al mismo tiempo las dos vergas comenzaron a entrar y los gemidos de la Helena no se hicieron esperar
Ese excitante sonido de placer los calentó mucho más y pronto comenzaron a aumentar el ritmo. Lucio la apretaba de la nuca haciendo que se ahogue mientras que Andres penetraba con fuerza esa apretada conchita y se afirmaba con las dos manos de ese redondo culito.
- Que tremenda perra tu piba - exclamaba Lucio que sentía la nariz de Helena tocando su panza mientras tragaba completo su pedazo
- Escuchas lo que dice Lucho? Ay que puta que sos nena! - Le gritaba el padre mientras la cogía ya con una velocidad y una fuerza que la chica gritaba lo más fuerte que podía con la otra verga en su boca
- Si papi, soy su puta esta noche, háganme lo que quieran! - los desafió con la voz entrecortada.
- No podes ser tan atorranta pendeja! le dijo mientras sacaba la pija de su caliente conchita y se la ponía en la boca de nuevo. Le encantaba sentir los orgasmicos movimientos que su hija hacía con la lengua por debajo de su verga. La puta realmente disfrutaba chupar la pija de su papá.
Helena se ahogaba de verga pero no quería soltarla. Estaba decidida a tomar toda la leche que tenían para ella esos dos.
Las gotas de sudor ya eran constantes y resbalaban por los tres cuerpos por igual. Los gemidos y gritos de placer de los tres se mezclaban pero la fina voz de Helena resaltaba por lejos. Esa sinfonía sexual hizo que Andres la abriera de piernas y la subiera encima de su pija nuevamente. Su nena no solo lo hacía delirar con su apretada conchita sino que también lo besaba con pasión. Sus lenguas bailaban pegadas dentro de su boca hasta que la voluptuosa rubia interrumpió el beso para griter fuertemente. Se apretó con todo su cuerpo a su padre al punto tal que le clavó las uñas en la espalda.
Andres no lograba entender que ocurría hasta que vio detrás de ella a Lucio con los ojos prácticamente en blanco por el placer. Estaba penetrando el hermoso culo de su ardiente vecinita. Ese mismo que lo había tenido caliente todo el día.
La chica lejos de esa primer reacción de dolor comenzó a moverse nuevamente disfrutando de la doble penetración. Se abrazó del cuello de su querido Luchito y girando apenas la cabeza se fundió en un beso con él.
Verla tan prostituida en esa posición excitó más a su padre que aceleró sus embestidas y se colgó de sus enormes tetas para chuparlas todo lo que podía. Jugaba con su lengua y esos deliciosos pezones mientras la chica bañada en sudor se movía entre las dos pijas que la estaban cogiendo por cada hoyo. Se mordió los labios y miró hacia arriba. Estaba teniendo una de las mejores noches de su vida. La mejor despedida que podía tener de su país. Sintió los espasmos que anticipaban los orgasmos de ambos hombres y les pidió
- Quiero toda la leche en la boca chicos! - Los ojos de los dos brillaron. Se pararon en el colchon dejandola arrodillada entre ellos y Lucho la tomó de la cabeza y la hizo abrir la boca hacia arriba.
- Vos vas a ser el primero Luchito? - Le dijo saboreandose, pero antes de que llegara la respuesta un chorro espeso y abundante de leche le cayó en los labios. Se apresuró a abrir la boca y sacar la lengua y tres más fueron precipitandose ahí
- Ahh tragatela toda ahora puta! - le dijo viendola con la espesa acabada en la lengua.
Como era de esperarse la joven obedeció y cerro su boca haciendo desaparecer todo lo blanco.
- Y vos papi? Necesitas una ayudita? - le sijo saboreandose los restos de semen que tenía en los labios. Andres se enloqueció con esa imagen y la tomó con las dos manos de la nuca haciéndola tragar su pija a punto de estallar
- Ahora vas a tragar todo por trola - le dijo fuera de si mientras cogía esa boca a toda velocidad. En ese momento se quedó inmóvil y largó toda la acabada en la garganta de su desvergonzada hija. Apenas la soltó la chica se alejó unos centímetros, y un hilo blanco de leche cayó de sus labios. Los tres cayeron agitados sobre la cama desnudos y satisfechos.
