Hijas 8: Final de una etapa

Por fin llegó la noche. Nos juntamos en la habitación, mi mujer, nuestras dos hijas, la amiga y yo. Había varios colchones dispuestos en el suelo. “Bueno chicas” dijo mi mujer, “hoy no vamos a hacer jueguitos. Hoy vamos a coger como cogen los adultos normales”. Las caritas de las chicas mostraban sorpresa, curiosidad, excitación. “Hay dos camas grandes armadas en el suelo. Una es para papi y Erica, otra es para nosotras tres. Vamos a coger todos bien cerquita”. Nos quedamos todos en ropa interior. Erica estaba parada al lado mío. Se acercó mi hija Anto, le agarró la cola, y me dijo “pá, cógetela bien a esta putita”. Erica se rió y le dio un chirlo en la cola. Mi mujer bajó las luces, quedamos en semipenumbra. “Bueno, nos metemos debajo de las sábanas, y a besarse y tocarse” indicó. Me metí en la cama con Erica. Ella acercó su cuerpito al mío. Una adolescente flaquita y bien formada. Sentí sus tetas medianas y firmes contra mi pecho. Deslicé mi mano hasta su cola. Estaba tensa, con los cachetes apretados. Por sobre su cabeza, alcancé a ver que mis hijas y mi mujer ya habían empezado a besarse. Erica me besó a mí. Mi pija, todavía adentro del bóxer, se apretaba paradísima contra su conchita, todavía adentro de la bombacha. Su lengüita entraba en mi boca. Sus labios, sus dientes, su saliva, que delicia. “Estoy muy caliente”, me dijo con voz entrecortada. “Me vas a coger delante de tu mujer y delante de mis amigas, te das cuenta? Nos van a escuchar coger. Nos van a ver”. “Si, hermosa”, le contesté. “Te van a escuchar gemir. Se van a calentar con mi pija y tu conchita. Van a escuchar tu orgasmo, preciosa”. Me metió la mano en el bóxer y me empezó a pajear. Noté que la otra mano iba directo a su conchita. En ese momento nos llovieron tres bombachas. Mi mujer y las chicas se las habían sacado y nos las habían tirado. Se reían. Anto olió la de mi mujer. “Me gusta el olor de tu señora”, me dijo. Después olió las otras dos. “El de tus hijas también. Hace años que nos conocemos las conchitas”. Le bajé un poco la bombacha, y empecé a tocar con suavidad la unión de sus nalgas. De a poco se empezó a aflojar, y en unos minutos ya mi dedo estaba rozando su ano. “Vos te pajeabas con mis hijas?” le pregunté. “sí, siempre. Descubrimos todo eso juntas. Yo fui la primera que acabó delante de todas”. Me volvía loco imaginar esas pajas grupales de Erica y mis nenas, esos primeros descubrimientos placenteros de sus propios cuerpos, ese morbo de dejarse mirar por las amigas en el momento del orgasmo. “La primera vez que acabé delante de ellas fue en tu cama”, me dijo. “Un día que vos y tu mujer habían salido, con las chicas nos hicimos la paja en la matrimonial de ustedes”. Mi dedo se iba metiendo de a poco en su colita apretada. Con la otra mano le tocaba las tetas, mientras le besaba el cuellito. “Contame como fue”. Erica me iba susurrando, entre gemidos: “Ustedes se fueron de viaje por el fin de semana. Nosotras ya veníamos hablando de sexo hace rato, e incluso nos habíamos hecho un par de pajas con la luz apagada en la pieza de las chicas. Ese día nos habíamos tomado un par de cervezas, aprovechando que ustedes no estaban. Nos calentamos hablando de chicos, y después jugando a decir que cosas le haríamos a Justin Bieber. Yo propuse ir a la pieza a hacernos una paja. Anto quiso que fuera en la pieza de ustedes. Nos acomodamos las tres en la cama, en bombacha. Fue la primera paja que nos hicimos juntas con la luz prendida. Cuando ya estábamos bien calientes, le propuse a las chicas