Una simple historia de deseo

Capítulo I

……había ido a la casa de Luis, mi inseparable amigo desde los cinco años para asistir a nuestra fiesta de despedida del secundario (para adultos) en Floresta. La organizábamos no más de veinte parejas y algunos invitados más que en total seriamos como unas treinta personas en una casa de las que una empresa de confitería alquilaba para fiestas, que nos fuese conseguido por un alumno (de nuestra escuela y turno noche) que, permanecía libre desde martes a jueves
Era por cierto un hermoso mes de diciembre muy caluroso ya por lo avanzado del mes, cercano a las fiestas de fin de año.
Luis y yo coincidimos en años físicos, ambos cumplíamos los veintiocho en el próximo abril y trabajamos en una empresa de transporte de materiales para la industria de la construcción, una de esas empresas múltiples que abastecen a los ingenieros y constructores en la zona de floresta.

Llegue muy cerca de las diez de la noche a la casa de Luis y me abrió su madre, advirtiéndome que mi amigo iba a tardar un poco, ( había ido a casa del padre porque fue llamado por una vecina) y parecía que no se sentía para nada bien (los padres de Luis se habían separado hacía más de cinco años) una alejamiento según me confidencia Luis, porque su madre había tenido durante dos meses una relación amorosa con un amante y fuere advertido por un familiar cercano al padre creando así un inmenso brete familiar que finalizara con la separación de ese matrimonio, pero como ocurre siempre con el tiempo ese detalle casi se olvidó y quedó la separación propiamente del matrimonio.

Silvia, la madre de Luis me invitó a que entrara y le esperara, en el comedor en donde había un televisor siempre prendido como un artefacto que rompiese el silencio en ese hogar que vulgarmente se encontraba en un eterno silencio.

Me puse a ver la tele con la madre, en donde los minutos pasaban sin que ambos hablásemos más que las cosas que veíamos en la tele

A un momento el teléfono rompió el letargo, era Luis, llamaba a la madre desde la casa del padre, en La Tablada y al poco tiempo de hablar por teléfono, al cortar esa mujer un tanto enojada me informaba que Luis iba a permanecer con el padre dos días que me dijese que el iría desde La Tablada al trabajo, mañana así que no lo pasases a buscar, Gustavo.

Yo me quede como asombrado más que despintado, creo que no le gustó a esa mujer que su hijo me diera ese plantón, y por permanecer en la casa de su padre, dos días apagó involuntariamente el televisor y me dijo un tanto alterada…


….bueno querido, no te preocupes, a ambos el desconcierto nos respondió: “a mí también se me han trastornados los planes”,
Y muy tiernamente me invita a tomar un Gancia, así los dos cubrimos nuestras cuota de desplantes.
Se paró, rápidamente trayendo una bandeja con salame, papas fritas, palitos y dos vasos llenándolos con Gancia y agregándole muy soda, empezó una conversación desnuda y simple cuando apagado el televisor, solo se escuchaban nuestra conversación que con el tiempo (las horas) más los tragos, a un tiempo determinado, se dispararon las confesiones.

Y lo que me parecía de entrada una mujer inasible e inalcanzable, con la bebida ya no parecía tanto, es más pareciese como en algunos momentos me estuviese esperando
Se estaba creando un clima de confianza y risas entre nosotros a veces sin sentido producto del licor ingerido y otra por la casualidad del dialogo, pero de algo estaba seguro, tuvimos todo el tiempo de una noche mágica…
Quizás a mi idiota parecer ya lo de acostarme con esa mujer, ya no “era tan descabellado”,
Y a un tiempo me dijo confiadamente:

Estaba preparada para ir a una fiesta con mi pareja en Moreno, pero el muy cabrón me dice que no va salir……

…lo malo es que me he enterado que ha quedado con una jovencita que es media pariente de él, para ir a una fiesta de quince familiar a la que no me quiso llevar, claro yo soy solo su amante

El lunes lo voy a largar de una patada en el culo….

