Ella aun no ha llegado

Hace más de un año de esto, te contaré amigo Gustavo, lo que me contaron ayer en el bar alguien que de vista solo conozco pero no es mentira y algo interesante:
“yo tuve que realizar para mi hermano Pablo un encargo de unas cosas, en la terminal de Retiro, cuando él hubo de venir de su pueblo por dos meses a la capital
Para ello tuve que viajar en un colectivo, que finaliza allí en la terminal de ómnibus que por la hora de la salida de mi trabajo venia repleto desde Flores, donde empieza su recorrido
Yo me acomodé por esas cosas en el fondo allí me mantuve estoicamente a que se llenara en su totalidad que no tardó mucho en producirse.
Al lado mío a un tiempo apareció delante de mí había parada una mujer de unos 30 años, robusta además de linda, no muy alta y con un cola algo grande pero muy atractiva y bien formada.
Llevaba puesto una blusa blanca, un suéter negro, un pantalón de vestir negro bastante apretado que permitía observar su hermoso culo y de su hombro colgaba un bolso relativamente grande.
En un momento, al frenar el colectivo, sin querer me abalance hacia delante, apoyando mi cuerpo sobre ella y por un instante mi pene estuvo en contacto con ese esa cola e inmediatamente le pedí disculpas, algo que ella me contestó que no había problemas con una sonrisa.
En ese momento sentía que mi pene comenzaba a endurecerse, estaba muy excitado con el culo que tenía delante de mí.
Trate de tranquilizarme, pero no pude. Entonces de a poco comencé a rozar con mi pene su culo y al ver que a ella no le molestaba ese movimiento, pegué como una sopapa mi cuerpo al suyo y continúe moviéndome.


En un momento ella se despega de mi cuerpo, pero solo para
darse vuelta y quedar frente a mí. En ese momento note que además tenía un buen par de tetas.
Me sonrió nuevamente, y sin decir una palabra, me tomó la
mano y la llevo hasta su entrepierna, luego tomó el bolso que llevaba y lo colocó delante de ella.
De esta manera no se veía en donde se encontraba mi mano.
Comencé a acariciarle la concha sobre el pantalón y notaba en
su rostro que se estaba calentando demasiado. Seguí fregando con mi mano esa concha hasta que con un movimiento se alejó un poco de mí, y con una sonrisa me dijo que bajaba en la próxima parada.


Yo en ese momento no recordaba lo que tenía que hacer, solo
sentía que mi verga estaba por estallar.


Bajé tras de ella, y la alcance a unos metros, intenté besarla pero ella me detuvo diciéndome que era casada y que la podía comprometer.
Me dijo que la esperara y que ella iría a su casa y en unos minutos regresaba.


Me quede en la esquina fumando un cigarrillo mientras esperaba que volviese. Estaba oscureciendo cuando observé que regresaba.
Se había cambiado, llevaba una pollera blanca con unos vivos negros y un amplio buzo de color gris. Pasó al lado mío y sin detenerse me dijo que la siguiera, a una distancia prudente, hasta una plaza al costado de las vías del ferrocarril, a cuatro cuadras en forma recta y que por ningún motivo le hablara hasta que ella le dijese que podía hacerlo.
La seguí por casi quince minutos a una distancia prudencial hasta que se detuvo detrás de unos arbustos muy tupidos cerca del paredón del ferrocarril. Nos metimos dentro de ellos
Me contó que todos los días salía a caminar por el parque, pero que tenía poco tiempo ya que si tardaba mucho su marido la salía a buscar porque era una zona que de noche era algo peligrosa.
Después de un tiempo me dijo, aquí no viene nunca nadie salvo dos como yo a hacerlo.