Ninguno de los dos hombres se miraban. Era como si una vez que la calentura cesó hubieran tomado consciencia pero eso solo duró unos segundos.
La lengua insaciable de Helenita sobre la pija de su padre llamó nuevamente su atención.
- Todavía quedan unas hora y después no me van a ver por unos meses ninguno de los dos - les dijo arrodillada en posición de gata mientras pajeaba a Lucio también
- Claro que si mi Helenita, todo lo que quiera mi nena - dijo Andres poniéndose cómodo mientras sentía esa boca experta haciéndolo volar.
En medio de esas mamadas intermitentes y conscientes de que era una despedida, ambos vecinos pensaban en como iban a esperar el anciado regreso de Helenita.
Su nena era toda una mujer y tenía un cuerpo sumamente voluptuoso. Pechos enormes que parecían operados y una cola firme y parada que era el final de oro de sus largas y carnosas piernas. Había un detalle y es que no toleraba que hubiera cortado su largo y sedoso cabello rubio. Había adoptado un nuevo look, con el pelo muy corto a los costados y peinada de costado. Según él lo hacía para parecerse a las cantantes de moda, pero ella siempre hacía lo que quería. Como ese viaje a Europa del Este que tanto la emocionaba.
Luego de largas discusiones, la mujer de Andres logro convencerlo de ceder y él mismo sacó los pasajes, tenía que hacer unas combinaciones para llegar a destino pero para Helena eso era parte de su aventura. En España se encontraría con su amiga Samanta, que era la promotora de todo, y de ahí seguirían juntas.
Así llegaron al día previo con un grado de adrenalina que pronto iba a aumentar.
- Bueno, mañana cuando vayan con tu madre tenes que estar con mucha anticipación por el tránsito y el pre embarco - le indicaba Andres a su hija
- Si obvio pa. No es la primera vez que viajo. Quedate tranquilo. Igual mamá mañana tiene su clase de teatro a esa hora. Quedamos con Lucho - le respondió Helena
- Lucio el vecino?! Que no tenes familia vos?! - Levantó la voz Andres
- Vos no sabes manejar y mamá no está. Aparte Lucho es como de la familia. Lo conocemos desde que era chica, que problema hay? - lo calmó ella
- Mucho problema señorita. Que va a pensar la gente si te ve que salis sola con un hombre que podría ser tu padre? - le recriminó y agregó - Yo voy con ustedes, si es así.
La chica levantó los hombros y sonrió restandole importancia.
- Dale, si queres. Mejor así - cerró la discusión
Finalmente llegó el día. Mientras cargaban las cosas al baul del auto comenzaron las chicanas por parte del vecino.
- Así que venis al final? Estás maricón porque se te va Helenita, no? ja. No vayas a moquear en público eh - le decía Lucio que era conocido por su humor que rozaba lo pesado
- Este viaje no me gusta nada, pero soy el único sensato en casa - le dijo Andres
- Dale, dejala crecer, no es una nena. Cuantos años tenes ya? - le preguntó a Helena
- Yo? 19, por? - respondió mientras revisaba su bolso de mano por decima vez.
- Mirá! ya 19 tiene! Como pasa el tiempo! Te acordas cuando se cayó con la bici con rueditas y te la traje a upa dos cuadras? Mirá lo grande que está ahora
Andres asintió pero notó que los ojos de su colega estaban más tiempo en el escote de su hija que en sus ojos. De todos modos supuso que era algo involuntario. Después de todo el vestuario de su Helenita no era para menos. Tenía una musculosa roja, muy apretada que apenas podía contener esa enorme delantera. Para variar tenía un pantalón no menos apretado. El redondo culito de Helena ponía a prueba a cuanto hombre pasaba por ahí. Mientras pensaba eso la joven se agachó para cerrar el bolsito y Andres alejó la vista pero en el camino se cruzó con la mirada de Lucio otra vez con ese brillo de deseo, esta vez en la cola. Ya habían sido dos veces. Hacia sus adentros se sintió conforme con su decisión de acompañarlos. No quiso pensar más allá de esa suave reflexión. Después de todo se trataba de su nena.