Me quede mirándola y sin pensarlo dos veces le dije ya sin ningún prejuicio

‘Hay que ser muy boludo para hacerte algo así, eres una mujer preciosa y cualquier hombre daría lo que fuera solo, por estar contigo .Silvia eres muy bonita y creo que tienes un gran corazón solo para hacerte una cagada semejante se necesita ser muy idiota…

Silvia, me miró determinadamente.
Su cara ya no era la de siempre daba la impresión se había iluminado y de algún modo se, quedó un tiempo (el tiempo que usé para tomar mi tercer vaso de Gancia) mirándome entre asombrada y extrañada, (a un tiempo de varios meses, ella me confesó que ahí ella se sintió protegida y alagada por mi) un trato que añoraba desde la muerte de su esposo Alfredo en el accidente en la fábrica.
Rápidamente se levantó de la silla acercándose me hacia a mí y tomando mi cara con sus dos manos, me dio un beso sensible en las mejillas, mientras me abrazaba muy fuerte lo tanto que pudo sin caerse, estaba inclinada casi a cuarenta y cinco grados ahí, creo fue que por primera vez la sentí estremecerse entre mis brazos.

Me sentía, satisfecho porque esa mujer no me considerase como un circunstancial amigo de su hijo sino viese que en mí ya podía confiar en un hombre de pocos años con respecto a ella, pero gran criterio,
Fue así que la fortuna esa noche cambió el curso de mis sucesos y de la noche, convirtiéndola en el tiempo con el principio de una graba camino en una pareja
La casualidad o las circunstancias de una noche sin futuro hicieron que esa mujer buscase, en mí, el sostén en sus próximos actos
Aunque me apetecía hacer algo más que abrazarla, suavemente me acerqué a sus labios y le di un beso muy suave casi infantil pero en su boca.
Ahora seguro que me echa a la mierda de la casa, me dije
Y hasta casi hago la boludes de retirarme, yo solo como un verdadero acto infantil, la realidad me juzgo muy distinto a lo por mi imaginado en ese instante de haber realizado esas pelotudeses.
Silvia, me respondió con un beso aún más intenso que el mío introduciéndome su lengua y aparentemente buscando la mía (que la encontró muy caliente al segundo de buscarla).
La calentura de ambos era muy intensa .Cuando nos quisimos dar cuenta nuestras lenguas estaba introduciéndose en la boca del uno y del otro en más de un beso, infinitos besos diría para graficar esos eternos minutos de un absoluto silencio

Me estaba acometiendo a la madre de mi amigo pero ya la calentura que al menos ya teníamos me impedía parar y a ella, contenerse de un juego de sexo que nos involucraría a los a los dos muchísimo tiempo.

Ella me indicó en un determinado tiempo cuando yo le empezaba a desprender su camisa, que fuéramos a la habitación, aquí Gus no, no estoy acostumbrada me da coso
Y señalándome el pasillo que conducía a dos dormitorios y el baño, vamos Gus y empezó a caminar
Ne levanté alcanzándola y tomándola por la cintura y a un tiempo sin aun salir del comedor se quitó los zapatos y desabrocho, su pollera que había quedado entrelazada en las piernas al yo querérsela quitar cuando ella me besaba y yo intentaba empezarla a desnudar, así salimos yo con una erección que ella se fijó disimuladamente y ella caminando solo con una bombacha un tanto común y nada vistosa, más de entre casa que de vestir.
Llegamos a la habitación que a simple vista conocía ya que estaba enfrentada la de Luis, en donde siempre nos encontrábamos con él, pero jamás había entrado de su madre.
A un movimiento ella se desprendió de mi cuerpo y casi me ordenó: desnúdate y espérame voy, al baño y agregando un dato idiota pero seguro que así sería me dijo:

No tengas miedo Gus, mi hijo no vendrá hasta mañana a la noche.

Me quité la ropa en la pieza muy lentamente quería ver esa pieza que jamás hube de ver antes, noté lo simple que era, una cama doble, más dos veladores, con lámpara de cuarenta watts que encendí, ambas
Enfrentando la cama un viejísimo televisor en una vieja mesa antigua de esas mismas que había visto hacía tiempo en mi casa, cuando era el inicio de las primeras televisiones vendidos en largas cuotas el televisor y el mueble que lo sostenía.
Las paredes que olían a un poco de humedad, la pieza estaba caliente porque daba el sol de diciembre en la tarde un solo fuerte y caminé para abrir la ventana que daban a un pequeño fondo que conocía desde siempre, los durazneros y limoneros y al fondo: la parrilla.
Se tardó un tiempo que es siempre todo tiempo que necesita, una mujer antes, de hacer el amor pero muy segura, al llegar ella me sugirió:
….Gustavo, cuento que todo lo que hagamos queda aquí, mirá que soy la madre de tu mejor amigo (evitando de alguna manera señalar el nombre de Luis que ella se había cuidado de no decir) y jamás lo repitió cuando yo estuve con ella a solas.
Si claro Silvia, queda eso sin discusión.
Ella se acercó y “al mirarla con detenimiento” lo primero que la vista destacaba eran sus senos, de esos que son gustosos, tanto a la vista como de tener entre las manos, que seguramente y debido al tiempo eran pequeños, lejos ya de la lactancia y periodos infértiles de ella, seguro era una tentación no descartable de saborear con la lengua y llenarlos de besos (y aun no lo sabía pero parecía) que entran cada seno, enteros en mi boca, a ella le enloquecería como hube de imaginar en ese momento y lo confirmé mucho tiempo después que apretara chupando su pezón que se endurecía casi instantáneamente poniéndose duro y renegrido.
Como segunda vista era su sexo que en ese momento estaba totalmente depilado, porque ella (un tiempo más tarde en el tiempo me lo había confesado) que no soportaba el pelo de la vagina que no era para ella femenino tenerlo ahí, y lo que hacía que desde los doce años era cortarlos totalmente como lo hombres hacen con su barba.