seguir pero sin bombacha. Así que nos seguimos haciendo la paja las tres en conchita, sentadas en ronda en la cama. En las primeras pajas que nos habíamos hecho, habíamos ido a acabar al baño, de a una. Era lindo igual. Una se iba, y volvía del baño con cara de relajada, las otras se reían. Pero esta vez las desafié a las chicas a acabar juntas. No se por que, les dio vergüenza. Yo estaba muy caliente, y les dije que yo sí quería acabar, y que me vieran ellas, mis amigas. Tuve un orgasmo re lindo. Ellas prefirieron acabar en el baño. Pero al día siguiente ya se animaron y en otra paja en tu cama acabamos las tres juntas. Fue hermoso”. Mientras me contaba, se bajó la bombachita hasta las rodillas. Del colchón de al lado llegaron unas risas. “Mamá nos quiere coger!!” dijo Anto. Nos distrajimos un segundo para mirar. Mi mujer se había puesto un cinturón con un vibrador en forma de pija y textura de piel, todo color verde flúo. Se habían destapado. Las dos se reían a carcajadas, en bombacha, culito para arriba. Mi mujer las calló de un chirlo en la cola, bastante fuerte, pero con una mirada cómplice. Alcancé a ver como sus nalgas temblaban bajo la palma de la mano, y quedaban levemente enrojecidas. “Mamá las va a coger, y punto. Quien quiere primero”. Delfi levantó la mano. Así como estaba, cola para arriba, mi mujer se le puso encima y le empezó a empujar el vibrador por la conchita. Anto, al lado, se pajeaba. Erica aprovechó para terminar de sacarse la bombachita y se subió encima de mí. La punta de mi pija ya estaba en la entrada de su conchita mojada, apretada por esos labios depilados tersos y divinos. Estaba mojadísima. Al lado Delfi gemía, cogida por su mamá. “¿Cogemos?” me dijo. Le pasé la mano por la nuca, la acerqué hasta mi cara, nos besamos, la agarré con las dos manos por la cinturita, y empujé hacia abajo. Mi pija se fue deslizando hasta entrar completamente. Mi sueño perverso se había hecho realidad. Estaba finalmente adentro de la conchita de la mejor amiga de mis hijas. Erica manoteó su bombachita y me la empezó a pasar por la cara. “Oleme la conchita mientras me cogés”, decía. El olorcito era maravilloso. La agarré de la cola, que era bastante carnosa para lo flaquita que era ella. Erica se abrió una nalga, como invitándome a que le metiera un dedo en el culo. Lo hice. Sentía en mi dedo la tibieza húmeda de su culito adolescente, en la pija la tibieza húmeda de su conchita. Al lado nuestro Delfi ya estaba acabando. Mi mujer se la estaba cogiendo con todo, la pija vibradora entrando y saliendo de la conchita, mojada y brillosa. Yo no daba más. Erica se inclinó sobre mi cara, sin dejar de cabalgarme, y me dijo “Soy una nena mala. Pervertí a tus hijas. Me hice la paja en conchita sobre tu cama. Castigáme papi, acabáme adentro”. Ahí nomás me vine adentro de ella, que se irguió y lanzó gemidos muy fuertes, mientras una de mis manos seguía con su culito y la otra le apretaba las tetas. Después se dejó caer sobre mi pecho, como semi dormidita. En esa posición, y con mi pija todavía adentro de su cuerpito, con la leche lentamente goteando, descansamos mientras mirábamos como seguía la cosa en la cama de al lado. Delfi ya había acabado, y había quedado rendida en el colchón. Ahora mi mujer se estaba cogiendo a Anto, que gemía como una perrita. En un momento se detuvo. “Delfi, querés probar vos, coger un poquito a tu hermana?”