Partieron al aeropuerto. Era un viaje de unas horas. En el camino, Andres se tuvo que aguantar las cargadas de Lucho por no saber manejar a su edad, pero a eso ya estaba acostumbrado porque era el clásico chicaneo de su mujer. Lo que realmente le molestaba era que esas miraditas de viejo verde de su vecino que se seguían repitiendo. Ahora el destino eran los pechos de Helena, que había pedido el asiento del acompañante para manejar el estero y se agachaba a cada rato para cambiar de tema o subir el volumen.
Cada tanto los ojos de los dos se cruzaban en el espejo retrovisor y cierta culpa hacía que centre su atención en el camino y se olvide de su sensual vecina,
Así transcurrió todo el camino. Al llegar al aeropuerto el entusiasmo de Helena se transformó en bronca. El vuelo tenía un retraso incierto e incluso existía la posibilidad de que fuera reprogramado. La incertidumbre aumentaba con el paso de las horas. El ambiente era de lo más desalentador y el resto del pasaje se estaba poniendo un poco violento con el personal de la aerolinea, lo que motivó que las apariciones con novedades se hagan más espaciadas. Andres miraba el reloj, Lucho salía a cada rato a fumar y Helena se mordía las uñas pensando que su esperada aventura se iba a frustrar. Ya era de noche cuando una de las chicas de la aerolínea les comunicó que se iba a reprogramar para el primero de la mañana. Aproximadamente a las 5.
- Uh que cagada! Toda la noche acá clavados. Anda yendo si queres vos. Yo después me tomo un taxi - Le dijo Andres a Lucio.
- Si queres los llevo que descansen un poco y los traigo temprano - Le dijo el vecino
- No Lucho, entre que vamos y venimos vamos a llegar y para salir de nuevo - le planteó Helena con toda razón. Mientras Andres hablaba por teléfono a casa para pasar las novedades, Lucho salió para fumarse otro cigarrillo y entró con otra propuesta.
- Hablé con unas mujeres que estan en la misma y van a pasar la noche en un hotelito que hay por acá cerca, suelen usarlo los turistas en estas ocasiones. Podemos ir, vemos la tele. tenemos para estirarnos un rato. Que les parece?
Andres miró a su hija y ella con las manos como rezando le hacía que si con la cabeza. Revoleo los ojos y aceptó. Además se había dado cuenta que con la plata que tenía encima no iba a ningún lado.
Cuando fueron al hotel. Lucio pidió un cuarto y pasaron. Mientras iban para el cuarto Andres le aclaraba que iba a pagarle por hacerle la gamba con todo ese lío y Lucho se reía y le decía que no era nada. Apenas entraron Helena pegó un salto y se tiró en la cama. Se sacó los zapatos y exclamó
- Ay gracias Lucho! Como necesitaba esto! - Mientras movía los dedos de los pies aliviada.
- Todo por mi vecinita preferida - dijo Lucio mientras se sentaba a los pies de la otra cama y tomaba el control remoto de la tele. Andres se sentó en la tercer cama que daba a la ventada y le agradeció nuevamente por ser tan "macanudo".
- Es un horno acá adentro, ese ventilador de techo parece que tirara aire caliente - Dijo la hija que tenía la remera pegada a la piel y preguntó. - les molesta si me pongo algo más cómodo? - Andres frunció el ceño en señal de reprobación
- Ay dale pa! Si Lucho es como de la familia. Te incomoda si me saco algo?
- No chiquita. Por mi ponete cómoda que acá vamos a estar un buen rato - dijo Lucio
Apenas estaba terminando de decir eso cuando los dos quedaron impactados y sin palabras. Sin previo aviso, Helena se desabrochó a toda velocidad el pantalón y se lo bajó. Para sorpresa de su padre debajo traía una mini tanguita estilo hilo dental. Lucio casi se cae de la cama al verla. Andres no salía de su asombro.
