Semana de amantes (2) Estoy mojada y me quema...

Desde ya agradezco los comentarios y críticas que colaboran a ir mejorando en este regreso a un seductor hobby que había abandonado por años, el escribir historias que mezclan r, ficción, fantasía, combinación de varias en una y dejando al lector la decisión de creer su veracidad. Todos los comentarios son bienvenidos y se agradecen,s puntos y mensajes privados. GRACIAS COMUNIDAD PORINGUERA!



Las últimas líneas del anterior, para retomar el hilo...
Podés leerlo completo acá Semana de amantes (1) "esperaba estas mordidas hace años"

(...)

- A dónde vas gordo, vení, ahora que te tengo…
- No tengo forros - la corte - están en el auto.
- No importa - me dijo con voz melosa, mientras me agarraba del cinto y desabrochando tiraba hacia ella, mientras amagaba con arrodillarse mientras yo insistía en buscarlos.
- Y falta también el gel íntimo de efecto caliente.
- Con la temperatura que tengo nos prendemos fuego sin gel, salvo que quieras usarlo para la colita, aunque con tanta humedad mía y tuya… ¡mirá cómo tenés la cabeza mojada hijo de puta! - dijo sacando la pija del boxer, luego de correrle el prepucio y rozar suavemente con el dedo pulgar el glande que ya estaba húmedo en exceso.
- Para... - intenté detenerla, insistiendo, pero fue en vano. Sentir los labios de ella mojados, sensibles ya seguramente de entre tanto beso, que me rozaban la pija y se me aflojaban las piernas, con contracciones involuntarias que no pasaron desapercibidas a ella - boluda, nos tenemos que cuidar - repetí.
- Un buen pete... - dijo, mientras rodeó el glande con la lengua y abundante saliva, continuando - no hace... - repitió la acción en sentido contrario - no hace mal a nadie... - y metió hasta la profundidad de la garganta el instrumento de placer, dando comienzo a un pete intenso, baboso, profundo y sonoro en cada succión.
- ¿Te gusta? ¿Te molesta si la muerdo así, despacito? - sugirió intercambiando entre besos, lamidas y atragantándose.
- Esperaba estas mordidas desde hace años…

Aún mojada me quema, y quiero prenderme fuego con vos

Sonaba en la playlist la canción Sail de Awolnation (recomiendo la escuches mientras lees el próximo párrafo, acompaña muy bien: http://cariciastextuales.tumblr.com/post/123305158739/musicalizando-momentos-cuando-te-dice-que-no-y). Creo que no hubo mejor casualidad para musicalizar el momento de locura, fuego y delirio que estábamos viviendo tan intensamente, esperado, que nos tenía a punto de cometer pecados consentidos, llevados por la adrenalina, las pasiones desatadas, las manos apretadas en los muslos.


Semana de amantes (2) Estoy mojada y me quema...

Era el ruido de los besos succionándonos los labios, los labios mordidos, las respiraciones agitadas intercambiando miradas y agarradas de cara para hacer una pausa, un respiro necesario, antes de volvernos a besar. Toda una escena propia de toda Troya ardiendo en esta habitación, lejos ella de su casa, olvidada de su novio, abstraídos de la realidad.

Mientras voló el corpiño a sabrá la física y fuerza de gravedad que rincón o sobre qué mueble, no importaba. Más que desprendido fue arrastrado por el roce de las manos que recorrían el contorno de los cuerpos, en caricias más suaves e intensas, errantes y desequilibradas, pero que cubrían todo rincón de la anatomía.

La respiración era entrecortada, profunda, donde sus tetas subían y bajaban en un ritmo desigual, pausado por momentos, agitado en otros. En que sus pezones duros y marcados, erizados por la sensación de roce con mi pecho y sensibilizados por la explosión hormonal hacían que su piel suave se fuera irritando por la excesiva irrigación sanguínea, sudando no solo por el calor.