Capitulo II
Sentándose en la cama Silvia, se quita lentamente la toalla que le cubría ligeramente la espalda y cuidadosamente la deja en el centro de la cama para ello me corre suavemente para que deje libre ese lugar poniendo allí la toalla, donde en unos segundo más tarde, se acuesta
Estábamos los dos desnudos y regaladamente en la cama en donde ella apoya su cola en ese rectángulo que era la toalla y me invita a aproximarme a ella
Una vez cercana a ella toma con una manos mi sexo y sin palabras previas, se lo mete en la boca, aprisionando me pene con ambas manos. La vi en ese momento realmente feliz, como cuando uno realiza una acción que hacía tiempo no la frecuentaba
Obsérvala, y ver como todo a su alrededor se encajaba tomó unos minutos dimensionar y terminar de creer lo que estaba pasando, pero cuando finalmente me lo creí, sentí que estaba a punto de acabar, no lo quería pero era, muy calentón
Así que yo también comencé a besarla morbosa mente, en la cola, en la espalda produciéndola espasmos de reacción que los empleaba aprisionando más fuerte mi miembro en la boca o sacándola de la boca y pasándosela por sus senos
Y realmente yo me acomodé casi naturalmente (nunca supe cómo fue), a lo largo de la cama tomando ahora tomando con mi boca, su sexo
Ella me respondió alargando las piernas así mi boca se introducía plenamente entre los labios de su vagina y por primera vez como sentí como exhala el placer una mujer cuando introduje mi lengua totalmente en su vagina, además tomando con un dedo el clítoris de ella y moviéndolo como si ello fuese la campana, llamando al deseo
Ambos estábamos besando invertidos o haciendo lo que el vulgarmente se dice un sesenta y nueve, porque así era como ambos estamos en verdad era algo apasionado y nunca me imaginé que alguien me podía producir tanto placer como esa mujer como dice la canción de las cuatro décadas.
Queriéndome quedar impregnado con su olor y su sabor por siempre, tomando su clítoris erecto entre mis labios y apretándolo entre ellos, bebiendo todo lo que podía de ese maravilloso néctar del que parecía no tener fin en mi boca
Luego a una pequeña mordida en la base de mis dos testículos por parte de ella, me dijo con la voz temblorosa me pidió que no me detuviera, porque estaba a punto de acabar.
De nuevo hundí mi cara en ella, y ella se levantó, arqueó la espalda y sus piernas comenzaron a temblar.
Me detuve.
Ella tembló un momento, desconcertada, y me dijo que por favor siguiera, y seguí por dos segundos, pero me volví a detener.
Y de nuevo ella suplicaba, me pedía sigue amor que estoy próxima, dale ahora seguí…
Ella temblaba, suplicaba, que no parase que fuese más duro con ella, me daba golpecitos cada que me detenía o me incitada diciéndome cosa que realmente me calentaba
Dame más papa, dame duro que esta mina desea, que la hagas sentir una puta desenfrenada,
A un tiempo lo que las suplicas pedía dale no pares me terminó entrecortada
“guacho cógeme duro”
Sabía muy bien que la tenía al borde y ello idiotamente me calentaba cuando ella por fin acabo.
No acabes Gustavo, oí decirle con una voz cortada suplicante
Y así seguí esta vez no iba a detenerme, ella había dejado de chuparme y se había obnubilado tocándose las tetas apretándoselas la vez que me inundaba mi boca desde la vagina con el juego de sus placeres que ahora producía pequeños espasmos al rozar mi lengua en la entrada de su vagina
A un momento oí un jadeo por primera vez que era previo a su polvo era un profundo grito entrecortado había acabado en forma grotescamente pero muy profundamente, era sin duda una mujer que debería conocer sus tiempos para sacarle a ella sus mejores orgasmos
Gustavo, el tiempo nos ayudara a que me conozcas, nunca nadie había producido besándome mi vagina un orgasmos tan fuerte, profundo y tan largo, como el tuyo en verdad