- Pero que haces?! - fue lo único que pudo pronunciar
- Ay pa! no seas exagerado. Cuando tomo sol en la terraza mi bikini es más chico
- Pero no podes estar así en un cuarto de hotel con hombres! andá a ponerte algo! - la mandó al pasillo donde habían dejado el bolso para alejarla de la vista. Ella lo tomo y se metió al baño para cambiarse.
- No es para tanto, los jovenes son así. No se dan cuenta - trató de calmar la situación el vecino. Lo que no lo calmó para nada fue que se hubiera puesto un almohadón en la falda. Era seguro que estaba ocultando una erección.
Unos minutos después Helena apareció apenas un poco más vestida. Se había puesto un short blanco que terminaba justo al borde de sus nalgas y se recostó en la cama del medio boca abajo. Con esa cola parada mirando al norte, se empezó a reir y dijo
- Vieron la cara del flaco de la recepción? debe haber pensado cualquier cosa cuando pedimos un cuarto para los tres - y se rió picaramente
- Que va a pensar? - Dijo Andres mirando la tele
- Ay pa, que me traían acá para coger. Nunca dijiste que era tu hija
- Como decis esas cosas nena? - le respondió sobresaltado su padre que al darse vuelta vio la pose de su nena y no pudo evitar mirarle el culo.
Entonces ella se acercó al tembloroso vecino que no quería ni mirar a esa altura y le preguntó casi al oído
- Vos no hubieras pensado eso? - con una mirada gatuna
- Emmm no yo no pensé nada - le respondió mirandola toda y apretando fuertemente el almohadón que tenía en la falda.
- Seguro? - le volvió a preguntar, con las manos apoyadas en el colchon, juntando sus brazos y haciendo que sus pechos se aprieten y se vean más grandes aún. Se le hacía imposible no mirar. El pobre tipo giró unos segundos la vista y vio que Andres se había colgado mirando la tele. Tragó saliva y cuando volvió la mirada Helena se mordía los labios.
Sintió la mano de la joven debajo del almohadón y una mezcla de excitación y pánico lo invadió. La muy trola no tenía ningún pudor por la presencia de su padre. Recorría la verga del maduro por encima del pantalón. La apretaba, la acariciaba, pasaba toda la palma de su mano por la erecta pija de ese hombre que no podía esconder más la calentura.
- No podes ser tan puta nena - le susurró al oído
- Eso pensas vos - le dijo con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro. Volteó un segundo para asegurarse que su padre estaba totalmente ausente entre el sueño y la tele y decidió ir más lejos. Sacó a la luz la dura pija de su excitado vecino y comenzó a pajearlo como si nada, con total impunidad. El tipo no lo podía creer. No le importó nada y tomó la nuca de la piba. Helenita no puso ninguna resistencia y con la mejor predisposición abrió esos calientes y carnosos labios para hacer desaparecer la verga de Lucho. Era una experta en el arte del sexo oral. Movía cada parte de su boca con maestría y eso hizo que pronto el emocionado vecino no pudiera aguantarse más y largara un profundo gemido de placer. Sonido que llamó la atención del padre de la criatura
- Que estas haciendo la puta madre! - gritó horrorizado Andres al ver la pornográfica escena. Estaba rojo como un tomate y parecía temblar.
- Yo no estoy haciendo nada. mirá! - dijo Lucho con toda razón levantando las manos. Mientras tanto la muy puta de Helena seguía chupando como si nada pasara. Miró de reojo a su padre y le guiñó el ojo. El pobre Andres sumó a su desesperación y enfado una pizca de confusión. Que estaba haciendo Helenita con esa actitud? No quería pensar lo que todo le indicaba. Por alguna razón se quedó inmóvil ante el descaro de la mocosa.
Al notar esto la putita se relajó y siguió muy entusiasmada con la magnifica mamada.
- Que rica pija! Te gusta Luchito? - le preguntó a viva voz mientras la lamía desde los huevos por todo el largo del tronco. - Siiiii - fue todo lo que articuló Lucio en pleno extasis
- A vos te gusta Papi? Mirá lo que hago - le dijo al atonito Andres, mientras se esforzaba y tragaba entera la larga verga del vecino. Ante esa pregunta morbosa y provocativa fue que el propio Andres notó la tremenda erección que se le había formado con la exhibición de su nena. No podía creerlo. Estaba excitado como un adolescente.