Sabía que volver a insistir en buscar los forros era quizás en vano, pero tal vez una pizca de moralidad quedaba pujando por poner una pizca de cordura. Pero era difícil resistir, cuando su mano acariciando con suavidad y entre sonrisas tocaba mi pija dura, ya donde no cabía más humedad en la cabeza hinchada y roja, super sensible a cualquier tipo de roce. Menos aún fue fácil mantener la compostura cuando pasó su pierna derecha por mi cintura, y equilibrandose en un pie, agarrándome con su mano libre por el cuello, comenzó a rozarla por el muslo y buscando el camino a introducirla.

La cordura y pausa la dió la falta de equilibrio, moviéndonos en la agitada situación nos caímos sobre el sillón, pero quedó su cuerpo sobre el mío, pubis y pubis apoyados por coincidencia. Rozándome ella, en una posición semi dominante que iba ganando terreno, agarrándome de las muñecas o poniéndolas a los lados de mi cabeza, con una mirada profunda de pupilas dilatadas comenzó a mover su cintura de arriba abajo.

La pija sobre dura y mojada, erecta y firme contra mi bajo abdomen, era suavemente acariciada por su intimidad deshinibida, dejando una estela de flujos que brotaban ya en cantidad, incontenibles en su interior por los labios carnosos. Podía sentir la suavidad de la piel, de sus pliegues, el calor y la humedad que iba ubicándose, posicionándose de manera tal de rozar sin ningún tipo de impedimento la separación de sus labios con mi pija entre ellos.

- No hay mensajes, fotos ni audios de whatsapp que puedan reemplazar un buen pedazo de carne, caliente y mojado, duro y latiendo…
- Me quemás la pija, estas hirviendo, no me imaginaba que fueras a ser tan putita.
- TU putita, mientras el cornudo del papá de mi hija está seguramente en la plaza haciéndola jugar en las hamacas.
- Encima te acordás de él en este momento, repito y lo confirmo, terrible putita - insistí mordiéndole un hombro, ante la puntada que sentí por su cambio de ritmo en los rozamientos de su concha.
- Me exita, y me calma la bronca de que el pelotudo no me quiera cojer. Porque elegí cogerte a vos, hoy y toda esta semana. Sacarme las ganas sin que nada importe.

Subió de más su cintura haciendo el intento de que la cabeza coincidiera para penetrarse ella misma ante mi indefensión, con mis manos sobre la cabeza ya, que me las seguía agarrando fuerte por más que quería quedar bien forcejeando aunque sin mucha resistencia.
- Quiero que entre… - volvió a intentarlo, pero resbalaba ante tanta lubricación.
- No tenemos forros, sé que te encanta coger sin nada, piel con piel, pero no quiero hijos, sorpresas, nad… - y en eso se me cortó la respiración, sintiendo como un calor intenso, casi ardiendo rodeaba el glande, la humedad de su concha, de los labios rodeando el prepucio, de la poca resistencia que ofrecía su concha para comenzar a entrar.
- Tomo pastillas...
- Igual…
- Si respiro bien hondo, sabés que ese suave y sutil movimiento ya va hacer que entre, no te resistas más - y mirándome a los ojos, sus pupilas dilatadas y ojos brillosos, respirando entrecortadamente, ya evidentemente no resistiendo más, me agarró la cara y a pesar de la situación dijo lo más firme que le permitió su tono de voz afectado - aún mojada me quema, y quiero prenderme fuego con vos...
Era difícil abandonarme a tan agradable estímulo.

¡CONTINUARÁ!

9 comentarios - Semana de amantes (2) Estoy mojada y me quema...

Marupi2 +1
Me encanto! muy bueno!
wolfsraine +1
que manera de cortar una frase...que delicia
Lady_GodivaII +1
Muy interesante, avisá cuando salga la tercera!
mdqpablo +1
tremendo relato , dos amantes en llamas , gracias por compartir van pts
Pervberto +1
Usted no se preocupe por otra cosa que no sea hacer que valga la pena la espera...