Ahora quiero que me acabes adentro mío, hoy podes, he menstruado hace cinco días.
Había llegado la hora de la penetración a esa mujer que se encontraba aun en el infinito de empezar a metérsela en su vagina que estaba empapada de flujo La tome de los brazos para cambiar de posición y ella se dio cuenta de lo que quería y se puso encima de mí y mi polla entró en su concha como un cuchillo en la manteca. Se movía perfectamente, al principio un poco lenta, mientras yo le tocaba y acariciaba todo su cuerpo, sus pezones, su culo, su cara.
Cuando vi, que estaba muy excitada, me incorpore un poco y me metí un pezón en mi boca, lamiéndolo, mordisqueándole y empecé a meterle un dedo, mojado con sus abundantes jugos, en su culo. No sabía si protestaría pero me di cuenta de que la encantaba, parecía que iba a explotar de la calentura que tenía. Cada vez la penetraba con más fuerza en su vagina y el dedo en su culo aumentaba la presión, al tiempo muy breve fueron dos dedos.
Eso a ella le colmó de placer
Se corrió por segunda vez cuando sintió que la inundaba de leche, en su concha.
Dale lléname con tu leche, amor gozó mucho cuando sintió entrar la leche caliente.
Gustavo soy tuya para siempre amor, ahí le oí decir amor por primera vez a una mujer llena de placer, consiguientemente se acomodó a lo largo de la cama nos dormitamos por el sexo
Nos despertamos casi al unísono a un trueno e inicio de una lluvia fuerte
Gustavo me dijo que a este paso la iba a matar con tanta acabadas hacía más de un año que no lo hacía y no se había acostumbrado a tanto placer en una noche, confesándome que aun con el otro no había acostado
Gustavo no me dejes amor término diciéndome ahora nos dormimos más profundamente.
Capitulo III
Eran como las cinco y media, cuando me desperté ella aun dormía pegada su cabeza a mis pecho, sentía el raro placer de su respiración en mis tetillas, lloviendo pero ahora más fuerte y se apreciaba que esa inclemencia había traído algo del viento sur, frió renovando el aire de la pieza e iluminándola con el nuevo día
Silvia seguía dormida sobre mi cuerpo y a un trueno fuerte la despertó
Hola amor nos dormimos, cielo la pasé muy bien y quieres que te diga algo:
No sé pero te voy a amar mucho me dijo, y yo le dije, creo que yo también
Buscaré, un café cortado levantándose rápidamente y desnuda salió para ir al baño, la oí orinar y apretar el botón y sentí que ahí en el baño se había calzado, unas chancletas por el ruido al caminar como las que usaba mi madre, que a la sazón de la circunstancia, no sería mayor que dos o tres años que la mía.
Volvió a un tiempo con dos cafés y unas galletitas a modo de complemento, en una bandeja graciosa por lo incomoda de esas importadas de la China de confección barata.
Al rato estaba ya como para seguirla, y la tome empezándola a besarla con largos roces de lengua acompañados por mi mano sobre su sexo, ella hizo lo mismo y logró obrar erecto a mi pene, lo cual al rato un tanto asombrada me dijo
Gustavo ya estás listo y empezó a decirme con esa vos caliente
"Métemela”, dale no doy más, dale Gustavo
"Te la voy a meter pero no por donde tú quieres".
Me mira y sé que está pensando,
No, Gus hace tiempo que no lo hago
Le respondí no me negaras que lo haga por, ahí cielo.
Gus hacelo despacio, mira que siempre me dolía a mi esposo le gustaba pero hace mucho que nadie me lo hace, de hacerlo despacio amor
No me contesta porque sabe que lo voy a hacer y no puede hacer nada por evitarlo.
Me levanto y ella sola se pone a cuatro patas, ofreciéndome ese culito que en verdad era una fina terminación en ella
Gustavo, no me hagas daño, espérame
Fue hasta el baño y me dio una pomada
Hacelo lubrícame en la entrada ponte un poco en el dedo….