Mientras tanto Lucio totalmente fuera de si, manoseaba los enormes senos de la pendeja. La cabeza, parcialmente rasurada de la pibita subía y bajaba y sus ojos estaban clavados en su padre que todavía impactado se tocaba la pija casi involuntariamente.
Esto calentó mucho más a la trola de su hija. Que con una sonrisa brillante por la mamada, fue gateando hasta la cama donde estaba su papi y le empezó a besar la panza mientras desabrochaba primero el cinturón y luego el pantalón de su progenitor, Lucho observaba a la distancia como el pantalón de Andres caía junto con sus calzoncillos al piso. Los ojos de Helena y su padre se cruzaron al quedar liberada la gorda verga a centímetros de la cara de la hija que la tomaba entre sus manos causando las primeras exclamaciones de placer de su Andres y le decía con voz sensual
- Papito esto es por dejarme ir al viaje - de la misma forma que hizo con Lucio, metió esta vez la pija de su padre entre esos hermosos labios y con toda su habilidad comenzó una nueva y excitante mamada.
- oohhh nenaaa - exclamó con ya casi nada de culpa por el magnifico pete de su poco inocente hijita. La entusiasmada puta se paró y tomó a su papá de la pija. Fue caminando hasta la cama del medio y se sentó ahí para continuar chupando. Mientras degustaba de todos lados la pija de su papi,, invitó a Lucio que se pajeaba viendo esa incestuosa escena con una calentura incontenible
Pronto los dos veteranos estaban enfrente de la jovencita recibiendo alternadamente los favores de su boca. A Andres ya no le importaba que fuera su hija y al parecer Lucio ni pensaba en eso. La remera de Helena voló por el aire tras los tironeos de ambos hombres y los dos se quedaron hipnotizados en el momento en el que la chica se sacó el corpiño dejando al aire esas imponentes tetas.
- Que puta hermosa que sos! - le dijo Lucio segundos antes de internar su cara entre esos pechos y empezar a chuparlos como loco. Su padre por otro lado la hizo pararse y fue bajando lentamente su short para dejar las carnosas nalgas enmarcadas por ese diminuto hilo de la tanga. La respiración acelerada de la chica era música para los dos maduros que estaban calientes como fierros al rojo vivo.
- Ay papi! siii - dijo Helena al empezar a sentir como el rostro de Andres se perdía entre esa cola y casi sin necesidad de correrle la tanga comenzaba a lamer la dulce conchita humeda.
- Que rica estas Helenita! Sos toda una puta! - le decía mientras la saboreaba
- Y lo que son estas tetas trolita! - acotó Lucio que jugaba con los pezones duros de la mina
- Quiero ser su puta chicos! Todo el día me calenté con sus miradas ahora quiero gozar! les confesó mientras los apretaba con sus manos para que la sigan lamiendo toda.
- Vení para acá. Si queres verga eso vas a tener puta! - le dijo sacado el padre y la puso en cuatro patas con las piernas abiertas.
Acomodó la verga entre los labios de esa conchita tan apretada y Lucho le presentó su enflamada verga frente a su boca. Casi al mismo tiempo las dos vergas comenzaron a entrar y los gemidos de la Helena no se hicieron esperar
Ese excitante sonido de placer los calentó mucho más y pronto comenzaron a aumentar el ritmo. Lucio la apretaba de la nuca haciendo que se ahogue mientras que Andres penetraba con fuerza esa apretada conchita y se afirmaba con las dos manos de ese redondo culito.
- Que tremenda perra tu piba - exclamaba Lucio que sentía la nariz de Helena tocando su panza mientras tragaba completo su pedazo
- Escuchas lo que dice Lucho? Ay que puta que sos nena! - Le gritaba el padre mientras la cogía ya con una velocidad y una fuerza que la chica gritaba lo más fuerte que podía con la otra verga en su boca
- Si papi, soy su puta esta noche, háganme lo que quieran! - los desafió con la voz entrecortada.