Sin perder tiempo la tomé en mis brazos y la comencé a besar,
metí mi mano debajo de su buzo y noté que no llevaba corpiño.
Ella quedose quiete permitiendo esto a decir verdad en ese montículo de enredadera no nos veía nadie y tampoco nadie por ahí andaba.
Alocadamente le acariciaba las tetas y con mi otra mano le comencé a acariciar la entre pierna y noté que tampoco llevaba tanga.
Había ido a su casa a sacarse el corpiño y la tanga y ponerse algo que pudiese yo desprender fácilmente, y ahí me dio la suma de tenerla toda dispuesta
Ella alargó su mano y me tomó el cierre de mi vaquero bajando el cierre y tras unos minutos en que en que yo la seguía manoseando su concha ella bajó el cierre de mi pantalón y comenzó a acariciarme frenéticamente mi verga, yo estaba a punto de estallar. Comencé a subirle suavemente su pollera mientras ella se retorcía de placer me pidió que la penetrara ahí mismo.
Cógeme hacelo pero no me marques cielo, el esta y no me das la posibilidad de cubrir la marca
Y abriendo sus piernas acercó la cabeza de mi pija, a su concha.
Sentí sus jugos en mi pene, que para ese entonces estaba totalmente parado.
Pero como ambos estábamos parados se hacía muy difícil la penetración.


La di vuelta para que quedase de espaldas a mí e hice que arqueara su cuerpo.
Enfile mi verga hasta su concha y de un solo golpe la metí hasta el fondo a lo que ella respondió con un gemido.
Mientras la penetraba, con una mano acariciaba sus tetas y con la otra le dilataba el otro agujero. Por nada del mundo me pensaba perder ese culo.


Terminó antes que yo pero muy poco antes que yo derramase mi caliente semen dentro de ella.
Idiotamente le dije no hay drama que te haya acabado adentro,
Está por venirme mañana o pasado y soy muy regular, vos todo bien con eso me repreguntó.
Sí, soy casado y me cuido
Se nota me dijo riéndose
Inmediatamente comencé a rozar el ano con mi glande.
Hay cielo, si lo quieres te lo doy pero se delicado, no es una concha eso hacérmelo delicadamente
Era lo supe después experta en la cama, le encantaba coger con tipos apenas conocidos y sin dramas, porque su marido era un tipo de esos que toda la vida la condicionan a la seguridad y creen que una mujer nunca lo puede engañar.
Después me contó que era un gran empresario y siempre hacia reuniones en su casa donde ella era una gran dama. Pero a ella, me dijo un día en la cama le gusta sentirse cogida por una pija gorda y llenada con leche calentita por un tipo que apenas se lo pide en buen modo y con las palabras correctas
A él marido le niega usando forros, además en venganza ella jamás le permitió el culo a él, cuando sus amantes se lo hicieron todos.
Cosas de la vida en matrimonios que no se cuentan nunca


Comencé a introducirle mi pija de a poco y ella comenzó a gemir cada vez más fuerte, por lo que le puse un pañuelo en su boca para que mordiera, cuando tenía media verga dentro de un solo golpe
Hay amor me rompiste el culo cielo más despacio no seas bruto que mi culo no es una concha
A un tiempo cuando ella empezó a disfrutar la mitad de mi pija en su culo introduje todo el resto dentro de su culo, mientras me arañaba los brazos yo la penetraba frenéticamente.
Bruto me reventarte sos un pijudo calentón cógeme despacio
Y volví a meterla y sacarla frenéticamente mientras ella de a poco la soportó toda
Acábeme bestia, me dijo déjame el culo enlechado
Volvimos a terminar los dos peros al mismo tiempo y en una explosión bañe su ano de semen.
Ella al sacársela hizo fuerza para desalojar lo mas de leche de su cola, me limpio la pija con un pañuelo descartable y me dijo
Aquí está mi celular, llámame a eso de las diez así arreglamos para las doce a las catorce que no está mi esposo, bruto en el hotel te voy a coger dejándote loco de placer
Y así se alejó.
Epilogo
Nunca supe donde ella vivía ni como realmente se llamaba, a los dos meses quedose embarazada y nunca más la volví a ver.
Quise sacar la dirección de su teléfono por un amigo en la compañía y pertenecía a una dirección en la provincia lejos de donde estábamos y a nombre de una compañía. Seguramente ella se cubría en todos los detalles y por la zona jamás la volvía ver, a los meses de buscarla la olvidé definitivamente.
GGC
Almagro
2015

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