….hazlo dando círculos en el ano, así así, cielo ahora adentro mas adentro
… ponte más en el dedo.
Cielo al finalizar no seas bruto amor te estoy dando la cola, solo a mi esposo se la di, y ahora eres tu en la primera noche, ahora comprendo que lo nuestro esta locura no tendrá fin
No te preocupes, no lo te haré daño y lo nuestro es verdad no tendrá fin.
Lubriqué mi pija con esa crema, adicione de sus jugos y lo llevo a su ano, me costaba y no entraba a un cuarto intento ella me dice
Gustavo esto es de a dos, no me lo hagas por la fuerza, amor yo te ayudaré, empezándose agarro sus dos nalgas apretando la cabeza en la cama y dejo abierto totalmente el ano, ahí yo empiezo a meter mi pija despacio,.
Ella desde abajo se retuerce un poco y gime no sé si de dolor o placer pero lo hace a medida que mi miembro se iba perdiendo dentro de ella, despacio Gus me decía no te apures no hay apuro amor
A medida que descansa unos segundos ella me apianaba lenta, pero fuertemente mi pija en su culo
Hacía con sus movimientos que mi pija se introdujese lentamente, era ella la que se la metía y yo solo correspondía a sus inclinaciones con la introducción en su culo
Sabía hacerlo y demostrar que yo me la cogía, así era ella en la cama
Si sufro de dolor me dijo dolor me hagas hago caso y empujo un poco más ella dentro de su culo el cual y a un profunda desesperación de su impulso y mi acción de metérsela toda ella la recibió con un grito ahora si de dolor y se tragó toda mi pija
Era un placer desconocido para mí un calor diferente que tomaba por su vagina, era una presión hermosa que recibía como placer a través de mi pija, ella al fin me estaba cogiendo y me pasaba a través mi pija su calor del cuerpo
Se adaptó su ano a mi pija no quise lastimarla y ella se dio cuenta de mi inexperiencia así que empezó a moverse a medida que notaba mi gozo, esa vez ella gozo con su culo al ser cogida más que yo al tiempo unos quince minutos sentí como mi pija era aprisionada por ese culo al momento que mi leche esa absorbida por su contracciones de ese culo ser penetrado totalmente por mi pija
Espero un rato apoyada boca abajo en la cama y yo ya separado de ella aun cansado por esa experiencia cuando ella me empezó a hablar
Gustavo, te voy a enseñar cómo se coge a una mujer, a hacerte desvanecer de placer cuando como ahora yo te lleve al mismo placer, pero jamás me mientas nunca lo hagas, sabes a una mujer con placer le sacas la vida y si quieres un hijo, pero con una boluda mentira…. Pierdes todo de ella
Gustavo la mentira mata al amor, la verdad a veces lo hace mas profundo.
Epilogo
El hijo de Silvia se mudó a la casa de su padre unos meses más tarde a fines del verano, porque el padre necesitaba de su ayuda en La Tablada, y nunca más volvió a la casa de su madre, ella pensó que se hubo de enterarse seguramente de la relación con Gustavo
La relación con Gustavo varió notablemente, al punto que muchas veces, se hacia el boludo cuando su madre salía de tarde y volvía al otro día, cuando era la hora de cenar.
Gustavo y Luis jamás volvieron a ser como hasta que Silvia, se interpusiera entre los dos
Gustavo vivió diez años con Silvia en su casa pero esa unión sufrió mucho los problemas económicos que derrumbaron al amor, hasta que un día Gustavo desapareció de la vida de ella, buscando un trabajo en España.
Silvia ahora sola lejos de sus dos amores Luis y Gustavo se mudó definitivamente a Salta su provincia de nacimiento, junto a su hermana Raquel ambas sin pareja
A un tiempo en octubre del año pasado, Silvia murió producto de una enfermedad
Junio del 2015
Gustavo Gabriel.

Nota del autor:
Los datos de ésta historia, así como sus nombres y empleos, lugares, circunstancias de éste romance, amor, han sido trasformados e imaginados, por el autor.
Así como los momentos y/ o circunstancias, también han sido transformados del contexto los lugares de ocurridos, en que me fuera contado o imaginado…

Ciertamente es una ficción o no, pudorosa mente o muy carnal, descompuesta o compuesta a un relato (quizás ficticio o real) de tantas historias que aún han de seguirse contándose en un buenos aires aun mágicamente, seducido por el tiempo y las necesidades de amor, cariños, y respecto.

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