- No podes ser tan atorranta pendeja! le dijo mientras sacaba la pija de su caliente conchita y se la ponía en la boca de nuevo. Le encantaba sentir los orgasmicos movimientos que su hija hacía con la lengua por debajo de su verga. La puta realmente disfrutaba chupar la pija de su papá.
Helena se ahogaba de verga pero no quería soltarla. Estaba decidida a tomar toda la leche que tenían para ella esos dos.
Las gotas de sudor ya eran constantes y resbalaban por los tres cuerpos por igual. Los gemidos y gritos de placer de los tres se mezclaban pero la fina voz de Helena resaltaba por lejos. Esa sinfonía sexual hizo que Andres la abriera de piernas y la subiera encima de su pija nuevamente. Su nena no solo lo hacía delirar con su apretada conchita sino que también lo besaba con pasión. Sus lenguas bailaban pegadas dentro de su boca hasta que la voluptuosa rubia interrumpió el beso para griter fuertemente. Se apretó con todo su cuerpo a su padre al punto tal que le clavó las uñas en la espalda.
Andres no lograba entender que ocurría hasta que vio detrás de ella a Lucio con los ojos prácticamente en blanco por el placer. Estaba penetrando el hermoso culo de su ardiente vecinita. Ese mismo que lo había tenido caliente todo el día.
La chica lejos de esa primer reacción de dolor comenzó a moverse nuevamente disfrutando de la doble penetración. Se abrazó del cuello de su querido Luchito y girando apenas la cabeza se fundió en un beso con él.
Verla tan prostituida en esa posición excitó más a su padre que aceleró sus embestidas y se colgó de sus enormes tetas para chuparlas todo lo que podía. Jugaba con su lengua y esos deliciosos pezones mientras la chica bañada en sudor se movía entre las dos pijas que la estaban cogiendo por cada hoyo. Se mordió los labios y miró hacia arriba. Estaba teniendo una de las mejores noches de su vida. La mejor despedida que podía tener de su país. Sintió los espasmos que anticipaban los orgasmos de ambos hombres y les pidió
- Quiero toda la leche en la boca chicos! - Los ojos de los dos brillaron. Se pararon en el colchon dejandola arrodillada entre ellos y Lucho la tomó de la cabeza y la hizo abrir la boca hacia arriba.
- Vos vas a ser el primero Luchito? - Le dijo saboreandose, pero antes de que llegara la respuesta un chorro espeso y abundante de leche le cayó en los labios. Se apresuró a abrir la boca y sacar la lengua y tres más fueron precipitandose ahí
- Ahh tragatela toda ahora puta! - le dijo viendola con la espesa acabada en la lengua.
Como era de esperarse la joven obedeció y cerro su boca haciendo desaparecer todo lo blanco.
- Y vos papi? Necesitas una ayudita? - le sijo saboreandose los restos de semen que tenía en los labios. Andres se enloqueció con esa imagen y la tomó con las dos manos de la nuca haciéndola tragar su pija a punto de estallar
- Ahora vas a tragar todo por trola - le dijo fuera de si mientras cogía esa boca a toda velocidad. En ese momento se quedó inmóvil y largó toda la acabada en la garganta de su desvergonzada hija. Apenas la soltó la chica se alejó unos centímetros, y un hilo blanco de leche cayó de sus labios. Los tres cayeron agitados sobre la cama desnudos y satisfechos.
Ninguno de los dos hombres se miraban. Era como si una vez que la calentura cesó hubieran tomado consciencia pero eso solo duró unos segundos.
La lengua insaciable de Helenita sobre la pija de su padre llamó nuevamente su atención.
- Todavía quedan unas hora y después no me van a ver por unos meses ninguno de los dos - les dijo arrodillada en posición de gata mientras pajeaba a Lucio también
- Claro que si mi Helenita, todo lo que quiera mi nena - dijo Andres poniéndose cómodo mientras sentía esa boca experta haciéndolo volar.
En medio de esas mamadas intermitentes y conscientes de que era una despedida, ambos vecinos pensaban en como iban a esperar el anciado regreso de Helenita.
17 comentarios - La despedida de Helenita
extrañaba tus relatos bb
Relato perfecto