. Delfi se prendió en seguida. Mientras mi mujer se sacaba el cinturón con el vibrador, Delfi aprovechó para abrirle los cachetes de la cola a su hermana, se quedó fascinada mirándole el ano, la conchita mojada. Mi mujer le puso el cinturón. “Anto, querés que te coja?” preguntó Delfi. “Cogeme hermanita”, le dijo Anto, y todos nos calentamos con esa respuesta fraternal. Hasta sentí como mi pija se volvía a despertar en la conchita de Eri. Delfi agarró a su hermana del pelo, y le tiró suavemente mientras se la cogía boca abajo. Anto gemía como loca. Cogieron cerca de cinco minutos. “Bueno, dejá que esto lo terminan mamá y papá”, dijo mi mujer, y de nuevo le sacó el cinturón para ponérselo ella. La hizo poner en cuatro a Anto. Mientras se la cogía, con el pulgar le hacía presión en el ano. Anto gemía. Yo ya tenía la pija parada. Erica seguía acostadita sobre mi pecho, y se movía despacito, con la pija todavía adentro. Mi mujer me miró y me hizo una seña. Me salí de la conchita de Erica y me puse atrás de ella, la empecé a coger. Eramos un trío increíble. Mi mujer cogiendo a nuestra hijita. Yo cogiéndola a ella, que gemía como una pendeja, como cuando la cogí de adolescentes las primeras veces. La pija/vibrador entraba y salía de la conchita de Anto. Mi pija entraba y salía de la conchita de mi mujer. Yo, de paso, desde atrás le acariciaba el ano a Anto, que estaba a punto de acabar. Sintió como su mamá la agarraba suavemente del pelo y le preguntaba “donde querés la leche, putita?”. “Eh?”. “La leche nena, donde querés la leche”. “La boca” dijo Anto. “Ahora vas a acabar con mami y papi”, le dijo. Me salí de la concha de mi mujer y me puse frente a Anto, que seguía en cuatro. Mi mujer se la empezó a coger con más fuerza. Anto empezó a acabar, y en medio del orgasmo abrió apenas los ojos, me miró, y abrió la boquita. Me tuve que pajear unos pocos segundos, y la leche empezó a saltar. El primer chorro fue a la nariz y la frente, el segundo al cachete, el tercero se lo emboqué en la boquita, dibujando una línea blanca en diagonal sobre su lengua. Delfi se pajeaba arrodillada detrás de mi mujer, mientras le tocaba la cola. Erica se pajeaba atrás mío, mientras me agarraba las bolas. Fue un grandísimo orgasmo final, y caímos todos desarmados, en silencio, hasta que Anto, con la carita y el pelo llenos de leche, se empezó a reir. Nos reímos todos. Me acerqué y le limpié la cara con una toalla. “Gracias pá”, me dijo, y me derritió de amor. Nos fuimos a bañar, entrando de a dos a la ducha. Primero Delfi y Erica, después salió Erica y entró Anto. Me acerqué y le lavé la cabeza, con shampoo, y le saqué con cuidado los últimos restos de lo que acababa de pasar. Después entramos mi mujer y yo. Nos quedamos un rato besándonos bajo la ducha. Más tarde, como en la primera noche de juegos, terminamos todos mirando una peli en el living. Después de semejante evento sexual, decidimos dejar pasar un tiempo, para no volver rutina algo tan hermoso. No volvimos a hacer nada hasta tiempo después, cuando las chicas nos contaron que estaban con ganas de debutar con sus novios.

6 comentarios - Hijas 8: Final de una etapa

rodrigurlan
Tendrias que agregarle algo de color!

Es dificil leer asi!
McFerry_
Muy bueno!!
Igual no color... pero separar los parrafos y ese tipo de cosas si.
fadurcos
Bueno, pero me parece que le faltó algo, igualmente quedo la puerta abierta pata la continuidad...
bbizcocho +1
Excelente, como siempre. Esperamos con ansias los nuevos episodios.
luismiguelito78
POST a FAVORITOSHijas 8: Final de una etapa

Nos prendimos fuego con frase Amigo!!!

"Mi dedo se iba metiendo de a poco en su colita apretada" 🤤 🤤

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